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La madre de Pedro y el bully 33

Pedro se sentía mejor al día siguiente y fue a desayunar a la cocina donde su mamá lo esperaba con una variedad de cosas deliciosas. A él se unieron su padre y su hermanito y comieron abundantemente todo lo que la cocinera había preparado. Su mamá le pedía demasiado seguido como estaba, si se sentía bien y si le gustaba la comida. “Que extraño” pensó el chico porque era ya bastante tiempo que no le prestaba atención pero ahora parecía como si ella se hubiese dado cuenta o como si estuviese tratando de hacerse perdonar de algún modo. “Pero porque ahora? Porque este cambiamiento tan improviso? Que pasó de diferente?” Bueno, Pedro sabía que había pasado de diferente el día antes pero su mamá no podía saber. “Si lo supiera estoy seguro que se correría a la policía, no hay duda. Lo que pasó ayer fue prácticamente un asalto”. Pero el inocente joven no quería decir nada a nadie, no quería causar problemas, no quería atención, estaba asustado de las consecuencias. El ya era grande y no quería que su mamá corriera a resolverle sus problemas como si fuese un infante además si lo hacía podía irle peor…talvez esta última era la verdadera razón de su silencio.
Solo en Juan, su fiel amigo, podía confiar. Le contó todo lo que le hicieron la banda de Marcelo y como siempre recibió por él su apoyo, comprensión y amistad. Para él era suficiente.
Al regresar a su casa encontró su madre toda apurada y vestida con indumentos de gimnasio solo que esta vez era mucho más vistosos a lo que estaba acostumbrado ver.
La madre de Pedro y el bully 33
tetonas
-Pedrito, como te fue en la escuela?
-Todo bien mamá, sabes la profesora…
-Ah, si? Que bueno. Tienes hambre?
-Amm si.
-OK, hay comida en la hoya, hazme el favor de cuidar de Jonás que hoy tu papá se quedará a trabajar asta la noche.
-Espera, espera y tu?
-Tengo que salir, al gimnasio y después haré unas compras así que me demoraré.
-Ok, pero cuando piensas llegar?
Pide Pedro mientras su mamá abre la puerta de la casa.
-No me esperen despiertos.
-Que?
esposa
Teresa cerró la puerta interrumpiendo el interrogatorio de su hijo que estaba sorprendido por el echo que su madre estaría afuera asta la hora de dormir.
La mujer se dirige con su auto hacia la casa del bully contenta por la suerte que tuvo cuando su marido le dijo que tenía que quedarse a trabar porque él bastardo de su jefe le había dejado tanto trabajo que hacer.
Pedro por su parte comía la comida dejada por su madre junto a su hermano. Ella siempre fue buena cocinera pero esta vez lo que preparó no era a la altura de su cocina. Parecía que había sido cocinada sin ganas y en apuro.
Pasaron horas y todavía no regresaba a casa. Pedro había terminado sus tareas y ahora se ocupaba de su hermano como le había dicho su mamá. Era algo extraño estar en la casa con sólo Jonás porque le parecía más silenciosa y más vacía. La falta de su mamá se hacía sentir.
Estaba apuntó de encender la tele cuando el ruido de su celular le señala la llegada de un mensaje por un numero desconocido.
mama
-Que te parece esta perra?
No era necesario que la persona que mandó el video se presentará porque Pedro sabía ya quien era.
-No me mandes mas este tipo de cosa Marcelo.
-Tendrías que darme las gracias mierdita. Esta será la única vez en la cual podras ver una hembra desnuda.
-Dejame en paz, por favor. No se como tienes mi numero pero no quiero hablar contigo así que si continuas de bloqueo.
-Jajaja, espera, espera. Primero te tengo que decir una cosa.
-Que?
-Te la digo pero primero quiero saber que piensas de esta hembra. Te gusta?
-No, no me gusta.
interracial
-Mira que cosa me estoy cogiendo mierdita. Sé sincero. Admite que me envidias.
-No Marcelo, no te envidio y nunca lo haré.
