Jodie Moore. Rubia perfecta que sabe como exhibirse

Jodie es adictiva. Desinhibida, mal hablada, irritante, infantil y sin embargo es muy difícil dejar de mirarla. Ella decidió que las cámaras la siguieran durante dos meses para un Reality.

Ella es una Pornostar emergente, viene de Australia, y sus filmes la han llevado en poco tiempo en capturar el imaginario masculino.

Hay quienes sostienen en el ultimo tiempo que la pornografia es un arte, Un arte prohibido, censurable, marginal y trasgresor. Más allá del sentido Comercial del Porno, soy parte de este grupo de Degenerados que creen que efectivamente es un arte y por ende se necesita talento.

El principal talento de Jodie Mooore es exhibirse y ella parece saberlo hacer y lo hace con mucha naturalidad, en una época en que el cine para adultos ha perdido su aureola mítica de malditismo y en la actualidad se ejerce como cualquier otro negocio sujeto a plazos, rentabilidad y estudios de mercado; las actrices que en los ochenta eran un símbolo de lo prohibido y cuyos nombres no se mencionaban en voz alta (Seka, Emanuelle, Tracy Lords, Savanah, Celeste, Cicciolina)

Hoy las pornstars son parte del bombardeo mediático, y entonces escriben libros de memorias contando sus encuentros sexuales con gente un poco más famosa, dirigen negocios por internet, son entrevistadas en página central por la revista Rolling Stone y se quejan de poder tener hijos, han creado productoras de cine, distribuidoras de souvenir, Algunas filman sus propios proyectos, aparecen como co-host en programas como Wild On, en el canal E, o son invitadas a opinar sobre cualquier cosa en cadenas como MTV, lo único que faltaba es que alguna tuviera su propio reality en horario estelar para adultos.

El programa tiene un formato muy simple, una cámara la sigue en su gira norteamericana (ella es original de Australia si mal no lo recuerdo) por bares, clubes de strip tease, convenciones, y en la intimidad de su habitación de hotel acompañada por su manager, y pareja de encuentros audiovisuales, con quien vive peleando todo el tiempo. El encanto de la historia es descubrir que detrás del producto industrial y el objeto del deseo fabricado para el consumo masivo, hay una mujer tan cautivante como insoportable, irónica, falaz, e imperfecta , una típica vecinita con un trabajo exótico.

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