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No confíen en los taxistas.

Viendo que mi primer relato tuvo bastante aceptación, aquí va otro.
Aviso que no se si podré mandar uno por día, yo creo que no, pero alguna rutina se me va a ocurrir.

Lo que voy a contarle pasó hace algunos años y fue lo que me hizo desconfiar para siempre de los taxistas.
Había ido a bailar con mi novio a la disco de costumbre. Como toda pareja de jóvenes siempre tuvimos nuestros altibajos y esa noche acabamos peleando por estupideces. Mitad alcohol, mitad inexperiencia, la cuestión es que terminamos discutiendo fuertemente y a la vista de todos nuestros amigos que no podían creer lo que estaban viendo. La cosa terminó mal, le di un sopapo después de una acalorada discusión y me fui del boliche.
Eran casi las cinco de la mañana y hacía un frío tremendo. Me dirigí a la fila de taxis y me subí al primero que había vacío.
En ese momento me di cuenta de lo mareada que estaba por el alcohol, porque más que sentarme me despatarré de una forma muy desprolija como buscando apoyo.
Por como quedé acomodada en el asiento trasero del auto debo haber mostrado mi tanga porque el taxista me comió en silencio con la mirada, esperó que me termine de sentar y me saludó.
No le presté mucha atención solamente le dije la dirección y tiré la cabeza para atrás, como buscando un aire que me faltaba.
Si alcancé a notar como el chofer reacomodó el espejito retrovisor, tal vez para deleitarse con mis piernas, pero a mi todavía me duraba el enojo de la pelea así que no le dije nada.
Como el viaje iba a ser medianamente largo traté de dormir y no pensar, pero poco me duró la cosa y enseguida empecé a llorar, en silencio para no distraer al chofer.
Confieso que muy bien no me salió porque el señor se dio vuelta y comenzó a interrogarme.
— Qué te pasa hermosa? por qué llorás?
— por nada, una estupidez— le dije
— seguramente te peleaste con tu novio, no?
— si
— no seas tonta sos joven y muy linda como para estar llorando por alguien a esta edad.
—ya se, pero no lo puedo evitar le dije— y me recosté en el asiento en posición fetal, quería llegar a mi casa y dormirme, nada más.
Reacomodó nuevamente el espejito, seguramente en esa posición ya la pollera que llevaba se había levantado lo suficiente como para mostrar mi culito.
Cerré los ojos buscando algo de tranquilidad.
Todo iba normal hasta que siento que el chofer por el radio habla con, tal vez, un compañero y le dice...
— Negro, nos encontramos en la estación para desayunar como siempre.
— Ok,— se escuchó como respuesta desde la radio.
Mi casa quedaba cerca de la Estación de trenes y ya eran pasadas las cinco de la mañana así que tomé por normal esa pequeña conversación.
Por mi cabeza todavía pasaban todas las palabras e insultos que nos habíamos dicho con Ignacio, mi novio, así que no paraba de sollozar.
En un momento siento que el taxi comienza a detener su marcha, me levanté y miré por la ventana buscando la familiaridad de mi barrio.
Estábamos a una cuadra detrás de la estación, o sea cerca de mi casa.
El taxi se estacionó detrás de otro que estaba parado.
—Acá no vivo yo
—Ya se, quedate tranquila— me dijo
—Qué pasa, por qué no sigue?—
—Esperá bombón—
Mientras hablaba el hombre bajó el seguro de la puerta trasera suya. Lo miré sin atinar a nada cuando noto de repente que la otra puerta
se abre e ingresa el hombre que había bajado del taxi estacionado delante nuestro.
—Hola hermosa— me dijo mientras se acomodaba al lado mío.
—Qué hacés Negro? podés creer que la hermosura esta estaba llorando porque se peleó con el novio? no te da pena?
— Pobrecita, habiendo tantos hombres que te podemos tratar bien vos te ponés a llorar por un gil que no debe valer dos pesos. Quedate tranquila hermosa nosotros te vamos a tratar como verdaderos hombres.
Mientras me decía todo esto empezó a acariciarme la cara, debo decir que su mano causaba impresión, negra, grande, callosa, con unos dedos grandes y anchos.
Traté de mover la cabeza para el otro lado pero su fuerza era más que la mía, así que con su mano derecha me aferraba la cara y empezó a ponerme su dedo gordo en los labios, con mínima fuerza me abrió la boca y me metió el dedo hasta tocar mi lengua.
A todo esto el que estaba adelante había sacado su pija, chiquita, vieja y empezaba a masturbarse mientras alentaba a su amigo.
— Dale Negrito, mostrale lo bien que atendemos nosotros a las mujeres decía mientras se pajeaba con furia.
— Si, si, tranquilo Simón, dejame mostrarle.