-Claro que me envidias. Un virgencito como vos se sueña de tener una mujer como esta en su cama.
-Te digo que no! No te envidio Marcelo y seguramente eso no cambiará porque te acuestes con una vulgar prostituta.
-Jajaja. No hables así de tu mamá.
Pedro bloqueó el número inmediatamente después del último mensaje. Ese bastardo lo había atormentado por tanto tiempo en la escuela y ahora quería hacerlo también cuando estaba a casa. No podía soportarlo. El chico botó el celular a la pared en un momento de desesperación y rabia que no suelen ser suyos. “Enserio quiere hacerme creer que esa ramera es mi mamá? Esta loco! Ella nunca…No haría jamás eso. No a mi padre y sobretodo no a mi. Quiere solo jugar con mi cabeza. Si, eso es.”
Pedro se repetía eso a sí mismo pero no con la convicción que tendría que tener. La verdad era que lo que pasó el día anterior con su banda y esos insultos y provocaciones rompieron la calma y la serenidad de ánimo que el chico siempre tenía. Se dijo que era suerte que su madre no esté en casa en ese momento así que no escuchará su mobil golpear la pared. Su madre no estaba en casa y por un momento un pensamiento pasó rápido por su cabeza pero logró alejarlo de inmediato.
madre
Se dijo a si mismo que no tenía que dejar que el bully entre en su cabeza pero la verdad era que de alguna manera ya lo había echo. Las cosas que dijo en los mensajes eran demasiado crueles y verdaderas para ser ignoradas. Pedro obviamente estaba atraído por el cuerpo tan erótico de esa mujer que odiaba, aunque si no la conocía por el simple echo de dejarse tocar por uno como Marcelo. Aumentado el echo de los insultos a su virginidad. Como cada chico también Pedro quería sentir el calor de una mujer pero le hervia la sangre al saber que de alguna manera su bully tenía lo que él no. Si, era pura envidia. Pero no podía obviamente admitirlo a él.
TERESA
Marcelo le hacia leer los mensajes entre él y su hijo mirando atentamente su rostro. Teresa todavía no podía creer que se dejó sacar fotos para que sean mostradas a su Pedrito. Ella ya veía mejor el lado cruel y sádico del bully pero la cosa peor era que no le molestaba, no mas. Se sentía una mujer despreciable, o al menos era lo que trataba de convencerse de sentir por lo que hizo pero se excitó cuando Marcelo le dijo que cosa iba a hacer. No podía negarle nada al bully durante el placer.
Mientras leía los insultos de Marcelo a Pedro y de su hijo a ella sintió como algo dentro de ella romperse. Su hijo no podía saber que la vulgar prostituta a la cual se refería era ella ya que su cara estaba escondida. Pero lo mismo la madre dentro de ella no pudo evitar de sentirse herida al leer lo que su proprio hijo pensaba y tenía razón. Ese era el problema. Ella sabía que su hijo tenía razón pero le fue inevitable sentirse excitada por el echo que su hijo no sabía que su bully se estaba cogiendo a su preciosa madre, por el echo que le habían mandado sus fotos y porque lo estaba traicionando de la peor manera posible. Eso causó la ruptura entre la madre y la puta pero parecía que para Teresa la puta estaba ganando.
PEDRO
-Pedrito, estas durmiendo?
Fue lo que escuchó el chico durante la noche. Era muy tarde y él estaba durmiendo en su cama pero la oscuridad de su cámara le impedían de ver el rostro de su madre la cual podía reconocer solo por su voz. Pedro tenía todavía los ojos cerrados pero se había despertado y primero que pudiera responder algo a su mamá, ella le dio un beso en su mejilla.
-Lo siento hijo mío.
“Lo siento? De qué está hablando?” El chico fue distraído en sus pensamientos por el fuerte olor que emanaba su madre; un olor particular, una mezcla de sudor y algo más, algo que no reconocía. Si solo la hubiera visto en ese momento se hubiera dado cuenta que su rostro cubierto por semen en parte ya seco. Lo único que Pedro vio fue la figura de su madre abrir la puerta de su cuarto para salir dejando entrar en poco de luz del pasillo que en ese momento para él era cegadora.
infiel
El sueño era demasiado y primero de regresar a dormir se limpió la mejilla del beso húmedo de su madre notando que era también un poco pegajoso.
