¡Holaaaaa!
Estoy súper feliz por todo el cariño que recibí en mi primer post. ¡Me llenaron de mensajitos lindos (y de otras cosas jajaja)! ¡Me encantó!
Ahora estoy un poquito nerviosa porque este es mi primer relato acá… pero espero de corazón que les guste.
¡Gracias por estar conmigo en este camino!
Voy a presentarme un poco mejor, Soy Nessa, tengo 20 años, vivo en CABA y soy estudiante de literatura. Vivo con mis padres, mi papá es japonés criado en Argentina y mi mamá es de acá, por lo que, obviamente, tengo rasgos japoneses, de ahí nace desde muy joven mi interés por toda la cultura nipona, esencialmente por el manga, el anime y el hentai. Este último comencé a leerlo a escondidas a los 13 años. Mi sueño es algún día poder viajar y conocer ese hermoso país.
El conocer el hentai desde tan chica hizo que mis hormonas y fantasías explotaran desde muy temprana edad, aunque por mi personalidad, bastante introvertida, hizo muy difícil cumplir alguna de las tantas que tengo, por eso, este aparición en Poringa es un gran paso para mi, y espero que me acompañen!
Esto que les voy a contar pasó hace un par de años, yo había ido con mi mejor amiga, Naomi, a una convención anime, no recuerdo si era viernes o sábado, habíamos ido disfrazadas (cosplay para los entendidos jaja).
Mis padres son algo anticuados, al menos en sus costumbres, me tuvieron de grande y soy hija única por lo que me sobreprotegen bastante, les hago esta aclaración para contarles que siempre que vamos a una convención o expo paso por lo de Naomi, ya que ahí nos cambiamos. Mis papas no tienen idea de como voy vestida, si bien no voy “provocativa”, jamas me dejarían salir a la calle vestida así!. Nos enteramos del evento unos pocos días antes de su realización por lo que mi cosplay era el típico de colegiala japonesa, tenía puesta una blusa, un pañuelo, una falda plisada, unas medias altas y unos zapatitos. ¡Super cute! También llevaba un barbijo por si algún conocido de mis papas me veia en la calle 🙂. Era un outfit fácil y rápido ya que tenía todo en casa, así que pasado el mediodía fui a lo de mi amiga, nos cambiamos y salimos.
La convención no era de las más populares pero igualmente la pasamos bien. Eran alrededor de las 20:00, teníamos que volver a lo de Naomi, para que pudiera cambiarme y no se me hiciera tan tarde la vuelta a casa. Ella vive a unos 10 minutos en colectivo de donde vivo, pero no suelo andar sola de noche. Unos minutos antes de volver mis papás me avisaron que iban a llegar tarde, así que no tuve mejor idea que aprovechar que no estaban y volver a casa sola. Naomi estaba “hablando” con un chico del colegio que le gustaba y no quería interrumpirla así que le mande un mensajito al celu y me volví sola a casa.
Tenía varias estaciones de subte en el camino, incluida una combinacion asi que me apure ya que no estaba acostumbrada a viajar sola a esas horas. Era primavera pero estaba algo fresco.
Luego de un par de estaciones estaba sola en el vagón del subte. Se detuvo. Entraron una señora y un grupo de hombres, parecían obreros, trabajadores de la construcción. Tenían el típico mameluco gris/marroncito. Eran 5, de entre 30 y 50 años, supongo. Se sentaron cerca de donde yo estaba, la señora me miró y se alejó al otro extremo del vagón. Su mirada me invitaba a alejarme de los hombres pero me hice la tonta y me quedé donde estaba. Rebeldía de la edad, supongo.
Los hombres hablaban sobre trivialidades, tenían un olor fuerte a transpiración y también un poco de alcohol, vino específicamente. El mayor de ellos no dejaba de mirarme, de arriba a abajo con una mirada lasciva. Luego de una estación la señora bajó, lo hizo mientras me miraba con cara de preocupación. Pasaron unos segundos hasta que el mayor de todos se puso de pie.
-me duele todo, si sigo sentado no me levanto más-
Los demás siguieron hablando como si nada, el hombre se acomodó a mi lado, yo estaba contra una de las ventanas, mirando hacia afuera, el olor a alcohol me invadía.
Comencé a sentir su presencia cada vez más cerca, sus compañeros continuaban en la suya, hacían de cuenta que era una situación de lo más cotidiana, tal vez para ellos lo era.
Tenía un poco de miedo, pero a su vez era una situación de la que había leído y visto cientos de veces, ya sea en un hentai o en la pornografía japonesa, tenía algo de curiosidad, de saber que podía pasar.
