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Mi esposa, la puta del edificio - Parte 6

Había pasado un mes y algo, yo noté que la intensidad de las salidas y las aventuritas de Mariana con Don Julio como que habían decaído. A veces me decía que lo veía al viejo en casa, lo cual yo sabía que era cierto gracias a mi vigilancia de incógnito, pero sólo habían sido un par de veces. Otro par de noches salió de nuevo con Soledad a algún lado, pero de esas salidas no me había dado muchos detalles. Todas las pruebas con las que yo contaba indicaban que su actividad, o su libido, había decaído.

Una noche mientras estábamos cenando en casa directamente le pregunté.
"Che, y Don Julio?"
"Que pasa?", me contestó
"Nada, digo, que onda. Hace rato que no los veo y hace rato que no me contás nada..."
"Nada, amor", me dijo, "No nos peleamos ni nada, pero nos estamos viendo menos."
Mariana se sonrió pícaramente, "Está ocupado mi viejito."
Yo me reí, "Ah, si? Con?"
"Se está juntando seguido con Soledad, parece."
Yo me sorprendí, pero para serles sinceros la verdad ya tan poco me sorprendía. Me levanté a buscar algo de la heladera, "A la mierda. En serio?"

Mariana rió y agarró su celular, "Si, mirá el video que me mandó el otro dia...". Me acerqué a verlo. Si, sabía por mi vigilancia que el viejo le había mandado un video, pero no se me había ocurrido verlo. Había pensado que era algún meme, o un video de el manoseándose la verga o algo asi, que no tenía ganas de ver. Pero cuando me mostró el video si era uno de el, muy mal filmado. Se estaba filmando a el mismo cogiéndose a Soledad en algún lado. Sostenía el teléfono con la mano mientras le daba lindo a la pendeja, en posición de misionero, abajo de el. Sole parecía estar disfrutandolo mucho y el viejo también. Sólo duró unos quince segundos.

"Debe haber sido en la casa de ella", dijo Mariana, "Se que está yendo seguido para allá."
"Mira vos...", dije.
"Si, Don Julio me dijo que por ahi estaba bueno que paremos un poco la mano. Que ya se estaba enroscando mucho con las cosas que hacíamos acá en el edificio y que no quería problemas con su mujer", dijo Mariana, "Es super entendible. Asi que le viene bien tener a Sole cerquita, pero lejos de acá."
Me reí, "Y a Sole parece también venirle bien por lo que acabo de escucharle..."
Mariana sonrió, "Te dije que el viejo coge muy bien."
"Y a vos no te jode? Digo, Don Julio con Soledad...", le pregunté.
Ella sacudió la cabeza, "Para nada, amor. Desde que me dijo eso... a ver... me cogió un par de veces mas... y una vez se la chupé en el pasillo del tercero, de la calentura que llevabamos los dos ese dia... pero nada mas. Y está bien, lo mío con el es puramente sexual, amor."
"Si, claro. No quise sugerir otra cosa...", le dije, sentándome de nuevo a la mesa con ella.
Me dijo, "Si pasa, pasa, y está bueno. Obvio que lo disfruto. Pero si no pasa, bueno ya saldrá otra cosa."
La miré dulcemente con una mirada cómplice, "Sobran pijas, no?"

Mariana me miró fijo por un segundo, se le dibujó una sonrisa enorme y se entró a cagar de la risa mal, junto conmigo. Cuando nos calmamos un poco de la risa se sirvió vino en su vaso y luego en el mio. Me miró y me dijo, "Yo se que estoy en falta con vos, mi vida."
Yo me extrañé, "Eh? En falta de que?"
"Todavía no te pude dar lo que vos realmente querés.", me dijo, "Estar ahi. En el momento."
Asentí mientras masticaba, pero decidí no decirle que ya mas o menos había estado, de alguna forma, cuando los había descubierto cogiendo en el sótano del edificio, "No te preocupes, ya va a pasar."
Me miró fijo y alzó un poco su vaso hacia mi, "Vos confias en mi?"
La miré con dulzura y le sonreí, tocando mi vaso con el suyo, "Siempre, mi amor. Siempre."