Días después el joven ya se olvidó de lo que había pasado esa noche y estaba preparándose para ir a su iglesia con su familia.
-Ustedes vayan adelante que olvidé mi celular en el auto.
Dijo el chico a su familia y corrió donde estaba el auto parqueada. Agarró su celular pero mientras cerraba el auto vio una moto ahí cerca. Tenía un aspecto familiar; le tomó algunos segundos para recordar dónde la había visto primero. Era la moto de él. La había visto varias veces cerca su escuela y eso solo podía significar que él está ahí. Con miedo en el corazón el temeroso Pedro revisó en todas las direcciones en busca del inminente peligro.
TERESA
-Buenos días padre, como esta hoy?
-Buenos días Teresa, porque no me sigues a mi oficina. Tenemos que hablar.
-Oh, esta bien padre, déjeme decirle a mi marido que tengo que alejarme un rato.
A Teresa le parecía que el viejo estese turbado por algo porque en todos los años que lo conocía nunca había visto su cara tan preocupada.
-Doña Marta, por favor, nos deje solos. Hablaré con usted cuando termine aquí.
Dice el padre a la vieja que sale de la oficina sin primero golpear con su espalda a Teresa y mirarla con cara de odio y desprecio. La anciana chaparrita al demostrar su antipatía por la mujer podía haber resultado asta divertida por su ridículo intento de intimidarla si no fuese por su mirada que juzgaba y que al mismo tiempo decía: yo gané.
-Por favor Teresa. Acomódate.
Dice el viejo padre ignorando lo que había recién pasado haciendo alarmar más a ella. Pará su sorpresa al lado de la silla donde tenía que sentarse estaba el bully de su hijo, sentado con una pierna sobre su rodilla, completamente relajado.
Padre Eugenio con una mirada que estaba a mitad entre nervioso y decepcionado se sienta en su gran sillón de cuero detrás su escribanía sacando unas fotos de un cajón.
-Teresa, hija mía…puedes explicarme esto?
La luz que pasaba por la ventana golpeaba el rostro aterrizado y palido de la mujer que comenzaba a sudar frío. Lo único a que logró pensar fue como el reflejo causado por la cruz de oro sobre la cabeza del padre caía sobre las pruebas de sus pecados revelando la cruda verdad.
Teresa no sabía que decir, solo sus ojos revelaban su culpa para la gran decepción del viejo que todo este tiempo se había esforzado en guardar asta un hilo de esperanza.
-Teresa…nos conocemos de cuánto? Años, más de dos décadas? Desde que eras niña, no?
-si, padre.
Logra a mala penas a responder.
-Yo te amo como una hija, lo sabes verdad?
-Si padre.
Teresa ya sabía donde la conversación se dirigía.
-Cuando Doña Marta me contó de sus sospechas yo obviamente no le creí dada su reputación así que no le di peso pero…pero cuando se presentó a mi con estas “pruebas” como decía ella, admito que mi fe en ti vaciló hija mía.
-Si padre.
Teresa parecía disco rallado.
-Estaba dispuesto a pensar que esto fue fabricado, imagines falsas, modificadas con esas nuevas tecnologías como me dijeron algunas veces perooo…es mi deber como tu amigo, como cabeza de esta iglesia, de esta comunidad sobretodo como tu guía en esta vida de llegar al fondo de esta cuestión.
El monologo del padre fue interrumpido por la risa entre los dientes de Marcelo.
-Ajam, como decía…hija mía, si tienes algo que confesar, algo que oprime tu alma puedes decirlo a mi. No serias la primera en caer víctima de las tentaciones de la carne pero para tener la absolución es necesario que te arrepientas de este terrible pecado y que…
-Basta con estas pendejadas viejo.
Interrumpe otra vez el bully poniéndose de pie.
