Aclaración: esta historia no se va a resolver pronto, por lo que si hay alguien ansioso, absténgase de leer o comentar en tal sentido.
Siempre acepté críticas positivas y negativas, pero mala leche, no.
Gracias
IG: hiphop911ok
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Capítulo 13
Duro cómo rulo de estatua quedé…
Evidentemente estaba muy motivada…
Aunque no sé si la palabra adecuada era esa. Más bien, había otra que le calzaba justo, así cómo lo hacía esa fina y provocativa prenda interior.
De todas las fotos que me había pasado, sin dudas, esta era la peor…
¿O mejor? ja
ALI: La corté un poco para que no sea tan porno jaja
ALI: Y no llores 😁
La risa irónica me salió automática.
Cómo si cortar la fotografía hiciera todo menos atrevido de lo que era…
De solo imaginar hasta dónde llegaba esa delgada tira de la tanga, me hervía la piel al rojo vivo.
YO: Menos mal
YO: Podría ser peor?
ALI: Si queres, te la paso sin editar jaja
¿Posta?
Creo que era más que “motivación”...
YO: No, no…
YO: Te creo…
ALI: Jajaa
ALI: Qué decís?
ALI: Te sirve?
YO: Sí…
Inhalé y exhalé profundamente.
ALI: Wii jaja
YO: Jaja
YO: 😳
ALI: Jjajajaj
ALI: Exagerado!!!!!
YO: Pero bueno
YO: Yo fui el impulsor así que
ALI: Sí, mal
ALI: Si te pones así con la foto cortada
ALI: Imaginate cuando me la saques
El corazón se me quería salir del pecho…
Qué atrevida que estaba…
Pensé en una guarangada, pero mejor no la exteriorizo.
Es mejor mantener la compostura…
YO: Mal
ALI: Y eso que no acepté la foto en bolas
ALI: Ahí te quería ver tomándola jajaj
Tragué saliva.
¿Cómo?
¿Qué foto?
¿La de los 500 dólares?
YO: Eh?
ALI: La que hablamos ayer jaja
ALI: 🤭
YO: Sí, ya sé cuál
ALI: Bueno, esa jaja
ALI: Esa sí que era peor
ALI: Jajaja
Mi respiración se aceleró bastante, la verdad. No había entendido nada, al parecer.
Entonces ¿iba a ser yo?
YO: No pensé que decías que te la saque yo esa
YO: Pensé que me pedías tu opinión
Apoyé la cabeza en mi mano, completamente consternado.
El sudor en mi frente se palpaba fácilmente.
ALI: Posta?
ALI: No, nene
ALI: O sea, sí, era para que opines también
ALI: Pero para que me la saques vos 🙈
La puntada que me dio la verga fue sin precedentes…
Ni siquiera había terminado de leer, que mi sistema nervioso me hacía sentir en mi zona más íntima, el resultado de esta conversación con Alina y, claro, su nueva actitud tan… Tan… Exacerbada…
¿Me estaba diciendo que la fotografíe en pelotas?
O sea ¿en pelotas, pelotas?
YO: Vos estás en pedo?
Fue lo único que atiné a escribir. Mi primera reacción…
Bueno, la segunda…
ALI: Jajajaj
ALI: Ya me parecía raro que lo habías tomado tan tranquilo ayer cuando te pregunté
ALI: Jjaja
ALI: No entendiste nada, gomardi!!!
Con una pasada de mi palma, levanté todo el sudor que se había acumulado en la nuca.
¡Esta piba está loca!
A ver…
No digo que no sea excitante hacer eso, porque sí, lo es…
Pero también, es irse bien a la mierda.
¿Cómo la voy a fotografiar desnuda?
¿No sabe que la puedo mirar toda?
¿Entiende eso?
Las manos me temblaban…
Menos mal que la conversación se estaba dando en el marco de un chat y no frente a frente, porque el terror se había presentado ante mí y de una manera muy poco amigable.
YO: Estás demente vos
YO: Cómo te voy a fotografiar en pelotas
ALI: No te animas? jaja
ALI: Igual, sí
ALI: Sería un poco extremo 🤣
YO: Un poco?