Unos días después, un Sábado muy soleado y caluroso, yo estaba en casa tranquilo y haciendo mis cosas. Mariana había salido a encontrarse a almorzar con unas amigas. Eran las tres y ya estaría volviendo. El comienzo de ésta aventura en particular me lo contó ella, ya que yo no estaba presente cuando se inició porque fue en la calle mientras ella volvía.

Cuando ella estaba regresando a casa de su reunión, faltando unos pocos metros para llegar a nuestro edificio, venía caminando y pasó cerca de un par de cartoneros que estaban revolviendo uno de los tachos grandes y verdes de basura, viendo que podían recuperar. Cuando la vieron pasar, me dijo, se la quedaron mirando y le chistaron algunas cosas, haciéndole ruiditos con los labios como quien llama a un perro y riéndose. Me dijo que los iba a ignorar, iba a seguir rumbo a casa sin mas, hasta que escuchó que uno de los dos mas o menos le levantó la voz.

"Eh! Fiiiiuuu! Señora, tiene algo para dar?"
Mariana se frenó y se dió vuelta, acercándose unos pasos. Los dos cartoneros mirándola fijo acercarse, "Hola chicos. Que? Que pasa?"
"No tiene algo para dar? No le sobran uno' peso'..."
"No, plata no tengo", les contestó. Los dos cartoneros, naturalmente, estaban verdaderamente zaparrastrosos. En bermudas y remeras agujereadas, llevando gorritas para protegerse del sol. Mariana, mientras tanto, estaba elegantísima y perra como siempre, llevando una remera lujosa que le marcaba esas gomas increíbles y un pantalón de jean ajustado a mas no poder, realzándole ese culazo increíble. Los cartoneros la miraban fijo, sin sacarle la vista de encima a ésta hembra tremenda que les hablaba.
"Bueh... cualquier cosa...", le dijo uno, "Lo que tenga para dar..."
"No se, puede ser", dijo Mariana mirándolos también, estudiándolos un poco, "Algo de ropa vieja por ahi tengo, les puede servir?"
"Si, obvio", le contestó uno, "Lo que tenga, gracia' "
"Ay, pero... no... ", dijo Mariana haciéndose la distraída, "Lo tengo guardado, lo tengo que buscar..."
"No, 'ta bien, la esperamo' ", le contestó uno, "Uste' traiga, la esperamo' aca."
"No, chicos, no voy a subir al depto y bajar de nuevo, con el calor que hace...", dijo y se pasó una mano suave y lenta por su cuello transpirado, "Mejor suban conmigo y veo que les puedo dar, si?"
Los dos cartoneros se miraron, la miraron a ella y uno le dijo, "Bueno dele, gracia' "
"Ay, denme un segundo, tengo que contestar un mensaje..." les dijo mientras sacó su celular de la cartera, que notó que los cartoneros se lo ficharon inmediatamente. Fingió que contestaba un mensaje pero en realidad me estaba mandando uno a mi, en casa.

"Estoy subiendo con gente. Escondete en la pieza y esperame. Sin ruido.", solo decía el mensaje.

El corazón me dió un vuelco y como un rayo apagué la TV, ordené un poco el living como pude y me escabullí a esperar en nuestro dormitorio, con la puerta semi cerrada para poder escuchar.
Mariana me dijo que charlaron un par de cositas mas en la calle y los guió hacia el edificio, entrando y saludando a Don Julio con los dos cartoneros siguiéndola atrás, seguramente sin poder sacarle la vista del culo que se mecía cuando caminaba.

