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Cosas de chicos...

¡Hola amigo! Como me lo pediste y tus deseos son órdenes ¡ja! Te cuento…
Mi primera vez fue algo traumática y no lo gocé. Tenía 17años, y alguna experiencia de toqueteos y chupaditas breves pero de coger ni hablar ¡ja! Era la rarita de mi grupo de amigas.
Era verano y con mis amigas íbamos a la pileta del club del barrio. Todas estaban con algún chico, a mí no me importaba pero a ellas no les gustaba que todas estuvieran acompañadas y yo no ¡ja! cosas de pendejas. Por eso me hicieron gancho con ese chico que era de otro grupo. Era un pibe alto, flaco y con granitos en la cara.
 Empezamos tonteando en la pileta, jugando en el agua o juntándonos con nuestro grupo después del club. Mi mejor amiga cumplía años y organizó la fiesta en su casa. Una casa grande con un jardín atrás, y como era verano el festejo se organizó ahí. El cumple era solo para sus amigos, la familia no, así que aprovechamos a tomar cerveza y bailar mucho. En esa fiesta y bailando este chico me besó y me pidió ser mi novio. Desde entonces era mi novio oficial para el grupo de amigos ¡ja! era así en esa época, todo muy formal.
Empezamos a salir solos, íbamos a la plaza del barrio a la nochecita antes de cenar y ahí nos besábamos y toqueteábamos un poco, así que imaginate cómo quedábamos de calientes cuando volvía cada uno a su casa. Yo vivía a pajas ¡ja! y supongo que él también. Hasta que un día me dijo que no aguantaba más y quería coger conmigo, que la oportunidad era una tarde que sus padres no estarían. Con miedo y nervio le dije que sí, yo tenía información de cómo coger solo por las charlas con mis amigas, y ellas lo primero que me dijeron fue que usáramos forros, así que le dije mi condición, con forro sí o sí, y él estuvo de acuerdo.
Al fin llegó esa tarde, fui a su casa temblando de nervios, lo recuerdo y me da ternura esa nena que fui.
Apenas llegué me llevó a su cuarto y empezamos a los besos furiosos, y a desnudarnos muy locos y nerviosos. Él me empezó a chupar las tetas que nunca había visto, me las acariciaba en la plaza pero nada más.
Se bajó el pantalón y no tenía slip así que su pija estaba lista ya. Me pidió que le diera besitos, así que me dediqué un rato a besarla ya darle chupadas. Él me preguntó si estaba lista y le dije que sí y se puso el forro, así que me acosté en su cama y él se me tiró encima, abrí las piernas y él muy torpe trataba de meterme la pija, yo tenía miedo que me rompiera algo ¡ja!
Lo ayudé a que me encontrara mi agujerito y empezó a empujar, yo no me podía relajar así que me dolía, él la metió y empezó a moverse y acabó rapidísimo ¡ja!
Cuando la sacó el forro estaba manchado de sangre, no mucha y ahí se dio cuenta que era virgen porque nunca me preguntó, igualmente él no parecía tener tanta experiencia.
Después lo volvimos a hacer aprovechando la soledad de su casa, y fuimos un poco más cancheros ¡ja! Ya hacíamos poses y nos chupábamos bastante bien. Pero a esa edad y con la calentura que tenés cualquier cosa te hace acabar rico ¡ja!
La historia duró lo que ese verano, después cada uno siguió en lo suyo, con los años me enteré que se había ido a estudiar a Buenos Aires y mucho después al extranjero, así que nunca más lo vi ni tuve contacto con ese chico.
Tengo el recuerdo tierno que fue el primero y con el que puede aprender y practicar el sexo, pero te aseguro que no fue el mejor ni por asomo ¡ja! Cosas de chicos…

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