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Y otro...
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La hembra de mi jefe
Me llamo Sandra, acabo de cumplir 24 años, me casé hace cuatro, tengo una hija de 2. Soy una morocha, de ojos celestes y realmente creo que estoy muy fuerte, eso es lo que los hombres me han hecho sentir a lo largo de los años. Mi marido se llama Carlos, nos conocimos en el trabajo, el era para mi un amante especial hacía el amor de una manera casi salvaje, me daba la idea de una fiera cada vez que cogiamos, con el tiempo descubri que esta furia estaba relacionada con las discusiones que tenía con su padre, y a medida que pasó el tiempo, algo paso en esa relación y me parecio que Carlos se sentía vencido, humillado. Carlos trabaja en sistemas, en el último tiempo, Carlos empezo a ponerse mal, se agravo esta situación con su padre y creo que se considero finalmente derrotado, descuido su trabajo y tambien me descuido a mi. Termino perdiendo el trabajo. No quiere trabajar en otro rubro, se queda en casa y ya ni busca, así que yo sostengo la casa y a él. Lo más terrible para mí es que él ya no tiene deseo sexual, o cuando estamos por concretar se deprime y pierde su erección. Suelo masturbarme bastante pero siento que no me alcanza lo suficiente, necesito sentir a un hombre, sentirme mujer. Bueno eso, soy joven, en la empresa empecé a arreglarme más, usaba ropa más ajustada, tangas más chiquitas, estaba sin quizas darme cuenta a la busqueda, necesitaba sentirme mujer, sentir a un hombre, pero creo que no me daba cuenta del todo lo que buscaba en esos momentos. Estaba tan caliente que me hacía apoyar en el subte, últimamente era la unica pija dura que podía sentir, cuando me apoyaban en el subte, esos días llegaba caliente a la oficina, me iba al baño, me refrescaba un poco y empezaba a trabajar. El gerente del sector, Marcos, de unos cuarenta años, cada vez que pasa me mira con detenimiento, siento como recorre mi cuerpo, siento su mirada y es como una caricia que más se detiene en mis pechos y en mi culo. muchas veces me voy al baño a masturbarme pensando en él. Algunas veces nuestras miradas se cruzan y lo miro provocativamente y bajo la mirada, en un gesto muy estudiado, que creo que lo calienta aún más. Una noche les serví la cena a Carlos y a la nena y me fui a acostar me empecé a masturbar, pensaba en Marcos todo el tiempo, Carlos entro, me molesto la interrupción, pidio disculpas y me hizo toda una escena que era por su culpa, que ya no me cogía, y esto y lo otro, le pedí que saliera y cerrara la puerta, me masturbe muy lentamente pensando en Marcos.
Finalmente uno de esos días, el gerente me llamó a su oficina. me dijo que realmente me felicitaba, que sabía que mi marido no tenía trabajo, que toda la responsabilidad caía sobre mi, pero que nunca flaqueaba, quería ofrecerme que fuera su secretaria y obviamente mejoraría mi sueldo, le dije que me encantaría, necesitaba el dinero. Esa noche en casa se lo anuncie a mi marido, me felicito. Tuve sueños muy eróticos en los que el jefe me acariciaba, o me hacía el amor sobre el escritorio, a veces se mezclaban las imagenes a veces era Carlos el que me cogía como en los tiempos en que lo hacía salvajemente y otras veces era Marcos el que lo hacía.
Mi trabajo era mucho más cómodo tenía una oficina junto a la oficina del jefe, él era un hombre casado, su esposa andaba por los treinta, siempre de shopping, gimnasio, tipica mina que no sabe que hacer con su vida y gasta plata al pedo, no habían podido tener hijos por el momento.
Con el tiempo empecé a usar solo faldas y cada vez más cortas y ajustadas, mi marido noto mi cambio y me preguntó el motivo. Le dije que me quería ver bien, lo mire fijo a los ojos, hace seis meses que no cogemos, si algún hombre se me acerca no lo voy a rechazar. El se quedó en silencio, después me dijo.
