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Todo tiene un principio (Parte 3)

Ramón era todo.
No hacía otra cosa que pensar en él. Su imagen invadía mis sueños, mis pensamientos, todo. Lo veía dentro mío. Ese cuerpo oscuro entrando en mi. Todas las noches antes de dormir me tocaba pensando en él.
Solo lo quería adentro mío. Necesitaba esa verga tiesa, imponente, perforadora. Contaba cada segundo hasta nuestro próximo encuentro. Inventaba todo tipo de excusas para poder escaparme hasta el campo a verlo.
A pesar de mis quince años me sentía una hembra en celo sedienta de pija.
Había perdido el miedo a que mis padres se enteraran, quería decir que era la mujer de Ramón.
El sábado tardó en llegar más tiempo que el normal o al menos eso me pareció a mi.
El rito era exactamente el mismo cada vez.
Byron era mi único cómplice, en su lomo me alejaba de los demás y me acercaba al amor de mi vida.
Llegué al galpón y ahí lo encontré a Ramón, estaba reparando una vieja cosechadora
Su torso, desnudo, estaba perdido debajo del aparato.
Solo la parte baja de su cuerpo era la que estaba a la vista.
No se si me vio llegar, creo que no.
La cuestión es que me agaché y desabroché su pantalón.
Saqué su verga, dormida, y empecé a mamarla como desesperada. La agarraba fuerte con mi mano, como si fuera mía y la besaba, le pasaba la lengua, me la metía en la boca.
Enseguida se puso dura y llenó mi boca. La quería toda para mí.
La sentía latir dentro de mi boca, no paraba de mamar mientras acariciaba sus huevos. Mi otra mano empezó a pajearlo y mi boca abarcaba toda su cabeza.
Cinco minutos y sus chorros espesos de semen me inundaron.
Traté de no dejar caer ninguna gota. Me tomé toda su leche, que caliente pasó por mi garganta. Con la lengua limpié todos los restos.
Ramón salió de debajo de la cosechadora, ahí se había mantenido mientras yo cumplía con mi tarea, y me besó.
Extrañaba esa lengua.
Comenzó a desnudarme, beso mis tetitas, me sacó la bombacha y comenzó a pasar su lengua húmeda y caliente por los pliegues de mi vagina.
Empezó a juguetear con mi clítoris.
Nada tardé en acabar. Ramón podía jugar con mi cuerpo de cualquier modo que este respondía de una manera impresionante.
Su pija nuevamente dura, se abrió paso entre mis piernas, ahí estaba ese ardor que me llevaba a otro nivel.
Entraba y salía con un ritmo único, esa pija estaba hecha para mi. Era un deleite tenerla toda adentro.
Las paredes de mi concha, abrazaban su tronco como yo abrazaba su torso, no lo podía soltar.
En un acto reflejo salió de adentro mío, y yo comencé a acabar como la más puta. Empecé a mearme, mientras gritaba desaforada, mi pis volaba por el aire, mis piernas temblaban y mis manos trataban de aferrarse a algo, pero solo había suelo bajo mío.
Ramón no paraba de observar el espectáculo y se pajeaba.
Se acercó con su tremenda pija directo a mi y me llenó la cara de semen. Tres opulentos chorros dieron de lleno en mi boca y nariz. Pasé mi lengua por su leche y ayudé con mis dedos para llevarme todo a la boca, sentía que con su semen también comía cada parte de él.
Se tendió sobre el suelo y yo me tendí a su lado apoyando mi cabeza en su pecho.
Prendió un cigarrillo, no sabía que fumaba. Le pedí que me convidara, me dijo que no, que era muy chica. le dije que también era chica para estar con alguien como él y hacer lo que hacíamos. se rió y me convidó. Empecé a toser, la garganta me quemaba, pero obstinada como era lo intenté hasta que me salió. Ramón no paró de reirse hasta que logré terminar el cigarrillo. En esa posición, sobre su pecho, yo hubiera pasado toda mi vida.
Instintivamente mi mano jugaba con su pito. Lo acariciaba, lo llevaba, lo traía, masajeaba sus bolas.
—vos confiás en mi, ¿no?— rompió el silencio
—Si mi amor, claro—
—Muy bien, te voy a enseñar otra cosa.
Me tomó por la cintura y me sentó sobre su cara y con su lengua empezó a jugar en mi concha. Yo estaba en llamas, el solo acercarse de él enseguida me encendía. Su lengua iba y venía como quería, hasta que siguió de largo y fue a dar al agujerito de mi culo. La punta de su lengua entraba. Fue un martillazo en la nuca, la sensación de placer aumentaba y se tornaba intratable. Me retorcía de placer mientras Ramón jugaba con mi culo. Sus dedos empezaron a llevar mis jugos vaginales hasta la cola y de a poco su dedo índice empezó a entrar, sentí un pequeño dolor, pero el placer le ganaba por goleada. Yo estaba en éxtasis.
