Mi nombre es jose y durante la mayor parte de mi carrera en la escuela secundaria, mi vida fue un infierno. Esto se debió en gran parte a un tipo desagradable llamado pablo. Pablo estaba en el año superior al mío y, por alguna razón, de todos los niños de mi escuela, su único propósito en la escuela era acosarme y humillarme. Tal vez fue porque soy inmigrante, tal vez fue porque no me gustaban los deportes, no tengo idea, pero me acosó.
La tortura continuó durante años y años hasta que finalmente, hace seis meses, comencé mi último año de secundaria y pablo dejó la escuela para siempre. Esa sería la última vez que supe de pablo, o eso pensé. Resulta que pablo pasó directamente de la escuela secundaria a trabajar en el concesionario de automóviles de su padre. Esto no me habría importado si no hubiera sido por el hecho de que mi madre también trabaja allí.
Mi madre y yo vivimos solas; mi padre nos dejó cuando yo tenía 14 años. Supongo que antes de seguir adelante debería dejar esto en claro: quiero follarme a mi madre. Lo sé, lo sé, es una locura, pero así es. Mi atracción por ella había comenzado más o menos cuando mi padre nos dejó. Empezó cuando fantaseaba con su cuerpo, luego empecé a intentar echarle un vistazo mientras se bañaba y se vestía, ¡incluso llegué a desenroscar el aire acondicionado de mi habitación para poder ver el interior de la habitación de mi madre!
Un día, hace unos meses, robé un par de bragas sexys usadas de mi madre de la lavandería
y me masturbé con ellas en mi habitación. Decidí quedármelas, pensando que mi madre asumiría que las había perdido. Pero luego, una semana más tarde, mi madre tuvo un día de trabajo y lo utilizó para ordenar la casa, incluida mi habitación. Cuando llegué a casa, su ropa interior cubierta de esperma había desaparecido de debajo de mi colchón. Mamá nunca lo mencionó, pero supuse que ahora sabía que me atraía.
Si vieras a mi mamá, probablemente entenderías por qué. Mi mamá es una MILF latina bajita y bastante sexy, para decirlo sin rodeos. Tiene tetas enormes y un trasero grande y hermoso en el que podrías perderte, con ojos marrones impresionantes, piel de color marrón muy claro. ¡Nunca entenderé por qué mi papá la abandonó a ella y a sus curvas!
De todos modos, ¿dónde estaba? Ah, sí, en el concesionario de coches.
Mi madre es la secretaria personal del padre de pablo y, como tal, ahora pasa muchísimo tiempo con él. Según un amigo mío que también trabaja allí, a pablo básicamente se le da vía libre para hacer lo que quiera, lo que en su mayoría implica coquetear con las empleadas.
Sin embargo, últimamente, mi amigo me cuenta que ha estado acosando a mi madre desde que descubrió que yo era su hijo. Mi amigo me cuenta que en múltiples ocasiones ha visto a pablo agarrándole el trasero a mi madre y haciendo comentarios inapropiados. Cuando le pregunté por qué no le había contado esto al padre de pablo, mi amigo dijo que suponía que era porque tenía miedo de que la despidieran.
Mi madre nunca me contó nada de esto, tal vez estaba avergonzada, tal vez no quería que me molestara, no lo sé... y aunque estaba enojada con pablo por acosar a mi madre, también estaba un poco celosa de él por poder apretar su gran trasero...
Todo esto nos lleva al presente, o al viernes pasado para ser exactos. Mi madre llegó a casa del trabajo como siempre después de que yo había regresado de la escuela, pero hoy parecía apagada; en lugar de su habitual actitud alegre y positiva, parecía apagada.
Inmediatamente sentí que algo pasaba y le pregunté qué había pasado (no soy un monstruo; sólo porque quiero follar con mi madre no significa que no la siga amando).
"Es uhh... es solo trabajo, cariño..." dijo, haciendo una pausa, "¿Supongo que sabes que pablo, el chico que te intimidaba, trabaja en el concesionario conmigo?"
Le dije que sí.
"Bueno, el padre de pablo me ha pedido si puedo hacerle un favor. Verás, se va de la ciudad el sábado por un viaje de negocios y su casa será fumigada mientras está fuera. Así que pablo necesitará un lugar donde quedarse el sábado por la noche después del trabajo. Su padre me ha pedido si puede quedarse aquí".
¡Me horroricé al pensar que mi torturador pudiera estar aquí, en mi propia casa, el único lugar donde siempre me había sentido a salvo de él!
—¡Mamá, ¿hablas en serio? Ya sabes cómo me trató ese imbécil, ¿no puede quedárselo otra persona?
"No. Nadie más lo aceptaría. Para ser sincera, la mayoría de la gente del concesionario lo odia. Pero no podía decirle que no, cariño. Soy la asistente personal de su padre. Podría perder mi trabajo".
- ¡Mamá, por favor! - supliqué.
—¡No, basta! Pablo se queda aquí y punto. No voy a hablar más de esto —me espetó mi madre.
Y ese fue el final de la discusión, mi mamá fue y se cambió su ropa de trabajo y se sentó sintiéndose aterrorizada por el próximo sábado con pablo.
Me desperté el sábado por la mañana y lo primero que pensé fue en la inminente visita de pablo. Estaba tan asustado y ansioso que ni siquiera espié a mi madre mientras se vestía por la mañana, como suelo hacer, y mi madre se fue a trabajar a las 7.
Pasé el día intentando distraerme con la computadora sin éxito, hasta que alrededor de las 4 p. m. escuché que el auto de mi madre se detenía en la entrada. Miré por la ventana y vi a mi madre salir de su auto, vestida con su uniforme de trabajo.
Dios, se veía muy sexy, llevaba un vestido completo negro que haci marcarle su hermoso culo y en la parte superior tenia un escote que sostenia firmemente a sus maravillosamente grandes senos, con un cinturón grueso alrededor de su cintura, acentuando su bien formada figura de reloj de arena.