"Hola, Don Julio, buenas tardes.", le dijo al portero.
"Hola Mariana, que pasa?", le contestó mirando a los dos villeros.
"Nada Don Julio, no se preocupe. Eeeh... los chicos van a subir conmigo? Les voy a dar una ropa que ya no usamos, asi que no se preocupe si los ve salir en un ratito con cajas. No hay problema, está todo bien."
"Bueno, Mariana", contestó Don Julio, y mientras mi mujer y los dos cartoneros iban para el ascensor les levantó la voz, "Ojo nene eh? Pórtense bien."
Al mas chiquito y flaquito de los dos no le gustó nada eso. Se dió vuelta y le contestó, "Eeeeh loco aguantaaaa, no pasa nada che!"
El otro que era mas alto, mas fornido y visiblemente mas mayor le pegó un empujón a su compañero, "Callate cabeza de chota! No agité!"
Mariana sólo se rió y esperó el ascensor con ellos, dándoles un poquito de charla mientras esperaban.

"Yo me llamo Mariana, que tal.", les dijo con una sonrisa, "Ustedes?"
El mas alto no podía sacarle los ojos de encima a mi mujer, fue el que habló "Yo soy Benja. E'te gil es el Tony."
Mariana le sonrío al mas chiquito. Era flaquísimo y chupadito, pero tenía los brazos marcados por su trabajo pesado de todos los dias. Llevaba una cabeza de pelo con rulitos por debajo de la gorra, "Que bueno, Tony. Un gusto. Cuantos años tenés?"
"Diecisiete", le contestó.
Mariana giró para admirar al otro, que tenía mas cerca. Era tan alto como ella, pero bien fornido y bastante macizo a la vista. A diferencia de su compinche, éste llevaba el pelo bien rapado y corto bajo su gorrita de Racing. "Y vos?"
"Veintitre' ", le dijo mirándola con hambre, "Y vo'?"
Mariana se rió, "Ay chicos, eso a una dama no se le pregunta... son hermanos?"
Benja se rió, "Nah, nada que ve'. Nos conocemo' del barrio. Laburamo'."

Hasta ahi llegó lo que me había contado Mariana que había sucedido. Yo ya estaba a la espera en la habitación, cuando escuché el ruido de las llaves en la puerta y los oi entrar, charlando bajito.

"Espérenme aca, chicos, lo busco y se los traigo, si?", escuché decir a Mariana.
"Dale, gracia'... ", contestó uno que por la voz debía haber sido el mas grande.
Pronto dejé entrar a Mariana a la habitación cuando la vi venir desde mi escondite tras la puerta. La tomé del brazo y le susurré al oído.
"Todo bien? Quienes son?"
"Dos cartoneros que estaban afuera.", me susurró de vuelta. No les puedo explicar la excitación que sentí cuando me lo dijo. Fue algo inexplicable que me hizo saltar la verga bajo mi pantalón.
Mariana abrió el placard y sacó un par de cajas grandes, tipo caja de archivo, pero llenas de ropa y calzado de ambos que ya no usabamos. Me le acerqué para ayudarla y me susurró de nuevo.

"Ahora cuando yo salgo, vos esperás unos segundos y me seguís, pero quedate escondido. Mira por la abertura. No hagas ruido.", me dijo
Yo asentí, "Cómo vas a hacer?"
"Dejámelo a mi. Y mirame, amor.", me dijo y la miré fijo, me acarició la mejilla, "Confia en mi. Por favor. No importa lo que veas, no importa lo que escuches. Te aseguro que estoy en control yo. Creéme. No intervengas. A éstos dos los paseo como quiero, no te preocupes."
Le di un beso largo y amoroso, le abrí la puerta y ella salió cargando las dos cajas.

"Bueno, aca está... disculpen chicos, tuve que revolver...", la escuché decir.
"No hay drama..."
Esperé unos momentos prudenciales y me escurrí lentamente por el pasillito, acercándome a la abertura que daba al living y ahi los vi a los tres. Mariana, muy hábil, había puesto las cajas y ellos se habían situado de forma que les era muy difícil verme de donde estaban, y me sentí seguro, poniéndome a mirar y escuchar.

