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Descubriendo algo interesante

Soy heterosexual, y a diferencia de muchos de mis amigos, nunca dudé de mi orientación sexual cuando entraba en la adolescencia. No digo esto último con un orgullo particular acerca de mi sexualidad, sino que lo pongo como dato, ya que lo que voy a relatar impactó(para bien) en mi vida.
Siempre fui muy abierto a conocer gente, y uno de los varios grupos de amigos que frecuento se caracteriza por las fiestas en la casa de uno de los chicos, que tiene un sinfín de habitaciones que se terminan llenado de parejas o más personas a lo largo de las noches en las que somos invitados.
Mi historia comienza en abril, cuando nos juntamos a hacer la previa de la fiesta en la casa de este amigo en cuestión. Siempre llegábamos más temprano los más cercanos para comenzar una previa con fernet y jugar unos partidos en la play, comer algo y recibir a los invitados, y sobre todo a las invitadas. Por mis gustos siempre fui el que terminaba con las famosas charlas filosóficas medio borracho en el balcón de la casa. Muchas veces me levanté minas con el chamullo filosófico, o con el chamullo que tengo por mi afición a la literatura. Pero esa noche había algo más, algo nuevo que me iba a cambiar la cabeza realmente.
A eso de las 12 de la noche empieza a caer la gente. Esa noche no íbamos a ser más de 20, número bajo teniendo en cuenta que generalmente entrábamos 40 personas que se iban yendo con el pasar de la noche. Éramos 7 chicos nosotros, y luego iban a llegar 2 amigos más con chicas(dijeron que iban a traer más o menos para que cada uno tuviera una mina esa noche). Llegaron nuestros amigos con un grupo de 8 o 9 chicas aproximadamente, todas muy lindas, pero una me llamó particularmente la atención y fui hacia ella. Comenzamos a charlar, la verdad que era muy linda y, si bien ponerla no me molestaría, realmente disfrutaba charlar con ella.
No era más alta que yo(1,70) y tenía una figura normal, disimulada, pechos medianos para una adolescente(todos en la fiesta teníamos entre 18 y 21 años, ella 19) y una cola muy linda a la vista, que iba en concordancia con su figura(realmente los culos grandes no me gustan). Se llamaba Melisa, y charlábamos de todo un poco. A ella también le gusta la literatura, compartimos gustos musicales y ya empezábamos a lamentarnos la cercanía de los parciales en la facultad. Me contó un poco de su trabajo: era moza en un bar de Belgrano, trabajaba 9hs diarias y tenía franco solo los lunes. Me encantaba mirarla cuando hablaba, porque sus mejillas eran muy tentadoras y coronaba una cara inocente y con buena onda, además su vestimenta no era como la de sus amigas. Me gustaba porque era simple e iba vestida disimuladamente, y no para llamar bizarramente la atención.
En un momento realmente le quería dar un beso, no en mi carácter general de fin de semana de calentura full time, sino realmente porque quería tener una escena romántica con ella. Me gustaba mucho en ese momento, y yo soy de los que piensan que el momento es lo único que importa. Cuando la besé nos sentamos en uno de los sillones del balcón y nos quedamos abrazados un rato largo, dándonos besos y hablando entre susurros mientras las caricias inocentes en ese momento llenaban el aire de esa cosa idílica e irrepetible.
Como esa noche había muy poca gente, y algunos se fueron con el pasar de la noche, deduje que alguna de las habitaciones estaría libre, y ensayé la forma de pedirle que nos recostemos, haciéndole entender que no tenía importancia real(aunque si pasaba no me molestaba) la posibilidad de tener sexo. Fuimos a la segunda habitación de un pasillo, cama de dos plazas pero creo que era antes la habitación de algún hermano del anfitrión. Abrí la ventana de par en par y nos recostamos bien abrazados para seguir con los mimos.
