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Compendio II
😅
¡Me salió el tiro por la culata!
XD
Yo quería que él siguiera escribiendo, porque cuando me contó que se metió con Hannah, quedé volando alto…
😍
Pero igual me gustó que contara cómo lo vivió él lo demás.
Se me quemaban las manos por contar esto, pero ahora que puedo hacerlo, me cuesta empezar.
😕
Cuando me dijo que quería estar con Hannah, puso esa carita tan tierna, como que estuviera arrepentido de sentirse así.
Estaba tan arrepentido, que incluso me preguntó si quería probar algo con el esposo de Hannah.
😊
No voy a negar que Douglas sea bonito y fornido, con esos ojitos claros y todo eso…
Pero lo que más le falta es la humildad de corazón que tiene mi marido y esos ojos tan honestos que me derriten enterita.
Incluso Dan me pareció atractivo, por su gran tamaño y con el mismo color de ojos que Hannah…
Y bueno, rubiecito también...
😅
Y aunque me sentí un poquito culpable, como si le estuviese siendo infiel a mi marido, él me explicó que estaba bien.
“Que yo podía vitrinear también…”
Pero lo malo es que son muy soberbios.
De andar contando que “Yo fui a tal parte…” o “Me compré tal cosa, que me costó tantos dólares…”
😇
Por eso, me cayeron tan bien Hannah y Lucca.
Porque ellas no son para nada así.
Y es que ver a Hannah me traía tantos recuerdos de cuando mi marido y yo éramos amigos…
😍
Porque para variar, él no se da cuenta que ella lo mira con ojos de enamorada y me acordaba de todas esas frustrantes tardes que pasábamos juntos y él no me veía como una mujer.
XD
Claro, yo sé que debería sentirme celosa o algo así.
Pero Hannah también anda buscando algo como lo que con suerte encontré yo.
Y mi marido le ha mostrado tantas cositas lindas, como lo rico que fue vivir pobre con él y que a pesar de no tener mucho, me mimara y me cuidara como lo sabe hacer.
😆
Por eso, acepté el favor que me pidió mi marido.
Porque cuando le contó a Hannah que tendríamos que volver antes, como que se le rompió el corazón y yo sabía que quería estar a solas con él.
Así que mejor voy al grano…
😕
Era la noche del viernes. Ya habíamos cenado y yo ya tenía claro lo que tenía que hacer.
Me cambié de ropa, al vestido de tenista que Hannah me había prestado y le pregunté (o más creo, desafié 👿 )a Iris si quería jugar tenis conmigo.
Fui molesta e insistente, pero ella también me tenía sangre en el ojo y tras rogarle un poco, aceptó.
Como acordamos con mi marido, le pedí a Douglas si podía ser el árbitro, que aceptó al vuelo, al vernos a mí y a Iris con ropita tan ligera.
😳
Les confieso que me daba plancha verme así.
Cuando me cambiaba de ropa en el dormitorio, la cola se me veía enorme y redonda y aunque usaba unos bermudas, me quedaban tan apretados que se me marcaba todo.
Pero lo peor fue la camiseta.
Era de algodón y de transparentarse tanto, no había problema.
Lo malo era que me quedaba un par de tallas más pequeñas, al punto que me fue imposible ponerme el sostén y se me notaban los pezones, por lo que todo me bailoteaba al caminar.
Para más remate, se me recogía de la cintura y se me veía el ombligo.
😟
¡Atroz, atroz!
Pero mi oponente tampoco se quedaba atrás.
Iris es de esas mujeres voluptuosas, que saben que son bonitas y que pueden hacer lo que quieran con los hombres.
Unos muslos tremendos y bronceados, porque va al gimnasio (y lo más seguro, que se come a algunos instructores o compañeros) y unas tetas tremendas, como las que aparecen en las revistas para adultos.
😳
¡Lo sé!
Les he dicho “tetas”, pero no se pueden llamar pechos a tanta silicona y es que son tan grandes que le hacen peso a los de mi hermana.
Además, si ella fuera una mejor mamá para Lucca, no me caería tan mal.
