Esa noche me dispuse a dormirme lo más cómoda posible. No esperaba a nadie, tampoco es como que fuera a llegar alguien así de pronto, pero sabía que una persona tenía una llave extra por si acaso.
Me quedé dormida, estaba tan cómoda que solo me dejé llevar por el sueño. De pronto, a media noche, minutos más, minutos menos, siento unas manos tocándome el culo. Asustada, volteo a ver y reconozco la figura, y entendiendo de lo que se trata, me acomodo mejor y dejo que juguetee con mi piel y mis nalgas.
Lo hace suave, lo hace tranquilo, me tiene para él. Puedo sentir la dureza de sus dedos, pero también lo dócil qué es con mi cuerpo. Me prendo, siento como poco a poco mi corazón se acelera, pero sigo tranquila, me quedo en paz, dejando que sus dedos descubran mi pequeño y depilado culito cuando hace a un lado mi tanga, y entonces, en medio de la oscuridad, siento algo húmedo tocando mi ano. Entiendo enseguida que se trata de uno de sus dedos, se lo ha mojado con saliva y quiere prepararme, lo dejo hacerlo...
Y lo hace despacio. Primero pasa la punta por mi culito y hace una pequeña presión, mi cuerpo cede un poco y se abre, pero no lo suficiente para que entre todo. Lo escucho reír un poco, le gusta el juego y a mí también.
Entonces vuelve a intentarlo y esta vez mi entrada lo recibe, siento su tacto en mi interior y me excito aun más, quiero gemir, pero me contengo, porque estoy dormida, es nuestro juego, hacerme la dormida y dejar que me posea. Su dedo entra y sale de mi despacio, luego aumenta el ritmo y puedo sentir como otro de sus dedos quiere entrar, y lo entiendo, sé lo que quiere, yo también lo deseo, pero debo dejar que me prepare para lo que viene.
Luego siento otro de sus dedos y este entra expandiendo mi ano, se siente rico, gimo de placer, pero trato de callarme, aunque logro escuchar que susurra "putita", me prende y lo dejo seguir. Y entonces me doy cuenta que estoy dilatada y que sus dedos entran y salen de mi con más facilidad, tanta que ya quiero sentirlo en mi interior. Pero dice "Aun no..."
Y agrega "Te toca mamarlo y lubricarlo, perrita" y entiendo lo que significa, tengo que chuparle la verga. Y ni tonta ni perezosa, me doy vuelta y le beso el cuello, después hago un camino de besos y con mi lengua por su pecho, donde le apreto los pezones, sonríe y yo continuo hasta llegar a su cintura, donde puedo ver que ya está en bóxer.
Mejor que mejor, deslizo mis dedos por el tirante y bajo la prenda para descubrir mi regalo, un pedazo de carne que me va a abrir el culo cómo a mí me gusta. Me agarra del pelo y me dice "Chupala", y entendiendo que es mi trabajo y que lo hago porque me encanta, comienzo a lamer la punta...
Su verga es suave, pero también maciza, dura y erecta, puedo sentirla cuando se para al empezar a meterla en mi boca. Lamo primero la cabeza, rosadita y deliciosa, después paso mi lengua por debajo y subo con cuidado, dando pequeños besitos al tallo, sintiendo sus venas, me caliento de pasión y ya quiero que me destroce, pero sé que quiere que le ensalive la pija, de todos modos, debe estar lubricada, y como sabiendo bien que sí lo hago bien me dará lo que quiero, meto todo el paquete entre mis labios y dejo que me penetre hasta la garganta.
Me atraganto, pero sigo sacando y metiendo su pene. Me excito, él también, lo puedo sentir y eso me gusta, me prende más. Entonces empiezo a balbucear mientras siento que se sienta en la cama para nalguearme y penetrarme el culo. Gimo y sigo haciéndole lo que le gusta, que se coman su pija. Le lamo los huevos, le chupo las venas, incluso le doy besos en la cintura y lo siento liberar a la bestia, me dejo llevar, es hora de ser suya, de ser su puta...