Y allí, en el asiento del pasajero, estaba sentado pablo. Pablo es un deportista musculoso de 1,80 metros de altura que era el jefe del equipo de fútbol cuando todavía estaba en la escuela conmigo. Cuando mi madre se inclinó para recoger su bolso, vi que sus ojos se posaban en su trasero.
"¡Qué gilipollas!", pensé sin darme cuenta de mi hipocresía, ya que yo también admiraba el trasero bien formado de mi madre...
Bajé las escaleras para saludar a mi mamá y evité mirar a pablo a los ojos cuando entró a mi casa.
Hola mamá, ¿cómo estuvo tu día?, le pregunté.
"Bien, gracias, ¿y tú?"
"Bien tambien, acabo de jugar en mi computadora."
"Perdedor de mierda", murmuró pablo en voz baja.
Inmediatamente me sentí intimidada y, a pesar de lo pequeña y vulnerable que me sentía cuando estaba en la escuela con pablo, miré a mi madre en busca de ayuda, pero ella solo se rió y le ignoró.
"Ahora muchachos, pórtense bien. Voy a cambiarme esta ropa de trabajo. Jose, ¿por qué no enciendes la televisión o algo?"
Con eso, mi madre se fue a subir las escaleras, mientras pablo y yo nos quedábamos mirando su trasero balanceándose de un lado a otro mientras lo hacía.
-¿Qué quieres ver?- pregunté encendiendo el televisor.
"No me importa una mierda, jose", dijo pablo con un acento fingido. Siempre le había gustado burlarse de mi nombre y decirme insultos racistas.
Tragué saliva con miedo y encendí la televisión para poner algún canal de deportes, esperando que a pablo le gustara. Sin embargo, pablo no estaba prestando atención a la televisión, estaba demasiado ocupado mirando las escaleras donde había estado mi madre hace un momento. Después de un momento, se volvió hacia mí y dijo:
"¿Alguna vez te diste cuenta de que tu madre es una maldita MILF, maricón?"
Me aclaré la garganta torpemente, "¿Qué? N... no, por supuesto que no, eso es repugnante", dije claramente mintiendo, pero afortunadamente pablo no estaba prestando atención de todos modos.
"Gracias a Dios", pensé, "¡lo último que necesito es que pablo le diga a todo el mundo que quiero follar con mi madre!".
Los dos nos quedamos sentados en un incómodo silencio durante unos minutos más hasta que escuchamos a mi madre empezar a bajar las escaleras. Ambos nos giramos para mirarla y miramos hacia las escaleras para ver a mi sexy madre.
Casi se me cae la boca al suelo cuando vi lo que llevaba puesto, claro que era sexy y normalmente no me quejaría, pero ¿por qué diablos estaba vestida así ahora que pablo estaba aquí?
(Imagen de referencia)
Mi madre llevaba una pequeña camiseta negra sin mangas que parecía dos tallas más pequeña de lo que le quedaba y que se ajustaba increíblemente bien a sus enormes tetas, que sobresalían tanto de arriba como de los lados. También noté que no llevaba sujetador, algo muy poco habitual en mi madre. En cuanto a su parte inferior, llevaba un pequeño par de pantalones cortos blancos cargo que apenas cubrían sus grandes nalgas y que llegaban justo por encima de la parte inferior de su trasero.
"¿De dónde diablos los habrá sacado?", pensé. "Nunca la había visto con esos pantalones cortos hasta ahora".
Pablo se quedó mirando, con la boca visiblemente abierta, las enormes tetas de mi madre mientras se balanceaban y se sacudían en su pequeño y ajustado top mientras bajaba las escaleras; cuando llegó abajo, miró a pablo y sonrió, ignorándome por completo.
Esto me volvía loco, había estado añorando a mamá durante años y estaba bastante segura de que ahora ella lo sabía después de las bragas, y sin embargo, ¡ahí estaba ella provocando a mi antiguo matón de la escuela justo frente a mí! ¡Qué carajo!
"¿Se están divirtiendo, chicos?" dijo ella, ajustándose la camiseta para mostrar aún más su escote.
Dean se lamió los labios y sonrió: "¡Ahora lo estoy!"
"¡Oh, basta ya!" sonrió mamá.
¿Qué diablos estaba pasando? Mi madre estaba coqueteando activamente con este imbécil que la había estado acosando en el trabajo durante meses, y no sólo eso; ¡lo estaba haciendo delante de su hijo!
Pablo se volvió hacia mí y sonrió.
"¡Si hubiera sabido que tu mamá era tan MILF tal vez no te habría golpeado tanto en la escuela!" dijo burlonamente.
Mi mamá se rió y se sonrojó, la miré con disgusto y le supliqué que me ayudara con mis ojos, pero ella no respondió.
Pablo decidió esforzarse y ver hasta dónde podía llegar agarrándome y poniéndome una llave de cabeza.
"De todos modos, eres una pequeña perra débil, así que tal vez aún lo habría hecho".
Me congelé de terror y casi chillé de miedo; miré a mi madre, rogándole que parara esto.
Pero ella simplemente lo ignoró.
"Está bien, está bien, basta ya. Guarden las payasadas para fuera de casa, ¿vale?"
—Claro que sí, señorita Gomez. Lo siento —dijo pablo, dejándome libre.
—Está bien —sonrió mi mamá—. Y por favor, llámame Kiara.
—Por supuesto, Kiara —dijo Dean, sonriendo mientras me frotaba el cuello dolorido.
¡No podía creer que mi madre estuviera coqueteando con pablo, el idiota que había torturado a su hijo durante años! Y no solo eso, sino que tuve que mirar, sintiéndome celosa de la atención que mi sexy madre le estaba dando a este idiota.
Más tarde, por la noche, los tres estábamos en la cocina. Pablo y yo estábamos sentados a la mesa esperando a que mi madre sirviera la cena. Pablo se sentó frente a mí y me miró con desprecio, como lo había hecho tantas veces antes en la escuela. ¡Realmente no sé por qué me odia tanto!