😕
Tengo que reconocer que es bonita, con ojitos achinados de un color verde más claro que el mío, un pelo negro medio rizado, teñido de rubio intenso y unos labios sensuales, que le dan un aire exótico, pero que también reflejan lo zorra y descarada que es.
Y aunque es casi tan baja como Hannah, no me pareció nada “abrazable”…
😠
Y para más remate, el cornudo marido de Hannah, comiéndonos los pechos con la mirada.
😞
Mi marido igual estaba preocupado por mí, porque sabe que los chicos que me miran de esa manera me hacen sentir muy incómoda.
Pero lo que más me motivaba era la alegría de Hannah cuando mi marido le preguntó si le podía mostrar el cobertizo donde guardan los veleros…
😈
Para mí, que Hannah sabía que mi marido se la iba a comer y poco le importó la manera en que Douglas nos miraba a mí y a su cuñada.
Y empezamos a jugar…
😠 😡
Disculpen que tenga tanta pica, pero solo acordarme de esa noche, me baja el enojo.
A diferencia de Hannah, Iris me tiraba a matar.
Ya dijo mi marido que no soy buena y que esa tarde, era la tercera vez que jugaba tenis en toda mi vida.
Pero ella trataba de golpearme como a propósito.
Me tiraba hacia las piernas, hacia los pechos, el brazo y la cara y puedo asegurarlo, porque ella tira infinitamente mejor que yo y mucho más preciso.
😡 👿 😡
Y más encima, me decía “A ver si puedes devolver esto…”, como si me estuviera desafiando.
Entonces, de pura casualidad, le respondí la pelota y de alguna manera, le pegué en la pierna.
😕
Montó un teatro mejor que el de un futbolista, diciendo que YO lo había hecho a propósito y qué sé yo y el bobo de Douglas creo que se la compró.
El asunto fue que decidió llevarla a la caseta del jardinero, para revisarla y curarla, dejándome solita en la cancha.
Me senté un rato, pensando y pensando si acaso debía darle disculpas y cuando me decidí que sí, fui a la caseta…
😈
Debería haberme llamado la atención, porque ¿Para qué ir a una caseta, si la mansión está un poco más lejos y con todos los remedios que puede necesitar una?
Pero yo no tenía idea y me sorprendí igual cuando llegué.
De partida, se escuchaban unos ruidos raros...
Mojados, como chupetones…
Puse la cabeza en la puerta y oí un suspiro de mujer.
“¡Muéstrame tus tetas, perra!” se escuchaba clarito la voz de Douglas.
😳
¡Se la estaba comiendo!
Y yo, piensa que te piensa, porque quería ver…
Y me baja la inspiración como a mi marido.
Por un lado, se alcanza a ver la luz de una ventana y para mi suerte, una enorme pila de ramas para el invierno, donde me podía trepar y fisgonear, sin que ellos me vieran.
¡Excelente!
😤
Y alcanzo a apoyarme, pero haciendo equilibrio y teniendo que afirmarme en la ventana.
Era una caseta grande de jardinero, donde se veía una máquina de cortar pasto, tijeras y otras herramientas.
Pero lo que más me interesaba era ver a Douglas.
😳
¡El muy sinvergüenza le había levantado la camiseta a su cuñada y se enterraba con completo descaro sobre sus pechos!
“¿Te puso caliente esa perra santurrona, cierto? ¿Te gustaron más sus jarrones?” le preguntaba ella medio molesta, aunque se notaba que lo estaba disfrutando a morir.
Él no perdía tiempo y es que claro, comparados con los de Hannah, los pechos de Iris parecían alimentar a un muñecote rubio hambriento.
Pero además, le sobaba la cola y le metía la mano con impaciencia en la rajita, sacándole unos suspiros muy sensuales a Iris.
“¡A ver, qué me tienes!” le dijo, agarrando su pene por encima del pantalón.
😲
También tengo que admitir que quería verlo…
Porque Douglas se ve más macizo que mi marido…
Y pensé yo que a lo mejor, su cosa sería más grande.
