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La vecina IV

A donde va Doña Brenda?
Me atreví a preguntarle al verla tan arreglada, parada ahí junto a mi.
Voy a la iglesia mijo, a pedir por la salud de mi hermana y a confesarme…
Dijo esto ultimo bajando la cabeza, no se, yo sentí como si fuera un aviso de que se sentía culpable por haber estado cogiendo conmigo.
Nos vemos mijo, se me hace tarde.
Adiós Doña Brenda.
Continué lavando la camioneta, hasta que la deje completamente limpia.
Cuando al mirar a una de las esquinas de la plaza, veo salir a Doña Brenda de la farmacia, cruzo la calle y entro a la plaza, y caminando muy seria se dirigía al lugar donde estaba, su chal ahora estaba sobre su cabeza, y eso hacia que el color blanco de su rostro se destacara mas, así, mirarla a esa hora de la tarde, me hacia verla muy linda y así a lo lejos podía mirar el magnifico cuerpo de esa mujer encantadora, sus cintura marcada, sus grandes caderas, sus piernas tan grandes y esos senos tan gordos tan redondos, caminaba Doña Brenda como pensando, sin fijarse en la gente que estaba a su alrededor, al acercarse a donde yo estaba, yo me decidí a ir a su encuentro, no se que me animo hacerlo así en medio de la plaza.
Adonde va Doña Brenda, a poco esta enferma? La vi salir de la farmacia.
No mijo no estoy enferma solo vine a comprar una pomada.
Mostrándome un envoltorio que llevaba en su mano.
Ah, es para Don Julio?
No mijo es para mi, y que andas haciendo mijo?
Nada Doña Brenda me vine a dar una vuelta.
Sonriéndome, comenzó a caminar de nuevo.
Bueno mijo ya me voy.
Va para su casa Doña Brenda?
Si mijo ya voy a la casa.
A mire, bueno yo también voy para la casa, si quiere la llevo.
No mijo no se moleste, quédese con sus amigos.
No Doña Brenda, ya me iba, estoy aburrido.
Bueno mijo entonces si le acepto el aventón, ando algo cansada, pero me hace favor y me lleva al billar con Julio para dejarle unas pastillas.
Claro Doña Brenda.
Nos dirigimos al billar a dejarle un paquete a Don Julio.
Mijo me hace el favor y se lo lleva a Julio?, para no bajarme yo.
Claro Doña Brenda yo se lo llevo.
Bajándome del vehículo y entrando al billar donde estaba Don Julio, que como es normal estaba tomando, y acercándome le deje el envoltorio diciéndole que se lo mandaba Doña Brenda, apenas me hizo caso y el siguió hablando con sus clientes, así que yo salí de ahí inmediatamente.
Ya se lo entregue Doña Brenda.
Gracias mijo, a ver si se las toma, sino pues allá el, ya vámonos mijo.
De que esta mal Doña Brenda?
Por que dices que estoy mal mijo?
A pues por que me dice que esa pomada es para usted.
En ese momento ella sonrió y bajo la mirada y levantando la cara me dijo:
No mijo si no estoy mala, nomás que .... bueno me da pena mijo.
Pena de que Doña Brenda?
A mijo, pues con usted me da pena decirle, es cosa de mujeres.
A no Doña Brenda discúlpeme no quise apenarla, pero es que me preocupa que este mal.
Gracias mijo, pero no estoy mal, nomás que si tengo que ponerme esta pomadita.
Y seguía sonriendo y bajando la cabeza y entonces añadió:
Mire mijo, es que ayer que me metió su cosa por la colita, pues como que me lastimo y hoy ando con la molestia, y me toque y tenia una manchita de sangre así que me compre esta pomada, es muy buena.
Discúlpeme Doña Brenda, no fue mi intención lastimarla.
No te preocupes mijo, no es nada, nomás es un dolorcito leve, pero nada mas, además la verdad mijo, valió la pena.