Empezó a desabrocharme la camisa mientras me pasaba la lengua por las orejas y el cuello. Yo todavía tenía su dedo en mi boca no podía gritar, intenté zafarme y lo mordí.
— Aaaayyyy Hija de puta, qué hacés? la querés por las malas?
Su expresión de enojo me aterró, su cara traslucía un estado de ira total. Me quedé petrificada y no dije nada.
Me arrancó el corpiño y me empezó a chupar las tetas. Me mordía y succionaba los pezones de manera desenfrenada, yo ya estaba acostada y el encima mío empezaba a tocarme la concha. Me friccionaba hasta el dolor, mientras me insultaba el de adelante se reía y no paraba de alentar a su compañero. Me arrancó la tanga de un solo tirón seco. Me ardió, grité.
— No grités puta— me dijo y me metió un dedo entero en la concha. Gemí.
Seguía con su trabajo de lengua y mano. Yo ya no lloraba más no lo quería enojado de nuevo.
Se sentó y se abrió el cierre del pantalón, buscó y sacó una pija enorme, gruesa y toda venosa. Juro que hasta ese entonces jamás había visto algo igual.
— Vení hermosa agarrala, tragala que es tuya, es tu noche de suerte.
Me llevó de la cabeza y me la puso en la boca, di una arcada y me salí y vi como mi mano quedaba muy chiquita al lado de tremendo pedazo de carne.
—Dale no te hagás la difícil— me dijo y me la volvió a poner en la boca.
Yo a esta altura de las circunstancias no tenía las horas de vuelo que tengo ahora, de vez en cuando le había chupado el pito a mi novio, pero no muchas veces ni de manera experta, todavía podía calificarme de inexperta.
Así que de manera torpe empecé a chupar, subía y bajaba y chocaba mis dientes en su cabeza.
— Despacio belleza, que hay para rato, con más cuidado que me lo vas a lastimar.
Me fue llevando de la cabeza a el ritmo que el quería y yo sumisa me dejaba llevar.
Dos minutos de vaivén armonioso fueron suficientes para que el Negro descargara sus primeras bombas de leche caliente en mi boca.
Simón adelante seguía con su ya paja eterna.
El Negro con su mano me tomó por la nariz y me la cerró para que en mi intento por tomar aire me trague toda su leche. Me vio hacerlo y se rió con una fuerte carcajada. El de adelante también rió.
Su pija inmensa estaba otra vez parada, me tomó por la cintura y me sentó encima de él. Entró de un tirón y me dolió todo.
Con sus manos empezó a manejar el galope.
Fue ahí cuando Simón me agarró de los pelos y me puso la cabeza entre los dos asientos y me llevó lo más adelante que pudo.
— A ver turrita como se la chupaste a mi amigo? mostrame, mostrame —
Me agarró y empujó mi cabeza hasta meterme la palanca de cambios en la boca.
—Mostrame como la chupás putita—
Empecé a con el rictus mientras subía y bajaba mis labios por la palanca, sucia con olor a transpiración.
No fue durante mucho tiempo ya que Simón luego de varios segundos de mirarme hacer eso acabó completamente en mi cara mientras me insultaba.
Por el otro lado el Negro me cogía como loco y sus dedos había empezado a trabajarme el agujerito del culo. Metió uno y después dos dedos, yo me retorcía de dolor, pero no gritaba, era un dolor nuevo, que nunca había experimentado. La pausa fue corta, lo que dura en pasar esa pija desde la concha hasta el culo sin escalas. En el cuarto embate entró toda, grité, gemí y resoplé. Simón me puso su pijita, chiquita y vieja en la boca, jamás en su vida hubiera pensado que una mina linda como yo pudiera llegar a chuparlo.
El Negro la tenía ultra dura. bombeaba y bombeaba como manejando el tiempo de su cuerpo.
Tres minutos con una pija en el culo y otra en la boca. Simón no aguantó y me la llenó de leche mientras gemía y gritaba como poseído.
El Negro hizo su embestida final en base a fuerza y me llenó el culo de leche. Quise gritar pero de placer, sentí que el cuerpo se me elevaba y las piernas ya no eran mías. Me reprimí y no di señales de nada para no hacer más evidente su triunfo.
El Negro la sacó y me dio un sopapo en el culo que me ardió por largo rato, me dio un beso con lengua en mi concha y me dijo
— Viste bombón que hay hombres que sabemos tratar a las mujeres.
Simón se rió mientras guardaba su pijita.
El Negro se bajó y Simón arrancó.
Me dejó en la puerta de mi casa y me dijo.
— el viaje lo invita la casa, andá tranquila y dormí que te hace falta.
Me acomodé, bajé del auto aun con el flaqueo en las piernas y me fui derecho a mi hogar.
Me tiré a dormir y creo que soñé con la pija del Negro.
Por las dudas desde ese día nunca más volví a viajar en taxi.
Salvo, claro está...cuando no tengo plata y quiero viajar gratis.