El vagón se oscureció y sentí como el hombre definitivamente se había ubicado detrás mío, su cuerpo me cubría completamente, él también había quedado de espaldas a sus compañeros. Era un señor de unos 50 años seguramente, una barba desprolija, al igual que su cabellera, de una contextura mediana, tenía un olor bastante fuerte. Con cada movimiento del subte comencé a sentir como de a poco me iba apoyando, me asuste, pero trate de mantener la calma, su respiración se sentía cada vez más cerca de mi oído y con ella el aliento a alcohol.
Lentamente empecé a sentir como su mano rozaba mi pierna, casi donde comenzaba la falda. Con cada vaivén del vagón sus dedos me rozaban. Su respiración se agitaba cada vez más, y aprovechaba cada oportunidad en la que el subte se oscurecía para darme apoyadas más fuertes. Ya podía sentirla en mi colita, la tenia muy dura.
Sus compañeros continuaban hablando y riendo con total naturalidad. El comportamiento de su compañero no les llamaba la atención.
Su mano, que ya estaba prácticamente acariciando mi pierna, comenzó a levantar un poco mi falda.
El subte se detuvo. Una nueva estación. El señor se alejó apenas, pero al ver que nadie subía volvió hacia mí, esta vez más cerca y con su mano tomando mi pierna ya por debajo de la falda. El hecho de que yo no opusiera resistencia, un poco por miedo y otro poco por morbosa le fue dando confianza. Sus dedos acariciaban mi muslo y su pija se sentía cada vez más dura.
-¿te gusta nenita?- me susurro al oído, el olor a vino era muy fuerte.
No le dije nada, ahora sí estaba asustada, la situación se me estaba yendo de las manos.. Con cada movimiento del subte el señor me apoyaba cada vez más y más. Era algo muy evidente ya.
-¿todo bien Richard? Dijo en voz alta uno de sus compañeros.
-shhh, si tranquilo- respondió.
-mira que en un par de estaciones ya nos bajamos- Le dijo otro.
-se se-
Parecían avisarle que no le quedaba mucho tiempo. Por un momento deje de sentir su mano y oí un sonido muy reconocible. Se había bajado la bragueta del pantalón. Sin mucho disimulo me levanto la falda y apoyo su pija en mi colita. Ahora podía sentirla piel con piel. Mi corazón palpitaba rápidamente. Me asuste mucho por lo que atine con mi manos a bajarme la falda para poder cubrir mi cola.
-dale quedate así un ratito- dijo mientras forcejeabamos.
Sus compañeros se pusieron de pie.
-dale Richard no seas boludo-
-tranquilos, ya termino-
Pensé que se levantarían para frenarlo, pero fue todo lo contrario, lo estaban tapando por si alguien se subía al subte en la estación que se aproximaba. Nadie subió.
-en la próxima nos vamos eh- ordenó uno de ellos mientras mis forcejeos perdían fuerza.
Con la falda a medio subir el hombre se pajeaba contra mi cola. Los jadeos eran cada vez más intensos. Su otra mano sostenía mi cintura para que no me alejara mucho.
-quedate así nena, ya viene el premio- mientras refregaba la cabeza de su pija por mi cola
Unos instantes más tarde…
-ahhhhhhh-
Comencé a sentir como su leche explotaba contra mi colita, me la refregó toda mientras sus compañeros se preparaban para bajar.
Se aproximaba la estación.
-Te gusto nenita eh!- Mientras el olor a vino se alejaba junto con el.
Rápidamente me acomodé la falda y viendo que no había nadie agarre una carilina del bolso que llevaba y me limpie. Temblaba, era una mezcla de varias sensaciones, miedo, impotencia, disgusto, pero por otro lado era una situación con la que había fantaseado más de una vez. Llegué a la estación que estaba a pocas cuadras de casa. Me bajé y prácticamente corrí hasta llegar. Entre a mi habitación, me tire en mi cama y comencé a tocarme hasta acabarme toda…
Me da mucha vergüenza publicar esto, espero que les guste y no tenga muchas faltas de ortografía, lo revise varias veces pero alguna se me puede haber escapado. ¡Gracias por todos los comentarios lindos que me mandan!
PD: Este fin de semana voy a estar súper enfocada en el estudio, así que probablemente no esté muy activa por acá. Sin embargo, si quieren charlar o decirme algo, ¡pueden encontrarme en Instagram!
