Lectura NO obligatoria
Los padres de Capri y los de Juelz acordaron enviarlas a un internado a ver si así las dos traviesas e inseparabales amiguitas se convertían en mujeres de provecho. En su habitación las recibió la institutriz en jefe, la señorita Taylor, dispuesta a enseñarles las normas de su nuevo hogar. Debían cumplir con sus tareas a conciencia. Si lo hacían bien tendrían su premio sino serían castigadas. En su primer día aprendieron enseguida que premio o castigo era indiferente pues estaban allí para cumplir los sucios deseos de la señorita Taylor.
1 comentarios - Nuestro primer dia en el internado [Un trio soñado]