Relato XVII
Después de mi encuentro con Aníbal, tuve un encuentro conJuan. Este señor era el asador, el que hacía los asados quincenales. Juan sehabía dado cuenta que yo me había ido aquel día con Aníbal y seguro que pensólo que habíamos hecho. Juan siempre me miraba cuando iba a los asados, yo no ledaba mucha bola, pues era algo mayor que los demás, y además no era lindo, eramas bien gordo, tenía una panza medio como desagradable, pero lo que era desimpático creo que tapaba lo demás. Siempre iba solo a los asados, pues sumujer, a la que no conocí nunca, ni iba porque se quedaba con los hijos en lacasa. En el mes de Enero los asados se suspendían porque la mayoría de la genteestaba de vacaciones, en general se retomaban en Marzo casi siempre después dela semana de carnaval. Un día en enero fui al club y me encontré en lacafetería con Juan. Me vio llegar y sentarme en una mesa y se arrimó enseguida.Me dijo, hace rato no nos vemos, con esto de la suspensión de los asados.. Y ledije, si, sabes, extraño los asados y ahora hay que esperar a marzo. Ese díaera sábado y eran como las cinco de la tarde. Juan, que haces acá hoy a estahora? Le dije. Deberías estar con tu familia. Me dijo, pasa que hoy tengo quetrabajar desde las ocho de la noche porque hay un casamiento acá en el club yme contrataron de mozo. Y que haces tan temprano, faltan como tres horas parael casamiento, le dije. Me dice entonces, vine para ver si encontraba algo parahacer antes. Algo que? Le dije yo. Mira, me dice, soy muy directo cuando hablo,solo quiero que me digas si o no, se acercó a mi oído y me dice, quiero tenersexo contigo, me tenés loco. La verdad es que estás loco de remate, le dije.Entonces empezó todo un verso de que se había enamorado de mi y hasta que no lohiciera no se iba a sentir bien. Yo le dije, y que tengo que ver yo que tehayas enamorado de mi? Yo le dije, Juan, mira, yo encantada de conversarcontigo, pero lo demás no. Seguimos conversando en un tire y afloje hasta quellegó la hora del casamiento y yo me fui.
Cuando llegué a casa me puse a reir, y pensaba, pobre Juan,que locura tiene.
Pasó, pero el lunes cuando salía de trabajar me lo encuentroen la puesrta de la inmobiliaria esperándome, me estuvo acosando como diez díashasta que me dijo que se iba a suicidar si yo no le daba bola. Que queríasepararse de su mujer y estar conmigo. Al final pensé, que pasa si le llevo elapunte y nos vemos en algún lado y nosmanoseamos un poco y lo hago acabar y listo. No va a molestarme mas, creo.
Me esperaba todos los días al salir del trabajo, entonces undía le dije, Juan, vamos a ir a algún lugar intimo y conversamos tranquilos yvemos, te parece? No se si vamos a tener sexo, probablemente no, pero vamos aconversar tranquilos. Tomamos un taxi y fuimos a un hotel que yo conocía porquehabía ido con Fabio. Entramos y le dije, vamos a hablar un poco Juan, no es queno quiera, es que no siento hacerlo contigo. Entonces me dijo, cuando meconozcas todo vas a ver que quieres hacerlo conmigo, tras cartón se bajó lospantalones y el calzoncillo y quedó a mi vista un pene divino, el mejor detodos los que conocí en el club. Inmediatamente le saqué una foto, es lasegunda que saqué, la primera es la de mi ex suegro, que en paz descanse. Hemostenido sexo varias veces, no se si cinco o seis veces, lo que si le pedí quefuera por detrás, porque no quería verlo a él. Es feo y gordo, pero coge comolos mejores.
Así, después fueron apareciendo los demás, José, EduardoJorge. De este último tengo algo que contar. Nunca había visto que en la cabezadel pene un hombre tuviera un lunar, así es el pene de Jorge.
Si alguien quiere que le muestre algunas de mis fotos, me lopiden y veré de mostrarles.
Algunas de mis amigas se enteraron que me estaba acostandocon los maridos de otras, ninguna supo que me acosté con el suyo. Pero bueno,creo que los tipos que se acostaban conmigo no sabían que sus mujeres seacostaban con otros. Lo que si recuerdo bien es que tres de las chicas mecontaron que se habían acostado con Juan, que si bien era feo, las había hechosentir lo que era un buen polvo.
Y así siguió mi vida hasta que me gustó cambiar por loschicos.
Hoy sigo disfrutando de Julián, y seguro va a ser hasta queél quiera, ya no quiero buscar ninguno mas.
