(Imágenes relatadas)
Una manera rica de disfrutar sexualmente es mirando una cogida. O sea, soy voyeur, mirón, y la mayoría de las veces, sin tocarme, disfruto tremendas acabadas.
En una ocasión, un amigo me contó que llevaría a una rica hembra a un rincón boscoso y me invitó a mirar y sacar fotos. Llevé trípode. Cuando llegué, ya estaban franeleando. Me apuré a desnudarme y empezar a fotografiar
Ver como la chica tocó el bulto, escuchar sus gemidos y pedidos me puso al palo.
Y la trola desprendió el pantalón, se arrodilló y empezó a comer el pedazo.
El amigo la levantó, bajó la calza, la puso de espalda y fue con la pija a la concha
Ella abrió las piernas, agachándose, para recibir la verga. El zoom de mi cámara tomó ese rico momento
Ambos se arrodillaron sobre el pasto. La puta movió el orto adelante, atrás, en círculo, disfrutando la pija, mientras gritaba “¡llename papi, dame duro!. Mi amigo embistió como caballo.
Rápidamente le sacó toda la ropa y dejó desnuda. Un cuerpo espectacular, tetas sabrosas, concha depilada. El se recostó boca arriba e hizo que ella se sentase sobre el pedazote.
Ella se movió sobre la verga enloquecida, gritando, con la cara desquiciada. No supe que me excitó más, si sus gestos de puta, sus gritos o los labios vaginales tragando la pija. Vi como saltaba con sus orgasmos. Reprimí mis deseos de agarrarme la chota y acabar.
“¡Ay puta!, ¡me llega la leche!”, exclamo él. Entonces la trola se desprendió, mi amigo se incroporó y ella se colocó para recibir los lechazos en su boca. Lo que no pudo tragar se derramaron en sus tetas.
Yo, sin tocarme, acompañé con mis chorros...
Una manera rica de disfrutar sexualmente es mirando una cogida. O sea, soy voyeur, mirón, y la mayoría de las veces, sin tocarme, disfruto tremendas acabadas.
En una ocasión, un amigo me contó que llevaría a una rica hembra a un rincón boscoso y me invitó a mirar y sacar fotos. Llevé trípode. Cuando llegué, ya estaban franeleando. Me apuré a desnudarme y empezar a fotografiar
Ver como la chica tocó el bulto, escuchar sus gemidos y pedidos me puso al palo.
Y la trola desprendió el pantalón, se arrodilló y empezó a comer el pedazo.
El amigo la levantó, bajó la calza, la puso de espalda y fue con la pija a la concha
Ella abrió las piernas, agachándose, para recibir la verga. El zoom de mi cámara tomó ese rico momento
Ambos se arrodillaron sobre el pasto. La puta movió el orto adelante, atrás, en círculo, disfrutando la pija, mientras gritaba “¡llename papi, dame duro!. Mi amigo embistió como caballo.
Rápidamente le sacó toda la ropa y dejó desnuda. Un cuerpo espectacular, tetas sabrosas, concha depilada. El se recostó boca arriba e hizo que ella se sentase sobre el pedazote.
Ella se movió sobre la verga enloquecida, gritando, con la cara desquiciada. No supe que me excitó más, si sus gestos de puta, sus gritos o los labios vaginales tragando la pija. Vi como saltaba con sus orgasmos. Reprimí mis deseos de agarrarme la chota y acabar.
“¡Ay puta!, ¡me llega la leche!”, exclamo él. Entonces la trola se desprendió, mi amigo se incroporó y ella se colocó para recibir los lechazos en su boca. Lo que no pudo tragar se derramaron en sus tetas.
Yo, sin tocarme, acompañé con mis chorros...
1 comentarios - Mirando como cogen también acabo