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Unas muy buenas vacaciones (parte 1)

Año 1992 en Villa Gesell.
Fui a matar o morir, en realidad fuimos 5 amigos.
Juntamos buena guita, laburamos mucho y nos alquilamos una linda casa cerca de la playa.
Había tres habitaciones, una grande en donde dormíamos Sebastián, Diego y yo y otra, un poco más chica donde dormían el Negro y Javier.
Yo era de esa banda el que menos suerte tenía con las mujeres.
Pero en ese verano había decidido que eso tenía que cambiar.
Ya había dejado atrás mi lucha contra el acné y me había dejado crecer el pelo, cosa que en se momento me favorecía y además contaba con 15 kilos menos de los que tengo hoy.
La cuestión es que desde la primera noche, convenimos que dejábamos una de las piezas libres para ser usada por aquel que tuviera la suerte de enganchar una minita y no tener problemas de espacio. Si nos superponíamos decidiríamos sobre la marcha.
Así que llegamos y de cabeza a la playa. Una buena imagen no debemos haber dado, ya que fuimos rechazados hasta por los bañeros. Era nuestro primer día así que mucho drama no nos hicimos, pero apostamos fichas a la salida nocturna. Así que compramos una buena cantidad de alcohol, como para tirar dos vacaciones seguidas, ya les dije teníamos guita, hicimos la previa y organizamos la cuestión. Fuimos a un boliche muy de moda en ese entonces llamado Dixit.
Tranquilo me pedí un Gancia con Limón y empecé el patrullaje.
Fui, como Dios manda, rebotando. Me encontré con los chicos, también rebotados tomamos algo y seguimos con la cacería, cada uno por la suya. A eso de las 4 de la mañana veo una rubia bastante linda, flaquita, pinta adolescente y vestida simple, pero para comérsela entera.
Me acerqué y me puse a hablar. La mina me dio calce y fuimos a la pista. Bailamos, no mucho ya que soy un queso y la invité a la barra a tomar algo. Aceptó y se tomó un Gancia conmigo, yo ya iba por el cuarto. Mariana se llamaba y era de Córdoba, yo por ese tono que tienen al hablar ya me había dado cuenta.
Hablamos un rato largo y entre cosa y cosa volvimos a la pista y cuando nos quisimos acordar ya estábamos organizando para cruzarnos en la playa. La mina me había abierto la puerta y yo entré. No se como ni cuando la besé. la piba se dejó besar. Le dije de ir a un lugar más cómodo y agarró viaje. Nos fuimos a sentar y empezamos a besarnos como locos. A pocos metros míos estaba Javier con una morocha, medio pelo, pero mina al fin, los otros tres aun estaban boyando. Enseguida comprendí que si a Javi le iba bien me iba a copar la pieza del garche, así que mimosié unos minutos más y le propuse a Mariana ir a casa a tomar algo, sorprendentemente me dijo que si.
Salí como disparado del boliche con ella agarré un taxi y me fui a casa. Entramos y le dije que se pusiera cómoda y que si tenía ganas pusiera música. Puso un cd de U2, buen gusto pensé yo, preparé dos Gancias y me senté con ella.
Empezamos a transar a lo perro, yo estaba al palo y ella no le iba en zaga.
A los diez minutos ya estábamos a los manotazos.
Le desabroché la camisa que tenía puesta y la dejé con un corpiño casi de nena de algodón blanco. Se me hacía agua la boca.
Seguí con lo mío y le saqué el corpiño.
Por Dios, tenía unas tetitas típicas de adolescente, con los pezones rosaditos y en punta. Dentro de unos años esas tetas serían para un cuadro pero así como estaban en ese momento eran un manjar.
Me saqué la remera y me apoyaba sus tetas en el pecho. Ahí mismo la quería matar a porongazos. Con mi mano empecé a jugar debajo de su mini, frotaba y frotaba su conchita que ya estaba húmeda, le corrí la bombachita y sentí el calor de su cueva, me quería morir.
Ella, por su lado, por arriba del pantalón me masajeaba la pija que a esa atura era una caldera a punto de estallar. Como pude me paré, la paré y la llevé a la pieza del garche. Ella dejaba hacer, parecía estar más caliente que yo.
La tiré en la cama y le empecé a chupar las tetas como un desesperado. Me saqué el jean y me fui acomodando encima de ella.
Le saqué la pollera y cuando le iba a sacar la bombacha, también de algodón blanco, me paró en seco. Me dijo que frene, me dijo que era virgen. No, lo podía creer, la pendeja me había hecho hacerle de todo y ahora reculaba. Le dije que no se hiciera problema que no le iba a hacer nada, a esa altura me la recontraquería garchar, pero debí hacerme el boludo. Le dije que confiara en mi. Le empecé a besar la conchita por encima de la bombacha y ella empezó a soltarse.
Corrí la prenda y mi lengua empezó a ir y venir ella se removía como loca y yo estaba a punto de decapitarme con mi propia poronga.
Después de pasarle la lengua tiernamente por todos los pliegues de su concha acabó como una yegua. Y seguía al palo y podía izar una bandera en mi pija. Así que ella, agradecida quizás, me la tomó con cuidado. Y me empezó a hacer una paja. Creo que acabé como para dos días. Apenas terminé la seguí transando, no quería despegarme de esa preciosura ni por un momento. Así que la fui besando por todos lados hasta que bajé a conchita de nuevo que ya estaba en llamas. Esta vez me paré yo.
—En serio sos virgen?
—Si
Y alguna vez hiciste sexo oral?
—No
—Muy bien.
Y sin decir nada me fui bajando para chuparla de nuevo. La hice acabar después de diez minutos de paleteo.
La seguí besando, volví a estar caliente, la agarré de la cabeza y la empecé a llevar lentamente...

Continuará....

4 comentarios - Unas muy buenas vacaciones (parte 1)

GuAs00
y q paso la re concha de la lora 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🤤 🤤 🤤 🤤