FIN

16 comentarios - No confíen en los taxistas.

danielsan06
Naaa, esta bien el relato pero ya quiesieras vos que te agarre un negro.
gustavo01011978
Fionna, soy taxista y si querés te llevo gratis a donde quieras... muy bueno el relato
patricio_adrian
Fiona, te garchan en todos lados!!!
Decime por que zona andas que me doy una vuelta 😉
🤤 🤤 🤤 🤤 🤤
minibar
jeje !! claro q si me pude poner la gorra y ser poli por un rato, imaginate q pinto el corsa y lo hago taxi, de \"wan\" ... fionna, ahi van mas puntines +5
capitan66
antes que te garchen los ratis , es preferible que te la pongan los tacheros. Muy interesante la historia.
Canoplaverde
Exelente Fionna. Como siempre la dedicatoria ya la tenes.
Segui asi que me hace bien
Heineken
Aunque esté chupado, peleado, drogado, enfermo, prefiero llevarla llevar a mi novia yo antes q vaya en taxi o remis, ojo muchachos 🤔 🤔
juanitohabichuela1
de una heineken, esta historia me hizo perder las ganas de seguir en P! es una violación... asqueroso
Kerandil
Mmm... Primero policías corruptos que piden fianzas? después taxistas violadores que impunemente logran un sexo completo, mejor que si lo hubieran pagado!
La verdad, todo bien. Pero no solo te gusta, sos boluda también. O mentirosa... De hecho, no creo que siquiera seas mujer.
elleaime
esta es la tercera historia que leo, buena, a mi me encanto, muy aparte de quien seas, tienes buena imaginacion. 🙄
eldidi
boludos parece una violacion, como que ni da para pajiarse...
loboalbiazul
q queda para los colectiveros y los remisseros!!!!!
taqteparioperra
linda historia pero a la vez rara no se como tomarlo pero me gustaria saber si vos estas arrepentida de esto o no de lo que te paso es el primero qu leo voy a leer los otros para ver que tal y a favoritos te pongo para ver tus relatos
taxilibre
jajajaj no todo es tan asi pero algo de eso hay,jeje.