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Calentura

Los días posteriores al suceso "Chica Follada", no pude sacarme de la mente la forma en la que ese joven la trató y la usó, y más cuando me tocaba y me masturbaba. Y aunque comenzaba viendo porno, como cualquier otro chico lo haría, lo que desataba aquella lujuria no era sino el recuerdo de cuando la estaba clavando y los gemidos qué producía.

Muchas veces me pasó que el recuerdo venía en un momento inadecuado, como ser una reunión familiar o el instituto, y ahí tenía que apretarme la pija para detener la erección. Y vaya, dirán que eso era normal, claro, para un chico de mi edad era lo más común, pero la norma era que ellos quisieran penetrarla, no imaginarse siendo ella y disfrutar del sexo siendo usada.

Y lo dejé pasar, sea como fuere, lo dejé pasar. Dejé que las cosas continuaran sucediendo. El suceso "Chica Follada" me había marcado, y creo que para siempre, porque en ese entonces ya en mi mente no solo había pensamientos de cómo sería ser ella y estar siendo follada de esa forma, sino que también había lapsus donde me iba de viaje mentalmente y me imaginaba chupando una verga, siendo esa chica...
Calentura
Me ponía en el escenario de estar usando lencería y estar de rodillas, viendo ese gran falo erecto dispuesto a penetrar mi boca. Eran tales las imaginaciones, que tenía que dar pequeños saltitos donde fuera que estuviera sentado para salir de ese trance. Me sentía apenado y me preguntaba lo que pensaría la gente si pudiera ver en mi mente. Y ya sé que uno no debe pensar jamás en lo que los demás ven en uno, porque todos viven su vida como pueden y quieren, pero los estigmas de esos días calaban fuerte en mi conciencia.

Sin embargo, por alguna extraña razón, todo eso se perdía y cada prejuicio se borraba de mi mente cuando me masturbaba en mi habitación. En ese momento todo era diferente, muy diferente. Entraba, cerraba y echaba llave, encendía la televisión y elegía algo que ver, y cuando menos acordaba, de nuevo estaba la Chica Follada asaltando mi cordura, y yo paraba el culo.

Nunca fui lo que soy ahora. En esos días tenia el cuerpo de un jovencito, aunque no era enteramente delgado, pero tendía a cambiar rápido la contextura, por lo que con una buena alimentación lo mantenía controlado. Pero mi culo no era como el de ellas, tampoco como el de la Chica Follada, y lo notaba cuando me acariciaba las nalgas pensando en la forma en la que él la tocaba.

Pero apartaba esos pensamientos y me "metía" en personaje. Y cómo nunca tuve problemas para dejar volar mi imaginación, la lujuria hacía su parte y mi mente la otra.
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Y de nuevo me veía ensalivando esa pija como lo haría ella. Me ponía de rodillas, agarraba mi verga, imaginaba qué tomaba la de él y la metía en mi boca, dejando que mi sed de pija hiciera brotar la saliva, derramandola en mis pechos. Se sentía bien, la mente es poderosa. Y aunque en algún lugar de la ciudad la Chica Follada estuviese siendo cogida con gusto y placer, yo estaba siendo ella y disfrutaba del sexo tanto como ella.

Era tal la calentura, qué muchas veces puse una almohada entre mis piernas y me senté en ella como si fuese a cabalgar, como si fuese una vaquerita. Para el culo, me masturbaba y tocaba mis pechos, los apretaba y me imaginaba que me ese macho me tomaba de esa forma.
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Acababa tan complacido, que me dormía enseguida. Era mi manera de dormir. Así calmaba las penas y el estrés de tener esos pensamientos que sabía no eran buenos, basándome en los prejuicios que mi círculo me inculcó.

Sin embargo, no recuerdo nunca haber pensado en pedirle a otro chico que lleváramos a cabo esa fantasía. Siempre era yo y mis caricias propias, siempre era yo y mi mente morbosa, siempre era yo queriendo ser esa chica sabrosa.
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Y vaya que la vi otra vez. Como siempre pasaba por la misma calle al volver a casa, las posibilidades de tener otro encuentro así aumentaban, y un día sucedió. Volví a verla, pero ya no era el mismo chico, era otro, pero casi de la misma contextura, aunque su verga continuaba siendo una lanza gruesa.
Y lo disfruté. Disfruté verlos coger, también lo sentí. Y entonces entendí que mi mente estaba tan llena de eso que quizás lo mejor era parar. Quizás lo mejor era dejarlo ahí, ya no seguir con eso y solo intentar ser un chico normal, porque al final eso era, un chico con pensamientos en donde se sentía una chica. Vaya puta estaba germinando en mi cabeza.
Traté de seguir mi vida normal, cada cierto tiempo venían estas imágenes a mi cabeza, estos pequeños momentos donde una chica aparecía follada, ya no era la misma tipa, era otra diferente, quizás alguna de uno de los videos pornos que vi, pero aparecía ahí siendo cogida y abierta a placer.
caliente
Y me preguntaba qué se sentiría ser ella y haber nacido mujer. Pero me mantuve cuerdo, creo que lo suficiente como pasar al siguiente año donde conocí gente nueva, tuve nuevos amigos, siendo bastante apegado con uno que otro de ellos, chicos y chicas.

Y durante mucho tiempo creí que aquellos pensamientos, aquella calentura qué tuve el año pasado, se había acabado, qué ya no volvería y que sería lo que la gente esperaba que fuera. Pero muchas veces los pensamientos no contrastan con la vida y uno termina envuelto en cosas que le dan un giro de 180 a todo lo que una vez creímos.
primera vez
Pero el tiempo es corto y es todo lo que puedo contar por ahora. Solo adelantaré que los eventos que vinieron después tienen que ver con una chica y un chico, jóvenes con una mente más abierta y llena de cosas más extrañas que las que tenia en la mía en esos días...

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