-Joven. Si piensas que hablarme de ese modo me intimidará te aseguro que en mis tantos años como siervo de la iglesia me enfrente con cada tipo de…
El discurso del padre fue nuevamente interrumpido pero esta vez por un sopapo a la cara del viejo que lo hizo callar de inmediato. Teresa estaba en shock por todo lo que estaba pasando y se pedía si estaba en una pesadilla.
-Dije que basta con pendejadas viejo! No quiero repetirme otra vez.
Marcelo mira a Teresa y ella mira a él como para pedirle que la salve.
-Dile la verdad linda.
-Que?
-Dile a este viejo lo que quiere escuchar. Te doy el permiso.
Al decir eso Marcelo pone su mano sobre la pierna de la mujer, lo que da a ella una sensación de calma y seguridad.
-Es verdad. Todo lo que escuchó de mi es verdad padre Eugenio.
-Hija mía…
-Lo que le dijo Doña Marta es verdad, lo que está en esas fotos es verdad y lo que esta pensando de mi en este momento es verdad.
Padre Eugenio estaba turbado por lo que recién había pasado, no solo por el sopapo pero también por el cambio de actitud y cara de Teresa. Ahora ya no paré nerviosa y asustada como una niña. Su mirada era fría, sus ojos miraban adentro de su alma y no tenían miedo de dejarse ver por él como primero cuando tenia la cabeza bajada y evitaba su mirada.
-Dile linda. Dile que esta pasando con nosotros. El ya lo sabe así que es hora de parar con los juegos. Cuéntale todo lo que hiciste.
Teresa todavía no se capacitaba de lo que había dicho pero era como su mente y su cuerpo estuvieran separados. Una estaba dudosa de lo que hacer mientras el ultimo se movía por si mismo, como si alguien, otra persona lo controlara.
-Comenzó como comienzan todas las relaciones padre. Por un error inicial, un único error que después se volvieron dos, tres y más…No tenía malas intenciones al principio, quería salvar a mi hijo de los abusos que subía en la escuela por parte de…
-Marcelo? Ese es Marcelo? Él es el criminal que…
-Exacto padre. Él es el bastardo que torturó a mi hijo por mucho tiempo.
Marcelo sonreía malvadamente, Teresa hablaba fría como el hielo y padre Eugenio trataba de dar un sentido a la terrible revelación. El viejo cura había escuchado ese nombre primero pero no lo había recordado asta ese momento. Fue Pedrito a confesarle que un cruel joven de nombre Marcelo le volvía la vida imposible, que lo tormentosa y lo golpeaba sin piedad.
-…Quería salvarlo y después fue yo quien necesitaba ser salvada…pero nadie lo hizo. Usted no puede entender padre. El placer que este bastardo me hizo sentir me llevaron a las puertas del paraíso.
-Teresa!
Dice el viejo padre ofendido por las palabras que ella usaba.
-Es la verdad padre. No hay motivo para esconderme más. Soy así, soy una puta, la más sucia de las putas.
-No digas así hija mía…
-Soy la madre y esposa más puta que exista en esta tierra y me gusta.
-…
-Adoro sentirme así. Tan diferente, tan mala, peligrosa y…viva, por la primera vez en mi vida me sentí viva. Sentir su verga tan grande violar la sacralidad de mi cuerpo, de mi matrimonio y de mi familia me dio mas placer de cuanto nunca hubiera podido imaginar.
Teresa masajeaba el bulto en los pantalones del bully con su mano mientras con sus labios destruía la imagen que padre Eugenio tenía de ella.
-Esto…esto no esta bien hija. Tu no estas bien. Tienes que ver un médico. Yo…yo puedo ayudarte, yo…
-JAJAJA
Interrumpe Marcelo riendo.
-Yo no puedo ser salvada padre…porque no quiero ser salvada.
-Mentiras hija! Mentiras! Él te hizo caer en tentación, él te ensucia con el pecado. Esta no eres tu.
