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Compañeros de Oficina...y de Cama.

Hola amigos, aqui les dejo mi primer post,son narraciones que he publicado en su momento en mi Blog, y que espero que sea de su agrado, tiene que ver con ciertos eventos realmente ocurridos, adicionando cierta energía literaria. . Espero sus comentrarios y si les ha gustado agradezco algún punto.

Fantasía Triangular
Hacía mucho tiempo que Graciela venía fantaseando con la posibilidad de un encuentro sexual con Gastón, lo que no sabia es que esa noche se iba a dar la ocasión. Ese día se realizaba el clásico festejo de fin de año de la Empresa, se conocían desde hace mucho tiempo, 10 años aproximadamente, tenían un alto nivel de confianza y comunicación; hablaban de sus dramas sentimentales en relación a sus parejas con un nivel de confidencialidad que estaba in creyendo en los últimos meses. Se había producido el típico pasaje de relatar anécdotas simples, amplias, comunes a confesiones íntimas, inclusive aquellas que dejan mal parada a la pareja. A el siempre le había gustado ella, observo sus distintas transiciones, la maternidad , la educación y crianza de sus hijos. Pero siempre existía un tinte sexual en sus charlas, claro está que mediatizado por la comicidad; la cual permite por la vía del chiste la vehiculización de expresiones que de otra forma serían inaceptables entre dos personas que se declaran solo amigas.
A Gastón le gustaban las amplias caderas de ella, su imponente culo que en los últimos tiempos había engordado quizás en demasía pero que se compensaba en la suma de voluptuosidad. Sus generosas y amplias tetas conservaban el majestuoso volumen aunque su firmeza había cedido tras la lactancia. Pero independientemente de ello el cuadro general era muy caliente: grandes caderas, gran culo y tetas enormes. Generalmente, dada su innata vergüenza y pudor, Graciela solía usar ropa que disimulaba sus pechos, esa noche era la excepción, había dejado de lado esa preocupación habitual. Había fantaseado en mas de una oportunidad en ser cojida por Gastón, más aún en alguna oportunidad mientras cojia con su marido, había fantaseado que esa pija que entraba y salía vertiginosamente de su humanidad en realidad era de Gastón y que su marido observa la escena masturbándose. Esta fantasía había sido muy eficaz y con ella llego al orgasmo mas de una vez. Ahora tenía la oportunidad de encamarse con el autor de su fantasía. El estaba relativamente ebrio y le propone retirarse en mitad de la fiesta, con la excusa de llevarla luego a su domicilio; la forma insistente de la propuesta traslucía intensiones que van mas allá de la gentileza. Efectivamente era así, al poco tiempo de abordar el vehículo detiene la marcha y le propone rematar la noche de una manera, distinta, permitirse dar rienda suelta a la fantasía y al placer, ella al principio se siente cohibida, inhibida, irrumpe su conocida timidez y vergüenza, pero por dentro la idea le calentaba, es mas se sentía terriblemente exitada y que el descubriera esa circunstancia le daba mas vergüenza aún. Todo ello, ceso cuando el se abalanza sobre ella y con sus labios cubre por entero su boca. Rápidamente su lengua recorre su escondida intimidad y se entrecruza vertiginosamente con la de ella; no fue mucho el tiempo necesario para que sus manos recorrieron su corpiño calado y de encaje, la promesa visual de la generosidad de sus pechos se hacía presente al palpar con su mano tanta carne deliciosa, enseguida noto que sus pezones estaban erguidos, pedían, imploraban, ser chupados y mordidos. Ella a su vez y en señal de aprobación y reciprocidad deslizo suavemente su delicada mano en la prominencia del pantalón de Gastón y noto que pese al alcohol y la edad sus reflejos estaban intactos. Pronto su mano hizo a un lado el corpiño que encorsetaba en forma imponente sus tetas para poder trabajarlas directamente sin intermediarios, ahora sí tenía en sus manos el tesoro tantas veces anhelado. Pronto dirigió su boca a la región para chupar tan deliciosa ofrenda. Ahí noto tal como lo había soñado que sus pezones eran una enorme circunferencia marrón de tamaño extraordinariamente mayor al promedio de las mujeres, rematada por dos puntas gruesas y duras, hacia la cual dirigió su boca tratando de contener toda su carne en el interior de sus fauces, luego procedió con ligeros mordiscos sobre esta puntas, cuyo resultado fue erectarlas aún más. En esa geografía resaltaba las abundantes pecas que tapizaban sus pechos. Graciela no pudo contener gemidos de placer y poner al descubierto algo tantas veces ocultado, le gustaba ser cojida y se calentaba con suma facilidad,. Para cuando la mano llego a su entrepierna, su concha echaba fluidos a borbotones y pedía a gritos que la boca de Gastón se sumergiera en sus profundidades. Cuando el dejo al descubierto su miembro, Graciela lo llevo a la boca y mostró en el acto todo su oficio, mamaba con gran destreza el miembro. En la chupada se destacaban sus prominentes y carnosos labios, imprimiendo progresivamente a la chupada un ritmo frenético, alternando la pija con las bolas , las cuales eran engullidas y lambeteadas cual sabroso manjar.
