Delgadita, piel morena de unos 23 años y poco más alta que una chica promedio, así era Mariana, la hija de la vecina que en el momento que pasó esto acababa de adoptar una perrita que paseaba todas las tardes por el barrio.
Yo de 27 años tenía la suerte de toparme todos los días a Mariana cuando llegaba del trabajo y ella paseaba a su mascota, desde luego siempre cruzábamos miradas y era evidente que ambos sentíamos tensión sexual.
Un buen día mientras llegaba de trabajar la escuché jugando con su mascota mientras le decía: -¡Eres una hermosa, asquerosa! Y le hacía cosquillas en la barriga a la perrita. No pude evitar reírme y fue ahí en que aproveché para acercarme.
Le dije: -Se ve que te gusta jugar mucho, ya quisiera que alguien me tratara igual.
Ella se sorprendió de que hubiera dicho eso y solo se metió a su casa.
No podía creer que en mi primer intento de hablarle la haya incomodado pero decidí relajarme y continuar con mi tarde con normalidad.
Ya entrada la noche me fui a dormir y fue cuando un ruido me hizo saltar de golpe, me levanté a revisar y fue cuando vi a Mariana que de algún modo logró entrar a mi casa. Sin mediar palabras me lanzó hacia la cama mientras bajó mi pantalón, yo quedé paralizado y solo el que reaccionó fue mi pene que se puso duro al ver que Mariana se había quitado toda la ropa.
Ella miró mi pene de una manera tierna y comenzó a mamarlo al mismo tiempo que me besaba la cabeza de la pija y sonreía. Para entonces mi pene estaba palpitando muchísimo pues ella la mamaba delicioso, no pude moverme cuando ella escupió en mi pene al mismo tiempo que me hacía cosquillas en los testículos.
-¡Eres una hermosa y asquerosa verga!
Decía de forma agitada mientras miraba con ojos de placer mi pene al mismo tiempo que me hacía cosquillas en los huevos.
Yo no podía más que gemir de placer pues me di cuenta que el comentario que le había hecho en la tarde fue el detonante para que se atreviera a entrar a mi casa a saciar su apetito oral.
-Eres (beso) una (beso) hermosa (beso) asquerosa.
Dijo mientras sostenía mi pene firme con sus manos, después de unas cuantas chupadas comencé a eyacular dentro de su boca. Pude sentir como se le enchinaba la piel al mismo tiempo que gemía escandalosamente de placer, escupió el semen en mi pene y volvió a beberlo delicadamente con la lengua hasta que no quedó nada.
-Tienes una verga hermosa y asquerosa.
Dijo dándole un último beso a mi pene que aún estaba firme.
Desde entonces aprovechamos cada noche para darnos placer mientras que a la mirada de los vecinos seguimos siendo la chica que pasea a su mascota y el chico responsable y trabajador.
(Créditos de las fotos a Bicho760)
Yo de 27 años tenía la suerte de toparme todos los días a Mariana cuando llegaba del trabajo y ella paseaba a su mascota, desde luego siempre cruzábamos miradas y era evidente que ambos sentíamos tensión sexual.
Un buen día mientras llegaba de trabajar la escuché jugando con su mascota mientras le decía: -¡Eres una hermosa, asquerosa! Y le hacía cosquillas en la barriga a la perrita. No pude evitar reírme y fue ahí en que aproveché para acercarme.
Le dije: -Se ve que te gusta jugar mucho, ya quisiera que alguien me tratara igual.
Ella se sorprendió de que hubiera dicho eso y solo se metió a su casa.
No podía creer que en mi primer intento de hablarle la haya incomodado pero decidí relajarme y continuar con mi tarde con normalidad.
Ya entrada la noche me fui a dormir y fue cuando un ruido me hizo saltar de golpe, me levanté a revisar y fue cuando vi a Mariana que de algún modo logró entrar a mi casa. Sin mediar palabras me lanzó hacia la cama mientras bajó mi pantalón, yo quedé paralizado y solo el que reaccionó fue mi pene que se puso duro al ver que Mariana se había quitado toda la ropa.
Ella miró mi pene de una manera tierna y comenzó a mamarlo al mismo tiempo que me besaba la cabeza de la pija y sonreía. Para entonces mi pene estaba palpitando muchísimo pues ella la mamaba delicioso, no pude moverme cuando ella escupió en mi pene al mismo tiempo que me hacía cosquillas en los testículos.
-¡Eres una hermosa y asquerosa verga!
Decía de forma agitada mientras miraba con ojos de placer mi pene al mismo tiempo que me hacía cosquillas en los huevos.
Yo no podía más que gemir de placer pues me di cuenta que el comentario que le había hecho en la tarde fue el detonante para que se atreviera a entrar a mi casa a saciar su apetito oral.
-Eres (beso) una (beso) hermosa (beso) asquerosa.
Dijo mientras sostenía mi pene firme con sus manos, después de unas cuantas chupadas comencé a eyacular dentro de su boca. Pude sentir como se le enchinaba la piel al mismo tiempo que gemía escandalosamente de placer, escupió el semen en mi pene y volvió a beberlo delicadamente con la lengua hasta que no quedó nada.
-Tienes una verga hermosa y asquerosa.
Dijo dándole un último beso a mi pene que aún estaba firme.
Desde entonces aprovechamos cada noche para darnos placer mientras que a la mirada de los vecinos seguimos siendo la chica que pasea a su mascota y el chico responsable y trabajador.
(Créditos de las fotos a Bicho760)
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