"¿Cuándo vas a cambiar ese corte de pelo perdedor?" me dijo.
Me sonrojé y comencé a tartamudear.
"¡M... me... gusta mi cabello tal como está!", dije desafiante, intentando ser valiente.
"¡Qué pena que seas el único!", se rió pablo, "¡No me extraña que sigas siendo virgen!"
Me puse colorada como un tomate. ¿Cómo lo sabía? Y, lo que es más importante, ¡ahora mi madre también lo sabía! Miré a mi madre conteniendo las lágrimas, rogándole que me ayudara, y me sorprendí al ver que estaba mirando a pablo y sonriendo con picardía.
¡¿Estaba disfrutando de esto?! ¿Le gustaba ver a su hijo humillado? ¿Era este un castigo por robarle sus bragas? No lo sabía, pero lo que sí sabía es que quería que la tierra se abriera y me tragara entera, ¡nunca me había sentido tan humillada en mi vida!
Pablo me miró retorciéndose y poniéndose rojo y sonrió.
"Qué perdedor..."
Se dio la vuelta en la silla para mirar a mi madre, que seguía mirándolo sonriendo. Cuando se dio cuenta de que pablo la había visto mirándolo, se sonrojó y volvió a concentrarse en la comida. Pablo se sentó a mirar el gran trasero dorado de mi madre, que se le salían los pantalones cortos ajustados.
Se agachó para sacar algo del horno, lo que hizo que su trasero apretara aún más los pantalones cortos alrededor de su trasero, dejando un contorno claro de sus bragas y su coño.
"¡Podría acostumbrarme a esta vista!", dijo pablo con descaro.
No podía creer lo rebelde que estaba siendo, quién demonios se creía que era. Mi madre sonrió y se volvió hacia él, sonrojada, claramente disfrutando de la atención que estaba recibiendo.
—¿Podrías? —dijo, ajustándose nuevamente la camiseta sin mangas para exponer aún más su escote—. Supongo que tendrás que venir a cenar otra vez entonces. Ella sonrió.
No podía creer que mi madre estuviera coqueteando tanto con pablo, durante años había observado y admirado su cuerpo, sin tener nunca el coraje de decir nada, ¡y aquí viene pablo con sus comentarios groseros y mi madre prácticamente se le estaba arrojando encima!
Mamá trajo la comida a la mesa y se sentó frente a mí, al lado de pablo. Nadie dijo mucho mientras comíamos, pero durante la comida vi a pablo mirando varias veces las tetas de mi mamá que sobresalían de su blusa.
Luego, unos diez minutos después de haber empezado a comer, mi madre de repente se sentó muy derecha, con los ojos muy abiertos.
"¡¿Qué pasa?!" grité sorprendida.
"Oh, nada cariño, nada, solo urghh, solo tuve un poco de calambres, eso es todo".
Mamá comenzó a relajarse en su asiento, sus ojos revoloteaban un poco; miré a pablo y vi que estaba sonriendo.
"¿Qué carajo está pasando?", pensé.
Seguí comiendo y decidí echar un vistazo a las fantásticas tetas de mi madre unos minutos después, cuando, para mi sorpresa, vi que sus pezones estaban duros como una roca y presionaban a través de su blusa.
«¡Qué carajo!», pensé y miré a pablo. Pablo estaba sonriendo y no comía mucho; además, tenía una mano debajo de la mesa.
"Seguro que no..." pensé. "No puede ser..."
Tenía que saberlo, así que dije que iba a buscar algo de beber y en el fregadero fingí tirar un tenedor al suelo, no es que lo necesitara, mamá y pablo me estaban ignorando por completo en ese momento.
Me agaché lentamente y miré debajo de la mesa para ver qué estaba pasando. Para mi consternación, vi a mi madre con las piernas abiertas, con la mano de pablo debajo de sus pantalones cortos, frotando y empujando mientras le masajeaba el clítoris y le tocaba el coño con los dedos.
No podía creer lo que estaba viendo. Mi acosador gilipollas estaba metiendo los dedos en mi dulce madre, ¡después de haber soñado con hacer esto durante años! No sabía qué sentía con más fuerza: ¡celos o humillación! Miré intensamente las piernas abiertas de mi madre, deseando que fuera yo el que estuviera entre ellas, y mi polla comenzó a ponerse dura.
Me levanté de nuevo, volví a la mesa y me senté, mirando a mi madre directamente a los ojos. Ella me sonrió como si nada estuviera pasando y luego sus ojos comenzaron a parpadear mientras se mordía el labio inferior. De repente se sentó en su asiento, respiró profundamente y se mordió el labio con los ojos cerrados, ¡tratando de ocultarme su orgasmo!
Después de unos segundos ella se relajó, y pablo puso su mano de nuevo sobre la mesa, sin siquiera molestarse en limpiar el jugo del coño de mi mamá de sus dedos, miré a mi mamá sonrojado y dije en voz baja;
"¿ya no comeras?"
—Oh... uhmm... sí. Debe ser esta salsa, creo que ya no quiero más —dijo mi madre nerviosa, levantándose. Mientras lo hacía, mis ojos se dirigieron de inmediato a sus pantalones cortos, donde había aparecido una pequeña mancha húmeda en su entrepierna.
“¿Cómo pudo mamá hacerme esto?”, pensé, completamente humillada.
Una vez que terminamos de cenar, mamá dijo que iba a darse una ducha, supongo, para refrescarse de la intensa manoseada que mi acosador acababa de darle.
Pablo y yo nos sentamos en silencio a ver la televisión mientras mi madre se duchaba, pero noté que pablo, como yo, tenía un bulto en sus pantalones, claramente excitado por lo que acababa de ocurrir (aunque no pude evitar notar cómo el bulto de pablo parecía ser significativamente más grande que el mío).