Había puesto las dos cajas sobre nuestra mesita ratona, las abrió y estaba sacando ropa para mostrarles. Había de todo, mío y de ella. Tony y Benja se le acercaron y se le pusieron a los costados para ir viendo la ropa, aunque vi claramente como estaban mas preocupados en ficharle las tetas a Mariana que en cualquier cosa de ropa que ella les mostraba.
"Bueno, uf... hay mucho de mujer, pero también hay ropa vieja de mi marido si quieren", les dijo mientras iba sacando prendas, "Ustedes tienen novia?"
"Si", contestaron los dos
"Ah buenísimo, entonces les puede servir. Un lindo regalito.", dijo Mariana sonriéndole dulcemente a Benja, el mas grande, a quien tenía al lado ya casi pegado. Benja le sonrió de nuevo, como siempre fichándola con hambre.
"Gracia' Mariana, si muy lindo.", le dijo apoyándole una mano en la cintura.
"Lo que no se es si les va a entrar a sus novias....", dijo Mariana.
"A nuestras chicas les entra todo", sonrió pícaramente Benja
"Ay!", se rió juguetonamente Mariana, "El talle digo, chicos!"
"Seh, seh... ", se rieron todos.
"Creo que hay mas ropa vieja en la baulera", dijo Mariana, "Seguro pusimos mas ahi...pero mi marido no está, el tiene la llave, por ahi en otro momento les digo y la juntamos..."
"No está?", preguntó Tony el mas chiquito, que también sigilosamente le había apoyado su mano en la cintura a Mariana, del otro lado.
Mariana sonrió inocentemente. Estaba actuando? Se estaba haciendo? Había adquirido un tono de inocencia que me sorprendía hasta a mi que la conocía tanto, y estos dos se lo estaban tragando completamente, "No... se fue a jugar al tenis con unos amigos."
"'Tas sola entonce'?", preguntó Benja
Mariana lo miró, "Si, por un rato hasta que vuelva."
"Y a que hora vuelve?"
"No se... tipo seis...", contestó Mariana
"Y...", dudó un poco Benja, "No queré que te hagamo' un poco de compañia hasta que vuelva?"

Mariana le sonrió dulcemente y le puso una suave mano en el pecho a Benja, "Ay, que dulce, gracias pero no. Tengo cosas que hacer en casa, no me voy a aburrir."
Vi como la mano de Benja se deslizó suavemente mas abajo, apoyándola delicadamente en el culo parado y hermoso de Mariana mientras la miraba fijo, "Que lástima che."
Mariana hizo como que no lo notó y le sonrió, mirándolo fijo, "Gracias igual por ofrecer. Sos un amor, Benja."

Ella volvió a seguir sacando ropa, "Bueno ya saben que quieren? Ya eligieron?", mientras ella hablaba, aparentemente distraida, Tony también por su parte deslizó su mano abajo y comenzó a sentirle el culo a Mariana por sobre su jean ajustado, acariciando y apenas estrujando, mientras los dos cartoneros se miraban entre ellos.

Estuvieron unos momentos en silencio y vi cómo los dos se hicieron una pequeña seña entre ellos, que Mariana no vió ya que seguía sacando ropa.
"Si nos das, queremos todo..." le dijo Benja sin sacarle la mano del culo, el también ahora animándose a sentirlo un poco mas fuerte.
"Ah... ehhh.. buenísimo," dijo Mariana e hizo como que se sobresaltó un poco, aparentando que recién ahora había sentido las manos de los villeros, empezó a actuar un poco mas nerviosa, "Eeeh... bueno, chicos, llévenselo entonces. Todo bien.", los miró a los dos y tragó un poco de saliva.
"No tené ma'?", pregunto Tony
"No... el resto está guardado. Otro dia pasan y se lo doy.", contestó Mariana.
Benja le sonrió y le puso su otra mano sobre el abdomen a Mariana, "Esta remera ta' muy linda... a mi novia le va a gusta', seguro..."
Mariana se rió nerviosamente, "Pero ésta la uso, Benja... no es vieja..."
Benja le guiño un ojo y le sonrió, "Daaaale... si tenes un montón. O no? Que te cuesta?"
Mariana lo miró a los ojos y le sonrió dulcemente, "Ay...bueno... todo sea por poner contenta a tu novia!", le dijo. Agarró el borde de su remera y aparentando cierto nerviosismo y torpeza, se la sacó por encima de su cabeza, mostrándole a los dos villeros esas tetas enormes e increíbles, aprisionadas fuertemente por su corpiño. A los dos se le pusieron los ojos como platos, y a Tony hasta se le escapó un muy audible "Uffff..."

