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Romina y la trampa del deseo 6
El resto del domingo la pasamos muy tranquilos en familia, fuimos a buscar a la nena y a la plaza. A la noche al acostarnos, Romi me mostró unas medias con liguero que había comprado junto con una tanguita muy bonita, sus pechitos al aire, me hizo sentar en la silla y bailo sensualmente para mi. Se acostó en la cama y tomo el teléfono inalámbrico se abrió de piernas y me indico que fuera a chuparle su conchita, disco un numero.
-Hola jefe...? –sentí crecer mi erección al tiempo que empezaba a chuparla.
-Si, me esta chupando la conchita..., debe estar buscando restos todavía...
-Te quería decir que decidí no trabajar más, por ahora. –la mire a los ojos no me había dicho nada al respecto- No quiero sentir ninguna obligación, me encanta como me coges..., lo vas a seguir haciendo..., claro..., -dijo mientras me miraba- pero no quiero el tener que estar todos los días juntos y demás. Igual en la semana voy a pasar por la oficina. –cortó el teléfono y me indico que la fuera a montar. Se la clave bien dura como estaba, me miró a los ojos como hacía mucho no lo hacía.
-No quiero que el dinero se mezcle en esto..., vos sabes que soy una perrita..., me calienta que sea tu jefe..., también como me trata..., pero me puede seguir tratando así igual..., ¿No..?, dijo sonriendo. Yo la bombeaba como un desesperado, los dos estábamos calientes, el fin de semana había sido muy movido y teníamos imágenes muy frescas dando vueltas en nuestras cabezas.
-Te dejo cogerme sin forrito..., porque me estoy cuidando..., igual no te voy a dejar siempre..., aunque me cuide..., -me miro mas perversa que nunca-, cuando no me cuide más vos no me vas a coger más sin forrito..., es peligroso...
-Y los demás...?
-Ay..., tontito..., que preguntas...,
-Los vas a dejar que te cojan sin forrito aunque no te cuides?
-A todos no..., -dijo mientras me metió el dedo medio en mi culo y me hizo explotar en cantidades a pesar de lo movido del fin de semana, ella también me regalo un orgasmo delicioso. Nos dormimos abrazados como hacía tiempo no lo hacíamos.
De lunes a miércoles la semana venía bastante normal, Romi no había querido tener relaciones, se vestía muy sensual en la casa, cuidaba el jardín y a nuestra hija. Pero me decía que prefería que subiera la calentura, así nos disparábamos un poco más.
El jueves estaba trabajando y me pasaron un llamado de Romi
-Hola amor...!!!, esta el jefe?
-Mmmsi.., -me salió medio entrecortado
-Que te parece si voy para ahí... así aclaro un poquito la situación..., no?, pobre...
-Como vos digas.
-Avisale que voy..., así no se va a ningún lado..., un besito.
El jefe me sonrió cuando fui a darle la noticia. Me dijo que en hora buena que iba a ver si la podía convencer, de alguna manera y me miro perversamente al decirlo. A la media hora llegó Romi, traía un tapado liviano que le cubría hasta las rodillas. Saludo en general y charlo un rato con los muchachos y chicas, después la acompañe a la oficina del jefe. Golpee la puerta y le pregunté si podíamos pasar. Romi entró y se quedo parada antes de llegar al escritorio.
-Me sacas el tapadito..., amor...? –estaba vestida con el vestido transparente negro y el conjuntito de liguero y tanguita que se había puesto el domingo, me miro a mi y me dijo
-Estoy linda amor...? –el jefe le hizo una seña para que se acercara, me dio un beso en la boca al pasar junto a mi y se fue caminando sensualmente, el jefe se alejó del escritorio y Romi se sentó en sus muslos mirándome a mi.
-Jefe.., se puede quedar mi marido a ver...?
-Claro... sabes que nos gusta... –los dos sonrieron perversamente. Romi lo beso un rato y se acariciaron y después se apoyó en el escritorio con la pancita en el y el culito para el lado del jefe. Me indico que me acercara a besarla. El jefe la acariciaba y se desnudo de la cintura para abajo, me indicó cerrar la puerta.
-No te podes ir te voy a extrañar mucho -decía mientras la franeleaba. Después empezó a apoyarla sobre la ropa y frotarse contra ella.
-No te gusta esta verga...?, putita barata...
-Si...!!!, me encanta...
-Y porque no te quedas así te cojo bien seguido..., y te rompo bien este ortito divino que tenés. Mientras el boludo trabaja al lado...
-Nnno se... –le levanto el vestidito a la cintura y le corrió la tanga, le escupió en el culo y se la metió lentamente, romi tenía una cara de placer inmensa.
-No te gusta lo que sentís...?
-Si papi..., me encanta..., me gusta ser tu puta..., tu culorroto... –empezó a bombearla bien fuerte y Romi me volvió a besar para ahogar sus gemidos. El jefe le pellizcaba los pezones, ella empujaba con su culo para atrás.
-Le conté al presidente de la empresa de vos...
-Y... que hay...?
-Le conté lo puta fácil que sos y le dije que el sábado a la noche ibas a venir con tu marido a casa..., a una fiestita...
-Lo que vos quieras...!!!, pero garchame más..., dame más duro..., no pares...., cuanto aguantas..., el pajerito de mi marido enseguida acaba..., -me miro y me hizo el gestito habitual que me masturbara- Miralo como se pajea para nosotros..., -el jefe la clavo a fondo y se quedo viendo la tomo de la cintura y sin sacársela se sentaron en el sillón. Los dos me miraban.
-Muy bien amor..., mientras la perrita tiene una pija en el ortito...., vos te haces la pajita...
-y se rieron los dos perversamente- el jefe la volvió a poner sobre el escritorio y empezó a bombearla cada vez más fuerte
-Te voy a llenar bien llena para que te chupe el cornudo infeliz de tu marido. Queres...?
-Si..., papi..., si..., pero porque no la sacas y se la dejas toda en la puertita..., así la saborea bien la cerdita... –el jefe se rió y cuando estaba acabando le junto los glúteos apretando su pija con ellos y acabó gruñendo. Romi me miro para que fuera. El culo estaba lleno de leche toda por fuera. Cuando empecé a chuparla romi seguía acabando y el jefe le dio su pija para que la chupara, seguía morcillona. Fui limpiando caliente y con un poco de asco. Me sentía un imbecil.
-Que bien que limpias mi cornudito..., te gusta la leche de tu jefe...? –y volvió a reírse perversamente. La pija del jefe había vuelto a crecer y le cogió la boca hasta que acabo. Romi me pasó la leche a mi y me indicó que la tragara, me sentí peor que nunca y asqueado de mi mismo. Después se quedaron besando en el medio de la oficina, romi me pidió el tapado se lo puse y me dio un beso a mi también. Yo no había acabado.
-Guarda la lechita para la noche..., te voy a pajear lindo hoy... –le guiño un ojo al jefe y salió de la oficina, mientras este le decía que no olvidara lo del sábado.
-Lo vamos a pensar, dijo Romi mirándome.
3 comentarios - Rubia en sandwich de pan negro y Romina 33
Y Romi cada día más puta