ALI: Jaja
ALI: Sí, puede ser
De no creer…
Me parece que en verdad Alina venía con las hormonas bien arriba…
YO: Dios mío
YO: En la que me metí jaja
ALI: Callate
ALI: Bien que disfrutas verme en tanguita
ALI: 😱
Ah, bue…
Sí, confirmo…
Me parece que Alina estaba más cachonda que nunca por estos tiempos…
YO: Jajajaj
ALI: No lo niegaaa
YO: 🤷♂️
Si así quería jugar…
ALI: Pendejo!!!
ALI: Jaja
YO: Yo no hice ni dije nada…
ALI: Peoooooor
ALI: Jajaj
ALI: Bueno, te sirve esa entonces?
YO: Sí, te dije
¿Cómo me concentraba en el trabajo ahora?
Gran pregunta…
ALI: Porque si no, tengo otra
ALI: Pero es un poco más gruesa
YO: Esa me parece bien
YO: Cómo es la otra?
ALI: Te puedo mandar o vas a llorar?
Ufff…
Otra vez esa sensación de vértigo en el estómago que comenzaba a desquiciarme…
Madre mía…
Un cosquilleo tan intenso como exquisito.
YO: Jaja
YO: A ver…
ALI: Oki
Y así, me envió una nueva foto.
Quedaba más que claro que no estaba dispuesta a mostrar ningún signo de vergüenza conmigo. No de ahora en más. Y esa nueva postal, venía a confirmarlo.
Creo que lo más preocupante de todo, es que ya empezaba a dejar de ser raro que me compartiera ese tipo de contenido íntimo.
Ninguno de los dos oponía resistencia o rechazo alguno, a este tipo de situaciones tan privadas como reservadas.
La siguiente imagen que recibí, no solo me encantó sino que, además, hizo que mi miembro se parara de tal manera, que una necesidad imperiosa de masturbarme viniera a mí.
Sí…
Así como lo explico, pajearme pensando en Alina…
ALI:
No podía tener esa cola tan perfecta y hermosa…
Y mostrármela…
No me entraba en la cabeza.
Los ojos se me querían salir de la cara.
Impensado…
Impensado y caliente…
Qué lindo culo, por Dios…
Suspiré casi como nunca en mi vida, mientras me tomaba de los pelos.
Podría sacar la verga ahí nomás y aliviar toda esa tensión que venía acumulando hace días.
Moría por hacerlo…
Encima, desde hacía un largo rato que la tenía tan dura que me dolía ya…
YO: Dios
YO: Tremenda foto!
Fue muy sincero mi comentario. Me salió de adentro.
ALI: Dios????
ALI: 😳😳😳
Me cebé, ja.
Pareciera que se lo dijese a cualquier otra mina…
YO: Jaja
YO: Muy buena
ALI: Te gusta?
YO: Sí, de una
ALI: ❤️
ALI: La tuve que sacar como 20 veces para que quede así
ALI: Jaja
Me reí, todo colorado y transpirado.
Veía esos cachetes voluptuosos y sentía esos deseos prohibidos de hundir mi rostro allí.
Sí, lo sé, es una locura pensar eso…
YO: Jeje
Me tomé un minuto para regularizar mis pulsaciones.
No era nada ordinario lo que estaba pasando.
ALI: Bueno
ALI: La guardo también
YO: Dale!
ALI: Voy a seguir laburando un rato
ALI: Después seguimos
YO: Ok
ALI: Almorzamos juntos, no?
YO: Sí, dale
ALI: Oki!
ALI: A las 13 paramos?
YO: Bueno
YO: Hago unas milas
ALI: Mmm sí
ALI: 😋
Me reí.
Ese mismo gesto tenía yo cuando vi la última foto suya.
YO: 👌🏻
ALI: A las 23 bajo
ALI: Entro a reu
ALI: 😘
Con la temperatura por encima de los 38 grados, dejé el teléfono a un costado y llevé mis manos a los extremos de mi cabeza.
¿Qué era todo esto?