Escuchamos a mi mamá bajar las escaleras y ambos nos giramos para mirarla. Ella bajó lentamente las escaleras sin nada puesto, ¡solamente llevaba una toalla! La toalla estaba envuelta firmemente alrededor de su cuerpo y era lo suficientemente larga como para cubrir apenas la parte inferior de sus tetas y la parte superior de su trasero, que sobresalía por la parte inferior.
Tanto Dean como yo nos quedamos con la boca abierta de la sorpresa cuando miramos hacia arriba y pudimos ver claramente los labios dorados de su coño y sus nalgas. Había visto a mi madre desnuda tantas veces mientras la observaba cambiarse e incluso masturbarse, pero no creo que nunca me hubiera excitado tanto como ahora.
Ella se acercó a nosotros dos, sonriendo ante nuestras expresiones y nuestras miradas hacia sus pechos que estaban casi cayéndose de la toalla.
"Me voy a la cama ahora", dijo.
—pablo necesita quedarse en mi habitación esta noche. Su padre así lo ha dicho. Tiene una enfermedad que necesita que lo revisen durante la noche —dijo, mintiendo claramente.
"¡Qué condición médica!", dije horrorizado.
—¡No es asunto tuyo, carajo! —gritó pablo levantándose, haciendo sonreír a mi madre.
empezó a encogerse de miedo: "¿Dónde dormirá?"
"En la cama de camping. La instalé en mi habitación esta mañana".
"Deberías irte a la cama. Tienes mucha tarea que hacer mañana", dijo mi mamá.
Con eso, mamá subió las escaleras, con pablo siguiéndola de cerca, mirando fijamente el culo y el coño de mi mamá.
"¡Será mejor que no mires mi toalla, jovencito!" dijo mi mamá.
—Ni lo imaginaría —dijo pablo, sin apartar la mirada de su coño.
—No te estaba hablando a ti —dijo mi madre sonriendo. Pablo se rió a carcajadas, lo que me hizo poner colorada de vergüenza.
Entonces ella sabía por qué sus bragas estaban en mi habitación, ella sabía que yo quería follármela, y aun así, ¡me provocó y coqueteó con pablo toda la noche! ¡No tenía idea de que mi madre pudiera tener un corazón tan frío!
Me senté solo, lleno de ira, celos, vergüenza y humillación, tratando de entender lo que estaba sucediendo, antes de decidir irme a la cama. Subí las escaleras y me acosté en la cama, mirando el techo.
"¿En qué demonios está pensando mamá al tener a pablo durmiendo allí con ella? Estoy segura de que no ha instalado la cama de camping...", pensé.
Intenté sacarlo de mi mente, pero no pude y, al final, simplemente tuve que saber qué estaba pasando. Me paré en mi cama y quité con cuidado la cubierta del aire acondicionado de la pared que había desatornillado hace años para poder espiar a mi madre mientras se vestía en la habitación de al lado.
Eché un vistazo y, efectivamente, pablo estaba acostado en la cama de camping al lado de la cama doble de mi madre.
"Ya ves, no hay de qué preocuparse. Mamá solo me ha estado tomando el pelo para castigarme por las bragas, ¡eso es todo! ¡En realidad no va a follar con ese gilipollas!", pensé, suspirando aliviado.
Dirigí mi atención a mi madre, que estaba sentada en la cama leyendo un libro y llevaba un camisón de encaje muy sexy que no la había visto usar desde que mi padre se fue. El material fino se adhería firmemente a los suaves pechos de mi madre y yo estaba tan ocupada admirando lo sexy que se veía que ni siquiera me detuve a pensar que era extraño que ella estuviera usando esto con pablo en la habitación.
Me volví a la cama, aliviado de que mi madre no hubiera sido una completa zorra y una matona. Cerré los ojos y comencé a quedarme dormida, soñando con el gran culo de mi madre...
Justo cuando me estaba quedando profundamente dormido, me despertó un ruido que provenía del aire acondicionado que había olvidado reemplazar. Me desperté lentamente y me esforcé por escuchar qué era. Entonces escuché claramente a mi madre riéndose mientras pablo decía algo que no pude entender bien.
Me levanté lentamente de la cama y miré por el respiradero, teniendo cuidado de no hacer ruido. Miré y lo que vi me sacudió profundamente.
En su cama, mamá yacía desnuda, su piel dorada brillaba a la luz de la lámpara de su mesilla de noche, sus grandes tetas marrones descansaban libremente sobre su pecho, sus piernas estaban separadas y levantadas, mientras usaba una mano para separar los labios de su vagina exponiendo su interior rosado, y la otra mano frotaba su clítoris.
¡Esto fue sin duda lo más sexy que he visto en mi vida! Había visto a mamá desnuda antes, incluso la había visto apenas iluminada por la luz de la luna mientras usaba un consolador
en las raras ocasiones en que se masturbaba, pero verla tan expuesta y tan claramente así... ¡Guau! Mi polla estaba dura como una piedra, y no quería nada más que entrar en su habitación en ese momento y hundirla en ese lindo agujerito rosa y chupar las tetas de mi mamá...
Saqué mi pene de mis pantalones y comencé a acariciarlo suavemente, olvidándome por completo de que pablo también estaba en la habitación. Sin embargo, este descuido pronto se corrigió cuando, al pie de la cama, apareció pablo, ¡observando cómo mi madre se exponía ante él, acariciando su palpitante y larga polla !
Al ver la polla de pablo, mi pequeña erección marrón prácticamente desapareció. No podía creer su tamaño. ¡Era más del doble del tamaño de la mía y tan gruesa como un bate de béisbol! Nunca he medido mi propia polla, pero si tuviera que adivinar, diría que mide alrededor de 5 centimetros de largo, lo que hace que la de pqblo tenga al menos 16-17 centimetros de largo. No pensé que fuera posible que pablo me menospreciara más de lo que lo había hecho en el pasado, pero al ver su polla, me di cuenta de lo patéticamente inferior que era la mía en comparación...
