Encuentro (3)

Lo primero que siento son sus manos tomando mis nalgas para abrirlas y ver mi ano en todo su esplendor.

Sigo mamando la verga del primero y masturbando al segundo, ambos gimen, pero el tercero está ahí, supongo que admira el culo que tengo y lo mucho que desea penetrarlo. Y entonces, de la nada, siento el lengüetazo. Doy un respingo y aprieto la verga de los otros dos.
—Uy, uy, perrita, cuidado con esa boquita y esas manos—me dice el primero.
—Le gusta que le chupen el culo a la hija de puta—comenta el segundo. Tengo cerrados los ojos, no veo lo que hacen, solo siento lo tibio y suave de la lengua del tercero, intentando lubricar y expandir poco a poco mi ano. Paro más el culo y lo dejo que deguste la especialidad de la casa.
Pasa su lengua de arriba abajo, casi lamiendo mis huevos, y termina entre mis nalgas, siento la saliva chorreando por mi culo.
—Dale con todo a esta puta, que eso le gusta —le dice el primero al tercero—. Prueba con un dedo.
Y apenas termina de decir eso, siento un dedo grueso intentando entrar en mi culo. Entra suave al principio, doliendo un poco y después entra completo con facilidad.
—Mira, mira... dale con otro —le dice el segundo.
Y como si fuera parte de un experimento, siendo el segundo dedo tratando de abrirme más. Primero lento, después con fuerza, hasta que lo abre un poco más. Gimo, pero no dejo de chuparle la verga al otro.
—¿Crees que aguante uno más? —pregunta el tercero.
—Prueba.
Y lo hace. Pronto, mi culo están tan dilatado que sus tres dedos entran y salen de mí con facilidad.
—Ahora sí, mete esa pija en ese culo —le dice el primero.
—Sí, que si no lo haces tú, lo haré yo.
Abro los y veo como ambos levantan las cejas y me señalan atrás. Dejo de mamar y le suelto la pija al otro y me volteo un poco y lo veo ahí, con ese pene erecto, macizo y sabroso, a punto de penetrarme el culo.
—¿Lo quieres, mami? —me pregunta levantando las cejas.
—Sí, papi —es todo lo que respondo antes de sentir la cabeza y después el tallo en mi interior.
Poco a poco, voy sintiendo como cada centímetro me empala y me vuelve más puta. Me toma de la cintura para tomar un poco más de fuerza con lo poco que hace falta y zas, la mete toda hasta al fondo. Suelto un gemido de placer, agarrando la cama con fuerza.

Tomo un respiro y la siento salir de mí, para luego entrar con más ganas y de un momento a otro, me está follando el culo.
—Bien, putita, bien, pero no te olvides, me estabas chupando la pija —me dice el primero.
—No, ahora me toca a mí —dice el segundo.
—Muchachos... no... no se... peleen.
—Es una perrita hecha y derecha —dice con euforia el primero.
—Ahora chupa esto —añade el segundo y en un gemido que suelto, me mete la verga en la boca.
El otro alza los hombros y me acerca la pija a la cara. Empiezo a masturbarlos.
Pronto, todos estamos unidos y estoy como siempre he querido, con una pija en el culo, otra en la boca y otra en la mano, aunque una en cada mano estaría mejor.

De pronto el tercero se detiene y me nalguea.
—Mueve el culo, perra.
Y así, comienzo a mover las caderas mientras chupo pija.
—Así, putita, así... sssss qué rico... eso, eso, eso, mami...
No dejo de moverme, sintiendo como aquella verga remueve mis entrañas y me causa sensaciones ricas y placenteras. El sabor de la que tengo en la boca se vuelve un manjar dulce y apetitoso. Y pienso en lo rico que sería que estos dos sementales acabaran al mismo tiempo.
De pronto el tercero se detiene y escucho al primero decirle que ahora va él.
El joven saca su verga y siento un gran vacío en el ano, pero no dura mucho, pronto entra otra verga y lo rellena, como debe ser. Pero esta vez siento más dolor, como si fuera un poco más grande. El tercero va y se pone a la par del otro y me pone la pija en la cara, pronto saco la que tengo en la boca y me alterno en chupar en una primero y después la otra.
En mi mente solo escucho una voz que me dice "Qué puta te has vuelto, pero te gusta, ¿Verdad?" Una nalgada me hace gemir, luego otra y solo respondo sí entre gemidos. Es la mejor noche de mi vida.

Continuará...