La Zona Roja de Rosario abundaba en una oferta de travestis abundante, pero Debra (o Marcela) me impactó por ese porte de vedette de los 80, ese peinado y un tapado de piel. Abrí la puerta de mi auto y subio. Desde allí nos fuimos a su departamento, a unas 5 cuadras de allí. Era de madrugada, por lo que dejar el auto en la calle y caminar con ella fue muy cómodo.
Llegamos y se sacó el tapado, dejandome ver sus tetas y un culotte que escondía un tesoro: Una pija gigantesta. Franeleamos como locos y me dejo que le cogiera las tetas. El perfumeque llevaba era hermoso y se me quedó por un par de días, se tiró arriba mío y nuestras porongas frotándose me puso tan loco que luego de comerle la boca procedí a chuparle la verga y lamerle los huevos. Acabé sobre la cama porque ella (mala) no me dejó que le tirara mi semen sobre su cuerpo. Luego la llevé al lugar donde subió. Eso si, ya no llevaba el culotte, por lo que estaba toda desnudita debajo del tapado.
Llegamos y se sacó el tapado, dejandome ver sus tetas y un culotte que escondía un tesoro: Una pija gigantesta. Franeleamos como locos y me dejo que le cogiera las tetas. El perfumeque llevaba era hermoso y se me quedó por un par de días, se tiró arriba mío y nuestras porongas frotándose me puso tan loco que luego de comerle la boca procedí a chuparle la verga y lamerle los huevos. Acabé sobre la cama porque ella (mala) no me dejó que le tirara mi semen sobre su cuerpo. Luego la llevé al lugar donde subió. Eso si, ya no llevaba el culotte, por lo que estaba toda desnudita debajo del tapado.
1 comentarios - Historias con chicas trans #2: Debra