-Pasa algo con tu jefe...?
-Por ahora no... solo miradas por ahora... me parece que no tendriamos que hablar de estás cosas no...?
-Tenés razón... perdoname...
Yo pensé que se iba a enojar, armarme una bronca, quizás se despertara su deseo.
En la oficina el jefe notaba mi cambio cada vez sus miradas eran más calientes, yo cada vez que le llevaba algo a su oficina, me quedaba parada a su lado y me sentía caliente, deseosa.
Un día me dijo.
-Sandra, se te ve más arreglada, parece que estás mejor, si no te molesta que te pregunte, está mejor la relación con tu marido...?
-No, lamentablemente no... me arreglo porque quiero sentir que todavía soy deseable, que a algún hombre le puedo gustar...
Fue como un disparador en la situación su mano subía por mis piernas y acaricio mi cola y después corrio la tanga a un lado y me metió sus dedos, que delicia, sintió lo mojada que ya estaba, saco sus dedos y los chupo. Se puso de pie, fue hacia la puerta y trabo la puerta de su oficina, se bajo el cierre de su pantalón y sacó su miembro que estaba bien duro. Se acercó a mi que me había puesto delante del escritorio esperándolo me había subido la falda dejando ver mis piernas y mi conchita bajo la tanga. Se acercó sin decir palabra y me beso, el tenía ganas acumuladas hacía un montón y se le notaba, me acomodó sobre el escritorio, mientras liberaba mis pechos de su encierro, jugaba con la punta de su pija, sobre la tela de mi tanga, la corrí enseguida a un costado.
-Metemela por favor... necesito pija...
El maldito se quedo jugando un largo rato y después me la clavo de golpe, que sensación extrañada y maravillosa, lo apreté con mis piernas rodeando su cintura y su culo, me ofrecí bien abierta para él que me besaba y me culeaba duro y parejo, tomó un ritmo violento, mientras pasaba de morder mis pechos, a mis labios chupaba y mordía alternadamente, yo trataba de no hacer ruido, me molestaba que alguien pudiera enterarse.
-Que bueno tenerte así... me encanta... sos deliciosa... y que jugosa estas...
-Me gusta tu pija... parece hecha para mi...
-Como hace tu marido para no cogerte...? esta muy enfermo seguro...
-Pero si vos me ayudas voy a poder ayudarlo... bancarlo más tiempo... necesitaba una buena pija para estar más fuerte...
-Estoy muy cerca... te cuidas...?
-Si tengo un diu... llename la conchita de leche... extraño sentirla...
Sentí los chorros de esa poderosa herramienta, y las paredes de mi vagina que la apretaban no querían dejarla salir, nos quedamos besándonos hasta que su erección fue disminuyendo y salió de mi su miembro.
Me acomode la tanga y me fui moviendo mi culo hacia mi oficina.
-Estoy en mi oficina, para lo que necesite jefe...
La tarde se me paso volando, llegué a casa relajada, como hace mucho no me sentía. Carlos me miro, obviamente intuyó algo, pero no dijo nada. Cenamos en silencio, la nena me contó de unos dibujitos que había hecho. Carlos, me dijo, parece que te fue bien hoy...
-Si pasan cosas que una por ahí buscaba y no sabía muy bien si iban a pasar o no... pero todo llega...
-Se te ve bien...
-Si... me siento bien, me voy a dar una ducha y a acostar. Tire la tanga sucia con restos de leche en el canasto de la ropa, me duche y me fui a dormir, me desperté a medianoche sin saber que hora era, vi la luz del baño prendida, me asome y Carlos se masturbaba, con mi tanga, entre e hice un carraspeó, que casi lo mata de un infarto.
-No espera, no se que me pasa perdoname... - y toda una serie de palabras sin sentido salieron de sus labios.-
Yo lo mire fijo a los ojos:
-Seguí con lo que estabas dale... vamos... -mi tono fue autoritario y noté que eso le hacía recuperar la erección.- que notaste... está sucia la tanga no...? -el se pajeaba despacio y en silencio.- te hice una pregunta...? -y otra voz el tono autoritario parecía que se conectaba con la dureza de su pija.