😦
Se la descubrió y ya estaba del porte de mi marido.
Iris estaba bien contenta y se la empezó a chupetear, enterita, hasta besarle los huevos.
“¡Vaya!” me dije, porque se nota que también le gusta chupar penes.
Y esperé y esperé, para ver si le crecía más, como a mi marido…
😓
Pero no le pasó.
😤
¡Me bajó un sentimiento de orgullo!
Porque claro, mi marido empieza así, pero cuando se le hincha enterita, es algo que no te cabe tan fácil en la boca.
Para que me entiendan, cuando él está medio relajado me puedo yo dar el manjarazo de chupetearle un poquito las bolitas.
Pero cuando se hincha y se termina de alargar, te llega a rozar la campanilla y te ahoga un poquito, porque se quiere meter por la garganta y más.
😫 😖
Y me empezó a bajar una calentura terrible, pensando en cómo lo debe disfrutar Hannah en el trabajo y lo difícil que le debe ser volver a su hogar, si su marido le llega hasta ahí.
Pero el mío lo traspasa eso con creces y más.
Lo más frustrante de todo era que no me podía tocar, porque estaba en puntillas sobre los palos y afirmándome con las manos de la ventana.
Así que o miraba o me tocaba.
😭
Así que seguí mirando y mirando, hasta que Douglas se afirmó con fuerza de su cabeza y se corrió.
Ella, al igual que yo, no dejó que se escapara ninguna gota y se lo tragó muy contenta.
“¡Espera, aún no he terminado!” le dijo, tomando sus poderosos pechos con sus manos y envolviendo su pene, que parecía achicarse más y más con el pasar del tiempo.
😮 😕
Sentí un poquito de lástima por ella, porque el pene de Douglas quedaba extraviado entre los pechos de Iris.
Y es que para una mujer, hacer Paizuris o cubanas también es algo excitante, porque una da su mejor esfuerzo para cubrir la virilidad de su chico.
Entonces, imagínense cómo quedamos cuando se la hacemos a un chico que la cabecita le resalta.
😋
¡Obvio que quedamos con las ganas de probar ese tentador heladote de carne!
Aparte que te revoluciona entera, porque fijo que ellos también buscan metértelo en la boca y darte a probar esa carnecita rosadita tan rica y tierna.
🤤
Yo babeaba, deseando que volviera mi marido luego, porque Douglas estaba gozando como nunca.
Los pezones rojos de Iris se veían bien hinchados y se devoraba la cosita de él con un apetito voraz.
Finalmente, él se corrió otra vez y ella la dejó metida en su boca.
💦 💦
Fueron como 2 chorritos chiquititos, que apenas hacían que se escurrieran de los labios de Iris.
Y ella se la limpiaba con la lengua, como si estuviese usando un paño de seda delicado y sensual, dándole una mirada de esas de golosa insaciable.
Su cuñado estaba muy cansado, suspirando y con una cara de náufrago que no quería más guerra.
Ella, en cambio, con una tremenda sonrisa, sabiendo que lo tenía para ella solita.
“¡Hannah se dará cuenta!” creo que le dijo él, bien bajito, porque no le alcancé a escuchar bien.
Pero ella lo miraba con soberbia.
“¡No te preocupes! ¡Te dije que sería una buena idea que invitaras a su amigo!”
😳 😩 😱
¡Fue como en las telenovelas, cuando la mala revela sus planes!
Y me dio como ladrillo en la cabeza, porque todo le encajaba a su favor…
Que Douglas llegara tarde y cansado, que ninguno quisiera salir con nosotros…
Porque como Hannah le tiene mucha confianza, sabe que le gusta demasiado mi marido y a lo mejor, había convencido al cornudo de Douglas para comérselo recontra seguro.
😲
Hasta ahí, yo la admiraba, porque había sido muy inteligente y a lo mejor, si me hubiese pedido a mi marido, se lo prestaba sin problemas.
Pero entonces, se bajó unos calzones blancos de encaje y sin parar de menearle la cosa a su cuñado, se sentó sobre él, que estaba cansado hasta los huesos.