(CONTINUARA..........)
(Ahora mismo ya tengo la parte 2 pero la subiere a parte para que este post no se a tan largo, esperenla con ansias🤗🤗)
La tortura continuó durante años y años hasta que finalmente, hace seis meses, comencé mi último año de secundaria y pablo dejó la escuela para siempre. Esa sería la última vez que supe de pablo, o eso pensé. Resulta que pablo pasó directamente de la escuela secundaria a trabajar en el concesionario de automóviles de su padre. Esto no me habría importado si no hubiera sido por el hecho de que mi madre también trabaja allí.
Mi madre y yo vivimos solas; mi padre nos dejó cuando yo tenía 14 años. Supongo que antes de seguir adelante debería dejar esto en claro: quiero follarme a mi madre. Lo sé, lo sé, es una locura, pero así es. Mi atracción por ella había comenzado más o menos cuando mi padre nos dejó. Empezó cuando fantaseaba con su cuerpo, luego empecé a intentar echarle un vistazo mientras se bañaba y se vestía, ¡incluso llegué a desenroscar el aire acondicionado de mi habitación para poder ver el interior de la habitación de mi madre!
Un día, hace unos meses, robé un par de bragas sexys usadas de mi madre de la lavandería
y me masturbé con ellas en mi habitación. Decidí quedármelas, pensando que mi madre asumiría que las había perdido. Pero luego, una semana más tarde, mi madre tuvo un día de trabajo y lo utilizó para ordenar la casa, incluida mi habitación. Cuando llegué a casa, su ropa interior cubierta de esperma había desaparecido de debajo de mi colchón. Mamá nunca lo mencionó, pero supuse que ahora sabía que me atraía.
Si vieras a mi mamá, probablemente entenderías por qué. Mi mamá es una MILF latina bajita y bastante sexy, para decirlo sin rodeos. Tiene tetas enormes y un trasero grande y hermoso en el que podrías perderte, con ojos marrones impresionantes, piel de color marrón muy claro. ¡Nunca entenderé por qué mi papá la abandonó a ella y a sus curvas!
De todos modos, ¿dónde estaba? Ah, sí, en el concesionario de coches.
Mi madre es la secretaria personal del padre de pablo y, como tal, ahora pasa muchísimo tiempo con él. Según un amigo mío que también trabaja allí, a pablo básicamente se le da vía libre para hacer lo que quiera, lo que en su mayoría implica coquetear con las empleadas.
Sin embargo, últimamente, mi amigo me cuenta que ha estado acosando a mi madre desde que descubrió que yo era su hijo. Mi amigo me cuenta que en múltiples ocasiones ha visto a pablo agarrándole el trasero a mi madre y haciendo comentarios inapropiados. Cuando le pregunté por qué no le había contado esto al padre de pablo, mi amigo dijo que suponía que era porque tenía miedo de que la despidieran.
Mi madre nunca me contó nada de esto, tal vez estaba avergonzada, tal vez no quería que me molestara, no lo sé... y aunque estaba enojada con pablo por acosar a mi madre, también estaba un poco celosa de él por poder apretar su gran trasero...
Todo esto nos lleva al presente, o al viernes pasado para ser exactos. Mi madre llegó a casa del trabajo como siempre después de que yo había regresado de la escuela, pero hoy parecía apagada; en lugar de su habitual actitud alegre y positiva, parecía apagada.
Inmediatamente sentí que algo pasaba y le pregunté qué había pasado (no soy un monstruo; sólo porque quiero follar con mi madre no significa que no la siga amando).
"Es uhh... es solo trabajo, cariño..." dijo, haciendo una pausa, "¿Supongo que sabes que pablo, el chico que te intimidaba, trabaja en el concesionario conmigo?"
Le dije que sí.
"Bueno, el padre de pablo me ha pedido si puedo hacerle un favor. Verás, se va de la ciudad el sábado por un viaje de negocios y su casa será fumigada mientras está fuera. Así que pablo necesitará un lugar donde quedarse el sábado por la noche después del trabajo. Su padre me ha pedido si puede quedarse aquí".
¡Me horroricé al pensar que mi torturador pudiera estar aquí, en mi propia casa, el único lugar donde siempre me había sentido a salvo de él!
—¡Mamá, ¿hablas en serio? Ya sabes cómo me trató ese imbécil, ¿no puede quedárselo otra persona?
"No. Nadie más lo aceptaría. Para ser sincera, la mayoría de la gente del concesionario lo odia. Pero no podía decirle que no, cariño. Soy la asistente personal de su padre. Podría perder mi trabajo".
- ¡Mamá, por favor! - supliqué.
—¡No, basta! Pablo se queda aquí y punto. No voy a hablar más de esto —me espetó mi madre.
Y ese fue el final de la discusión, mi mamá fue y se cambió su ropa de trabajo y se sentó sintiéndose aterrorizada por el próximo sábado con pablo.
Me desperté el sábado por la mañana y lo primero que pensé fue en la inminente visita de pablo. Estaba tan asustado y ansioso que ni siquiera espié a mi madre mientras se vestía por la mañana, como suelo hacer, y mi madre se fue a trabajar a las 7.
Pasé el día intentando distraerme con la computadora sin éxito, hasta que alrededor de las 4 p. m. escuché que el auto de mi madre se detenía en la entrada. Miré por la ventana y vi a mi madre salir de su auto, vestida con su uniforme de trabajo.
Dios, se veía muy sexy, llevaba un vestido completo negro que haci marcarle su hermoso culo y en la parte superior tenia un escote que sostenia firmemente a sus maravillosamente grandes senos, con un cinturón grueso alrededor de su cintura, acentuando su bien formada figura de reloj de arena.
Y allí, en el asiento del pasajero, estaba sentado pablo. Pablo es un deportista musculoso de 1,80 metros de altura que era el jefe del equipo de fútbol cuando todavía estaba en la escuela conmigo. Cuando mi madre se inclinó para recoger su bolso, vi que sus ojos se posaban en su trasero.