Y hace que me coma su verga completa, me penetra hasta la garganta y me agarra de la cabeza para que no lo saque. Lo veo a los ojos y sé que es su manera de castigarme por todas las veces en las que no he querido mamarle la verga.
Lo dejo liberarse, de pronto me suelta y me saco la carne de la boca y veo como chorrea saliva, se la agarro de nuevo y se la masturbo "Pinche puta, así te gusta, ¿verdad? Soy tu hombre, perrita" me dice y me cachetea, gimo y después me pega con su verga en la cara, me encanta y suspiro, sigo mamando, lo agarro de la cintura, quiero que quede satisfecho, él sigue penetrando, yo no dejo de verlo y cierro los ojos, en cualquier momento va a estallar en mi boca, yo solo lo espero, pero de pronto se detiene y me atrae hacia él...
Y me hace que lo bese. Es raro, nunca lo he besado, jamás, puede que me haya penetrado antes, o que le haya chupado la pija muchas veces, pero jamás nos hemos besado, y se siente bien. Me toma del cuello y me agarra las nalgas, me nalguea y me dedea el culo, me hace sentirme deseada, me quiere comer, y entonces me pide que me siente en su pene, justo en esa posición...
Agarro su pene y lo pongo en la entrada de mi ano, lo que tanto quería por fin estaba por pasar. Me siento lentamente en su erección y siento como su pene va abriendo mi culo poco a poco, gimo, gimo y jadeo en su boca, lo beso y me toma de la cintura para terminar de sentarme, soy una buena niña y me quedo así. En ese momento, me nalguea y me pide "Movete, perra" y yo toda obediente empiezo a bajar y a subir, a moverme de atrás adelante, sintiendo como su pene me remueve el interior, y empiezo a reírme de placer, a gemir con pasión, lo acuesto del todo y muevo mi cintura para aplaudir con mis nalgas en su cuerpo. Rayos, por fin soy toda suya y el todo mío, soy su puta...
Y entonces pasamos al sexo fuerte. Me ahorca y me pide que me mueva como una puta, que eso hacen las putas, complacer. Yo no dejo de bajar por su pene, es tan rico que no quiero parar, ya mi culo ya no sufre, ahora goza y yo también. Lo siento abierto y me encanta, puede destrozarlo como quiera. Me cachetea, me nalguea, pero yo no dejo de moverme, y entonces me detiene y me quita de encima y me tira en la cama boca abajo. "Esto te va a gustar, perrita" y con un movimiento rápido, me penetra en esa posición, y lo siento todo adentro, tan duro que duele, pero un dolor que me hace gemir de placer. "Dame verga, papi" suelto entre gemidos...
Y me penetra como la primera vez que lo hicimos en un motel barato. Me agarra de las nalgas y de la cintura y me jala hacia él, embistiendo, y con cada embestida, solo escucho cuando choca contra mis nalgas. Me nalguea, me araña la espalda y me toma de la cintura. Este hombre me encanta. Se escupe la pija y sigue entrando y saliendo, a mí me tiene hasta el tope, pero no quiero que pare, me encanta que sea así, que siga así...
Y me toma del cuello, me quiere partir en dos y no me importa, es mi caballo y yo soy su yegua. Y entonces embiste más y más fuerte, más y más rápido. Se siente delicioso, joder, cómo me excita, y siento que me voy a venir, que voy a acabar así. Y me dice "Te voy a preñar" y yo no aguanto más y le suelto "dale, papi" y acabo y mientras suelto mi carga, él me inyecta la suya mientras jadea y suspira de placer, moviéndose lentamente.
Puedo sentir cuando su pene libera cada gota de semen, incluso cuando tiene los espasmos. Termina así y se tira en la cama, dejándome a su lado con mi culito al aire lleno de leche, leche de hombre, de mi hombre...
Me quedo a su lado, viéndolo cansado y satisfecho, me acuesto con el, con el culo al aire, para que, cuando despierte, vea su obra de arte.
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