-Esta soy yo padre. Siempre lo he sido y siempre lo seré. No dejaré más que gente como usted me diga quien soy y lo que tengo que hacer. Yo también quería, yo también intenté darle la culpa a él por mis pecados pero…sería mentir. No soy una víctima, no soy un ángel, no soy su hija…soy una puta y usted tiene que aceptarlo.
-Esto…no. No es posible. Estas equivocada, este es un puesto sagrado, no puedes, ustedes no pueden…No puedo seguir asistiendo a esto.
Dice padre Eugenio mientras asistía a los movimientos de la mano de Teresa sobre los pantalones del bully y la mano de él que entraba dentro la ropa de ella.
casada
Mientras se dirigía para salir de la puerta su pasaje fue interrumpido por Marcelo que se paró delante de él.
-Levántate diablo y dejame pasa…
Un puñete al estómago manda al suelo el pobre viejo que tardó unos segundos para retomar el respiro.
-Es lo que le hacías a mi hijo?
-Esto y mas.
Responde orgulloso el bully.
-Mira que belleza viejo. Piensas que una mujer de este calibre pueda ser satisfecha por un pito corto como su esposo?
Dice Marcelo acariciando el cuerpo de su hembra.
-COFF, COFF…Ustedes no pueden.
-Mira aquí viejo verde. Las ves estas tetonas? Son mías, me pertenecen. No niegues que tu también quieres un poco de esto.
adulterio
Marcelo revela los senos de Teresa mientras ella con toda tranquilidad se deja maniobrar por su macho como una marioneta.
-Si no quieres otro puñete viejo Eugenio harás lo que te digo. Ahora acércate a ella.
A mala penas el cura obedece y se acerca al cuerpo de la pecadora que un tiempo él creía ser un ángel.
-Tócalas.
-Que?
-Quiero que las toques! Ahora!
Nervioso, padre Eugenio alza sus manos y las apunta a los senos de Teresa.
-Mmm
Es el único ruido que sale del viejo mientras sus manos por primera vez tocan los senos de una mujer.
-Jajaja, viejo verde, no me digas que nunca tomaste el cuerpo de una mujer?
-Pobrecito
Dice Teresa con un tono de piedad y ternura.
-Mira linda. El viejo verde tiene la verga dura.
-No! No es verdad.
Dice padre Eugenio humillado y tratando de negar lo evidente.
-Esta así por mi padre Eugenio?
Pide Teresa con voz sensual.
-Quien sabe desde cuando el viejo quiere cogerte jaja. No lo culpo, quien no quisiera.
-Es verdad padre? Usted me quiere a mi?
-Yo…
El viejo ya no sabía que decir o que pensar de ella y de sí mismo.
-Yo no puedo mas! Déjenme ir. Se los ruego.
Padre Eugenio se dirige a la puerta.
-Espere!
Exclama la mujer.
-Si usted sale de la puerta le diré a todos que intentó violentarme.
-Que?
-Es verdad viejo verde jaja. Yo soy testigo de todo. Quería chantajearla con esas fotos y comenzó a manosearla y a quitarle la ropa.
-No es cierto! Son unos mentirosos!
-A quien piensa que creerán padre Eugenio. A mí, la esposa y madre perfecta y amada por todos o a un viejo verde con la verga dura.
Padre Eugenio mira debajo y se da cuenta que su miembro estaba duro como el hierro y que parecía querer romper sus pantalones.
-Sal afuera viejo jaja. Intenta decir a tus ovejas lo que pasó con el pito que quiere salir de los pantalones. Veremos a quien van a creer.
-Eres un diablo! Un diablo! Yo…Ustedes me hicieron esto. Yo no quería…además Doña Marta…
-Si, la vieja loca, ella es seguramente alguien digno de confianza.
Dice Teresa mientras Marcelo hace a pedazos las fotos que los retraía besándose en un auto. El cura no tenía modo de salir sin hacer ver su evidente erección. No sabía que hacer y se quedó ahí parado por un rato mientras el bully detrás de la mujer le susurra algo a la oreja causando la risa de ella.
-Bajate las bragas padre Eugenio. Déjame ver lo que te hice.
