Siempre me consideré heterosexual, pero desde hace un tiempo sentía curiosidad por experimentar con otro hombre. Pasaba horas chateando con chicos en P! o Telegram, pero nunca me animaba a dar el siguiente paso. Empecé a probar cosas nuevas en la intimidad de mi hogar, como usar tangas y explorar sensaciones nuevas con mis manos, como masturbarme de distintas formas y jugar con mis dedos por mi ano. Sin embargo, sabía que necesitaba más.
Finalmente, después de mucho tiempo, logré conectar con David a través de Telegram. Vivía cerca de mí y compartíamos la misma curiosidad. Nuestros chats se volvieron cada vez más intensos, intercambiábamos fotos y videos excitantes mientras explorábamos nuestras fantasías. Fue entonces cuando decidimos encontrarnos en un telo cercano, luego de varios meses de chat.
La emoción y los nervios se mezclaban mientras me dirigía hacia el encuentro. Sabía que era solo una experiencia física, sin implicar sentimientos románticos. Dos hombres, dos mentes abiertas, listos para explorar algo nuevo juntos. Y así, en esa habitación de hotel, dejamos de lado inhibiciones y nos entregamos a la pasión del momento.
Era la primera vez que veía a David en persona. Hasta ese momento, solo había conocido su figura a través de fotos y videos, pero ahora, al entrar en el hotel, una mezcla de nervios y emoción me recorría. Ambos estábamos decididos a explorar lo que había entre nosotros, a ver si la química que sentíamos en nuestras conversaciones se materializaba en la realidad.
Noté cómo la tensión en el aire crecía a medida que nos mirábamos, así que sugerí poner un poco de porno en la televisión. La idea era relajarnos y dejar que el ambiente nos envolviera. Decidimos meternos en el hidro, una decisión que nos hizo sonreír, y que de a poco logró desinhibirnos.
La calidez del agua nos rodeaba, y mientras compartíamos algunas risas, la conversación fluía, llena de halagos que nos habíamos enviado por mensaje. Empezamos con una paja cruzada, algo que nos super excito a los dos.
Comenzamos a jugar, a tocar nuestras pijas, primero en seco, y luego con muchs saliva , hasta que la cercanía se volvía electrizante. Poco a poco, el ambiente se volvía más íntimo, y una atmósfera de deseo flotaba entre nosotros. Estábamos listos para descubrir juntos lo que esa noche podría revelarnos.
Después de esa conexión tan intensa, no pude evitar sentirme abrumado por las ganas que tenía de explorar cada rincón de su pija. Con una mezcla de nerviosismo y deseo, lo hice sentar al borde del hidromasaje, donde la calidez del agua contrastaba con la electricidad que flotaba entre nosotros.
Me acerqué lentamente, dejando que el roce de mis labios lo sorprendiera. Suspiré mientras comenzaba a entregarme a la exploración de su cuerpo, descubriendo la suavidad de su piel y la forma en que él respondía a cada beso y lamida.
Aprovechando la confianza que habíamos construido, me acerqué un poco más, buscando su reacción. Quería que cada gesto hablara por sí mismo, que el momento se llenara de significado. Sentí cómo sus respiraciones se aceleraban al sentir mis chupadas hasta el fondo, y eso me impulsó a seguir adelante, buscando no solo satisfacer un deseo, sino crear un vínculo especial.
Las palabras se volvieron innecesarias. Me dejé llevar por la pasión del momento y la conexión intensa que compartíamos. Lo que estaba sucediendo era un baile de sensaciones, un juego entre nuestros cuerpos donde la intimidad se apoderaba de cada instante.
Todo esto siguio, pero quisiera saber si quieren que siga este relato...
Finalmente, después de mucho tiempo, logré conectar con David a través de Telegram. Vivía cerca de mí y compartíamos la misma curiosidad. Nuestros chats se volvieron cada vez más intensos, intercambiábamos fotos y videos excitantes mientras explorábamos nuestras fantasías. Fue entonces cuando decidimos encontrarnos en un telo cercano, luego de varios meses de chat.
La emoción y los nervios se mezclaban mientras me dirigía hacia el encuentro. Sabía que era solo una experiencia física, sin implicar sentimientos románticos. Dos hombres, dos mentes abiertas, listos para explorar algo nuevo juntos. Y así, en esa habitación de hotel, dejamos de lado inhibiciones y nos entregamos a la pasión del momento.
Era la primera vez que veía a David en persona. Hasta ese momento, solo había conocido su figura a través de fotos y videos, pero ahora, al entrar en el hotel, una mezcla de nervios y emoción me recorría. Ambos estábamos decididos a explorar lo que había entre nosotros, a ver si la química que sentíamos en nuestras conversaciones se materializaba en la realidad.
Noté cómo la tensión en el aire crecía a medida que nos mirábamos, así que sugerí poner un poco de porno en la televisión. La idea era relajarnos y dejar que el ambiente nos envolviera. Decidimos meternos en el hidro, una decisión que nos hizo sonreír, y que de a poco logró desinhibirnos.
La calidez del agua nos rodeaba, y mientras compartíamos algunas risas, la conversación fluía, llena de halagos que nos habíamos enviado por mensaje. Empezamos con una paja cruzada, algo que nos super excito a los dos.
Comenzamos a jugar, a tocar nuestras pijas, primero en seco, y luego con muchs saliva , hasta que la cercanía se volvía electrizante. Poco a poco, el ambiente se volvía más íntimo, y una atmósfera de deseo flotaba entre nosotros. Estábamos listos para descubrir juntos lo que esa noche podría revelarnos.
Después de esa conexión tan intensa, no pude evitar sentirme abrumado por las ganas que tenía de explorar cada rincón de su pija. Con una mezcla de nerviosismo y deseo, lo hice sentar al borde del hidromasaje, donde la calidez del agua contrastaba con la electricidad que flotaba entre nosotros.
Me acerqué lentamente, dejando que el roce de mis labios lo sorprendiera. Suspiré mientras comenzaba a entregarme a la exploración de su cuerpo, descubriendo la suavidad de su piel y la forma en que él respondía a cada beso y lamida.
Aprovechando la confianza que habíamos construido, me acerqué un poco más, buscando su reacción. Quería que cada gesto hablara por sí mismo, que el momento se llenara de significado. Sentí cómo sus respiraciones se aceleraban al sentir mis chupadas hasta el fondo, y eso me impulsó a seguir adelante, buscando no solo satisfacer un deseo, sino crear un vínculo especial.
Las palabras se volvieron innecesarias. Me dejé llevar por la pasión del momento y la conexión intensa que compartíamos. Lo que estaba sucediendo era un baile de sensaciones, un juego entre nuestros cuerpos donde la intimidad se apoderaba de cada instante.
Todo esto siguio, pero quisiera saber si quieren que siga este relato...
3 comentarios - Primera vez con otro hombre