Ante tanta excitación se dirigieron a un Hotel Alojamiento para poder dar rienda suelta a tanta calentura, en su interior se fundieron en un solo cuerpo adoptando la posición conocida como sesenta y nueve, Gastón abrió el culo de Graciela como los gajos de una naranja y su lengua jugó con el orificio, mientras tanto retiraba con sus dedos el flujo que emergía de su concha para esparcirlo por el contorno de su extremidad anal. Simultáneamente el extremo de sus falanges buscaba ansioso el clítoris el cual sobresalía como diminuto pene en prueba de franca excitación libidinal. Ella en tanto, no paraba de manipular el miembro el que, cual volcán en erupción , luchaba para evitar que el blanco magma no emergiera a la superficie y así prolongar el acto. Consciente que no podría soportar mucho tiempo mas tanta calentura se dispone a penetrarla; para ello se coloca boca arriba y calza sobre su palo erguido la dilatada concha de Graciela, Esta se encontraba totalmente humedecida y sus labios estaban enmarcados por una tupida mata de enrulados pelos negros. Sentada sobre su miembro, Gastón la toma por las grandes nalgas al mismo tiempo que su dedo índice se introduce en el portal de su culo invocando la fantasía de doble penetración, así le va imprimiendo el ritmo deseado al movimiento de sube y baja, ella a su vez aumentará progresivamente la frecuencia, disparándose en una escalada que solo cesará ante el estentóreo gemido orgásmico. Las piernas de Gastón, quedarán irritadas del continuo machacar de las voluminosas nalgas en repetido movimiento. Ante el sonido del placer emanado de la boca de Graciela, el siente que ya no podrá contener más tanta calentura contenida, y sin mediar palabra alguna extrae su pija de la caverna y la lleva a la boca y a las tetas de ella cual ofrenda ante el altar consagrado. Los chorros de semen emergen violentos sobre los labios proyectándose en diversas direcciones. La toma de los cabellos empuja de las mismos en dirección hacia su pene en franca señal de demandar su intervención. Graciela succiona el pene chorreante y en transición hacia el reposo luego de la farragosa batalla, cayendo por la comisura de sus labios los resabios acuosos de la eyaculación.
Por unos dias no se volvieron a ver, era difícil el reencuentro luego de haber traspasado los limites sociales que se le imponen a la amistad. Graciela le dice que se siento muy mala persona por lo que hizo, justo ella que enloquece a su marido con infundados celos. Al mismo tiempo y como plusvalía dada por la profundo conocimiento mutuo, el sabe de las fantasías amorosas de su marido respecto de un menage a trois. Valiéndose de esto y a modo de solución terapéutica Gastón le propone que en el despliegue del acto sexual y cuando el convoque como sacerdotiso a los demonios del Dios Eros la fantasía triangular tan habitual en Claudio, ella asienta a la misma agregando un elemento real, que le diga que ella tiene la impresión que si le ofrece participar de la figura geométrica a Gastón cree que aceptaría. Luego del coito, Claudio le interroga sobre la confesión realizada y los visos de realidad de la misma a lo cual ella , con manifiesto pudor, responde en su creencia afirmativa.