"¡Qué gilipollas!", pensé sin darme cuenta de mi hipocresía, ya que yo también admiraba el trasero bien formado de mi madre...
Bajé las escaleras para saludar a mi mamá y evité mirar a pablo a los ojos cuando entró a mi casa.
Hola mamá, ¿cómo estuvo tu día?, le pregunté.
"Bien, gracias, ¿y tú?"
"Bien tambien, acabo de jugar en mi computadora."
"Perdedor de mierda", murmuró pablo en voz baja.
Inmediatamente me sentí intimidada y, a pesar de lo pequeña y vulnerable que me sentía cuando estaba en la escuela con pablo, miré a mi madre en busca de ayuda, pero ella solo se rió y le ignoró.
"Ahora muchachos, pórtense bien. Voy a cambiarme esta ropa de trabajo. Jose, ¿por qué no enciendes la televisión o algo?"
Con eso, mi madre se fue a subir las escaleras, mientras pablo y yo nos quedábamos mirando su trasero balanceándose de un lado a otro mientras lo hacía.
-¿Qué quieres ver?- pregunté encendiendo el televisor.
"No me importa una mierda, jose", dijo pablo con un acento fingido. Siempre le había gustado burlarse de mi nombre y decirme insultos racistas.
Tragué saliva con miedo y encendí la televisión para poner algún canal de deportes, esperando que a pablo le gustara. Sin embargo, pablo no estaba prestando atención a la televisión, estaba demasiado ocupado mirando las escaleras donde había estado mi madre hace un momento. Después de un momento, se volvió hacia mí y dijo:
"¿Alguna vez te diste cuenta de que tu madre es una maldita MILF, maricón?"
Me aclaré la garganta torpemente, "¿Qué? N... no, por supuesto que no, eso es repugnante", dije claramente mintiendo, pero afortunadamente pablo no estaba prestando atención de todos modos.
"Gracias a Dios", pensé, "¡lo último que necesito es que pablo le diga a todo el mundo que quiero follar con mi madre!".
Los dos nos quedamos sentados en un incómodo silencio durante unos minutos más hasta que escuchamos a mi madre empezar a bajar las escaleras. Ambos nos giramos para mirarla y miramos hacia las escaleras para ver a mi sexy madre.
Casi se me cae la boca al suelo cuando vi lo que llevaba puesto, claro que era sexy y normalmente no me quejaría, pero ¿por qué diablos estaba vestida así ahora que pablo estaba aquí?
(Imagen de referencia)
Mi madre llevaba una pequeña camiseta negra sin mangas que parecía dos tallas más pequeña de lo que le quedaba y que se ajustaba increíblemente bien a sus enormes tetas, que sobresalían tanto de arriba como de los lados. También noté que no llevaba sujetador, algo muy poco habitual en mi madre. En cuanto a su parte inferior, llevaba un pequeño par de pantalones cortos blancos cargo que apenas cubrían sus grandes nalgas y que llegaban justo por encima de la parte inferior de su trasero.
"¿De dónde diablos los habrá sacado?", pensé. "Nunca la había visto con esos pantalones cortos hasta ahora".
Pablo se quedó mirando, con la boca visiblemente abierta, las enormes tetas de mi madre mientras se balanceaban y se sacudían en su pequeño y ajustado top mientras bajaba las escaleras; cuando llegó abajo, miró a pablo y sonrió, ignorándome por completo.
Esto me volvía loco, había estado añorando a mamá durante años y estaba bastante segura de que ahora ella lo sabía después de las bragas, y sin embargo, ¡ahí estaba ella provocando a mi antiguo matón de la escuela justo frente a mí! ¡Qué carajo!
"¿Se están divirtiendo, chicos?" dijo ella, ajustándose la camiseta para mostrar aún más su escote.
Dean se lamió los labios y sonrió: "¡Ahora lo estoy!"
"¡Oh, basta ya!" sonrió mamá.
¿Qué diablos estaba pasando? Mi madre estaba coqueteando activamente con este imbécil que la había estado acosando en el trabajo durante meses, y no sólo eso; ¡lo estaba haciendo delante de su hijo!
Pablo se volvió hacia mí y sonrió.
"¡Si hubiera sabido que tu mamá era tan MILF tal vez no te habría golpeado tanto en la escuela!" dijo burlonamente.
Mi mamá se rió y se sonrojó, la miré con disgusto y le supliqué que me ayudara con mis ojos, pero ella no respondió.
Pablo decidió esforzarse y ver hasta dónde podía llegar agarrándome y poniéndome una llave de cabeza.
"De todos modos, eres una pequeña perra débil, así que tal vez aún lo habría hecho".
Me congelé de terror y casi chillé de miedo; miré a mi madre, rogándole que parara esto.
Pero ella simplemente lo ignoró.
"Está bien, está bien, basta ya. Guarden las payasadas para fuera de casa, ¿vale?"
—Claro que sí, señorita Gomez. Lo siento —dijo pablo, dejándome libre.
—Está bien —sonrió mi mamá—. Y por favor, llámame Kiara.
—Por supuesto, Kiara —dijo Dean, sonriendo mientras me frotaba el cuello dolorido.
¡No podía creer que mi madre estuviera coqueteando con pablo, el idiota que había torturado a su hijo durante años! Y no solo eso, sino que tuve que mirar, sintiéndome celosa de la atención que mi sexy madre le estaba dando a este idiota.
Más tarde, por la noche, los tres estábamos en la cocina. Pablo y yo estábamos sentados a la mesa esperando a que mi madre sirviera la cena. Pablo se sentó frente a mí y me miró con desprecio, como lo había hecho tantas veces antes en la escuela. ¡Realmente no sé por qué me odia tanto!
"¿Cuándo vas a cambiar ese corte de pelo perdedor?" me dijo.
Me sonrojé y comencé a tartamudear.