“¡No! ¡Hannah se dará cuenta!” dijo Douglas, intentando resistirse, pero en realidad, no haciendo nada.
Y ella le sonrió con maldad.
😈
“¡Por eso, te voy a dejar seco! ¡Para que no le des nada!”
😳
Y ahí, me bajaron una mezcolanza de sentimientos.
Rabia, miedo, calentura…
No podía parar de mirar, porque Iris estaba cabalgándolo de una manera admirable y él le sobaba los pechos como si no hubiese mañana.
Caliente y chorreante, me afligía saber si le haría lo mismo a mi marido.
Si se lo comería enterito, para no dejarme nada a mí…
😕
Se meneaba apasionada. Sus pechos se veían enormes y él no paraba de besárselos.
Ella gozaba que gozaba, tiritando entera al sentirla más y más adentro.
Y yo no paraba de pensar en cómo se pondría si probara la de mi marido.
😩 😖
Esa calentura desorbitante… y yo, que no me podía tocar.
Al final, se terminó corriendo Douglas.
E Iris, saltando como loca, alcanzando la luz un poquito más atrás.
Para variar, le mordisqueaba los pechos como loco, mientras que ella no paraba de sonreír.
Y la calentura fue tan grande, que me tuve que tocar un poquito para calmarme.
💗
Mientras ellos se vestían otra vez, aproveché de volver a la cancha, al asiento donde me había quedado.
Y cuando me vieron, fue como si se le apareciera el diablo.
😠
La miraba seria, para que supiera que yo me había dado cuenta de lo que habían hecho.
Pero ella, de nuevo se hizo la coja y me amenazó que le contaría todo a mi marido cuando llegara…
😂
Algo que tuvieron que esperar bastante.
Porque ellos, con todo su ajetreo, duraron unos 20 minutos, mientras que mi marido se había “perdido” casi 2 horas.
Pero ninguno de los 2 se atrevía a ir a buscarles: él, porque estaba cansado y ella, porque no le tenía confianza a él.
Pero cuando Hannah volvió, venía con esa carita relajada que por tantos días estuve esperando.
😃
¡Le habían “dado de lo bueno” y bastante!
Y claro, como Iris le vació todo los jugos, Douglas no se daba cuenta de la manera en que su esposa se paraba cuando volvió, cruzando las piernas y tratando de mantener su colita apoyada.
XD
Porque a mí también me ha pasado que me han llenado la colita y la rajita del juguito que más me gusta.
Y también, me ha dado esa plancha cuando te empieza a escurrir y te preocupa que los demás te descubran…
😈
Pero Iris quería convencer a mi marido que le había lastimado, doblándose lo suficiente para mostrarle los pechos y obligándole a que tocara sus tersos muslos, bajando a la parte donde supuestamente le había lastimado y haciendo gestos falsos de dolor.
😆
Siempre supo que eso era una mentira y para colmarle los ánimos, le dijo que hablaría conmigo a solas.
Cuando llegamos a nuestro dormitorio, me lo comí a gusto también.
🤤
Ni siquiera le dejé que se lavara, aunque me confesara que le había hecho también la colita a Hannah.
Yo estaba famélica y demasiadamente ganosa por él y se la chupé y recontra chupé a gusto.
Su cosita, infatigable, alzada y venosa era una verdadera delicia.
Y su olorcito intenso a él, mezclado con los sabores raros de Hannah, hicieron que fuera una experiencia maravillosa de principio a fin.
Le lamía y rechupeteaba la cabecita gordita, enterrándomela hasta el fondo de la garganta, mientras miraba su hermosa carita llena de placer y le masajeaba esas maravillosas bolsitas calientitas de juguito con ternura de mujer enamorada.
😍
Como ya era su tercer tiro de la tarde, se tardó un poquito más en darme su néctar delicioso.
¿Pero creen que me importó?
¡Para nada!
Yo, paciente, paciente.
😕
Pero cuando se derramó, me volvieron a bajar los miedos de lo que vi con Iris.