Nunca había sentido una excitación cómo ésta. Ni tampoco vi a Alina tan deshinibida…
Siempre tuvimos esa confianza…
Sin embargo, esto era otro nivel. Era algo más allá de cualquier situación hipotética que pudiéramos imaginar.
Era un modo de compartir las cosas que nunca en la vida hubiera creído posible.
Como pude, seguí trabajando el resto de la mañana, controlando cada uno de mis impulsos, para no llegar a “explotar” en varios sentidos.
Lo sentía muy motivante, sí, pero un pequeño grado de culpa aún permanecía arraigado a mi ser.
Supongo que es algo lógico ¿verdad?
De todas formas, Alina estaba a gusto también. Se notaba…
Y eso me mantenía tranquilo y en juego.
Todo estaba más que claro. La confianza entre nosotros había trepado a una posición de privilegio en la escala de lo íntimo, de lo reservado. Y cada minuto que pasaba, lo confirmaba aún más.
De hecho, ni me sorprendí cuando bajó a almorzar conmigo, en remera y con la tanga clavada cuya foto me había enviado.
Para colmo, la remera le llegaba al ombligo y casi todo su cuerpo estaba expuesto.
Llegó, con su celular en mano y se sentó en la mesa, como si nada.
No sin antes tomar un vaso de la alacena y exhibir bien parada su cola, como si yo no estuviese allí.
Ja…
La manera en que rebotaron sus nalgas con el saltito que dio…
Hermoso…
“Para que me acostumbre” recordé.
Tuve que acomodarme la pija por debajo de la mesa.
Qué imponente se veía ese culo…
Y yo que pensaba que sus gomas eran las infartantes…
¡Qué deliciosa tortura!
-Gracias por preparar el almuerzo…- Exclamó de manera tierna.
-De nada… El próximo te toca jaja.- Le respondí algo nervioso.
-Es lo justo…
-Sí…-
Miré para abajo mientras comía.
Ella me observó un instante. Creo que se percató del impacto que me causó ver su cola entangada de cerca…
Se rió.
-¿Qué?
-No, nada jaja
-Te reías de algo jaja
-Sí, nada… Me causa gracia una cosa…- Contestó, tentada.
Mierda que se veía hermosa así…
-Ah jaja… Ya me imagino… Jeje…
-Eso lo hace más divertido…
-Sí, es verdad…
No me iba a servir para nada demostrar los nervios que sentía. Lo mejor era seguir su línea.
Además, creo que empezaba a soltarme un poco…
-Eso porque sos medio pervertido… ¿No?
-Puede ser… Como vos jaja
Se rió, sin responder.
Claro que sí, ja.
-¿Y ya pensaste en más contenido?
-Mmm no… Estuve con un poco de laburo…
-Igual, tengo para ir subiendo mientras…
-See
-Pero viste que mamá no está en todo el día, podríamos aprovechar
-Si, obvio…
Sonrió.
Pero me vio y corrió la vista.
-Hoy pensaba, cuando te mandé las fotos… Cómo cambia cuando las sacas vos…-
La miré.
-¿Sí?
-Ay, sí… Vos las sacas a la primera… Ángulo, luz y todo… Yo tuve que sacar mil para que quede bien una…
-Jaja sí… Es más fácil…
-¡Sí, re!
Sonreí de costado.
Ella hizo un “jeje” cómplice.
Claro, hacerlo de esa manera implicaba muchas cosas.
-Igual… A tu favor… A mi también me daba cosita al principio.- Exclamó de repente.
-¿Cosita? Jaja
-A ver… Sí jaja… Me sigue dando… Pero menos… Es más, me divierte también…
-¿Ah sí?
-Sí… Y si pensas que estamos buscando un objetivo común… ¡Mejor!
Me reconfortó esa confesión.
Iba más allá de la parte técnica de la cuestión.
-Es cierto…
-Tampoco me imaginaba andar entangada por toda la casa…- Expresó, tentada de la risa.
-Mal… Yo menos…
-Pero si sirve para que te acostumbres…- Levantó una ceja de modo jocoso
-Sí…
-Te va a terminar gustando…- Exclamó, creo, que sin querer. Porque enseguida me miró, deschavada.