Mariana depositó la remera nueva en la caja con las demás y cruzó los brazos sobre su pecho, aparentando taparse, pero era muy poco realmente lo que se podía tapar. "Bueno, chicos, vayan..."
Tony le dió un pequeño pellizco en la cola a Mariana que la sobresaltó un poco, "Mucha' gracia' che..."
Benja, sin embargo, se rió y la miró fijo a los ojos a mi esposa, acariciándole el estómago y acercándole la cara y finalmente dándole un beso en los labios, un poco largo, "Si.. mucha gracia'..."

Mariana se quedó congelada, o aparentó estarlo, mirando fijo a Benja quien seguía acariciándola, mientras Tony directamente ya estaba amasándole una de sus nalgas, presionando su cuerpo flaquito contra el costado de ella.

"Te tenemo' que agradece' bien, me parece...", dijo Benja y le dió otro beso largo, el cual Mariana no resistió. Tony también se estiró un poco para alcanzar y le acercó su cabeza hasta el cuello de Mariana, dándole unos besos ahi mientras le seguía amasando el culo lentamente.
Mariana intentó separarlos un poco con sus manos, pero mas que separarlos fue apoyarlas en los cuerpos de los cartoneros.
"Ay... chicos... bueno... que cariñosos....", dijo nerviosamente.
Los dos cartoneros aprovecharon casi al unísono que Mariana se había quitado los brazos de su pecho y llevaron sus manos sobre las tetas de mi esposa. Los vi pegar sus cuerpos fuerte contra ella, de ambos costados, mientras sus manos les disfrutaban las tetas a mi dulce mujer por encima del corpiño.

Benja ésta vez tomó a Mariana por la nuca y se la acercó a la cara mas fuerte, dándole un verdadero chupón en la boca. Mariana se quedó dura un par de segundos, pero pronto lanzó un suave "mmm"... nasal, queriendo o sin querer. Comenzó a responderle el beso a Benja con sus ojitos cerrados.
Primero Benja y un momento despues Tony, tomaron cada uno una de las manos que Mariana aun tenía apoyadas sobre ellos y las guiaron lentamente abajo para que Mariana les sienta las pijas por sobre sus bermudas, que ya debían estar mas que tiesas. Vi a las manos de Mariana tocar y explorar por sobre la tela y yo también, desde mi escondite privilegiado, saqué mi pija y me empecé a masturbar mientras miraba.

Mariana dejó de besar a Benja y giró para besar a Tony, quien le estrujó fuerte una de sus tetas y vi como sin mucha diplomacia le insertó la lengua profundo a mi esposa en la boca, ella respondiendo también de igual manera, respirando placenteramente por la nariz mientras sus manos parecían empezar a disfrutar la sensación de los dos bultos sobre la tela de las bermudas. Tony no aguantó mas y se bajó un poco su bermuda, haciendo que su pija salte al aire como un pequeño resorte y toque la mano de Mariana, quien enseguida la tomó en un dulce puño y lo comenzó a bombear suavemente. La de Tony era una pija mas bien chica, por lo menos a comparación de las otras que le había visto comerse a mi mujer, pero estaba erecta a mas no poder.