No ves mijo que nunca me habían cogido por la colita, y pues ayer que me estabas metiendo el dedo, pues me deje llevar mijo y por eso lo deje meterme su cosa por mi colita.
Yo mas animado y ya algo caliente, me anime a seguir la platica.
Y le gusto Doña Brenda?
Pues si mijo, sino no lo hubiera dejado. Y no se apure mijo con esta pomada se me quita el ardor.
En eso íbamos platicando cuando llegamos a su casa.
Le abrí la puerta y tomándola de ambas manos, la ayude a bajar.
La calle en ese tiempo era de tierra sin pavimento así que era muy dispareja, la tome del brazo y ella apoyándose en mi, camino a la puerta de su casa.
De verdad Doña Brenda no se le ofrece nada?
No mijo de verdad que no.
Yo no sabia que inventar para entrar con ella a su casa, quizás no debía inventar nada y solo entrar, pero la verdad aun después de haberme cogido ya varias veces a Doña Brenda, aun sentía y siento respeto por su seriedad, que aunque fue mi mujer, nunca le perdí el respeto.
No quiere que la acompañe un rato Doña Brenda?
Si quiere mijo, pásele, le voy a dar un cafecito.
Señalándome su recamara que en el día hace las veces de sala de la casa, ya que ahí esta la TV. Entré y me senté en el sofá entre los hijos de Doña Brenda que estaban viendo TV, ellos ni me miraron siquiera, tan acostumbrados estaban a mi presencia que no se les hacia raro que yo estuviera ahí. Estaban los chicos tendidos en el piso viendo la TV así que yo me acomode en el sofá, Doña Brenda se paro junto a la cama, dejando su chal a un lado, y procediendo a quitarse el saco , quedando solo en una blusa blanca de botones al frente, que dejaban ver el corpiño de encaje que envolvía las enormes tetas de Doña Brenda. Se encamino al ropero y sacando uno de sus vestidos de uso diario, lo dejo sobre la cama, y ahí mismo procedió a quitarse la falda de su traje, se acerco a mi y me dijo:
A ver mijo ayúdeme con el botón.
Doña Brenda estaba dándome la espalda, mostrándome el botón de la falda que yo debía zafar, los chicos de ella ni volteaban a mirar, así que tomando el botón, lo zafe, y tomando el ziper lo baje también, aprovechando para poner mi mano sobre su enorme nalgota, y acariciarla fuertemente. Doña Brenda me tomo la mano y me la quito de su nalga, y volteando a mirarme me hizo señas que ahí estaban los niños.
Doña Brenda se alejo unos pasos, y procedió a dejar caer la falda al piso, quedando solo en un medio fondo de tela brillante, pero que si me dejaba ver ya la forma de su tremendo par de nalgas envueltas en esos calzones tan grandes y como este fondo le llegaba arriba de la rodilla, podía ver sus piernas con mas libertad, a pesar de haberlas tenido ya entre mis manos, el solo verlas me excitaba demasiado, mi verga comenzó a ponerse dura bajo mi pantalón, Doña Brenda se agacho a recoger su falda, mostrándome lo grande que se hacen sus nalgas al empinarse. Se levanto se puso su vestido de diario, abotonándoselo se acerco al sofá donde yo estaba y me dijo:
Ahí quédese mijo ahora le traigo un café, o quiere un refresco?
Lo que sea Doña Brenda, gracias.
Se fue Doña Brenda y un rato después, regreso con una taza de café y sentándose junto a mi, me lo dio.
Mirándola fijamente a los ojos y queriendo besarla, yo creo que ella adivino mis intenciones así que se recargo en el sofá alejándose un poco de mi.
Bueno mijo ahorita vengo voy a la casa de mi comadre Betty (vecina de enfrente y según se ahora confidente de Doña Brenda) a que me ponga la pomada.
Y riéndose picadamente dijo:
Es que yo no alcanzo.
Bueno Doña Brenda, si quiere yo le ayudo a ponérsela.