¡Los espero por ahí!
magic.ly/es/Nessa_innocent
Estoy súper feliz por todo el cariño que recibí en mi primer post. ¡Me llenaron de mensajitos lindos (y de otras cosas jajaja)! ¡Me encantó!
Ahora estoy un poquito nerviosa porque este es mi primer relato acá… pero espero de corazón que les guste.
¡Gracias por estar conmigo en este camino!
Voy a presentarme un poco mejor, Soy Nessa, tengo 20 años, vivo en CABA y soy estudiante de literatura. Vivo con mis padres, mi papá es japonés criado en Argentina y mi mamá es de acá, por lo que, obviamente, tengo rasgos japoneses, de ahí nace desde muy joven mi interés por toda la cultura nipona, esencialmente por el manga, el anime y el hentai. Este último comencé a leerlo a escondidas a los 13 años. Mi sueño es algún día poder viajar y conocer ese hermoso país.
El conocer el hentai desde tan chica hizo que mis hormonas y fantasías explotaran desde muy temprana edad, aunque por mi personalidad, bastante introvertida, hizo muy difícil cumplir alguna de las tantas que tengo, por eso, este aparición en Poringa es un gran paso para mi, y espero que me acompañen!
Esto que les voy a contar pasó hace un par de años, yo había ido con mi mejor amiga, Naomi, a una convención anime, no recuerdo si era viernes o sábado, habíamos ido disfrazadas (cosplay para los entendidos jaja).
Mis padres son algo anticuados, al menos en sus costumbres, me tuvieron de grande y soy hija única por lo que me sobreprotegen bastante, les hago esta aclaración para contarles que siempre que vamos a una convención o expo paso por lo de Naomi, ya que ahí nos cambiamos. Mis papas no tienen idea de como voy vestida, si bien no voy “provocativa”, jamas me dejarían salir a la calle vestida así!. Nos enteramos del evento unos pocos días antes de su realización por lo que mi cosplay era el típico de colegiala japonesa, tenía puesta una blusa, un pañuelo, una falda plisada, unas medias altas y unos zapatitos. ¡Super cute! También llevaba un barbijo por si algún conocido de mis papas me veia en la calle 🙂. Era un outfit fácil y rápido ya que tenía todo en casa, así que pasado el mediodía fui a lo de mi amiga, nos cambiamos y salimos.
La convención no era de las más populares pero igualmente la pasamos bien. Eran alrededor de las 20:00, teníamos que volver a lo de Naomi, para que pudiera cambiarme y no se me hiciera tan tarde la vuelta a casa. Ella vive a unos 10 minutos en colectivo de donde vivo, pero no suelo andar sola de noche. Unos minutos antes de volver mis papás me avisaron que iban a llegar tarde, así que no tuve mejor idea que aprovechar que no estaban y volver a casa sola. Naomi estaba “hablando” con un chico del colegio que le gustaba y no quería interrumpirla así que le mande un mensajito al celu y me volví sola a casa.
Tenía varias estaciones de subte en el camino, incluida una combinacion asi que me apure ya que no estaba acostumbrada a viajar sola a esas horas. Era primavera pero estaba algo fresco.
Luego de un par de estaciones estaba sola en el vagón del subte. Se detuvo. Entraron una señora y un grupo de hombres, parecían obreros, trabajadores de la construcción. Tenían el típico mameluco gris/marroncito. Eran 5, de entre 30 y 50 años, supongo. Se sentaron cerca de donde yo estaba, la señora me miró y se alejó al otro extremo del vagón. Su mirada me invitaba a alejarme de los hombres pero me hice la tonta y me quedé donde estaba. Rebeldía de la edad, supongo.
Los hombres hablaban sobre trivialidades, tenían un olor fuerte a transpiración y también un poco de alcohol, vino específicamente. El mayor de ellos no dejaba de mirarme, de arriba a abajo con una mirada lasciva. Luego de una estación la señora bajó, lo hizo mientras me miraba con cara de preocupación. Pasaron unos segundos hasta que el mayor de todos se puso de pie.
-me duele todo, si sigo sentado no me levanto más-
Los demás siguieron hablando como si nada, el hombre se acomodó a mi lado, yo estaba contra una de las ventanas, mirando hacia afuera, el olor a alcohol me invadía.
Comencé a sentir su presencia cada vez más cerca, sus compañeros continuaban en la suya, hacían de cuenta que era una situación de lo más cotidiana, tal vez para ellos lo era.
Tenía un poco de miedo, pero a su vez era una situación de la que había leído y visto cientos de veces, ya sea en un hentai o en la pornografía japonesa, tenía algo de curiosidad, de saber que podía pasar.