-Jaja… Y…
-¿Y, qué nene?
-Jaja lo dijiste vos…
Se rió, pero más colorada.
-Fue una forma de decir…
-¡Exacto! Y lo confirmo…
Se mordió de la incredulidad.
-Bueno… Mejor entonces…
-Es lo que digo…- Respondí como superado.
Esto me estaba gustando cada vez más.
No sé cómo explicar esa sensación, pero sabía que era única.
Un placer inigualable…
-Qué tonto…
-¿Y a vos?
-¿Yo qué?.- Preguntó, algo nerviosa, moviendo el tenedor en el plato.
-¿Te gusta andar entangada por la casa?
-Jaja…
-Se ríeeeee…
-Es que sos un goma…
-¿Por qué? Yo te dije que sí me gusta que andes así…
-¡Joaquín! Jeje…- Casi que gritó, abriendo sus ojos.
¿Dónde estaba esa valentía ahora?
Ja…
-Dejá, ya me respondiste…
-¡Sos un tarado!
-Jaja.- Me reí observándola.
-Te dije que me era divertido…- Exclamó revoleando los ojos.
-Y motivante…
-Sí…
Seguí comiendo, completamente excitado por las fotos y la conversación. No me iba a dejar correr por ella, siendo que me resultaba más atractivo comenzar a picantearla.
Además, ella seguía el juego sin problemas. De hecho, dos veces se levantó de su silla y fue hasta la mesada a buscar cosas, exhibiendo todo su orto en el proceso.
Dios mío…
No lo podía creer…
Ella sabía que se lo iba a mirar y aún así lo hacía…
Uff…
Cada vez eran más grandes las ganas de explotar que tenía.
Atípico verla tan atrevida, además. Lo que hacía todo más caliente.
Terminamos de almorzar, debatiendo acerca de las fotografías que tomaríamos ese día y que ella misma se iba a encargar de “vender”. Luego, fue a seguir otro rato con su trabajo, ya que tenía algunas reuniones virtuales más ese día.
Yo, por mi parte, me quedé súper caliente, con la notebook en la cocina.
No dejaba de pensar en este tipo de situaciones que se venían presentando.
¿Era normal lo que me pasaba?
Por un lado creía que no pero, por otro, sentía que a ella en algún punto le pasaba lo mismo, por lo que no me terminaba de cerrar la idea del “pajero”.
No, ja…
Al menos no yo solo...
Ella también me picanteaba… Y cómo…
Como estaba haciendo calorcito, decidí subir a trabajar en mi habitación, la cual era más fresca y tenía aire acondicionado.
Junté todo y me fui para allí, no sin antes pasar por el baño para orinar y comprobar lo dificultoso que sería hacerlo, debido a la inmensa hinchazón que tenía en la verga.
Mierda…
No sé cuánto tiempo la tuve tan hinchada…
¿Horas?
El líquido preseminal que salía de la punta hablaba por sí solo…
Unas ganas de darle un par de jaladas…
La vena que me atravesaba todo el tronco, me pedía a gritos que le libre un poco de presión. Pero una cosa era mirar a Alina y tener una respuesta involuntaria de mi cuerpo y, otra, pajearme debido a ella.
No…
Eso sí sería muy grave. Creo que no podría después con la culpa.
Además, es un extremo al que no quisiera llegar…
Después de unos minutos donde la tentación se hizo presente, terminé con eso y sí, seguí mi camino hacia el dormitorio.
Dejé mis cosas en el escritorio y ya estaba casi listo para continuar. Me tocaba hacer una pequeña investigación histórica de una calle de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No era algo complicado, pero requería de tiempo.
Entonces, para no tener interrupciones, le fui a preguntar a Alina en qué momento ella quería que hiciéramos las fotos.
Así, ninguno de los dos tendría problemas para cortar la jornada laboral.
Crucé mi puerta e hice unos pasos más hasta la de la habitación de Alina. Misma que estaba abierta.
Subo la mano para tocar y sin querer miré para adentro. No me di cuenta.