—Ahora lo vamos a hacer con tu cola—me dijo
—Siiiiiiiii— grité
Pensaba que si su lengua me había dado tanto placer ahí, su pija me iba a volver loca.
—Mirá que vas a sentir dolor al comienzo, pero una vez que te aflojes te va a gustar
—siiiiii, hacelo, hacelo—
Me sentó encima suyo, mi agujerito estaba mojado y su pija estaba enorme. Apoyó mi agujero en su cabeza y empezó a hacer fuerza.
De a poco mi culo cedió y su cabeza estaba por la mitad adentro.
Sentí un pequeño ardor, distinto al que había sentido cuando me la puso por primera vez en mi concha.
La sacó, pasó su mano por mi vagina mojada, me puso los dedos en la boca y me hizo chuparlos, chupé mi propio olor, me pidió que lo escupiera, lo escupí. Pasó esos dedos mojados por el agujero de mi culito y la sensación de mi saliva me calentó más. Otra vez apoyó su cabezota en mi agujero y volvió a querer entrar, su cabeza de a poco fue ganando espacio en la estrechez de mi culo. Una vez que estuvo toda adentro la cabeza se detuvo. Sentía dolor, para que negarlo. Yo estaba en cuclillas y su cabeza en mi culo.
—Bueno, ahora viene lo peor, pero se pasa enseguida—me dijo
No terminó la frase y con fuerza me agarró de la cintura y me bajó con violencia sobre su pija.
Grité y empecé a llorar.
Fue como un hachazo en la espalda, sentí que se me partía el cuerpo en dos y que solo se me sostenía por las manos de Ramón.
Lloraba y gritaba, no había placer, solo dolor.
—Sacala Ramón por favor, me lastimás...
—Esperá, quedate tranquila que no va a pasar nada
Y otro embate, y otro y su pija que había ganado totalmente mi culo. Sentía como los pelos de su pelvis pegaban en mis cachetes.
Así como estaba me levantó en el aire, empalada en su pija.
Me puso boca abajo en el suelo y con su mano tapó mi boca. Empezó a moverse como una bestia, yo no podía parare de gritar pero su mano me tapaba, lo mordí fuerte, sangró. Con la otra mano me agarró del pelo y me tiró la cabeza para atrás.
—Te pregunté si confiabas en mi o no?—
—Con la cabeza hice un movimiento de afirmación
—Bueno entonces confiá en mi, esto te va a encantar.
Y seguía moviéndose como un caballo, parecía que me iba a destripar. Su pija inmensa iba y venía por mi culo-.
Sentía que me moría en cada embate.
La violencia que usaba para cogerme no la había usado nunca hasta ahora.
Mientras hablaba a mi oido, me metía la lengua en la oreja.
—Sos mi putita, no? te gusta que te rompa el culo o no putita? viste que es lindo que te monten?
Ramón nunca me había tratado así, pero esas palabras en mi cabeza me empezaron a calentar.
—Te gusta tenerla en el culo o no yegüita?
—Yo con mi cabeza asentía y me relajaba cada vez más, dándole lugar a mi calentura.
Su pija me seguía doliendo, pero la disfrutaba.
Ramón estaba como loco, entraba y salía con furia. Sus bolas pegaban en mi culo y el ruido de los cuerpos al golpearse nos excitaba a los dos.
Gritó, gritó fuerte.
Su leche empezó a entrar en mi cola. Sentir eso caliente dentro mío me hizo dar un respingo y un orgasmo pleno me invadió todo el cuerpo, grité con él.
Se quedó un rato dentro de mi culo. Sentí su pija agrandarse de nuevo.
—Ahora vas a disfrutar esto— me dijo y empezó a mearse dentro mío, de ahí creo que es que me gusta que se hagan dentro mío como pasó en otros relatos que les conté.
Su pis caliente fue una sensación totalmente placentera.
Salió de adentro mío.
Me ayudó a pararme. Me dolía todo. De mi cola empezó a salir una mezcla de pis, semen y sangre que corrieron por mis piernas hasta mis tobillos. Me reí, tal vez de nervios. No podía caminar. Me había partido en dos.
Estaba pensando que decirle a mi viejo cuando me viera caminar con tanta dificultad, le iba inventar que me caí de Byron no se...
—El domingo que viene me voy a Comodoro Rivadavia— me dijo
Me quedé en silencio.
—Conseguí un trabajo mejor para mi y mis hermanos.
Me puse a llorar, me abrazó.
No llores, todavía tenemos un sábado más.
Y hay algo más que tengo que enseñarte...

Continuará.

2 comentarios - Todo tiene un principio (Parte 3)

mtu78
Fenomenal!!!! Eres Maravillosa en todos tus relatos!!!
r0dr1g078
mtu78 dijo:Fenomenal!!!! Eres Maravillosa en todos tus relatos!!!

concuerdo totalmente