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relatos
Era una tarde cálida de verano, tenía que ir a la ciudad contigua a la mía que está a unos 20 minutos en coche. Como me entretuve y entre unas cosas y otras perdí el último autobús, decidí probar a hacer autostop.
Aunque eran las 21h. todavía hacía mucho calor y el sol no se había puesto todavía. Llevaba puesto un vestido negro muy ligero por encima de la rodilla, un poco apretado en el pecho y suelto a partir de ahí. Tenía escote 'palabra de honor' por lo que lo llevaba sin sujetador.. Una sudadera roja y una mochila eran todo lo que me acompañaba. Me puse a andar por la carretera haciendo dedo, tuve suerte, tras un par de coches que pasaron de mi llegó un corsa rojo que se detuvo a pocos metros de donde estaba.
Me acerqué a la ventanilla del lado del copiloto, que ya estaba bajada, para hablar con quien conducía. Resultó ser un hombre adulto, de unos 40 años, moreno y bastante atractivo. En cuanto me vió sonrió y me preguntó a dónde iba, se lo dije y me invitó a subir ya que le quedaba de camino.
Tras subirme al coche me dijo que debería tener cuidado al hacer autostop yo sola, que no sabía con quien podía encontrarme, cuando le contesté que sabía cuidarme sola soltó una carcajada franca que me hizo sentir cómoda
- Eso está bien
Estuvimos hablando de trivialidades un rato, me preguntó qué música solía escuchar y a continuación puso un cd de uno de mis grupos favoritos que llevaba en el coche. Me gustaba ese tipo
Como llevaba la mochila entre las piernas, me obligaba a tenerlas un poco abiertas, y una de las veces que cambió de marcha su mano rozó ligeramente mi rodilla. En lugar de apartar la pierna para facilitar su conducción, acerqué la pierna un poco más... detalle que no pasó inadvertido para él, de reojo pude ver cómo sonreía
Mientras seguíamos matando el tiempo con comentarios poco sustanciales, cada vez el cambio de marchas se hacía más interesante. Había dejado la mano sobre la palanca y con el dedo índice había empezado a acariciar mi rodilla, primero de un modo casi accidental pero ahora ya más descarado. Como vió que no me molestaba decidió apoyar su mano en mi pierna
- Tienes una piel muy suave
- Y tú la mano muy caliente
Comenzó a dibujar círculos muy suavemente en la parte interna de mi muslo, subiendo muy despacio desde la rodilla. No pude evitar abrir mis piernas un poco más y echarme hacia delante en el asiento para facilitar su acceso, notaba como poco a poco me iba poniendo a tono. Cuando llegó a la parte de arriba del muslo pareció dudar si seguir subiendo, por lo que tomé su mano y la puse sobre mi coño, que para entonces ya estaba húmedo. Noté cómo sus dedos me acariciaban ligeramente sobre las bragas, cerré las piernas un poco para que ejerciera más presión y sentir como sus dedos me manoseaban.
En ese momento tuvo que cambiar de marcha, pero una vez su mano quedó libre volvió con fuerzas renovadas introduciéndose dentro de mis bragas, moviéndose más rápido y buscando el origen de los flujos que me estaban empapando, estuvo jugando un rato hasta que me introdujo un dedo provocando un leve gemido que no pude contener
- ¿Qué te parece si tomamos un desvío? - le pregunté
- Hecho
Cerré los ojos y me entregué al placer de sentir su mano jugueteando con mi coño, poniéndome más y más cachonda. En un momento noté que el vehículo se detenía, abrí los ojos y estábamos en un descampado que desde luego no conocía
- ¿Y ahora qué quieres hacer conmigo, mujer? - dijo sonriendo mientras su mano todavía continuaba dentro de mis bragas
Como respuesta me acerqué a él y le di un beso cálido y húmero en el que nuestras lenguas se rozaban intensamente mientras con mi mano iba acariciando su cuello, con la otra comencé a acariciar su pecho y bajar por la barriga. Al llegar a los pantalones seguí bajando y pude sentir su polla dura esperándome bajo la ropa
En ese momento se separó y me preguntó si me gustaría bajar para estar más comodos, le dije que sí y abrí rápidamente la puerta, no quería perder un segundo. Frente a frente delante del coche empezamos a besarnos y acariciarnos con urgencia. Me tomó por la cintura y me alzó para sentarme en el capó del coche, lo abracé con mis piernas para notar por fin su polla cerca de mi cuerpo. Comenzó a lamerme el cuello, el roce de su lengua contra mi piel no hacía más que humedecerme por completo, comenzó a bajar y para facilitar su camino bajé la cremallera lateral del vestido que cayó sobre mi regazo.
