[Fan-Fiction] Mariana Fabbiani

A pedido del usuario Alcoporo.
Estoy escribiendo bastante últimamente, en especial este tipo de relatos, así que cualquier pedido de celebridad o tipo de relato es más que bienvenido, así como también cualquier crítica.





- No tenes que hacer esto.
Mariana se había acercado al hombre, decidida y con una expresión seria en su rostro. Abrió la boca para decir algo, pero no pudo, de pronto se abrió la puerta detrás de ellos y dos chicas, notoriamente más jóvenes y atractivas que ella entraron. Caminaron hasta donde se encontraba el hombre, deliberadamente ignorándola.
- Ya está, podes irte.
- Ese es mi programa.
- Y ahora es mío.
Dijo una de las mujeres mirándola con una sonrisa burlona.
- Yo lo hice… yo…
Quiso seguir hablando, pero no pudo, la garganta se le cerraba y los ojos se le llenaban de lágrimas.
- No hagas esto, no vale la pena, te prometo que, si surge otra cosa, vas a ser la primera que llame.
Mariana no dijo nada, no pudo, miro a las mujeres que la seguían mirando con expresión de desagrado, y salió del lugar. Había empezado a llorar y no quería que la vieran.

Mientras abría el auto en aquel gran y solitario garaje, sintió un ruido detrás de él que lo sobresalto. Giro rápidamente, y sorpresivamente se encontró con Mariana, inmóvil, y con una expresión seria en su rostro y el silencio.
- Por dios mujer, casi me das un paro al corazón.
Dijo muy sobresaltado e intentando recuperar el aliento.
- Quiero que hablemos.
- No tengo problemas, podemos ir a tomar un café y hablar de lo que quieras, la vida, política, películas de superhéroes, astrología.
- Yo quiero…
El hombre se le acerco y la tomo suavemente por los brazos.
- Pero no del programa.
La interrumpió el.
- Vos ya sabes como son las reglas del juego, necesitamos un movimiento de personas y programas, no es nada persona, es cómo funciona la televisión.
- Es mi programa, mío, y lo quiero yo, ahora.
Dijo muy seriamente, acercando su rostro al de él.
- ¿Qué tengo que hacer para recuperarlo?
- Vos no podés hacer nada.
- Pero vos podés hacerme todo.
Dijo Mariana acercándose al oído, susurrándole, y luego corrió un poco su rostro para volver a enfrentarlo.
- No soy como esas boluditas, conmigo no te tenes cuidar.
- Podes arrepentirte de decir eso.
Mariana no respondió, y los dos quedaron frente a frente en silencio por unos momentos.
- Subí al auto.
Dijo finalmente el, sin quitarle la vista de encimo. Mariana sonrió.

Mariana se apareció en el living vistiendo una provocativa ropa interior, dio unas vueltitas frente a él. Se le acerco, apoyo sus manos en el pecho de él, le sonrió y lo comenzó a besar en la boca, el apoyo su mano en la espalda de ella, y despacio la subió hasta tomarle el pelo, y tiro fuerte hacia atrás, Mariana dio un pequeño grito cuando movió su cabeza para atrás.
- Te dije que te ibas a arrepentir putita, ¿está segura de querer seguir?
Le pregunto sin soltarla.
-Si.
Volvió a tirar con más fuerza, ella volvió a gritar un poco.
- ¿Si qué?
- Sí señor.
La tiro para abajo, y callo de rodillas al suelo.
- ¿Vos queres tener tu programa de vuelta? Vas a tener que ganártelo.
Dijo mientras se abría el pantalón y sacaba su miembro erecto y lo ponía frente a su cara, ella lo miro un momento y luego comenzó a hacerle sexo oral.
- Así bebe, vos necesitas un programa y yo una putita sumisa.
Le había puesto sus dos manos sobre la nuca de ella, haciendo que se moviera más rápido.
- Veni.
La tomo del cuello y la llevo a la rastra hasta una mesa que allí había, la tiro sobre esta, boca abajo, inclinándola sobre esta. Él se bajó completamente el pantalón, se agacho, puso sus manos sobre la cola de ella, separando los cachetes un poco, escupió dos veces con bastante saliva, le metió dos dedos masajeándolo, luego se levantó, se tomó el pene y despacio comenzó a penetrarla.
- ¡Ay no para, para, me duele!
Él se inclinó sobre ella, casi acostándose y le volvió a tirar del cabello.
- Me duele, por favor señor, use un preservativo, gel o algo… señor.
- Vos no entendes boluda, el que tiene que gozar soy yo, no vos.
Le susurró al oído, luego se levantó, tomo la cintura de ella con sus manos fuertemente, y de un solo movimiento la penetro completamente, ella se retorció y dio un grito.
- Si hija de puta, el que goza soy yo, a vos que te duela.
Dijo a los gritos mientras se movió con mucha fuerza detrás de ella.
- Sí señor.
Respondió despacio Mariana. El siguió un poco más, hasta que dio los últimos golpes fuertes y con un grito acabo dentro de ella, dio un paso hacia atrás, le dio unos golpes en la cola y luego se tiro en un sillón, para recuperar el aliento. Mariana se incorporó y dio unos pasos lentos.
- Nadie te dijo que te podías levantar.
Dijo sin mirarla, Mariana se volvió a arrodillar en el suelo.
- Quédate ahí hasta que se me pare otra vez.
- Sí señor.
Se quedaron en silencio unos momentos, luego él se incorporó, se sirvió una bebida y se le quedo mirando mientras la tomaba.
- El lunes a la mañana tenes tu programa de vuelta, es tuyo.
- Gracias señor.
Se volvió a recostar en el sillón, tirándose hacia atrás.
- Y a la noche tenes otra reunión acá conmigo, y los otros directivos del canal.
Se reincorporo un poco en el asiento y la miro de reojo.
- Somos ocho.
- Gracias señor.
Se volvió a recostar en el sillón con los ojos cerrados, mientras Mariana permanecía arrodillada en el suelo.