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Nuestra historia - Cap. IV

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Seguimos con el relato de Nuestra historia, arriba las primeras partes. Epero les guste.

Durante algunas semanas, seguimos teniendo éstos encuentros con Laura. Me dí el gusto de cogerle el culo, prácticamente me la vació. Ella siempre traía de sus pastillitas. Pero todo se terminó cuando Mariel descubrió que una vez nos fuimos a un telo con Laura para cogernos solos. Ellas se pelearon, Laura renunció al trabajo, yo tuve que tomar distancia para preservar mi relación y nunca más nos vimos. Aunque esa no fue la única mujer con la que estuvimos. En el cumpleaños de un amigo, conocimos a la novia de otro amigo, Natalia. Una chica no muy bonita pero con lindo cuerpo, casi nada de tetas pero el culo bien parado. Apenas la vimos, Mariel me hizo un gesto como que si daba, sería la próxima. Mi novia empezó a conversar con ella, intercambiaron redes y números de celular, tomaron juntas, se rieron toda la noche y en un momento las vi darse un piquito. El fin de semana siguiente, Natalia y Martín vinieron a nuestro departamento a cenar. Pedimos unas pizzas y tomamos cerveza. Ellas bailaron, se franeleaban como si fuesen pareja, hasta se besaron con lengua. Martín estaba desconcertado, yo me hacía el que también, dije que estaban borrachas y deberían ir a dormir un rato. Lo hicieron, yo me quedé con Martín charlando, tomando más cervezas y jugando a la play, para darles tiempo y privacidad a las chicas. En un par de horas, Martín se durmió profundamente en el sillón. Yo me asomé a la habitación y estaban las dos dormidas pero desnudas y abrazadas, de las piernas de Natalia se notaba el brillo de los jugos mezclados con saliva, sabía que la habían pasado muy bien. Las tapé con la sábana y me dormí en el sillón de un cuerpo. A la mañana, Natalia me despertó con mates, Martín estaba despertándose y Mariel duchándose. Con un guiño y en voz baja, me dijo que había dormido mejor que nunca. Yo sonreí complicemente y la acaricié la mano al devolverle el mate. Ella giró y caminó de nuevo hacia la cocina muy sugestivamente. Ya estaba todo hablado.
En la semana, le inventó una excusa a Martín y se apareció en casa. Estaba vestida muy casual, nada sugestivo, pero emanaba una sensualidad innata. Entró, me besó como si fuese su pareja, hizo lo mismo con Mariel y dijo “bueno, empezamos?”. Venía totalmente decidida y le dimos el gusto. La besé y empecé a sacarle la ropa, desesperadamente me desabrochó el pantalón y me empezó a chupar la pija. Mariel se acercó y me besaba mientras disfrutaba de las vistas. La chupaba muy bien, la escupía y volvía a chuparla, como una profesional. Mariel bajó a su altura y buscó mi pija para chuparla también, la hice parar a Natalia, terminé de desvestirla y le chupé los pezones, tenía unos pechos muy chicos pero los pezones puntiagudos. Jugué un rato con ellos, mientras le tocaba la concha, Mariel seguía chupándome la verga pero también le acariciaba el culo a Natalia. Nos apuramos a irnos a la habitación, terminamos de sacarnos la poca ropa que nos quedaba a cada uno y nos dispusimos a chuparnos en una rueda. Yo chupaba la concha de Natalia, Natalia la de Mariel y Mariel mi pija, después rotamos y cuando sentí ganas de acabar, las puse juntas y bañé sus rostros con mi semen. Se limpiaron entre ellas tragando todo y me besaron. Era la primera vez que sentía el sabor del semen, no fue del todo desagradable, tampoco me gustaba como para comerlo siempre o el de otro.
Las hice poner una sobre la otra y mientras se besaban, yo lamía sus conchas y culos, metía dedos por todos lados, hasta que acomodé la pija en la concha de Natalia y la penetré. Mientras lo hacía, Mariel le apretaba las nalgas y era testigo de mis arremetidas. Se la saqué, la empujé un poco hacia adelante y penetré a mi novia. Así unos minutos hasta que tuve ganas de acabar, paré, apreté la base de mi pene, dejé que pasara la sensación y volví al ruedo. Empecé penetrando a una por vez, jugando en las dos conchas. Cuando volví a sentir ganas de eyacular, esta vez sí lo hice pero dentro de la concha de Natalia, acto seguido, Mariel se la chupó buscando comerse algo de mi semen pero acabé con tanta fuerza que muy poco salió de su concha.

Seguimos siendo los amantes de Natalia unos meses, siempre juntos, no cometería el mismo error otra vez, aunque ellas sí tenían sus momentos solas, a veces yo miraba o Mariel me mostraba los videos que Natalia le enviaba masturbándose pensando en nosotros. Una vez, escondió el celular, se filmó cogiendo con Martín y nos lo envió. Mi novia elogió los movimientos de Martín pero no quiso comentar acerca del tamaño de su pene, aunque reconozco que era un poco más grande que el mío.
Cierto día me llama Martín, desesperado, para contarme que tenía la sospecha de que Natalia lo engañaba. Le pregunté cuál era el indicio que tenía y es que encontró en su celular los videos pero no tenía el chat de a quién se lo enviaba. Traté de tranquilizarlo y se lo comenté a Natalia para que tuviera cuidado, entonces decidió que deberíamos dejar un tiempo porque se le estaba yendo de las manos. Aceptamos y lo dejamos abierto para otra oportunidad pero nunca más se dió.

Cabe decir que mientras teníamos estos tríos, nunca dejamos de coger los dos solos, quizás no con la misma frecuencia pero seguíamos teniendo sexo de pareja. Así fue hasta conocer a Daniela.


En la próxima hay más de Daniela, la bartender...

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