En el pequeño espacio que había entre el marco y el borde externo de la puerta, había suficiente vista como para observar con claridad que Alina estaba sentada en su cama, con las mismas prendas de hacía un buen rato y la notebook en sus piernas.
Todo parecía normal, salvo por un pequeño detalle…
Tenía una mano dentro de la bombacha y el movimiento de la misma, sugería algo que me hizo subir la temperatura de una manera sin precedentes.
Intenté volver a mirar, para estar seguro y no pensar en atrocidades. Además, me tapaba un poco la sábana.
Pero todo indicaba que estaba haciendo eso…
¿Se estaba tocando?
Duro me quedé…
¿Posta? pensé.
A ver no es que sea algo anormal, obvio pero ¿ahora?
Mentiría si dijese que la pija me creció como nunca, debajo de mis prendas, aprentado todo lo que tenía encima…
No sé, quizá… Solo se tocaba la pierna… O el pubis…
Podría ser… Y yo un malpensado…
Me relamí mirando, intentando ver más allá.
Parecía que trabajaba con la compu mientras hacía ese no sé qué…
No, no creo…
Si se tocaba, tenía que ser debido a nuestra conversación… O por las fotos que me pasó… Y si eso fue así quiere decir que…
Quiere decir…
Respiré profundo, mientras mis ojos se posaron en ella y su mano dentro de la bombacha o, al menos, encima.
Quizá yo no era el único…
O quizá me estaba volviendo un demente…
Aunque nada de eso tenía certeza en mi cabeza, ocurrió algo que me hizo abrir los ojos del tamaño de dos platos.
En un momento cerró sus ojos y abrió su boca, suspirando.
“Haaa…” manifestaron tenuemente sus labios.
Dios…
Sí…
Se estaba tocando…
Inaudito…
Me quedé observándola, sin poder moverme un milímetro y con una tremendo dolor de pija debido a la excitación.
Alina se estaba pajeando y yo, por primera vez, la veía haciéndolo.
Qué locura…
Ese gesto en su rostro…
No lo podía creer…
Nunca se lo había visto…
Era una mezcla de placer, relax y goce que me desquició.
Hasta ese momento, solo me había matado con su sonrisa… Esa mueca tan linda como revitalizante. Era lo más puro que podía sentir de su parte que me mostrara esa complexión de sus facciones.
Ahora…
Ahora la estaba viendo entregada a la autosatisfacción. Suspiraba y gemía por lo bajo mientras su mano se movía por debajo de su prenda interior.
Dios mío…
De solo pensar que se te estaba acariciando el clítoris en frente mío…
Otro tirón en la verga sentí. Muy fuerte…
Era demasiado…
Pero luego, pensé. Sentí un “click”.
¿Qué hacía ahí?
Era su intimidad…
No tenía derecho…
Respiré profundamente con un sentimiento encontrado.
Por un lado, fue una de las experiencias más excitantes que había presenciado. Por otro, se trataba de ella ¿cómo podía pensar así?
Tenía que irme de ahí cuánto antes…
Soy un…
Soy…
Un teléfono comenzó a sonar.
Una sensación de terror me invadió de repente.
Estaba parado en su puerta, inmóvil.
¿Y si me veía ahí?
Dios…
No podía moverme ¿qué me pasaba?
Tragaba saliva como loco mientras observaba cómo Alína se acomodaba en la cama rápidamente.
Era su teléfono…
Claro, el suyo…
Intenté aliviarme, moviéndome muy lento para el costado, a fin de que no me viera allí.
Debía regresar a mi habitación ya…
Me toqué la frente y tenía sudor frío chorreando.
¿Qué fue todo eso?
Por fortuna, la oía hablar, de fondo, probablemente con alguna persona de su trabajo.
Me tranquilizó saber que no me vio allí, como un espía…
Entré a mi habitación y me senté en el escritorio, tomándome de la cabeza.
Estaba consternado…
Desde el vamos, me sentía raro cuando era quien me compartía su intimidad. Me gustaba, obvio, pero el efecto de culpabilidad, siempre lo tenía presente.
