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Encuentro (2)

En cuanto la tuve delante de mí, a unos cuantos centímetros de mi rostro, no negaré qué me sorprendió. Era grande, venosa, su piel se veía suave y tersa y su cabeza, pese a su color, tenía algo de rosa, bien bonita y apetitosa. Me palpitó el ano de solo pensar cómo sería tenerla abriéndome y se me hizo agua a la boca, la quería chupar. De pronto siento que me toma de la cabeza.
Encuentro (2)
—Vamos, putita, juega con ella, chupala, cometela, es toda tuya.
Aquello fue un aliciente que despertó en mi sentimientos fuertes y encontrados, era como si algo se apoderara de mí y me dijera "Hazlo, total, siempre lo has querido" y era así, siempre había tenido la fantasía de ser la perra de tres chicos al mismo tiempo, y por fin iba a pasar.
¿Por donde comenzaba? ¿Chupaba la cabeza y partía desde ahí hacia el tallo, o acariciaba sus huevos, grandes y llenos de semen? Qué dilema, no quería parecer una novata y quería complacer, si me portaba bien, seguramente habría más veces como esta. Así que, dejándome llevar por el instinto de puta, ese que hace que busquemos vergas de forma insaciable, comencé a darle amor a sus huevos.
puta
Eran suaves y su piel olía bastante bien. Levanté el pedazo de carne maciza y pesada y vi como esta se quedo dura y erguida. Estaba fuerte y llena de vida, me encantó ver eso. Me dejó tonta ver lo que me iba a comer, pero mi corazón palpitaba con fuerza y mi ano comenzaba a abrirse poco a poco. Joder, ya quería esa verga en mi culo.
Cerré los ojos y escuché.
—Vengan, miren, solo miren cómo me chupa los huevos esta puta... ah, qué rico.
—Tenías razón, a esta perra le gusta la pija.
—Rayos... me dan ganas de que me la chupe así... ¡Se me está pagando!
Yo mantenía los ojos cerrados, aquel sabor y aquellas bolas llenas de leche me tenían concentrada, escuchando atentamente lo que estaban diciendo. Me sentía una actriz porno. De pronto y casi por instinto, levanté el culo.
culona
—¿Por qué levantas el culo, putita? ¿Acaso ya querés verga en tu culo?
—No te va a responder, tiene la boca llena, pero... ¡Sigue así, perra! ¡Qué rico!
Dejé de chuparle los huevos y pasé al tallo y después a la cabeza, estaba algo saladita, tenía una mezcla agridulce, deliciosa. Su líquido pre seminal la hacia más deseable.
putita
Y cómo una pequeña ternera qué se aferra a las ubres de la vaca, yo me aferré a esa verga morena y maciza.
—Hija de puta... —dijo el chico cuando sintió que entraba en mi boca y penetraba poco a poco mis labios. Los demás, con sus pijas duras y erectas, solo observaban.
Lamí, chupé, saboreé y mamé aquella pija como si tuviera dulce encima, era una abeja queriendo sacarle el néctar, esa leche blanca y espesa, deseaba tenerla ya encima, pero a la vez no quería que acabara, la noche apenas estaba comenzando y no podía terminar tan rápido, al menos para él no, porque los quería a todos al mismo tiempo, quería ser una puta profesional ese día.
Mis ojos pronto se posaron en los suyos, él los cerró y vi a uno de sus amigos, este se masturbaba y le pedí que se acercara con el índice, tomé su pija y empecé a masturbarlo, no iba a dejar que mis machos hicieran algo por ellos mismos, para eso estaba yo. Ambos morenos cerraron los ojos y el tercero no dejaba de verme, entonces, con la otra mano le indiqué que se pusiera detrás.
Paré más el culo y sentí su presencia detrás. Así empezó todo.
trans
De un segundo a otro, los tres ya estaban con su perrita al centro, y esta estaba lista para enfrentarse a los tres.

Continuará...

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