Se realizan los preparativos y se fija la fecha, a modo de preámbulo realizan una cena, abundantemente regada con alcohol a modo de desinhibidor, al principio se sienten incómodos, acusando recibo de la distancia entre la fantasía y la concreción de la misma, paulatinamente y botellas de champagne mediante, se distienden. El tema es quien da el primer paso. Concluida la cena y la sobremesa, Claudio sale de la cocina y toma a Graciela por detrás, estampando un beso por sobre los lóbulos de la oreja, sus manos se dirigen a sus pechos y comienzan a masajearlos en sentido circular, como consecuencia de esta situación sus tetas se marcan de manera manifiesta, como presa que busca escapar de la trampa a la cual se halla sujeta. Todo ello ante la visión de Gastón que correspondientemente comienza a friccionar su pantalón. Avanzando aún más, Claudio desprende los botones de la ajustada blusa de encaje, dejando al descubierto el armado corpiño negro cuya estructura realza y elevan las enormes tetas de Graciela, cuya pálida piel se torna rojiza con facilidad ante la fricción, poniendo de relieve las abundantes pecas que la tapizan. Esta imagen calienta aún mas a Gastón quien desea unirse a la escena pero aún espera por pudor el guiño cómplice del marido dándole la bienvenida al trío. La espera y la visualización aumenta la ansiedad y con ello el deseo, Claudio dice a manera de interrogante cuya respuesta se descuenta, sí le gustaría chupar las tetas de su esposa, lo que Claudio desconoce es que él ya tuvo el gusto de conocerlas y más aún que vertió su leche sobre ellas; los pezones de Graciela se erectan destacándose la rugosidad de los mismos a la vez que adquieren un color morado intenso, señal inequívoca de la gran excitación que atraviesa. Vuelca su cabeza hacia atrás, mantiene los ojos cerrados y comienza emitir gemidos de placer mientras Claudio no cesa de franelearle las tetas que le colgaban por encima del corpiño, liberadas yá del yugo del corset y vencidas por su propio peso las masas carnosas chorrean hacia los costados imponentes, al tiempo que le susurraba que era una puta de mierda que le gusta comerse todas las pijas juntas.
Acto seguido Claudio levanta la minifalda de Graciela y deja al descubierto las ligas negras y el portaligas que contrastan con la blancura de su piel, introduce su mano através de esta, la masajea suavemente. El franeleo entre sus piernas va provocando en ella un contoneo que trasluce su deseo de ser abordada directamente; es como una suplica para que no dilate más la situación y le toquen la concha directamente. Claudio le dice: Si queres que te toque la concha y te la chupen vas a tener que implorarlo puta de mierda.... Te gustaría que Gastón te la chupe no?, te gustaría que te meta la pija hasta los huevos?. Definitivamente Claudio se ha apoderado del papel de maestro de ceremonias o mejor aún de director de orquesta y como tal marca los tiempos de la música y el momento en que deben entrar cada uno de los instrumentos. Vuelve su mano sobre la tupida mata de pelos que bordean la concha y posa ligeramente los dedos sobre ellos, livianamente, como un pequeño y sutil roce casi involuntario que genera en ella el ansia de más. Claudio hace las preguntas pero no espera de ellas respuestas verbales sino corporales, son los progresivos estremecimientos y gemidos de Graciela los que "hablan" , los que van afirmando cada una de las proposiciones de Claudio. En esto ella muestra escuela, denota que tiene esgrima, que es el rol habitual el que está interpretando que conoce los parlamentos, conoce las pausas, y como buena partenaire sabe respetar la puntuación de su papel, con la variante que ahora está Gastón para presenciar el espectáculo y muy pronto será co-protagonista. Esta espera de la entrada en escena es lo que va generando mas calentura, el tema es saber medir los momentos, graduarlos, la oportunidad para que no suene desafinada la melodía. De pronto irrumpe un nuevo elemento, Claudio le dice a Gastón que tome la filmadora que está en el armario e invita a que grabe las escenas que están por venir.
Entonces Claudio encontrándose de pie extrae su pija de entre su ropa, es dura, no muy larga pero destacablemente gruesa y le indica en tono firme a Graciela que le chupe las bolas, ella cual autómata comienza con la rutina, sentada por debajo de él extiende su lengua y emprende contras los huevos un movimiento mecánico, como perra que lame un hueso que le sabe gustoso. Paulatinamente la verga de Claudio ganaba en tamaño y la deposita dentro de la boca de ella; gesto ante el cual emprendió una agitada chupada. Mientras, Gastón cámara en mano registraba la escena en tanto Claudio vociferaba sos una puta barata, ni siquiera lo haces por plata, los haces de pura puta que sos, porque te gusta estar bien cogida. Finalmente, ante la invitación del marido, Gastón deja la filmadora y se dirije a las extremidades inferiores de Graciela y comienza a jugar con su lengua en los agujeros llenos de flujo y que a esta altura simulaban a una catarata. Al llegar al clítoris yá conocido, el volumen del mismo se encontraba ampliamente engrosado en virtud de la acumulación sanguínea producto de la excitación. Luego de descensivilizarlo con repetidas chupadas y toqueteos lo atrapa entre sus dientes graduando la presión en función de las exclamaciones de Graciela la que ante la crecida desmesurada de placer, va alternando paulatinamente la mamada con gemidos hasta que finalmente alcanza un orgasmo clitorídeo tras un grito de ahogo y los consiguientes espasmos de su pelvis.