Bueno, ahora, no había sido ella quien me invitó a participar de algo tan íntimo como lo que acababa de presenciar.
Fui yo quien me metí… Y la vi…
¿Ahora cómo iba a ser para seguir adelante con esto?
Tenía que mirarla a los ojos, ver su sonrisa, a sabiendas que la vi tocándose, en una situación completamente privada…
No me gustaba mentirle, ni ocultarle cosas…
Siempre habíamos sido auténticos entre nosotros. Y por algo ella me brindaba toda su confianza. Sobre todo ahora…
Dios, Dios…
Encima esto…
Una erección que no puedo aguantar más…
Moriría por sacar la pija afuera y masturbarme hasta que salga todo…
Aliviar todas mis tensiones con ese placer divino…
Sí…
Quería hacerlo. Lo deseaba…
Más aún, cuando venía a mi mente ese gesto dibujado en su rostro…
Su boca abriéndose, dejando salir el aire jocoso de sus pulmones…
¡Basta!
No puedo seguir así…
Inhalé y exhalé.
Tenía trabajo por hacer. Era mejor concentrarse en ello.
Un rato más tarde…
Después de una tarde bastante en la que estuve muy contrariado, pues, no era para menos, finalmente pude estar concentrado en mis labores. De hecho, hice una muy columna sobre el tema que me asignaron.
Quedé satisfecho…
Bostecé y miré por la venta. Aún había mucha luz.
Me pareció raro que Alina no viniera a decirme que hiciéramos las fotos, siendo que en cualquier momento el Sol nos iba a abandonar y mi vieja llegaría a casa.
En fin…
Creo que por ese día, era mejor continuar así.
No tenía demasiadas ganas de fotografiarla. No después de presenciar lo que presencié…
“Toc toc” se escuchó en mi puerta.
-Sí…
Ella abrió.
Sólo asomó la cabeza.
-¿Estás ocupado?
-No, ¿qué pasa?
-Me voy a juntar con las chicas en un rato…
-Ahh bueno… Dale…
Sin dudas, era la mejor noticia que podía tener.
-Sí, pintó jaja… Estamos todas…
-Joya…
Me sonrió.
No dejaba de pensar en sus gestos mientras se tocaba por debajo de la bombacha.
Dios…
No lo iba a olvidar nunca…
Se quedó ahí viéndome.
-Si es por el auto, llevalo, eh… Eso sí, no escabies jaja
-No, no… No es eso… Me pasa a buscar Tanya…
-¿Qué cosa?
No sé por qué, pero sentí una puntada en el medio del bobo.
No sea cosa que…
No, no creo… No pudo verme…
Imposible…
-Habíamos dicho de las fotos…
-Bueno, pero no importa… Lo hacemos otro día…
Miró hacia la ventana.
Por inercia, hice lo mismo.
-¿Qué tiene?.- Le pregunté.
-Todavía hay luz jeje…
-Sí…
-Si queres… Hacemos una o dos… Para subir…
Jmm…
¿Todavía pensaba en hacer más?
No le respondí, no porque no quisiera hacerlo, sino porque mis dudas eran mayores a cualquier otro sentimiento que pudiera tener.
Sólo la observé, intentando encontrar una respuesta y sin dejar de pensar en ese instante en que me encontré junto a su puerta.
-Porque yo ya estoy lista, eh… Jaja…- Exclamó abriendo la puerta y exhibiéndose ante mí, en ropa interior de lencería.
Creo que una cara tan de película, que no pudo evitar sonrojarse.
¿¿¿Qué hace???
De cuerpo entero la observé, como un imbécil.
¿Por qué se me exhibía como en un teatro de revista?
Las gomas las tenía sumamente apretadas por el corpiño y la parte de abajo, es decir, la tanga, parecía pincelada en su cuerpo.
Ufff…
Encima era esa de la foto, la más fina.
Yo no ganaba para disgustos…
-¡Ey, nene! Jaja
-Sss sí…
-¿Hacemos?
-Emm… Bueno… Dale…
-Oki… Que ya está por volver mamá, además…- Exclamó dándose vuelta para salir de mi habitación.