Besos a todos
Después de mi encuentro con Aníbal, tuve un encuentro conJuan. Este señor era el asador, el que hacía los asados quincenales. Juan sehabía dado cuenta que yo me había ido aquel día con Aníbal y seguro que pensólo que habíamos hecho. Juan siempre me miraba cuando iba a los asados, yo no ledaba mucha bola, pues era algo mayor que los demás, y además no era lindo, eramas bien gordo, tenía una panza medio como desagradable, pero lo que era desimpático creo que tapaba lo demás. Siempre iba solo a los asados, pues sumujer, a la que no conocí nunca, ni iba porque se quedaba con los hijos en lacasa. En el mes de Enero los asados se suspendían porque la mayoría de la genteestaba de vacaciones, en general se retomaban en Marzo casi siempre después dela semana de carnaval. Un día en enero fui al club y me encontré en lacafetería con Juan. Me vio llegar y sentarme en una mesa y se arrimó enseguida.Me dijo, hace rato no nos vemos, con esto de la suspensión de los asados.. Y ledije, si, sabes, extraño los asados y ahora hay que esperar a marzo. Ese díaera sábado y eran como las cinco de la tarde. Juan, que haces acá hoy a estahora? Le dije. Deberías estar con tu familia. Me dijo, pasa que hoy tengo quetrabajar desde las ocho de la noche porque hay un casamiento acá en el club yme contrataron de mozo. Y que haces tan temprano, faltan como tres horas parael casamiento, le dije. Me dice entonces, vine para ver si encontraba algo parahacer antes. Algo que? Le dije yo. Mira, me dice, soy muy directo cuando hablo,solo quiero que me digas si o no, se acercó a mi oído y me dice, quiero tenersexo contigo, me tenés loco. La verdad es que estás loco de remate, le dije.Entonces empezó todo un verso de que se había enamorado de mi y hasta que no lohiciera no se iba a sentir bien. Yo le dije, y que tengo que ver yo que tehayas enamorado de mi? Yo le dije, Juan, mira, yo encantada de conversarcontigo, pero lo demás no. Seguimos conversando en un tire y afloje hasta quellegó la hora del casamiento y yo me fui.
Cuando llegué a casa me puse a reir, y pensaba, pobre Juan,que locura tiene.
Pasó, pero el lunes cuando salía de trabajar me lo encuentroen la puesrta de la inmobiliaria esperándome, me estuvo acosando como diez díashasta que me dijo que se iba a suicidar si yo no le daba bola. Que queríasepararse de su mujer y estar conmigo. Al final pensé, que pasa si le llevo elapunte y nos vemos en algún lado y nosmanoseamos un poco y lo hago acabar y listo. No va a molestarme mas, creo.
Me esperaba todos los días al salir del trabajo, entonces undía le dije, Juan, vamos a ir a algún lugar intimo y conversamos tranquilos yvemos, te parece? No se si vamos a tener sexo, probablemente no, pero vamos aconversar tranquilos. Tomamos un taxi y fuimos a un hotel que yo conocía porquehabía ido con Fabio. Entramos y le dije, vamos a hablar un poco Juan, no es queno quiera, es que no siento hacerlo contigo. Entonces me dijo, cuando meconozcas todo vas a ver que quieres hacerlo conmigo, tras cartón se bajó lospantalones y el calzoncillo y quedó a mi vista un pene divino, el mejor detodos los que conocí en el club. Inmediatamente le saqué una foto, es lasegunda que saqué, la primera es la de mi ex suegro, que en paz descanse. Hemostenido sexo varias veces, no se si cinco o seis veces, lo que si le pedí quefuera por detrás, porque no quería verlo a él. Es feo y gordo, pero coge comolos mejores.
Así, después fueron apareciendo los demás, José, EduardoJorge. De este último tengo algo que contar. Nunca había visto que en la cabezadel pene un hombre tuviera un lunar, así es el pene de Jorge.
Si alguien quiere que le muestre algunas de mis fotos, me lopiden y veré de mostrarles.
Algunas de mis amigas se enteraron que me estaba acostandocon los maridos de otras, ninguna supo que me acosté con el suyo. Pero bueno,creo que los tipos que se acostaban conmigo no sabían que sus mujeres seacostaban con otros. Lo que si recuerdo bien es que tres de las chicas mecontaron que se habían acostado con Juan, que si bien era feo, las había hechosentir lo que era un buen polvo.
Y así siguió mi vida hasta que me gustó cambiar por loschicos.
Hoy sigo disfrutando de Julián, y seguro va a ser hasta queél quiera, ya no quiero buscar ninguno mas.
Besos a todos
6 comentarios - Mi vida despues del divorcio
Con mi mujer cogemos una vez al mes (tenemos 50 y pico), y medio que no quiere más coger.... por éso busco amante. pero la requiero a ella... lástima que quiera ponerla poco.... saludos.