El vagón se oscureció y sentí como el hombre definitivamente se había ubicado detrás mío, su cuerpo me cubría completamente, él también había quedado de espaldas a sus compañeros. Era un señor de unos 50 años seguramente, una barba desprolija, al igual que su cabellera, de una contextura mediana, tenía un olor bastante fuerte. Con cada movimiento del subte comencé a sentir como de a poco me iba apoyando, me asuste, pero trate de mantener la calma, su respiración se sentía cada vez más cerca de mi oído y con ella el aliento a alcohol.
Lentamente empecé a sentir como su mano rozaba mi pierna, casi donde comenzaba la falda. Con cada vaivén del vagón sus dedos me rozaban. Su respiración se agitaba cada vez más, y aprovechaba cada oportunidad en la que el subte se oscurecía para darme apoyadas más fuertes. Ya podía sentirla en mi colita, la tenia muy dura.
Sus compañeros continuaban hablando y riendo con total naturalidad. El comportamiento de su compañero no les llamaba la atención.
Su mano, que ya estaba prácticamente acariciando mi pierna, comenzó a levantar un poco mi falda.
El subte se detuvo. Una nueva estación. El señor se alejó apenas, pero al ver que nadie subía volvió hacia mí, esta vez más cerca y con su mano tomando mi pierna ya por debajo de la falda. El hecho de que yo no opusiera resistencia, un poco por miedo y otro poco por morbosa le fue dando confianza. Sus dedos acariciaban mi muslo y su pija se sentía cada vez más dura.
-¿te gusta nenita?- me susurro al oído, el olor a vino era muy fuerte.
No le dije nada, ahora sí estaba asustada, la situación se me estaba yendo de las manos.. Con cada movimiento del subte el señor me apoyaba cada vez más y más. Era algo muy evidente ya.
-¿todo bien Richard? Dijo en voz alta uno de sus compañeros.
-shhh, si tranquilo- respondió.
-mira que en un par de estaciones ya nos bajamos- Le dijo otro.
-se se-
Parecían avisarle que no le quedaba mucho tiempo. Por un momento deje de sentir su mano y oí un sonido muy reconocible. Se había bajado la bragueta del pantalón. Sin mucho disimulo me levanto la falda y apoyo su pija en mi colita. Ahora podía sentirla piel con piel. Mi corazón palpitaba rápidamente. Me asuste mucho por lo que atine con mi manos a bajarme la falda para poder cubrir mi cola.
-dale quedate así un ratito- dijo mientras forcejeabamos.
Sus compañeros se pusieron de pie.
-dale Richard no seas boludo-
-tranquilos, ya termino-
Pensé que se levantarían para frenarlo, pero fue todo lo contrario, lo estaban tapando por si alguien se subía al subte en la estación que se aproximaba. Nadie subió.
-en la próxima nos vamos eh- ordenó uno de ellos mientras mis forcejeos perdían fuerza.
Con la falda a medio subir el hombre se pajeaba contra mi cola. Los jadeos eran cada vez más intensos. Su otra mano sostenía mi cintura para que no me alejara mucho.
-quedate así nena, ya viene el premio- mientras refregaba la cabeza de su pija por mi cola
Unos instantes más tarde…
-ahhhhhhh-
Comencé a sentir como su leche explotaba contra mi colita, me la refregó toda mientras sus compañeros se preparaban para bajar.
Se aproximaba la estación.
-Te gusto nenita eh!- Mientras el olor a vino se alejaba junto con el.
Rápidamente me acomodé la falda y viendo que no había nadie agarre una carilina del bolso que llevaba y me limpie. Temblaba, era una mezcla de varias sensaciones, miedo, impotencia, disgusto, pero por otro lado era una situación con la que había fantaseado más de una vez. Llegué a la estación que estaba a pocas cuadras de casa. Me bajé y prácticamente corrí hasta llegar. Entre a mi habitación, me tire en mi cama y comencé a tocarme hasta acabarme toda…
Me da mucha vergüenza publicar esto, espero que les guste y no tenga muchas faltas de ortografía, lo revise varias veces pero alguna se me puede haber escapado. ¡Gracias por todos los comentarios lindos que me mandan!
PD: Este fin de semana voy a estar súper enfocada en el estudio, así que probablemente no esté muy activa por acá. Sin embargo, si quieren charlar o decirme algo, ¡pueden encontrarme en Instagram!
¡Los espero por ahí!
magic.ly/es/Nessa_innocent
10 comentarios - El lado oscuro del Subte
Tenes es cuerpito nipon que dan ganas de hacerte de todo.