"¡M... me... gusta mi cabello tal como está!", dije desafiante, intentando ser valiente.
"¡Qué pena que seas el único!", se rió pablo, "¡No me extraña que sigas siendo virgen!"
Me puse colorada como un tomate. ¿Cómo lo sabía? Y, lo que es más importante, ¡ahora mi madre también lo sabía! Miré a mi madre conteniendo las lágrimas, rogándole que me ayudara, y me sorprendí al ver que estaba mirando a pablo y sonriendo con picardía.
¡¿Estaba disfrutando de esto?! ¿Le gustaba ver a su hijo humillado? ¿Era este un castigo por robarle sus bragas? No lo sabía, pero lo que sí sabía es que quería que la tierra se abriera y me tragara entera, ¡nunca me había sentido tan humillada en mi vida!
Pablo me miró retorciéndose y poniéndose rojo y sonrió.
"Qué perdedor..."
Se dio la vuelta en la silla para mirar a mi madre, que seguía mirándolo sonriendo. Cuando se dio cuenta de que pablo la había visto mirándolo, se sonrojó y volvió a concentrarse en la comida. Pablo se sentó a mirar el gran trasero dorado de mi madre, que se le salían los pantalones cortos ajustados.
Se agachó para sacar algo del horno, lo que hizo que su trasero apretara aún más los pantalones cortos alrededor de su trasero, dejando un contorno claro de sus bragas y su coño.
"¡Podría acostumbrarme a esta vista!", dijo pablo con descaro.
No podía creer lo rebelde que estaba siendo, quién demonios se creía que era. Mi madre sonrió y se volvió hacia él, sonrojada, claramente disfrutando de la atención que estaba recibiendo.
—¿Podrías? —dijo, ajustándose nuevamente la camiseta sin mangas para exponer aún más su escote—. Supongo que tendrás que venir a cenar otra vez entonces. Ella sonrió.
No podía creer que mi madre estuviera coqueteando tanto con pablo, durante años había observado y admirado su cuerpo, sin tener nunca el coraje de decir nada, ¡y aquí viene pablo con sus comentarios groseros y mi madre prácticamente se le estaba arrojando encima!
Mamá trajo la comida a la mesa y se sentó frente a mí, al lado de pablo. Nadie dijo mucho mientras comíamos, pero durante la comida vi a pablo mirando varias veces las tetas de mi mamá que sobresalían de su blusa.
Luego, unos diez minutos después de haber empezado a comer, mi madre de repente se sentó muy derecha, con los ojos muy abiertos.
"¡¿Qué pasa?!" grité sorprendida.
"Oh, nada cariño, nada, solo urghh, solo tuve un poco de calambres, eso es todo".
Mamá comenzó a relajarse en su asiento, sus ojos revoloteaban un poco; miré a pablo y vi que estaba sonriendo.
"¿Qué carajo está pasando?", pensé.
Seguí comiendo y decidí echar un vistazo a las fantásticas tetas de mi madre unos minutos después, cuando, para mi sorpresa, vi que sus pezones estaban duros como una roca y presionaban a través de su blusa.
«¡Qué carajo!», pensé y miré a pablo. Pablo estaba sonriendo y no comía mucho; además, tenía una mano debajo de la mesa.
"Seguro que no..." pensé. "No puede ser..."
Tenía que saberlo, así que dije que iba a buscar algo de beber y en el fregadero fingí tirar un tenedor al suelo, no es que lo necesitara, mamá y pablo me estaban ignorando por completo en ese momento.
Me agaché lentamente y miré debajo de la mesa para ver qué estaba pasando. Para mi consternación, vi a mi madre con las piernas abiertas, con la mano de pablo debajo de sus pantalones cortos, frotando y empujando mientras le masajeaba el clítoris y le tocaba el coño con los dedos.
No podía creer lo que estaba viendo. Mi acosador gilipollas estaba metiendo los dedos en mi dulce madre, ¡después de haber soñado con hacer esto durante años! No sabía qué sentía con más fuerza: ¡celos o humillación! Miré intensamente las piernas abiertas de mi madre, deseando que fuera yo el que estuviera entre ellas, y mi polla comenzó a ponerse dura.
Me levanté de nuevo, volví a la mesa y me senté, mirando a mi madre directamente a los ojos. Ella me sonrió como si nada estuviera pasando y luego sus ojos comenzaron a parpadear mientras se mordía el labio inferior. De repente se sentó en su asiento, respiró profundamente y se mordió el labio con los ojos cerrados, ¡tratando de ocultarme su orgasmo!
Después de unos segundos ella se relajó, y pablo puso su mano de nuevo sobre la mesa, sin siquiera molestarse en limpiar el jugo del coño de mi mamá de sus dedos, miré a mi mamá sonrojado y dije en voz baja;
"¿ya no comeras?"
—Oh... uhmm... sí. Debe ser esta salsa, creo que ya no quiero más —dijo mi madre nerviosa, levantándose. Mientras lo hacía, mis ojos se dirigieron de inmediato a sus pantalones cortos, donde había aparecido una pequeña mancha húmeda en su entrepierna.
“¿Cómo pudo mamá hacerme esto?”, pensé, completamente humillada.
Una vez que terminamos de cenar, mamá dijo que iba a darse una ducha, supongo, para refrescarse de la intensa manoseada que mi acosador acababa de darle.
Pablo y yo nos sentamos en silencio a ver la televisión mientras mi madre se duchaba, pero noté que pablo, como yo, tenía un bulto en sus pantalones, claramente excitado por lo que acababa de ocurrir (aunque no pude evitar notar cómo el bulto de pablo parecía ser significativamente más grande que el mío).
Escuchamos a mi mamá bajar las escaleras y ambos nos giramos para mirarla. Ella bajó lentamente las escaleras sin nada puesto, ¡solamente llevaba una toalla! La toalla estaba envuelta firmemente alrededor de su cuerpo y era lo suficientemente larga como para cubrir apenas la parte inferior de sus tetas y la parte superior de su trasero, que sobresalía por la parte inferior.