No mijo que pena, como cree, eso es cosa de mujeres.
No Doña Brenda de verdad yo le ayudo.
Doña Brenda sonrió.
Está bien mijo usted me ayuda.
Y poniéndose de pie se va donde estaba el envoltorio, destapándolo y sacando un tubito de crema, y caminado al cuartito adosado me dijo:
Bueno mijo pues venga a que me ayude a curarme.
Me puse de pie nervioso mirando a los chicos que ni enterados estaban de lo que sucedía a su espalda, ellos seguían entretenidos viendo la televisión, Doña Brenda les dijo entonces:
A ver chicos, voy a que me cure Oscar, no se muevan de ahí, si tocan la puerta no abran se esperan.
Así que me encamine al cuartito adosado donde aquella noche me había cogido por primera vez a Doña Brenda, cruce la cortina, y me dice Doña Brenda:
Baje la cortina mijo, no sea que vayan a entrar los niños y me encuentren con los calzones abajo.
Baje la cortina como dijo Doña Brenda, y encendí la luz.
No mijo apague la luz, que al cabo no hay nada que mirar, nomás me va a poner la pomada
Pero mire mijo antes que me la ponga, quiero decirle algo, venga siéntese.
Que paso Doña Brenda?
Yo intrigado y temeroso de lo que me iba a decir.
Pues mire mijo que ayer en el rancho cuando usted me estaba cogiendo, pues mi hermana nos escucho y pues se dio cuenta.
Así que la hermana de Doña Brenda no solo me dio a entender a mi que nos había visto, sino que también a Doña Brenda le había dicho.
Si Doña Brenda ya sabia eso, ella misma me dijo cuando salimos, pero yo no le había querido decir a usted.
Pues si mijo se dio cuenta, así que hoy mismo me fui a confesar con el padre.
Así que para eso salió tan arreglada se fue a confesar sus pecados, y por eso vi tristeza en su cara, bueno eso quise pensar yo en ese momento.
Y le dijo al padre que yo me la estaba cogiendo Doña Brenda?
Ay no mijo como crees, noooo, yo le dije al padre que le había sido infiel a mi marido y pues el me dijo que no volviera a suceder, así que, ya no me vas a poder coger mijo.
Yo me puse muy triste y baje la cabeza, yo creo que a Doña Brenda le dio lastima por que se acerco a mi y me abrazo y me dijo:
Mire mijo no se pierde de nada bueno, ya tendrá usted muchas muchachitas de su edad a quien cogerse y no a esta vieja gorda.
Pero Doña Brenda, si la que me gusta es usted.
Diciendo eso yo le acariciaba los senos sobre el vestido, y ella no hacia nada por quitarme las manos de encima. Me dejaba hacer así que yo continué manoseándola sobre el vestido, sintiendo sus enormes tetas en mis manos, la sensación de grandeza y de cómo se hundían mis dedos en esas tetas me hacia excitar mas y mas.
Ay mijo pues gracias, me halaga gustarte.
Pero bueno Doña Brenda, si ya no se puede ni modo.
Doña Brenda sin quitarme las manos de sus tetas, me acaricio la cabeza.
No se ponga triste mijo, que ya no le voy a ser infiel a mi marido, pero si lo voy a dejar que me meta mano mijo, yo creo que eso no es ser infiel, usted que cree?
Ahí estaba la salvación, ella misma me estaba abriendo la puerta para que yo la convenciera de que al menos manosearla no era ser infiel, yo en ese momento vi la luz ahí, así que de esa esperanza me pegue para decirle.
No Doña Brenda yo creo que eso no es ser infiel.
Verdad que no mijo?, bueno mientras no me coja mijo todo esta bien.
Si Doña Brenda esta bien.
Ah..Pero mijo esta vez si no lo voy a dejar cogerme, no quiero condenarme.
Y diciendo eso, se levanto de la cama, camino a asomarse a la recamara a ver donde estaban sus hijos y cerrando la cortina nuevamente, se acerco a mi.