Él, tan lindo y a pesar de estar tan cansadito, vio que yo tenía penita y susto y me preguntó qué me pasaba.
😊
Con un poquito de vergüenza, le pregunté si me podía hacer el amor a mí o si se sentía demasiado cansado.
Él me sonrió y me dio un tierno “¡Para nada! ¡Contigo siempre querré hacerlo!”, por lo que le di un feroz ataque de besos.
😘 😘 😘
Pero lo rico fue que aunque estaba cansado, no me mentía.
Él, si hubiera sido Douglas u otro chico, me habría dicho que se la podía y todo eso, pero podría haberse quedado a mitad de camino y dejarme con las ganas.
Pero mi mejor amigo, no.
Se la sobé y estrujé, para sacarme el gusto, quedando con las manos mojaditas con su juguito delicioso y cuando la encontré que estaba ideal para metérsela, ¡Pup!, arriba estaba yo.
😫 😖 😂 😫
Esa sensación deliciosa, que te va ensanchando otra vez más y sus manitas, tibiecitas, agarrándote los pechos y besándotelos con cariño y respeto, me fueron borrando de a poquito y cariñosamente la calentura que me dio al verlos en la caseta.
Y ahí, meneándome hasta el fondo y más allá, desesperada hasta la medula, dejé que mi marido me descargara una vez más, lo cual fue esplendorosamente maravilloso, porque la leche siempre sobró por montones.
💦 💦 💦
Finalmente, cuando mi matriz desbordaba de leche y ya no podía decir que estaba tan, tan caliente como antes, él me mira y me pregunta si me molesta que me haga la colita.
Yo, en la gloria, flotando en una nube, porque la siento pulsante y durita dentro de mí y le respondo que por él, le entregaré la colita las veces que quiera y cuando quiera, sintiéndome extremadamente contenta, porque Douglas ni con pastillas le hace esa gracia a Hannah.
😩 😖 😩 😖 😩 😖
Y después de otra sesión maravillosa, donde la colita te queda hinchada y pulsante, nos quedamos dormidos, muy abrazados, porque nuestro vuelo salía a las 8 de la mañana.
😕
Esa mañana fue triste, porque ella no quería que se fuera y la entendía muy bien.
Su mirada de congoja era tan parecida a la mía, como cuando mi marido me terminaba de hacer clases y sabía que, aunque lo volvería a ver, tendría que esperar hasta el sábado siguiente para que estuviera conmigo.
Pero él supo calmarla y le dio un abrazo afectuoso, agradeciéndole por todas las molestias que se tomó.
Yo me despedí de beso en la mejilla de Douglas y aunque él quería abrazarme también, traté de hacerlo lo suficientemente piola para no dejarlo.
Y cuando me tocó ver a Hannah, hubo algo que hizo eco en mi corazón.
😮
Como dice mi marido, aunque ella es más bajita y delgadita que yo, vi que era cierto y que en el fondo, las 2 éramos impresionantemente iguales.
Que la mirada que me daba, como entre pena y envidia, la entendía tan recontra bien, como si me hubiese mirado al espejo.
Y le pedí que me despidiera de Lucca y le diera las gracias en mi nombre, porque había sido muy buena conmigo y le agradecí también por recibirme…
😘 😳 😚
Pero claro, también le di un besito extremadamente tierno en los labios.
Ella se sorprendió, pero solamente hice caricias tiernas sobre su boca y aunque ella no me lo rechazó, tampoco se retiró y hasta sentí que su respiración se aceleró un poquito.
😳
El cornudo nos miraba atónito, pero le mentí, diciéndole que así nos despedíamos nosotras de las verdaderas amigas en Chile y que si iba de visita a Adelaide o si necesitaba con urgencia alguien con quien hablar, que se acordara de nosotros, porque ella iba a ser siempre bienvenida en mi casa.
😊
Ella me miró con un rubor tan tierno y rico, y le dio una mirada un poquito más tierna y tímida a mi marido, sonriéndome yo al saber que ella también lo había pasado espectacular con nosotros.
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3 comentarios - Iris es mala