El cura no tiene opción y obedece revelando tímidamente su miembro erecto.
-Jajaja…que tierno.

Se burla de él la mujer que hace algunos momentos primeros él creía fuese su hija. Teresa se acercó al viejo y tomó en su mano el miembro y comenzó a manejarlo lentamente y después más rápido causando los gemidos del cura.
Afuera de la oficina, la gente esperaba sentada la llegada de padre Eugenio para comenzar la misa pero él no llegaba. Pedro por su parte, junto a su padre y hermano, busca a su alrededor la presencia del bully o de su madre.
-Quiero que me toques mis tetas.
Dice Teresa incitando al cura a sucumbir a su deseo. Padre Eugenio que asta ese momento tenía los ojos cerrados para no dejar ver su vergüenza, los abre y no puede dejar de admirar la sensualidad de esa diosa que tenía adelante.
-Dame las gracias viejo. No sabes cuantos desearían estar en tu lugar.
La belleza de los senos y el rostro de Teresa hacían poner la verga del viejo aún más dura.
-No mal para tu primer vez Eugenio. Mi esposo se hubiera ya corrido.
De alguna manera esas palabras fueron apreciadoas por el inseguro cura que estaba descubriendo por primera vez que era el toque de una mujer.
-Dile viejo verde. Desde cuando querías cogertela?
-Yo…yo nunca. Aaaah
Teresa apreta fuerte el miembro del cura obligándolo a confesar.
-Desde mucho, desde años, años.
-Jajaja asqueroso viejo verde. No te da vergüenza que te quieres coger a la mujer que conocías desde niña?
-Mucha, AAH, mucha vergüenza. Lo siento, lo siento.
-Oh pobrecito. Dime todo lo que hacías pensando en mi.
Dice Teresa con ternura como si le estubieran hablando a un niño. Jugaba al policía bueno y al policía malo. Con sus palabras era el policía bueno y con su mano el policía malo.
-Yo me arrepentí de lo que hice, lo juro. Me confesé varias veces.
-Que confesaste Eugenio?
-Que…que me masturbaba pensando en ti. Miraba a tus fotos en Facebook y me corrí sobre el teclado. Lo siento, lo siento.
-Que viejo pervertido verdad linda? Dime Eugenio. Te excita pensar que es tu hija?
-Que?
-Que te gusta mas pensarla como una mujer zorra que se deja coger por el cura? O prefieres verla como si fuera tu hija? Es por eso que la llamas hija mía todo el tiempo?
-AAAAH
Teresa apreta más la verga del cura como si estuviera ofendida por el echo que él viejo pudiera haber fantaseado de esa manera sobre ella.
-Si, si, es verdad.
-Que cosa es verdad viejo?
-Todo, todo eso. Lo pensé a todo, lo siento, lo siento.
Padre Eugenio se dejó ir confesando sus pecados y fantasías sobre su “hija” manchando la ropa de Teresa.
-Mmm, que malo fuiste padre.
Dice Teresa para después saborear el semen en sus manos y recogiéndolo de su ropa.
-Me gusta como vino. Podría irme a Hollywood.
Sin que el viejo verde lo supiera, Marcelo había estado filmando con su celular todo lo que pasaba y el cura no se había dado cuenta de nada asta ese momento.
-No! Por favor!
-Si pruebas a decir algo sobre esto o sobre mi puta entonces todos tus amigos curas, la gente de aqui y asta el mismo papa recibirán este video, entiendes?
-Si, si, entiendo.
-Oh, y quiero que nos prestes tu oficina cuando te la pedimos. Además si alguien como la vieja esa comienza a investigar o hacer preguntas es tu deber proteger a tu “hija” de las malas lenguas.
-Si, lo prometo.
-Nos vemos papí.
Dice Teresa besando el cura sobre la mejilla.
humillacion
Continúa…

1 comentarios - La madre de Pedro y el bully 33

Pibe_Alzado_32
Racias por subir la continuación. Que lástima que tenga que traducir la página ya que se pierden las palabras originales.