Creo que nunca en mi vida vi algo similar…
Ni siquiera con otras chicas con las que estuve. Jamás…
Al girar su cuerpo, indefectiblemente me mostró la cola.
Fue algo único…
Más allá de cualquier pensamiento que pudiera tener y que presentara batalla en la guerra de lo inmoral.
Le vi todo el orto completo. No como en la foto cortada que me había enviado más temprano.
Era un hilo dental que se perdía entre medio de sus nalgas.
Pero eso no fue todo sino que, además, cuando observaba moverse a esos cachetes, pude divisar una zona más oscura, en la parte inferior de su cola.
Estallé por dentro al pensar que ese podría ser su…
Dios…
Ni siquiera puedo decirlo…
Tampoco levantarme de la silla…
Se me puso la verga tan dura que iba a ser imposible deambular.
Ella salió como si nada, desfilando prácticamente.
No sé si era su emoción o su excitación. Aunque podrían ser ambas, claro. Esos dos sentimientos formaban un combo letal, que trascendía cualquier precepto honrado y puro que pudiera sentir.
“¡Dale, gordo!” me gritó desde su habitación.
Con las manos temblorosas, me levanté muy despacio, intentando no lastimarme el miembro.
Mis veinte centímetros de carne sufrían mucho cuando algo así me pasaba. No había espacio para manifestar a su gusto y se me doblaba toda…
Agarré la cámara y me acomodé el trozo lo más que pude.
Se notaba, pero ya estaba más allá de eso.
Me encontraba al borde del abismo, en un limbo lujurioso impensado. Casi que ni podía pensar sin que mi cabeza me hiciera sentir lo sucio e inmoral que era.
Rengo, caminé hasta su habitación.
Me propuse intentar tomar las fotos sin más. No mirar demasiado, ni maquinar tampoco.
Las capturas y listo…
Ya iba a tener tiempo para repasar todo esto cuando ella se fuera.
Si es que podía…
El temblor en mis manos seguía allí.
Lo de hoy, había superado todo. Y por mucho…
Entré en su habitación y ella estaba sentadita al borde la cama, esperándome.
La mirada en sus ojos me decía que aguardaba con ansias que la capture en la cámara.
El celeste marino me encandilaba…
Y sumado al rubor que portaba, todo era demencial.
Sin embargo, comprobé que Alina no era realmente consciente de todo esto…
Lo veía en su rostro, en sus gestos, en la manera en que se movía.
Ella no tenía idea de lo que estaba haciendo…
Su confianza en mí, la cegaba.
Y por eso, mi culpa era mayor aún. Sentí que me aprovechaba de una situación particular que ocurría, para estar morboseando con su cuerpo.
Cómo lo hacía ahora, que no podía quitar los ojos de sus tetas, juntas, formando un pliegue hermoso para tirarse de jeta…
-¿Estamos?.- Preguntó, algo intrigada.
-Sí…- Respondí quitando la vista de sus senos.
-Oki… ¿Qué hacemos?
-Acá, no… Vení…- Expresé.
Ella abrió sus ojos bien grandes.
Yo me di media vuelta y salí de allí.
Caminé en dirección a la escalera que llevaba a la planta baja. Descendí por ella.
Alina, desde arriba, me observaba sin poder entender demasiado lo que pretendía.
-¿A dónde tengo que ir? Je…- Expresó colorada.
Yo, desde abajo, la veía más imponente aún.
-Bajá unos escalones y… Ponete de espaldas…
Se rió.
-¿En la escalera?
-Sí…- Le respondí serio, pero con el corazón vibrando a más no poder.
-Bueno…-
Podía notar cierta intriga en su mirada.
No se esperaba algo cómo eso pero aún así, hizo lo que le dije.
Descendió un par de escalones y se volteó.
-¿Acá?.- Preguntó, ahora sí, mucho más tímida.
Yo, con una carpa terrible entre mis piernas, me debatía entre el trabajo, las ganas de mirarle todo y la tremenda culpa que ello me generaba.
-Sí… Inclinate un poco…
-Oki…- Manifestó cambiando el semblante.