-Si...
-Que tiene... mis flujitos...?
-No...
-Entonces...
-Es leche... de otro...
-Y eso te calienta...
-Siento una puntada en el pecho de dolor pero a la vez estoy muy excitado...
Me acerque hacia el, saqué sus manos tome mi tanga y enrolle su pija. No empecé a pajearlo, me sentía molesta con toda la situación, el tener que haber buscado un macho en otro lado, el que no me cogiera y se estuviera masturbando, tenía yo también una mezcla de sensaciones.
-Así que te gusta que me coja otro...? -no contesto no hacía falta. ahora si empecé a pajearlo lentamente, su pija estaba dura como hacía mucho no la sentía- Fue el jefe... primera vez... obvio que no la última... y cada vez va a ser más seguido... te voy a avisar cuando vaya a llegar tarde a casa... vas a saber que no estoy trabajando... que estamos cogiendo en la oficina o en un telo... pero lo vas a saber... trata de no pajearte... te voy a traer la tanguita sucia... para que te pajees... cada dia mas voy a ser la hembra del jefe...
-Te gusta que sea la hembra de mi jefe?
-Tengo mucho miedo...
-Haces bien... -y su pija escupio chorros de leche en el piso del baño, me lave las manos, y le dije limpia todo antes de acostarte y me fui a la cama, me acoste con el culo para su lado.
Cuando vino a la cama sentía que me apoyaba su pija bien dura de nuevo, me llamó la atención, movía el culo incitandolo, tomo la tira de la tanga la sacó del culo y enganchó su pija con ella, su pija frotaba mis gluteos, sentí como crecía su calentura, puse mi mejor cara de cansada y fastidiada, gire mi cara y le dije,
-Dormimos amor... yo trabajo mañana...
Me pidió disculpas y se dio vuelta. Me encanto dejarlo caliente y frustrado. Tendré que ver a un analista pensé y me quedé dormida.
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Y otro...
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La hembra de mi jefe
Me llamo Sandra, acabo de cumplir 24 años, me casé hace cuatro, tengo una hija de 2. Soy una morocha, de ojos celestes y realmente creo que estoy muy fuerte, eso es lo que los hombres me han hecho sentir a lo largo de los años. Mi marido se llama Carlos, nos conocimos en el trabajo, el era para mi un amante especial hacía el amor de una manera casi salvaje, me daba la idea de una fiera cada vez que cogiamos, con el tiempo descubri que esta furia estaba relacionada con las discusiones que tenía con su padre, y a medida que pasó el tiempo, algo paso en esa relación y me parecio que Carlos se sentía vencido, humillado. Carlos trabaja en sistemas, en el último tiempo, Carlos empezo a ponerse mal, se agravo esta situación con su padre y creo que se considero finalmente derrotado, descuido su trabajo y tambien me descuido a mi. Termino perdiendo el trabajo. No quiere trabajar en otro rubro, se queda en casa y ya ni busca, así que yo sostengo la casa y a él. Lo más terrible para mí es que él ya no tiene deseo sexual, o cuando estamos por concretar se deprime y pierde su erección. Suelo masturbarme bastante pero siento que no me alcanza lo suficiente, necesito sentir a un hombre, sentirme mujer. Bueno eso, soy joven, en la empresa empecé a arreglarme más, usaba ropa más ajustada, tangas más chiquitas, estaba sin quizas darme cuenta a la busqueda, necesitaba sentirme mujer, sentir a un hombre, pero creo que no me daba cuenta del todo lo que buscaba en esos momentos. Estaba tan caliente que me hacía apoyar en el subte, últimamente era la unica pija dura que podía sentir, cuando me apoyaban en el subte, esos días llegaba caliente a la oficina, me iba al baño, me refrescaba un poco y empezaba a trabajar. El gerente del sector, Marcos, de unos cuarenta años, cada vez que pasa me mira con detenimiento, siento como recorre mi cuerpo, siento su mirada y es como una caricia que más se detiene en mis pechos y en mi culo. muchas veces me voy al baño a masturbarme pensando en él. Algunas veces nuestras miradas se cruzan y lo miro provocativamente y bajo la mirada, en un gesto muy estudiado, que creo que lo calienta aún más. Una noche les serví la cena a Carlos y a la nena y me fui a acostar me empecé a masturbar, pensaba en Marcos todo el tiempo, Carlos entro, me molesto la interrupción, pidio disculpas y me hizo toda una escena que era por su culpa, que ya no me cogía, y esto y lo otro, le pedí que saliera y cerrara la puerta, me masturbe muy lentamente pensando en Marcos.