En un momento la charla fue mermando, y la intensidad de los besos hizo que mi pene se despertara y abultara el pantalón de manera nada disimulable. Ella se dio cuenta, y se frotaba contra mí, que para entonces ya estaba acariciando y apretando su cola para que se apretase más su cuerpo a mí. Era una sensación placentera como siempre, pero yo sentía que algo más rozaba mi pene, creo que era su celular o algo en el bolsillo. Dejamos de besarnos por un momento para ver nuestras caras, ambos respirando fuerte. Ella baja las manos y desabrocha mi cinturón, después mi bragueta, y saca mi pene de mi slip para empezar a masajearlo mientras me besaba. Yo no podía evitar apretarle la cola y besar el comienzo de su escote. Rápidamente ella me sentó en el borde de la cama, se sacó la blusa y el corpiño quedando solo con su jean, y vi dos tetas hermosas, medianas, con el pezón rosado que estaba empezando a ponerse duro y que ni bien los besé se endurecieron totalmente. Ella seguía masturbándome y cuando yo quise tocar su vagina por encima de la ropa me chitó sensualmente, se levantó y se desabrochó el cinturón y la bragueta y se dio vuelta adelante mío; yo seguía sentado al borde de la cama y tenía una visión espectacular de ese culo hermoso, firme y con una bombachita blanca con dibujos que me calentó muchísimo más. Besándole la cola le saqué el jean y así sentado me saqué el resto de la ropa yo. Bajé su bombacha besando cada parte de la cola, hundiendo mi cara en ella y besando las piernas. Ella entonces se agacha un poco como para sentarse sobre mí, toma mi pene y lo apunta a su cola, cosa que me extraño. Cuando entró mi pene por completo y empezó a tomar ritmo ella abrió un poco las piernas y yo la recosté un poco sobre mi brazo izquierdo. Me sorprendí: un pequeño peñe, que yo suponía también erecto pero aún así pequeño(apenas más que un meñique) asomaba. Ella se dio cuenta, y se inhibió un poco, levantándose y tapándose el pene y pidiéndome perdón:
-Perdóna, debería haberte dicho. Me voy, perdoná.
-Pará, che- dije yo-. La verdad me gustás mucho y ya estamos acá...
-¿No te importa que sea trans? Perdoname, debería habértelo dicho, si querés me voy.
-No, no. Dale, sigamos.
Eso le dio un poco de confianza para volver. A los dos minutos ella ya estaba de nuevo sentada sobre mi pene y yo gozando como loco.
Realmente me gustaba ella. Me había enganchado como el mejor y quería hacerla disfrutar. Nunca pensé en mi vida que iba a hacer lo que hice, pero tomé su pequeño pene y empecé a masturbarlo.
-No es necesario si no querés, yo estoy pasándola genial -me dijo-.
-Yo quiero -le dije entre jadeos, no podía hablar mucho de la calentura que tenía.
En un momento, pasado un buen rato y cuando ambos estábamos por acabar, ella empieza a mover su cola en círculos y hace unos gemiditos que me vuelven loco, yo empiezo a descargar todo mi semen adentro de su cola, que ella apretaba mucho contra mi pelvis, y aprieto su pene con los dedos índice y pulgar tirando para abajo y veo como chorritos tímidos de semen salen de su pene.
Luego los dos nos limpiamos en el baño y dormimos como si fuéramos novios hasta el mediodía. Ella se fue en un momento que yo estaba medio dormido y no entendí muy bien. Lamento no haberla podido ubicar después de eso, realmente me abrió la cabeza.

10 comentarios - Descubriendo algo interesante

KaluraCD
Hermosa historia ❤️
predilecto22
La diferencia entre el travesti y una mujer....8 cervezas...ja
jereymarx2
esta te abrio la cabeza.. la historia dice que ahora no muy lejano en el tiempo,, te van abrir la cola1 CUAC!! chiste ehhhh jajajaj..

ahora lo loco de la historia es que no puedas encontrar de nuevo a una persona con tanta red social!
ffdoc
Una desventura del siglo XXI, sí.
kramalo
muy bueno...!! menos mal que no tenia un zodape de aquellos.... y a la mañana no te dolian los cantos....jeje..