Mire mijo no alcanzo a ponerme la pomada en la colita yo sola, con estas nalgotas no alcanzo, ayúdeme vamos, pero con cuidado mijo.
Diciendo esto, me mostró como se armaba el aparato ese con el que debía aplicarle la pomada a Doña Brenda, me mostró como se usaba.
Bueno mijo ahora si, póngame la pomadita.
Y diciendo esto, se subió el vestido hasta la cintura, mostrándome su cuerpo, sus caderas redondas tan grandes, su pronunciada barriguita, y a mi vista estaban esos enormes calzones que ella usaba, que le cubrían todas sus partes, se alcazaba a ver el monte abultado lleno de pelos debajo de su ombligo. A la vez tomo sus calzones y se los bajo hasta el piso, sacándolos de debajo de sus pies, poniéndolos en la cama a un lado, entonces se subió a la cama de rodillas y dándome la espalda se agacho, dejando las rodillas en contacto con la cama, poniéndose apoyada con sus rodillas y sus manos. Abriendo las piernas.
Bueno mijo póngame la pomada dése prisa no quiero que los chiquillos vayan a entrar.
Le levante el vestido, dejando ver aquel espectáculo hermoso frente a mi, dos nalgas enormes, redondas, grandes bajando a dos piernas igual de grandes y torneadas, hasta ver sus rodillas sobre la cama, me puse justo detrás de ella, poniendo una mano en cada nalga, apretándolas, y abriéndolas.
Era la primera vez que las veía con mas luz, eran blancas con algunas marcas de grasa en ellas, suaves al tacto, redondas, un poco aguadas, por que mis dedos se encajaban en ellas cuando extendiendo las palmas de mis manos la manoseaba, le separe las nalgas y el espectáculo fue mas grandioso, pude ver una zona de carne mas oscura prieta, llena de pelitos, que bajaba desde su ano hasta la vagina, el ano era una punto oscuro lleno de pliegues alrededor, y la piel que lo rodeaba era oscura con pliegues también y pelitos, la vagina nacía justo un par de centímetros abajo del ano, los labios estaban de un color rosado intenso, rodeados de los labios mayores, muy abultados y cubiertos de un espeso vello, la entrada de su vagina se adivinaba entre los labios, roja, húmeda, y emanaba un olor delicioso, embriagador, mi excitación subía cada segundo y mas al ver todo eso. Era la vagina mas grande que habré visto jamás, creo que no podía cubrirla con una mano, y la tenia ahí frente a mi a escasos centímetros de mi cara. Mis manos abrían las enormes nalgas separándolas para poder dejar el ano a la vista.
A ver mijo yo le ayudo a abrirme las nalgas.
Diciendo eso..se agacho completamente, echando sus manos para atrás y atrapando con ellas su enorme par de nalgas, las separo ella misma, mostrándome ahora un espectáculo grandioso que me tenia a mil.
No se que me impulso a hacerlo, pero me agache y así sin mas, le di un beso en el ano, que al sentir mis labios se apretó.
Ay mijo que hizo?, me dio un beso en la colita?, no sea cochino mijo eso no se besa.
Sin hacer caso ahora me agache y le di un beso en la vagina, a la entrada tratando de meter mi lengua. Sentí como se movió Doña Brenda, y escuche un gemido intenso al sentir mi lengua en contacto con su vagina, Doña Brenda se soltó las nalgas y se levanto un poco, girando su cuerpo y mirándome.
Mijo no empieces por favor, poneme la pomada y deja de besarme la cola, no ves que están los niños en el otro cuarto, y van a oír, además es bien temprano.
Se volvió a agachar de nuevo Doña Brenda y retomando sus nalgas, se las jalo de nuevo, mostrándome su culito. Tome la pomada y apretando el tubo, comenzó a salir la pomada por la cánula alargada en que terminaba el dispositivo. comencé a recorrer con la punta de la cánula la entrada del ano de Doña Brenda, embarrando la pomada en la entrada.