Graciela queda ligeramente extenuada pero aún debe saciar el hambre de las dos pijas que tiene a su alrededor, para ello pasan al dormitorio principal donde Claudio le indica a Graciela que adopte la posición del perrito, ella obedece y su marido la aborda por detrás mientras ella introduce en su boca el pene erecto de Gastón. Claudio aumenta progresivamente la embestida, al mismo tiempo que dice: chupa puta, chupate esa pija que tanto te gusta...Simultáneamente comienza a acestarle cachetadas a las amplias nalgas de Graciela las que viran rápidamente de color hacia el rojo fuego. Se nota que a Graciela le gusta por los ruidosas gemidos que emergen de su boca ante la golpiza. Mientras tanto el pene de Gastón adquiere una dureza notable que suplica la rápida penetración. La visión de Graciela penetrada y golpeada lo excita aún mas. Claudio le dice a Graciela que se tire sobre la cama volcándose de lado, de forma tal que el pueda ver como se engulle el pene de Gastón. En esta posición, algo mas descansada, Gastón le toma las tetas a Graciela al mismo tiempo que tironea de sus pezones. Claudio saca su pene de Graciela e invita a Gastón a la penetración. Rápidamente Gastón se monta a Graciela sobre sus piernas y la penetra, mientras tanto Claune se pone de pie sobre la cama por detrás de Gastón y obliga a su esposa a que le chupe la pija. Gastón encuentra la concha de ella embebida de jugos que tornan ruidosa la penetración. Finalmente, Claudio se recuesta por completo sobre la cama boca a bajo y le indica a Gastón que coloque a su esposa encima de él en cunclillas, Graciela acomoda el pene de su marido entre sus piernas y al instante desaparece en su profunda caverna, simultáneamente Claudio abre las nalgas de Graciela como quien exhibe ostentosamente una joya valiosa, y le dice a Gastón: Te gustaría romperle bien el culo. Gastón asiente y calza el pene entre sus manos lubricándolo seguidamente con unas buenas chupadas de Graciela. Luego se ubica por detrás de ella y observa el dilatado agujero marrón que se abre aun más por la extensión de las nalgas que realiza Claudio. Parece una flor abierta que espera por el colibrí para que se introduzca en su interior. Gastón erecta aún mas su pija y finalmente emprende contra el gran culo de Graciela, quien simultáneamente emite un gran quejido. Los ojos de Claudio y Graciela no cesan de mirarse, como cómplices que han logrado cometer con éxito el objetivo, al fin la fantasía conjunta se ha realizado: Graciela cojida por dos pijas al mismo tiempo. Claudio contempla extasiado como se esposa es penetrada analmente, su excitación crece desmesuradamente y le dice a Graciela : te gusta como te rompen el culo puta de mierda, Gastón se da cuenta de la calentura de Claudio por lo dificultosa que se torna la doble penetración ante el engrandecimiento de la pija de Claudio que disminuye el espacio de su propia penetración anal. Los esposos se funden en un prolongado beso mientras Gastón no para de bombear el impresionante culo de Graciela, para facilitar la cojida la toma de sus amplias caderas y empuja firmemente. Ahora sí que Claudio no aguante más, extrae su pene dentre las carnes de Graciela y tras un profundo y ahogada grito vuelca el blanco esperma caliente sobre la boca de su esposa quien rápidamente engülle la leche en su boca. La acabada de Claudio se caracteriza por lo espesa, pareciera haber derramado yogurt sobre la cara de su esposa., seguidamente Graciela introduce el pene de Gastón en su boca y lo mama fuertemente ante la invitación de Claudio de acabarle en el interior de las fauces de su esposa, Gastón no se hace esperar y derrocha su genética en el interior de Graciela que ante el volumen de la eyaculación extrae el miembro chorreante y esparce los restos de esperma sobre sus labios.
Yacen ahora los cuerpos tumbados, jadeantes y desvalidos, estos es tan solo el comienzo...

9 comentarios - Compañeros de Oficina...y de Cama.

Flying
Un consejo que espero sea de utilidad. Justifícalo y sepáralo. Dale más aire, que está imposible de leer.
CIRO05
MUY LINDO RELATO, FELICITACIONES DE UN NOVATO
Boogie_El_Aceitoso
Muy bueno che, te felicito la verdad tiene una forma de decir las cosas que esta muy buena. Recalienta el relato y me hace acordar a una compañero del laburo que me recalentaba. Asi que de alguna forma me la garche con tu relato. No tengo puntos sino te los dejaba
SoyKathe
muy buena la narración,
kramalo
muy buen relato. Pero si no hacés algun punto a parte, o separas un poco, el lector, al ver tanta letra amontonada, no quiere seguir leyendo.