Con mi hermana melliza

MI DULCE HERMANA MELLIZA La penetré lentamente, sus ojos los abrió bien grande y me miró fijamente, y seguí penetrando poco a poco, milímetro a milímetro sentía como su cuevita envolvía mi pene, la sensación era fantástica

Hola he leído muchos relatos y me animé a contar unas cuantas experiencias mías, la verdad es algo liberador ya que solo dos personas sabemos de esto mi hermana y yo, comenzó todo cuando teníamos 18 años, debo decir, somos mellizos.

Jugábamos juntos siempre y yo notaba que los juegos comenzaban a ponerse cada vez más intensos.

Un día mi hermana jugando se puso sobre de mí lo cual me calentó, la abracé y le di un beso en la boca, no pensé bien lo que estaba haciendo, después del el beso que ella no rechazó caí en cuenta de lo que hacía.

Los días siguientes nos besábamos casualmente cuando nadie estaba en casa, y nos recostábamos uno sobre del otro, era divertido y excitante esa sensación de que en cualquier momento abrirían la puerta y entraran nuestros padres o alguna de nuestras hermanas.

Todo fue ocurriendo de apoco, cada vez hacíamos más y más comenzamos a tocarnos, yo tocaba sus pechos, y recorría sus nalgas con mis manos mientras ella apretaba con fuerza mi verga. Cuando pensé que las cosas no podían ir más lejos entonces ocurrió, mis padres se fueron con mis dos hermanas, por lo cual nos dejaron a los dos solos, a los cinco minutos de haber partido ellos, comenzamos a besarnos apasionadamente, la besé con todas mis ganas y ella acariciaba mi espalda.

Yo apretaba sus pechos, así entre besos llegamos a la cama, me senté en ella y mi hermana sobre de mí, la miré y sus grandes ojos azules estaban totalmente llenos de lujuria.

- ¿Que piensas?- le dije. - Quiero hacerlo contigo. - ¿Estás segura? -Nunca estuve más segura de algo antes de hoy.

Le quité su blusa y por primera vez vi sus pechos, me parecieron hermosos, y comencé a besar su cuello y luego me dirigí hacia ellos, besé suavemente sus pezones, los lamí hice cuanto se me ocurrió con ellos, había tantas cosas por hacer por primera vez.

Ella quitó mi camisa y yo me apresuré a quitarle su pantalón, me sorprendí al ver su braga totalmente húmeda, besé un momento su ombligo… Hasta ese momento mi experiencia solo se limitaba a unas cuantas películas vistas a escondidas en casa de los amigos, y las revistas porno que robábamos a los hermanos de unos primos.

Fue totalmente placentero ver una rajita por primera vez en mi vida, conocer su aroma, y saborear lentamente, tratar de hacer lo que yo había visto, cambiamos turno, mi hermana siempre estaba conmigo y ella también había visto alguna vez las pelis porno conmigo con sus amigas, entonces bajó el zipper de mi pantalón y quitó el botón, levanté un poco la cadera para ayudarla a que me quitara el pantalón pero lo bajó junto con el bóxer.

Debió haberse sorprendido abrió sus ojos azules como un niño cuando ve un dulce, tomó mi verga entre sus manos, y se lo llevó a su boca, debo decir que no es la mejor mamada que he recibido en mi vida, pero la que recordaré como una de las más excitantes.

La puse boca arriba y me coloqué encima de mi hermana, con mi mano coloqué mi verga a la entrada de su cuevita, en ese momento era fácil ver el sudor en su frente, y sentía como las gotas resbalaban también por mi espalda, comencé a penetrarla, abrió grande los ojos, y me miró fijamente, sentí que tuve que detenerme un momento.

-¿Estás bien? -Si, ¿por que te detienes? -Sentí que te lastimaba -Un poco pero sigue.

Seguí penetrando poco a poco, milímetro a milímetro sentía como su cuevita envolvía mi pene, la sensación era fantástica, mis manos temblaban, y mis piernas también llegué a tope, su cadera completamente junto a la mía, compenetrados totalmente, me besó en ese momento, entraba y salía lentamente…

Debimos estar así por mucho tiempo o por lo menos fue lo que me pareció en primera instancia, y cada momento que pasaba la velocidad se incre

mentaba, estuve con los ojos entre cerrados besando, hasta que sentí que me venía, en ese momento saqué mi verga y ella me ayudó a acabar con su mano, mientras yo acariciaba su rajita despacio.

Cuando acabé en sus manos empezamos a besarnos, lo hicimos una vez más esa noche y muchas veces más posteriormente, pero eso lo dejo para después.

Esta es la historia de como comenzó todo, no fue llena de gritos ni gemidos, ni palabras, casi todo ocurrió rápidamente y en silencio, y el jadeo.