A ver mijo, esa cánula la tiene que meter para que me embarre pomada por dentro.
Le metí la cánula en su ano lubricado por la crema, el ano de Doña Brenda recibió la cánula inmediatamente, apreté el tubo y embarre crema en el interior del culito de Doña Brenda.
Aghhh.. así mijo, embárreme bien la pomada.
Ya termino de ponerme pomada mijo?
No Doña Brenda ahora se la voy a embarrar bien.
Saque la cánula y la deje a un lado, y ahora solo con mis manos, le atrape una nalga con mi mano izquierda y con mi mano derecha comencé a tocar el ano de Doña Brenda, con la punta de mis dedos, comencé a distribuir la pomada en toda el área entre las dos tremendas nalgotas, despacio.. comencé a tocar y ah acercar mis dedos a la entrada de su ano. Mi dedo comenzó a tocar la entrada a tratar de hacer presión para entrar, mi dedo es grueso, así que Doña Brenda sintió el dedo entrando.
Ay mijo, que me esta metiendo en la colita?
Un dedo Doña Brenda, para acomodar bien la crema, además, Doña Brenda no es bueno que deje que su culito se haga chiquito de nuevo.
Si mijo esta bien, métame un dedo el más chiquito que tenga, para que no me lastime.
Hrgggggg… mijoo, ya me metió todo el dedo.
El pequeño grito de Doña Brenda, llamo la atención de los niños, y uno de ellos corriendo entro a la habitación, claro solo vio a sus mama empinada conmigo detrás entre sus nalgas. Doña Brenda de inmediato le grito:
Muchacho, sálgase de aquí, que no ve que me están curando.
Pero gritaste mamita.
Si por que es una curación dolorosa, vamos váyase para afuera.
El niño obedeció y se fue, yo me quede como petrificado, hasta había sacado el dedo del culo de Doña Brenda.
Mijo no se ponga nervioso, sígame curando la colita, no me saque el dedo mijo.
Le volví a meter el dedo de nuevo, embarrándole la pomada en el interior, su ano se había dilatado ya, recibía mi dedo con una gran facilidad, por la lubricación de la misma pomada, yo sacaba y metía mi dedo desde la punta, hasta el fondo, Doña Brenda se había empinado completamente poniendo sus pechos contra la cama y ofreciendo sus nalgas completamente a mis miradas y mis manos.
Comencé a ver como de su vagina comenzaban a salir unos hilitos de humedad, y el olor se hacia cada vez mas intenso, Doña Brenda estaba caliente ya, lista para recibir cualquier cosa que le quisiera meter, pero sabia que debía “convencerla” de que no me la iba a coger.
Comencé a bajar mi otra mano a sus muslos.. y subiendo por ellos, manoseándolos, llegue con la palma de una de mis manos..a su vagina, al tocarla, Doña Brenda pego un saltito, pero no se movió de ahí, de hecho se entrego mas. Abriendo mas sus piernas. Y ofreciéndose mas a mi, sus piernas ahora estaban lo mas separadas posible y su pecho y su cara descansaban en la cama, sus nalgas estaban completamente levantadas, el espectáculo de tener a Doña Brenda empinada ofreciéndome todo su culo y su vagina hizo que mi verga se pusiera al máximo.
Mijo, dame una manoseada mijo vamos, no seas malo, tócame mijito, tócame la conchita mijo, meteme un dedito también mijo, vamos, eso no es pecado mijo mientras no te saques la verga mijo, no hay peligro.