Benja también hizo lo suyo, estiró para abajo un poco del corpiño de Mariana e hizo que uno de sus pezones se deslize al aire, el cual comenzó a chupar fuertemente, haciendo gruñir a Mariana en su beso con Tony. Benja también se desabrochó y bajó la bermuda, pero vi que Benja tenía un muy buen caño a comparación de su amigo. Era largo, cabezón, muy erecto y muy marrón, con una cabeza medio púrpura en forma de hongo. Mariana lo sintió y también lo tomó en su mano, comenzando a pajear a Benja también. Siguieron asi, entre suaves gemidos sin decir palabra ninguno, Mariana masturbando a los dos villeros y alternándose el darse largos besos de lengua con uno y otro mientras los dos la manoseaban. Fue cuando Tony finalmente llevó su mano por delante de Mariana y le comenzó a frotar fuerte la concha por encima de su jean cuando Mariana protestó y los largó.

Tragó saliva y se hizo la perturbada "Chicos... no... paren.. por favor les pido...no podemos..."
Benja se rió y le dio vuelta la cara a Mariana para mirarla, "Naaah, no pode'... mira como 'tamo, dale."
Tony también se rió, "Daaale guanaca... si tu marido no 'ta..."

Vi que Mariana los miró con un poco de miedo fingido, mientras dejó que Benja le desabroche el corpiño y se lo saque, tirándolo por ahi y exponiendo esas gomas grandes y hermosas. Los dos villeros empezaron a masajearselas fuerte, pellizcándole los pezones. Mariana lanzó un gemidito y los miró.
Benja la miró de vuelta y confiadamente le dijo, "Ponete a chupa' pija, dale."
"B-bueno....", dijo tímidamente Mariana y se arrodillo entre ellos. Tomó las dos pijas una en cada mano y muy tentativamente comenzó a besarlas y a lamerlas, a uno y a otro. Los dos se miraban, la miraban a ella, y sonreían.
"Ve' que te gusta..."
"Seeeh mami dale....que buena que ta' "
"No puedo creer lo que estoy haciendo..." dijo Mariana, mirándolos desde abajo, mientras comenzó a chupar mas dedicadamente.
"Disfruta' un poco, nena..." le dijo Benja.

La pijita de Tony pronto le estaba desapareciendo completamente en la boca, mamándolo con pasión, lo que estaba volviendo loco al flaquito, con los ojos cerrados y disfrutando de ese espectáculo de boca de hembra que en su vida había tenido. Cuando se movía a mamar el caño mas largo de Benja era cuando tenía algún problema, pero Benja le puso la mano en la cabeza y la ayudaba a tomar todo lo que podía entre los gemidos de todos. Yo me estaba cuidando de no acabar y no hacer nada de ruido, viendo las pijas de éstos dos cartoneros entrando y saliendo de la boca de mi mujer y cómo ella lo disfrutaba, pese a la actuación que estaba haciendo. No quería arruinar el momento, por lo que me cuidaba de no darme a mi mismo muy fuerte, pero la escena me estaba volviendo loco.




Mi esposa, la puta del edificio - Parte 6





Estuvieron asi un rato largo de mamadas continuas y alternadas, unos largos cinco minutos sin interrupción, hasta que Tony no pudo mas. Se estaba pajeando y mirándo como Mariana se la chupaba a su amigo hasta que empezó a gemir fuerte, tomó a Mariana del pelo, la sacó de la verga de su amigo y le empezó a acabar en la cara. Mariana no abrió la boca y se hizo la asqueada, una vil mentira pero ellos no lo sabían, mientras los chorritos de leche caliente del flaquito le pintaron un lado de la cara y el pelo.

