Después de la enfiestada que le dimos a la amiguita de mi novio, seguimos chateando, pero no mucho más que eso. Me confesó que quedó enloquecida, no solo por como la garchó Lucas, sino también por su primera experiencia con otra chica. Las ganas de repetir se vieron cortadas con las mesas de exámenes. Sin embargo, eso no impedía que hablemos entre nosotras de vez en cuando. Las charlas iban desde lo rico que sentía chupar una concha, hasta la exaltación de la pija de Lucas.
"Como hacés para no terminar destrozada?!" me preguntó luego de contarme que estuvo varios días dolorida. La verdad que ahora él se controla bastante, pero en las primeras veces me daba bien zarpado como si no volviéramos a coger nunca más... y me dejaba detonada. Nos veíamos poco, y cuando nos veíamos nos matábamos. Me dejaba ardiendo por dentro y muchas veces el culo destrozado. Pero como tal vez pasaban semanas o meses para volver a vernos, sanaba.
De hecho, la primera vez que me hizo el culo no aguanté y pedí que la sacara porque no daba más... recién la segunda vuelta pudo desvirgarme la colita, aunque admito que me dolió más de lo que disfruté. Pero había que animarse (era pendeja, y pensaba que si no entregaba él se iba a ir con "otra más grande que aguante"... cosas de pibita) y a partir de ahí empecé a aprender a soportar el dolor.
Ahora que estamos más tiempo juntos y garchamos más seguido, se controla mucho más. Ya no me deja toda rota, y a él tampoco le conviene (si me duele, no la pone... asi que mejor controlarse). Volviendo a esa noche, la situación lo descontroló. Volver a verme con otra chica y (obvio) las re ganas que le tenía a la pendeja, lo volvieron loco y nos dio sin asco. Yo más acostumbrada aguanté, pero ella quedó como yo a su edad: con la concha ardiendo y dolorida con solo caminar. Igualmente, a la puta le gustó y no le molestaría repetir. Zorra petera.
Hace unas semanas fue el cumple de Lucas. En una de las charlas que tuve con Caro, le comenté que tenía ganas de darle algo "especial". Una tarde coincidimos y nos juntamos a merendar. Aproché a contarle más en detalle: quería atarlo a una silla, franelearlo, calentarlo y cuando esté por explotar... que aparezca ella. Su cara era de asombro. No podía creer lo que escuchaba, aunque sus ojitos brillaban de solo imaginarse el pijón de Lucas sometiéndola de nuevo. Me respondió que la idea le encantó, pero estaba con la cabeza muy metida en los finales. Le dije que no se preocupe, que cuando terminara todo, lo volvíamos a hablar.
No la jodí más con este tema, y tampoco hablamos mucho los siguienes días. No quise ser una distracción para sus responsabilidades. Pero unos días atrás, recibí un mensaje que aceleró todo: "Juli, no me da más la cabeza de tanto estudio. Necesito despejarme. Hagamos lo que tenías pensado, lo necesito". Mi cabeza explotó y me tembló la concha de solo leerlo.
Aceleradísima empezamos a buscar día... elejimos el pasado lunes feriado, como para terminar el finde largo bien arriba. Antes de la cita, la invité al shopping y le compré un conjuntito negro de encaje divino. Me mandó unas fotos de como le quedaba y a mi me daban ganas de arrancarlo con los dientes.
El feriado, Lucas se juntó con los amigos a la tarde, y ahi aproveché a meter a Caro al departamento. El plan era simple: Lucas llegaba y lo sentaba en el living-comedor, atado a una silla. Las luces del living se regulan en intensidad, asi que las iba a poner bien bajitas y yo le bailaba mientras le hacía una especie de striptease. Nada que no haya hecho antes. Pero luego, le tapaba los ojos, aparecía ella y de pronto 4 manos lo iban a tocar. Ahi empezaba el show para él, entre las dos... para luego dejar que todo fluya.
Lucas llegó, Caro ya estaba escondida. Lo saludé y me quedé besándolo más tiempo. Él siguió el beso y bajó su mano al culo, como de costumbre. Empecé a empujarlo hacia una silla. Ya tenía todo preparado. Saqué del bolsillo las sogas y até sus manos por detrás. "Qué pasa?" me preguntó mientras apretaba fuerte sus muñecas contra la silla. "Te debía el regalo de cumple", le dije mientras ponía música y empezaba a bailar sobre sus piernas.