Finalmente uno de esos días, el gerente me llamó a su oficina. me dijo que realmente me felicitaba, que sabía que mi marido no tenía trabajo, que toda la responsabilidad caía sobre mi, pero que nunca flaqueaba, quería ofrecerme que fuera su secretaria y obviamente mejoraría mi sueldo, le dije que me encantaría, necesitaba el dinero. Esa noche en casa se lo anuncie a mi marido, me felicito. Tuve sueños muy eróticos en los que el jefe me acariciaba, o me hacía el amor sobre el escritorio, a veces se mezclaban las imagenes a veces era Carlos el que me cogía como en los tiempos en que lo hacía salvajemente y otras veces era Marcos el que lo hacía.
Mi trabajo era mucho más cómodo tenía una oficina junto a la oficina del jefe, él era un hombre casado, su esposa andaba por los treinta, siempre de shopping, gimnasio, tipica mina que no sabe que hacer con su vida y gasta plata al pedo, no habían podido tener hijos por el momento.
Con el tiempo empecé a usar solo faldas y cada vez más cortas y ajustadas, mi marido noto mi cambio y me preguntó el motivo. Le dije que me quería ver bien, lo mire fijo a los ojos, hace seis meses que no cogemos, si algún hombre se me acerca no lo voy a rechazar. El se quedó en silencio, después me dijo.
-Pasa algo con tu jefe...?
-Por ahora no... solo miradas por ahora... me parece que no tendriamos que hablar de estás cosas no...?
-Tenés razón... perdoname...
Yo pensé que se iba a enojar, armarme una bronca, quizás se despertara su deseo.
En la oficina el jefe notaba mi cambio cada vez sus miradas eran más calientes, yo cada vez que le llevaba algo a su oficina, me quedaba parada a su lado y me sentía caliente, deseosa.
Un día me dijo.
-Sandra, se te ve más arreglada, parece que estás mejor, si no te molesta que te pregunte, está mejor la relación con tu marido...?
-No, lamentablemente no... me arreglo porque quiero sentir que todavía soy deseable, que a algún hombre le puedo gustar...
Fue como un disparador en la situación su mano subía por mis piernas y acaricio mi cola y después corrio la tanga a un lado y me metió sus dedos, que delicia, sintió lo mojada que ya estaba, saco sus dedos y los chupo. Se puso de pie, fue hacia la puerta y trabo la puerta de su oficina, se bajo el cierre de su pantalón y sacó su miembro que estaba bien duro. Se acercó a mi que me había puesto delante del escritorio esperándolo me había subido la falda dejando ver mis piernas y mi conchita bajo la tanga. Se acercó sin decir palabra y me beso, el tenía ganas acumuladas hacía un montón y se le notaba, me acomodó sobre el escritorio, mientras liberaba mis pechos de su encierro, jugaba con la punta de su pija, sobre la tela de mi tanga, la corrí enseguida a un costado.
-Metemela por favor... necesito pija...
El maldito se quedo jugando un largo rato y después me la clavo de golpe, que sensación extrañada y maravillosa, lo apreté con mis piernas rodeando su cintura y su culo, me ofrecí bien abierta para él que me besaba y me culeaba duro y parejo, tomó un ritmo violento, mientras pasaba de morder mis pechos, a mis labios chupaba y mordía alternadamente, yo trataba de no hacer ruido, me molestaba que alguien pudiera enterarse.