"Aaaaggghhh ssiiii tomá, puta... ufff....", gruñia fuerte Tony mientras le acababa.
"Ay! No! Por favor!", chilló Mariana mientras hizo un intento de zafarse, sin mucho entusiasmo y sin mucho éxito, "Pará por favor! Me tengo que recomponer...."
Benja se rió, también se estaba pajeando al ver a su amigo acabar, la tomó de la cabeza a Mariana, dándole vuelta hacia el de nuevo y violentamente le enterró la larga pija en la boca, "Recomponete con ésta... ufffff... ahhhhh"

Mariana cerró los ojos fuerte y protestó, sintiendo la leche del villero llenándole la boca. Le vi claramente la pija recta y dura del cartonero pulsar dulcemente varias veces en la boca de Mariana. Ella se contuvo y no la vi tragar nada, pero si inflar un poco sus mejillas haciendo un buche para mantener la leche ahi. Cuando Benja por fin terminó de acabar y sacó la pija de la boca de mi esposa, ella se levantó y se vino apurando rumbo al baño, las tetas enormes bailoteándole, mientras los dos se reían pensando, no se que cosa, que iba a ir al baño a vomitar.

En lugar de eso una vez fuera de la vista de los dos cartoneros que habían quedado en el living, Mariana vino hacia mi. Sin saber que hacer o que decirle, la vi acercarse con las mejillas infladas y los ojos llenos de lujuria y pasión, ahi ya no había acting. Sin decir nada y a escondidas se me abalanzó, me apretó contra la pared y me dió un beso profundísimo, volcando en mi boca el semen calentito del villero. Yo no podía protestar ni hacer nada, a riesgo de que me descubran. Cerré los ojos y le devolví el beso apasionadamente, nuestras lenguas enredándose en nuestras bocas y ambos disfrutando al mismo tiempo de la acabada del cartonero. Nunca había probado semen. Nunca había pensado que lo iba a llegar a hacer y mucho menos llegar a hacer en éstas circunstancias. Pero luchando contra el asco interno, me entregué a la sensación, por ella. Por mi amada mujer. Sentí que mi propia leche estaba ya calentando la mano que tenía envolviendo mi pija, había acabado dulcemente mientras nos besabamos con Mariana. Luego de besarnos en silencio ellá tragó la mayor parte y yo un poco. La miré a los ojos, ella me miró, y yo sentía el gusto salado del semen aun en mi boca. Me sonrió, le sonreí.

Finalmente me susurró, "Voy a hacer como que voy al baño, fijate que no hagan nada."

La vi desaparecer en el baño y volví a espiar al living. Lo que vi no me gustó nada. Lo vi a Tony revolviendo la cartera de Mariana, que había dejado ahi en el sillón, lo vi sacar su celular y esconderlo bajo la ropa de una de las cajas, ante la atenta mirada de Benja. Dejé de mirar. No podía perder ese teléfono, mas allá del valor monetario y el mal momento. Era una de mis líneas de espía. Algo tenía que hacer.

Un momento después cuando Mariana salió del baño, con la cara aseada, la frené y le susurré, "El flaquito te sacó el celular y lo escondió en una de las cajas"
Mariana se desesperó un poco entre susurros, "No! La puta madre! Y ahora! Que hago?"
"No se!"
"No le puedo decir que me lo de si yo ni se lo que hizo!", me dijo
"Ya se! Pará!", se me había ocurrido una idea, "Entretenelos un minuto, yo tengo mi celu en la pieza. Voy y te llamo. Cuando suene te avivas que está en las cajas!"
Mariana me sonrió, "Genial! Genio! Te amo!", me dijo y me dió un beso rápido, desapareciendo de vuelta al living. Yo me fui a la pieza sigilosamente y esperé unos momentos. Pero aun los escuchaba.

"Que pasa, mami? Tas bien?", preguntó Benja entre risitas.
"Seeeh loca, tranquila... no pasa nada...", acotó Tony.
"Me parece que nos pasamos de rosca, chicos, disculpen...", dijo Mariana, "No entiendo cómo llegamos a ésto."
"Yo si", dijo Benja, "Porque te gustó. O no?"
Mariana no le contestó, nada mas buscó su corpiño y se lo volvió a colocar, ante la protesta de los dos.
"Eeeeh che, pará... no te calenté..."
"Ya fue, chicos, disculpen pero vayansé. Llévense la ropa, todo bien, pero vayansé.", dijo Mariana, "No entiendo como hice lo que hice..."
"No me contestaste", dijo Benja con un tonito gracioso, "Te gustó o no?"
Mariana suspiró y se quedó en silencio un momento, "Claro que me gustó, obvio, pero ya fue. Ya está, chicos."
"Y no quere' ma'?", preguntó Tony.
"No hoy no... digo... ehhh... que no, que ya está", dijo Mariana
Benja se rió fuerte y el otro lo acompañó en la risa, "Eeeeh muy bien... hoy no, peeeero...?"
"No se, chicos. No se, estoy muy confundida. No soy de hacer éstas cosas", les mintió descaradamente Mariana, "Por ahora por favor vayansé..."