Claramente se puso un poco nerviosa.
-Estás serio… Jeje… ¿Pasa algo?
-No, no… No te muevas…
-Perdón…
-Mmm… Agarrá las barandas y subí un escalón con un pie…
-¿Así?
Ufff…
Era perfecto…
Único…
-Sí, quedate así…
Tomé la fotografía en el mismo instante en que puse mi ojo en el visor.
No tenía que asegurarme de nada, sabía que iba a salir perfecto.
-¡Listo!
-¿Sí? ¿Tan rápido? Jeje
-Sí, sí…
-¿Salió bien?.- Preguntó extrañada.
Quizá, otras veces me he tomado más tiempo. Es verdad. Pero estaba bien.
-Sí, obvio que sí…
-Oki jeje…
Tragué saliva haciendo el ruido de un hipopótamo.
-A ver…- Expresó apretando sus labios.
Quería ver la obra…
Sin pestañear, subí la escalera hasta ella, pero mirando hacia abajo.
Me sentía abombado. Y excitado…
Pero no le iba a entregar la victoria a mi calentura.
Le mostré la foto. Casi que tenía sus tetas en mi cara. Enormes se veían. Imponentes.
Sí, era todo una completa locura.
-¡Ah, no! ¡Joaquín! Jaja…- Hizo tapándose la boca por la sorpresa.
La verdad que la foto era tremenda. No era impropia su reacción.
-¡Dios! ¡Fotón!
-Jeje…- Me reí sin mirarla.
-¡Qué buena!
El rubor cubría más superficie que la de su rostro aún…
-Sí…
-Ay ¿cuál sigue ahora?.- Preguntó súper motivada.
La miré…
Todavía me parecía increíble que estuviera casi desnuda a mi lado y sin poner ningún tipo de reparo.
Veía tanta carne apetecible que ya no podía pensar en cómo disimular mi calentura. Ni tampoco quería hacerlo.
Si ella lo notaba y se iba a todo a la mierda, iba a ser un gran alivio para mí. En verdad…
-Emm… No sé… Podemos…- Y me detuve, debido al sonido de las llaves en la puerta de entrada.
Alina abrió terriblemente sus ojos, apretando sus dientes.
¡Mi vieja volvió!
Pero lo que me extrañó, fue la sonrisa pícara que hizo, como si dijera “¡cagamos!”.
Cual travesura de niño se giró, y subió rápidamente las escaleras.
Fue un recital de movimientos hot, los que hizo su cola con cada paso que dio.
No me quedó otra que suspirar largo y profundo…
-¡Después la seguimos!.- Exclamó, cómplice y corrió hasta su habitación.
Ja…
No daba más de Diosa…
Yo hice lo propio, pero fui a la mía.
Creo que todo había terminado por ese día y seguía sin poder procesarlo del todo.
Me senté en el borde mi cama, con la cámara en la mano.
Ahora debía subirla al drive para que Alina pudiera disponer de ella. Pero me tomé un tiempo antes.
Repasé una y mil veces todo lo que pasó.
En un momento, por detrás de la puerta, oí el saludo de ella, que se iba con sus amigas.
“Chau, gor… Vuelvo a la noche, pero no ceno acá…”
“Dale, pasala lindo” fue mi respuesta.
Por dentro pensaba si me había visto en algún momento, aquello que tenía entre medio de las piernas.
Por obvias razones, estuve sumamente volado durante esos minutos, pero sabía que mi erección fue evidente. Más que eso, diría…
¿Estaba de acuerdo en que ya se volviese una costumbre para mí?
Ella decía que sí… Que no molestaba pero…
Una cosa es que me ocurra una vez…
Otra, que sea moneda corriente…
Me saqué la ropa y me tiré en la cama.
Sólo con el bóxer quedé.
Tenía mucho calor y necesitaba liberar la presión en mi verga, la cual era exageradamente fuerte.
Como no fue suficiente, decidí sacármelo, también, no sin antes cerrar mi puerta con llave.
Al verme, me excité aún más…
Tenía pija más gorda que nunca…
1 comentarios - Alina. Capítulo XIII