-Que bueno tenerte así... me encanta... sos deliciosa... y que jugosa estas...
-Me gusta tu pija... parece hecha para mi...
-Como hace tu marido para no cogerte...? esta muy enfermo seguro...
-Pero si vos me ayudas voy a poder ayudarlo... bancarlo más tiempo... necesitaba una buena pija para estar más fuerte...
-Estoy muy cerca... te cuidas...?
-Si tengo un diu... llename la conchita de leche... extraño sentirla...
Sentí los chorros de esa poderosa herramienta, y las paredes de mi vagina que la apretaban no querían dejarla salir, nos quedamos besándonos hasta que su erección fue disminuyendo y salió de mi su miembro.
Me acomode la tanga y me fui moviendo mi culo hacia mi oficina.
-Estoy en mi oficina, para lo que necesite jefe...
La tarde se me paso volando, llegué a casa relajada, como hace mucho no me sentía. Carlos me miro, obviamente intuyó algo, pero no dijo nada. Cenamos en silencio, la nena me contó de unos dibujitos que había hecho. Carlos, me dijo, parece que te fue bien hoy...
-Si pasan cosas que una por ahí buscaba y no sabía muy bien si iban a pasar o no... pero todo llega...
-Se te ve bien...
-Si... me siento bien, me voy a dar una ducha y a acostar. Tire la tanga sucia con restos de leche en el canasto de la ropa, me duche y me fui a dormir, me desperté a medianoche sin saber que hora era, vi la luz del baño prendida, me asome y Carlos se masturbaba, con mi tanga, entre e hice un carraspeó, que casi lo mata de un infarto.
-No espera, no se que me pasa perdoname... - y toda una serie de palabras sin sentido salieron de sus labios.-
Yo lo mire fijo a los ojos:
-Seguí con lo que estabas dale... vamos... -mi tono fue autoritario y noté que eso le hacía recuperar la erección.- que notaste... está sucia la tanga no...? -el se pajeaba despacio y en silencio.- te hice una pregunta...? -y otra voz el tono autoritario parecía que se conectaba con la dureza de su pija.
-Si...
-Que tiene... mis flujitos...?
-No...
-Entonces...
-Es leche... de otro...
-Y eso te calienta...
-Siento una puntada en el pecho de dolor pero a la vez estoy muy excitado...
Me acerque hacia el, saqué sus manos tome mi tanga y enrolle su pija. No empecé a pajearlo, me sentía molesta con toda la situación, el tener que haber buscado un macho en otro lado, el que no me cogiera y se estuviera masturbando, tenía yo también una mezcla de sensaciones.
-Así que te gusta que me coja otro...? -no contesto no hacía falta. ahora si empecé a pajearlo lentamente, su pija estaba dura como hacía mucho no la sentía- Fue el jefe... primera vez... obvio que no la última... y cada vez va a ser más seguido... te voy a avisar cuando vaya a llegar tarde a casa... vas a saber que no estoy trabajando... que estamos cogiendo en la oficina o en un telo... pero lo vas a saber... trata de no pajearte... te voy a traer la tanguita sucia... para que te pajees... cada dia mas voy a ser la hembra del jefe...
-Te gusta que sea la hembra de mi jefe?
-Tengo mucho miedo...
-Haces bien... -y su pija escupio chorros de leche en el piso del baño, me lave las manos, y le dije limpia todo antes de acostarte y me fui a la cama, me acoste con el culo para su lado.
Cuando vino a la cama sentía que me apoyaba su pija bien dura de nuevo, me llamó la atención, movía el culo incitandolo, tomo la tira de la tanga la sacó del culo y enganchó su pija con ella, su pija frotaba mis gluteos, sentí como crecía su calentura, puse mi mejor cara de cansada y fastidiada, gire mi cara y le dije,
-Dormimos amor... yo trabajo mañana...
Me pidió disculpas y se dio vuelta. Me encanto dejarlo caliente y frustrado. Tendré que ver a un analista pensé y me quedé dormida.
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