Ahi fue cuando llamé al celular de Mariana y, por suerte, no lo tenía silenciado. Empezó a sonar y lo comenzó a buscar. Fingió que lo rastreaba hasta que unos segundos después lo "encontró" entre la ropa que se iban a llevar los dos villeros. Mariana cortó el llamado, sin atender.
"No te lo puedo creer! Se lo iban a llevar!", protestó Mariana.
Benja se lo manoteó rápido y se lo quedó en la mano, "Me lo voy a llevar. Con la ropa."
Mariana puso un tonito suplicante, "Por favor, no... tengo mil cosas en ese celu.. dámelo, no seas malo..."
"Te dijimo' que no, guanaca... ", dijo Tony, "Cortala."
Mariana lo pensó un momento, "Pará.. dámelo porque...", se tomó un momento para fingir un suspiro y continuar, "Porque si me lo sacás... y los quiero llamar por algo... cómo hago?"
"No tenés mi número", dijo Benja.
Mariana lo miró dulcemente, "No me lo das?"
"Para?"
"Para llamarlos otro dia y que vengan a buscar la otra ropa...", le dijo Mariana a Benja, "O si necesito.. alguna otra cosa...."
Benja lo pensó, se rió y se lo devolvió ante la protesta de Tony. "Anotá mi número, mami"
Mariana suspiró aliviada y recuperó su celular, ingresando el contacto de Benja en la agenda y guardándose el celu seguro en el bolsillo de su jean. "Bueno, chicos, ya está... les abro."
"Pará", le dijo Benja, "Decime si por lo meno' la pasaste bien... porque nosotro' si la pasamo' re bien...."
Mariana se tomó un momento en contestar, mirándolos a los dos, finalmente les dijo "Si, la pasé muy bien."

Los dos festejaron y se rieron, tomaron sus cajas de ropa y desaparecieron por el pasillo rumbo al ascensor. Mariana cerró la puerta con llave y me encontró en el living. La abracé y nos dimos unos besos.
"Estuviste muy rápida", le dije, "Pero hay que tener cuidado con éstos tipos"
"Si, ya se.", suspiró, "Menos mal que se te ocurrió eso. Sos un genio."
"Si, menos mal"
"Bueno... una lástima que no salieron las cosas como pensaba.", dijo y me miró.
Le sonreí, "Salieron como salieron, no te preocupes"
"Te gustó lo que viste?", me preguntó con ojitos pícaros.
"Me encantó. Sabés como acabé ahi en el pasillo... que diosa que sos...", le dije sonriendo.
"Ah... perdoname por lo del beso... en el pasillo... me salió de hacerlo, con la excitación del momento....", me dijo.
"No te preocupes, yo no me lo esperaba tampoco. Todo bien.", le dije.
Mariana me largó después de unos besos para irse al dormitorio. Antes que desaparezca la llamé, "Mari?", ella se detuvo, se dió vuelta y me miró, "Tenés el número, lo vas a llamar en serio?"
Mariana solo me miró, me regaló una sonrisa muy pícara y se fue al dormitorio, diciéndome, "Por que no me dejás pensarlo un poco mientras me cogés?"

Yo sonreí y la seguí, listo para complacer a mi amada esposa.

2 comentarios - Mi esposa, la puta del edificio - Parte 6

Nemocabezon
Sos un genio!!! Como me calienta marianita!!