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Creo que voy a estallar si no me confieso ahora mismo...

Lo que está sucediendo ahora mismo es que estoy perdiendo el control y necesito decirte mil cosas que me han venido a la cabeza en esta noche tan fría donde me excito mientras te pienso.
Tú, mi mejor y más hermoso amigo, a quien he visto desnudo tantas veces, quién suele sacársela para hacer un chiste en un gesto inocente que nunca pretende encender mi fuego, y que sin embargo me deja hecha cenizas, tú, mi irresistible adonis con verga de granito y huevos de niñito; no sabes cuánto te necesito en el fondo de mi culito...


Quiero gemir al ritmo de tu insensibilidad alfa. 


Al día de hoy ya me es posible contenerme, y cada vez que estoy contigo no paro de pensar en lo hermoso que sería que me poseyeras y los dos perdiéramos la cabeza entre incienso y éxtasis en el descaro de tu balcón desnudo, donde la vieja puta bruja de tu vecina pueda vernos gozar y eyacular nuestro triunfo al amanecer, entre gemidos sin censura para pactar mi santa devoción hacia tu falo, tu santa perdición hacia mi culo...


¿Puedes imaginar lo maravilloso que sería ocupar nuestro tiempo en el milagro de la depravación?

Tú sabes mi posición, me conoces porque ante ti me he confesado, sabes mi secreto, pero no sabes que te deseo, que deseo adorar y besar tu formidable verga hasta drenarla y tomarme todo tu jugo, toda tu fuerza, todo tu espíritu. Quiero que pierdas la cabeza, que se disparen tus hormonas y te bestialices y me sodomices sin cesar y que me trates mal y me humilles y me dejes cicatrices de tu brutalidad sexual irreprimible.



Tú, no lo sabes, pero aquella noche que llegaste borracho, casi inconsciente, yo te bañe y te besé la verga hasta que endureció, te lo mamé como una zorra experta y pude ver como te estremecías con los ojos cerrados sin saber quién exactamente te lo estaba chupando. 
Y te hice venir, y me tragué todo tu esperma y te besé hasta el cansancio y a la mañana siguiente me contaste que una chica en el antro te había dado la mejor mamada de tu vida. La satisfacción que vi en ti cuando me lo contaste me hizo sentir extrañamente halagada.
 

Cómo me encantaría vestirme para ti siempre, para recibirte cuando vuelvas a casa con mi culo dispuesto a llevarte al fallo. 
Como me encantaría que vinieran todos tus amigos a la casa y me tomaran todos como su puta, como la perra que chupa y te lame las botas o el culo con tal de complacerte y recibir una caricia.


Yo sé amigo mío, que poco a poquito, jueguito tras jueguito me la vas a meter en el culito. 


Puedo ver como insinúas cosas, me doy cuenta de cómo me ves el culo desde que uso ropa ajustada, puedo sentir el fuego que privas para no desencadenar conmigo.


El fin de estas palabras es para darte luz verde; la próxima vez que me veas, no tengas recato y tómame como tu esclava, seré sumisa, sabré recibirte y estimaré como nadie tu brutalidad, trátame como lo más vil, humíllame, te amaré más por cada gesto, y amarte más sólo podrá significar un orgasmo progresivamente placentero. 


Edúcame para ser tu zorra.

1 comentarios - Creo que voy a estallar si no me confieso ahora mismo...

lonuevo77
qué hermoso lo que escribiste. se nota que lo sentís de verdad. ojalá se te de 😉