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Se masturba en casa de sus padres

Se masturba en casa de sus padres

amateur

Cerró la puerta del cuarto y aunque la casa de su madre era pequeña los gritos del salón de difulminaron lo suficiente como para no molestarla un rato.
En la tele estaba el hormiguero empezando con lo que tenía al menos media hora.
Tras cubrir a su pajaro con una sabana fue corriendo al móvil, un iphone rosa y escribió algo. Un par de minutos después alguien con el nombre de dadysex llamaba con la camara desde el WhatsApp. 
Resopló alterada, parecía una adolescente. Se recolocó el flequillo lo justo y se quitó el pequeño pantalón con dibujos infantiles que tenía de pijama.
-Mmm, veo que estas en braguitas cielo.
-¿me has hecho el bizum? -Preguntó mientras quitaba algunos trastos de la cama.
-250, como me dijiste. Pero te veo muy vestidita. No me digas que tu mamá está en casa.
-Sí, y el otro, -respondió con desgana mientras se desnudaba con gracia mostrando su pelvis desnuda de bello y sus pequeños y erectos senos. -¿asi mejor?
-Mucho mejor mi dulce niña.
Al otro lado el hombre de unos 70 años empezaba a sonrojar su rostro como un animal hambriento ante su plato preferido. 
Ella sonrió con una inocencia perversa. Sabía que le tenia donde quería. 
Cogió una taza con una infusión y bebió con una mirada traviesa al anciano.
Tras dar un sonoro sorbo y devolver la taza a la mesita se recolocó abriendo lentamente sus piernas. 
Al otro lado un grieso gemido dejó claro que el hombre estaba conpletamente entregado a las delicias de la joven que ahora acariciaba sus humedos dedos por su pecho.
La respiracion agitada y un pequeño temblor indicaban que empezaba a alcanzar el trance deseado.
Los ojos del hombre parecían salirse. Fumó varias caladas de un montecristo que tenía entre sus dedos y acabó por cubrir la pantalla de humo.
La joven se retorcía a lo suyo poseida en su juego adictivo. Sus cabello rubio, sus pezones que parecían desear lanzarse hacia el techo y su pelvis arriba y abajo descontroladamente la absorvian al ritual pactado.
El hombre mas allá de la mas gris de humo empezó también a disfrutar de su obeso y peludo cuerpo. Enajenado se arrastraba tras la corriente de la joven.
Esta, sabiéndose con el poder que otorga el deseo dejó que el otro disfrutara de su debilidad animal. Sollozos, gemidos, palabras sin sentido y una mirada perdida la dibujaban en un estado fragil, deseable, inaccesible en cierto modo.
-te ingreso 500 mas si llegas hasta el final mi preciosa mujercita.
Ella sonrió con frialdad tras sus gestos de placer. Sabia que aun podía sacarle mas y no lo dudó. Se puso boca abajo de espaldas y le mostró aun mas la belleza de sexo oculto...
Al rato el móvil vibró 1000 euros. 
Entonces ella se flexiono mostrando su trasero sin objeciones... 
Esto es mas de lo que cobro en un mes... ¿por que no? -pensó friamente... y prosiguió

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