Tanto Dean como yo nos quedamos con la boca abierta de la sorpresa cuando miramos hacia arriba y pudimos ver claramente los labios dorados de su coño y sus nalgas. Había visto a mi madre desnuda tantas veces mientras la observaba cambiarse e incluso masturbarse, pero no creo que nunca me hubiera excitado tanto como ahora.
Ella se acercó a nosotros dos, sonriendo ante nuestras expresiones y nuestras miradas hacia sus pechos que estaban casi cayéndose de la toalla.
"Me voy a la cama ahora", dijo.
—pablo necesita quedarse en mi habitación esta noche. Su padre así lo ha dicho. Tiene una enfermedad que necesita que lo revisen durante la noche —dijo, mintiendo claramente.
"¡Qué condición médica!", dije horrorizado.
—¡No es asunto tuyo, carajo! —gritó pablo levantándose, haciendo sonreír a mi madre.
empezó a encogerse de miedo: "¿Dónde dormirá?"
"En la cama de camping. La instalé en mi habitación esta mañana".
"Deberías irte a la cama. Tienes mucha tarea que hacer mañana", dijo mi mamá.
Con eso, mamá subió las escaleras, con pablo siguiéndola de cerca, mirando fijamente el culo y el coño de mi mamá.
"¡Será mejor que no mires mi toalla, jovencito!" dijo mi mamá.
—Ni lo imaginaría —dijo pablo, sin apartar la mirada de su coño.
—No te estaba hablando a ti —dijo mi madre sonriendo. Pablo se rió a carcajadas, lo que me hizo poner colorada de vergüenza.
Entonces ella sabía por qué sus bragas estaban en mi habitación, ella sabía que yo quería follármela, y aun así, ¡me provocó y coqueteó con pablo toda la noche! ¡No tenía idea de que mi madre pudiera tener un corazón tan frío!
Me senté solo, lleno de ira, celos, vergüenza y humillación, tratando de entender lo que estaba sucediendo, antes de decidir irme a la cama. Subí las escaleras y me acosté en la cama, mirando el techo.
"¿En qué demonios está pensando mamá al tener a pablo durmiendo allí con ella? Estoy segura de que no ha instalado la cama de camping...", pensé.
Intenté sacarlo de mi mente, pero no pude y, al final, simplemente tuve que saber qué estaba pasando. Me paré en mi cama y quité con cuidado la cubierta del aire acondicionado de la pared que había desatornillado hace años para poder espiar a mi madre mientras se vestía en la habitación de al lado.
Eché un vistazo y, efectivamente, pablo estaba acostado en la cama de camping al lado de la cama doble de mi madre.
"Ya ves, no hay de qué preocuparse. Mamá solo me ha estado tomando el pelo para castigarme por las bragas, ¡eso es todo! ¡En realidad no va a follar con ese gilipollas!", pensé, suspirando aliviado.
Dirigí mi atención a mi madre, que estaba sentada en la cama leyendo un libro y llevaba un camisón de encaje muy sexy que no la había visto usar desde que mi padre se fue. El material fino se adhería firmemente a los suaves pechos de mi madre y yo estaba tan ocupada admirando lo sexy que se veía que ni siquiera me detuve a pensar que era extraño que ella estuviera usando esto con pablo en la habitación.
Me volví a la cama, aliviado de que mi madre no hubiera sido una completa zorra y una matona. Cerré los ojos y comencé a quedarme dormida, soñando con el gran culo de mi madre...
Justo cuando me estaba quedando profundamente dormido, me despertó un ruido que provenía del aire acondicionado que había olvidado reemplazar. Me desperté lentamente y me esforcé por escuchar qué era. Entonces escuché claramente a mi madre riéndose mientras pablo decía algo que no pude entender bien.
Me levanté lentamente de la cama y miré por el respiradero, teniendo cuidado de no hacer ruido. Miré y lo que vi me sacudió profundamente.
En su cama, mamá yacía desnuda, su piel dorada brillaba a la luz de la lámpara de su mesilla de noche, sus grandes tetas marrones descansaban libremente sobre su pecho, sus piernas estaban separadas y levantadas, mientras usaba una mano para separar los labios de su vagina exponiendo su interior rosado, y la otra mano frotaba su clítoris.
¡Esto fue sin duda lo más sexy que he visto en mi vida! Había visto a mamá desnuda antes, incluso la había visto apenas iluminada por la luz de la luna mientras usaba un consolador
en las raras ocasiones en que se masturbaba, pero verla tan expuesta y tan claramente así... ¡Guau! Mi polla estaba dura como una piedra, y no quería nada más que entrar en su habitación en ese momento y hundirla en ese lindo agujerito rosa y chupar las tetas de mi mamá...
Saqué mi pene de mis pantalones y comencé a acariciarlo suavemente, olvidándome por completo de que pablo también estaba en la habitación. Sin embargo, este descuido pronto se corrigió cuando, al pie de la cama, apareció pablo, ¡observando cómo mi madre se exponía ante él, acariciando su palpitante y larga polla !
Al ver la polla de pablo, mi pequeña erección marrón prácticamente desapareció. No podía creer su tamaño. ¡Era más del doble del tamaño de la mía y tan gruesa como un bate de béisbol! Nunca he medido mi propia polla, pero si tuviera que adivinar, diría que mide alrededor de 5 centimetros de largo, lo que hace que la de pqblo tenga al menos 16-17 centimetros de largo. No pensé que fuera posible que pablo me menospreciara más de lo que lo había hecho en el pasado, pero al ver su polla, me di cuenta de lo patéticamente inferior que era la mía en comparación...
(CONTINUARA..........)
(Ahora mismo ya tengo la parte 2 pero la subiere a parte para que este post no se a tan largo, esperenla con ansias🤗🤗)
0 comentarios - Mi bully es el jefe de mi madre😓😓