- Me encantan tus tetas
- Todas tuyas
Las acarició con ambas manos y comenzó a besarlas y moderlas jugando con la lengua en mis pezones que estaban duros a la espera. Me empujó hacia atrás hasta que apoyé mi espalda en el capó del coche, así, tumbada estaba a su merced, lo que no me importaba en absoluto. Mientras sus manos seguían jugando con mis tetas su boca bajaba por mi viente, poniéndome la piel de gallina. Bajó el vestido y las bragas a la vez dejándome completamente desnuda. En ese momento sentí su aliento acercándose a mi coño, que lo esperaba con deseo. Con las manos me abrió las piernas con suavidad para zambullirse de lleno entre ellas. Dio un lametazo que me hizo gemir de nuevo, al sentir su saliva empapándome todavía más. Con una mano abrió los labios para poder entregarse a comerme el coño de una forma en que jamás me lo habían comido, mientras con la otra volvió a manosear mis tetas. Me estaba volviendo loca de gusto, notando su experta lengua dibujando círculos y ejerciendo presión contra mi sexo. Cuando mis gemidos subieron de volumen me metió la lengua lo que me hizo soltar un grito de placer y empujar su cabeza con mis manos, quería más. Me obedeció, mientras con la boca me chupaba y absorvía volvió a acariciarme con la mano hasta meterme un dedo, que pronto fueron dos. Estaba muy cachonda y gemía sin control, pidiéndole que no parase y que me diera más caña. Aumentó el ritmo, ahora metiéndome 3 dedos, cada embestida me hacía gritar
- Más rápido,dame más rápido!! Me voy a correr!!
Mientras su mano se introducía en mi a un ritmo frenético su boca me mordía y lamía cada vez más fuerte hasta que me corrí gritando como nunca había gritado
Entonces subió su cabeza hasta la mía y me besó, manchándome la cara con mi corrida, sin darme tiempo a decir nada, pasó su mano por mi nuca y me sentó de nuevo en el capó
- Ahora te voy a follar como te mereces
Pese a que acababa de correrme esa idea me puso de nuevo a tono, sobretodo por el tono firme que había usado... estaba dispuesta a hacer lo que me dijese
Se bajó los pantalones y se metió entre mis piernas besándome con más ganas todavía. En ese momento sus manos bajaron por mi espalda hasta acariciarme el culo con fuerza, manoseándolo sin contemplación. Lo abracé con mis piernas mientras lamía su cuello. En ese momento me levanto del coche sosteniéndome por el culo y pude sentir su gran polla hinchada
- Quiero que me folles ya
Me dejó en el suelo y me dió la vuelta. Mientras sus manos tocaban, apretaban y pellizcaban mis tetas noté su polla rozando mi culo, me eché un poco hacia delante, pero él me empujó hasta que mi cuerpo quedó apoyado en el capó, mis tetas se aplastaron contra el metal cubierto de mis flujos. Me dió un pequeño azote y luego magreó mi culo mientras su capullo jugaba a la entrada de mi coño, empapándose, palpitando de ganas de entrar. Con una de sus manos seguía pellizcando y abriendo mi culo, con la otra dirigía su polla, dibujando círculos cada vez más cercanos a la entrada de mi coño hasta que al final pude sentirla dentro... lentamente rozaba mis entrañas haciéndome gemir de nuevo. Tenía una polla enorme que me estaba invadiendo despacio, la sacó un poco y volvió a embestirme aumentando un poco el ritmo, cada vez me estaba follando más rápido y cada vez gemíamos más fuerte. Ahora me tiraba del pelo mientras exigía
- Dime que eres mi zorra
- Soy tu puta y puedes hacer conmigo lo que quieras, sigue follándome, quiero correrme otra vez!
- Así me gusta zorra
Cada vez las embestidas eran más rápidas y con más fuerza y la mano que no tiraba de mi pelo me daba azotes también cada vez más fuertes
- Ohhh, zorra, me encanta tu coñito. Vas a hacer que me corra enseguida... ohhh, joder, cómo me pone tu culo!!
De pronto aceleró el ritmo todavía más follándome frenéticamente, taladrándome mientras gemía. Me agarró el culo con fuerza con ambas manos y noté cómo su leche caliente se desparramaba en mi interior a cada palpitación de su polla, empezó a bajar el ritmo hasta que paró quedándose un momento dentro de mi coño disfrutando el calor y la humedad que había provocado
Cuando nos recuperamos un poco, sacó la polla empapada y comenzamos a vestirnor lentamente, nos besamos y volvimos a subir al coche. Antes de ponerlo en marcha me miró y me dijo sonriendo
- Pues sí que te defiendes bien!
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