Yo continué metiendo mi dedo en su culo, metiéndolo y sacándolo, su culo cada vez mas amplio y con la excitación se había abierto completamente, mi dedo entraba desde la punta hasta la empuñadura, sin dificultad, saque mi dedo de su culo, y comencé a tocarle la conchita con la mano, recorriendo sus labios y tocado su clítoris que ahora lo podía ver, era un botón enorme, rojo y duro, que al tocarlo hacia que Doña Brenda casi gritara ella estaba mordiendo una almohada tendida pegada a la cama, comenzó a mover su cuerpo como esperando una embestida, se movía cada vez que sentía mis dedos en su concha, la excitación me había subido al máximo, Doña Brenda solo gemía, no decía nada, y movía su cola Hacía adelante y hacia atrás, abriéndose de piernas mas y mas.
Arghhhhhh...mmjjjjjj...mjjjjjj..¡
Vi como su concha se abría generosa ante mis ojos, y como si fuera una invitación introduje dos de mis dedos juntos, así, despacio hasta el fondo, Doña Brenda seguía gimiendo, despacio, y moviéndose a contra de los movimientos de mi mano, sentí como mi mano salía y entraba empapada en el jugo de Doña Brenda.
De pronto sentí como Doña Brenda levanto la cola hacia arriba y se empujo hacia atrás, encorvándose de la espalda y gimiendo cada vez mas fuerte.
Aghhhh.. siiiiiiii, me vengo mijooo, me estoy viniendo mijo.
Alcance a escuchar el susurro de Doña Brenda, que era como un grito ahogado contenido dentro de ella. Cuando dejo de contraerse, sentí como se relajo y sus movimientos eran cada vez mas intensos, entonces sentí y vi como de su vagina salían chorros de un liquido blancuzco, era su orgasmo, ese que había sentido otras veces, pero que ahora estaba mirando salir directamente de la fuente, estaba mojando todo a su alrededor, mis dedos y mi mano completa estaban empapados, el sonido de mis dedos al entrar y salí de la concha de Doña Brenda hacían un sonido riquísimo un chapoteo incesante, marcado por el vaivén de mis dedos al meterse completamente dentro de ella.
Mijo me vine aaaaa, mmmmjjjjjjj...
Yo no aguantaba mas, tenia la verga a todo lo que daba, la sentía hinchada dentro de mi pantalón, así que me enderece y me baje los pantalones y el bóxer, dejando mi verga salir de su encierro, mi verga al verse libre, se levanto recuperando su forma, la tome en mi mano y comencé a jalármela.
Mijo ya se saco la verga?, para que mijo?
Doña Brenda es que me dolía.
Esta bien mijo déjela así afuera, a poco me la quiere meter mijo?
Pero claro que se la quería meter, la pregunta era tonta, pero ahí vi que lo único que quería Doña Brenda era un pretexto para no sentirse culpable, y se que lo que mas deseaba era que le clavara mi verga, ya que ella no había dejado la posición que tenia, seguía empinada con su concha abierta y escurriendo liquido y su ano dilatado en medio de esa zona oscura.
Si Doña Brenda se la quiero meter.
No mijo no me vayas a coger, me acabo de confesar y no quiero ser infiel.
No Doña Brenda no me la voy a coger.
Y diciendo esto me levante y me puse detrás de ella, con la verga en la mano, comenzando a pasar la punta sobre los labios vaginales, dibujándolos con mi crayón, así despacio mojando la punta de mi verga, y a cada movimiento Doña Brenda se movía como queriendo atrapar mi verga.
Mijo no seas malo, no quiero que me metas la verga, no quiero mijo, no quiero tu verga metida.
No Doña Brenda, no se la voy a meter.
Yo seguía en el juego de pasearle mi verga por su pepa, despacio, paseándola y metiendo la cabecita entre los labios, humedeciéndola, sentía las paredes de la vagina de Doña Brenda contraerse sobre la cabeza de mi verga.
Ay mijito, ya, ya mijo no seas cabron, meteme un pedacito de verga mijo, dale metémela despacio mijo meteme un cachito nomás mijo quieres?
Sin decir mas..comencé a meterle la punta de la verga a Doña Brenda, quien se empujo hacia atrás, empujando con todas sus fuerzas, yo la tome de la cintura, sentía en mis dedos sus gorditos y jalándola fuertemente, le metí la verga hasta el fondo de un solo empujón, tanto que Doña Brenda pego un grito involuntario, ahogado.
Arghhhhh... mijo ya me la metiste toda siii mijo así de..ja..laaa...
En eso entro uno de los hijos de Doña Brenda..que inocentemente estaba mirando a su mama en esa postura, pero como la veía de frente, solo la veía con la cara pegada a la cama y a mi levantado detrás de ella jalándola de la cintura.
Mama, te duele? Que tienes mama?
Na...da...hi..jo..nada, no me..due..le..na..da... vete a ver la tele me están curando.
Va..ya ...se mijo, no entre aquí.
El muchachito, nos miro y al ver que su madre estaba bien se alejo corriendo.
Mijo dale, cogeme rápido mijo, que estos pendejos ya se dieron cuenta.
Si Doña Brenda, yaaaaaaa.
Yo comencé a moverme detrás de ella, sacando y metiendo mi verga de su argolla, escuchando el chapoloteo de mi verga en su mojadísima concha, la jalaba de la cintura y la cogía con fuerza, hasta que sentí que me venia dentro de ella.
Aaa, Doña Brendaaa me vengooo.
Si mijo lléneme de lechita vamos, déme moquito vamos, llene a Doña Brenda de moquitos, vamos mijo. Déle..mas mijo, masss mijo, massssssssss.
Me vine dentro de Doña Brenda entre contracciones de su vagina y los espasmos de mi verga al escupir el semen con una fuerza enorme, sentía que me vaciaba por completo.
Quede rendido tendido sobre la cola de Doña Brenda, los dos mojados, saque mi verga ya un poco flácida, y me tendí a un lado de Doña Brenda, quien se levanto de inmediato, y antes de levantarse completamente, se acerco a mi y me dio un beso en la boca.
Vamos mijo, ya levántese que estos pendejos ya andan dando mas vueltas.
Y es que los hijos de Doña Brenda ante todo el ruido que hacíamos, estaban muy atentos y de vez en vez veíamos las sombras a través de la cortina, como se paseaban tratando de adivinar algo. Y lo único que estaba sucediendo, era que me estaba cogiendo a su mama.
Vamos mijo, tenga límpiese y váyase a su casa vamos, ya ve como de cualquier manera me dio mi cogida.
Si Doña Brenda es que le tenia muchas ganas.
Si mijo?, me tenia muchas ganas de verdad?
Si Doña Brenda muchísimas ganas.
Pero mijo, si anoche me diste una buena cogida en el rancho, yo pensé que hoy no ibas a querer, condenado Oscar, siempre estas con tu verga bien parada, pero bueno mijo, para esto estoy aquí, para ayudarle a vaciar su verguita.
Sonriendo me apretaba la verga flácida.
Vamos mijo ya váyase.
Mientras decía eso Doña Brenda tenia una toalla de baño entre las piernas, limpiándose todos los líquidos que escurrían a chorros por entre sus piernas.
Si Doña Brenda ya me voy, hasta mañana.
Si mijo hasta mañana.
Me puse los pantalones, claro antes me acomode el bóxer, me levante de la cama..me puse mis zapatos y me dispuse a salir, salí a la sala y los chicos me vieron salir, y detrás de mi a Doña Brenda. quien en voz alta me dijo:
Gracias mijo por ponerme la pomada.
De nada Doña Brenda.
Me encamine a la salida y ella me seguía, al abrir la puerta, para salir me tomo del brazo y me dijo:
Mañana me toca nueva curación mijo, no se le olvide.
Y en algo inusitado, adelanto su mano y tomando mi verga, acariciándola sobre mi pantalón me dijo con una voz ronca que no le conocía.
Mijo mañana me pones la pomada con esta en mi colita si?


Espero les guste y si les gusta dejen comentarios.

7 comentarios - La vecina IV

Sheko235
buena historia pero faltan fotos