Me di vuelta y me bajé el pantalón. Para contrastar con Caro, me puse un conjuntito blanco. Dejé asomar la tanguita con el pantalón desabrochado. Me quedé solo en tanga y corpiño, me subí encima suyo y empecé a besarlo moviendo mis caderas refregando su pija. Mis manos se metieron por debajo de la remera. Tenía un short deportivo, lo que facilitó que también metiera mano por debajo y le amasara la verga, que ya tenía un tamaño considerable.
Lo cabalgué un rato, seguía franeleando mi concha sobre su verga. Saqué una de mis tetas y se la puse en la boca. Su pija explotaba. Listo. Empezaba la veradera acción. Me levanté y saqué el cubreojos que tenía también preparado. "Y ahora?", preguntó sonriendo. No le contesté. Cuando levanté la vista, la pendeja estaba apoyada en el marco de la puerta que va hacia el baño y el dormitorio mirando todo con una mano en la concha. Con una seña le dije que se acercara. Mis manos acariciaban su cuerpo por debajo de la remera.
De pronto, Lucas se estremeció cuando sintió otras dos manos acariciar su cuello y su cara por detrás. Caro se acercó y empezó a besarlo. "Caro..." susurró él entre sus besos. "Feliz cumple" le dijo ella al oído. Yo me quedé mirando asi como "tan rápido lo vas a adivinar..." pero después me puse a pensar y era la única posibilidad... pero bueno, no era momento de ponerse a pensar en esas cosas.
Le liberé los ojos y dejé que se saludaran. En cuanto me levanté del regazo de mi novio, la muy puta se tiró encima de él y empezaron a besarse desesperados. Ella enterraba sus dedos entre su pelo y apretaba la cabeza de Lucas contra la suya.
Me puse detrás de ella, empecé a besar su espalda y tocar sus tetas por encima de la ropa. Ella aflojó y se dejó llevar hacia atrás. Le saqué la remera y al ver el corpiño negro Lucas sonrió y entendió por qué había elegido yo el blanco (en realidad, a mi me gusta más negro). Seguí manoseando las tetas por encima de la ropa, y me puse a su espalda. Mis manos recorrían su panza, sus muslos, metía los dedos por el borde del pantalón; mientras besaba su cuello y mordía su oreja. Lucas se movía queriendo franelearse la verga contra la pierna o lo que pudiera. No daba más.
La puse de espaldas a él, y le bajé el pantalón. Cuando quedó con la tanguita, le empecé a pegar chirlos en el culo, chiquito pero firme que tenía la pendeja. Y nuevito, a estrenar... tenía unas ganas que mi novio lo destroce. Nos besamos y nos dejamos caer al piso. Enlazamos nuestros muslos para franelear la concha de cada una en la pierna de la otra. Le saqué una de las tetas y empecé a chuparla. Rodeaba el pezón con mis labios y lo mordía apenas para sentir como se ponía cada vez más duro, y ella largaba un suspiro cada vez que lo hacía.
Caro me besó de nuevo, y me pidió permiso para volver con Lucas. Se fue gateando hacia donde estaba él y liberando la verga por debajo del short empezó a chuparla. Yo quedé sentada, pajeándome viendo como la pendeja esa le chupaba la verga a mi novio. Desesperada. Lo pajeaba, la escupía, se la metía en la boca, tosía luego de ahogarse con el tronco lo más adentro que podía. La sacaba y volvía a escupir sobre la cabeza dejando que la saliva chorreara por el largo de la verga mientras las manos la desparramaban pajeandolo suavemente.
Me acerqué y me uní. Cuando me puse al lado, ella me dio la verga en la boca. Luego empezamos a chuparla entre las dos. Pasabamos los labios por el largo, y en la punta chocabamos nuestras bocas, para volver a bajar. Cuando ya no daba más, lo desaté. Él se paró y agarró a Caro abrazándola y pegando sus cuerpos la besó. Se dio vuelta y me agarró del culo apretandome contra su cuerpo para besarme. Acomodé su pija para que se franeleara entre mis muslos y rozara mi concha. Los besos con Lucas ahogaban mis gemidos.
Cuando me soltó, la pendeja totalmente sacada lo agarró de la mano y se lo llevó a la pieza. Atrevida la nena. Yo fui detrás, y cargada de celos? me juré que el orto de esa calienta verga no salía sano de ese departamento. Se tiró en la cama y desencajada empezó a gritar que la cogiera bien fuerte. Lucas primero (vicioso) se arrodilló y se la empezó a chupar. Caro seguía pidiendo verga, y entonces no se me ocurrió mejor idea que sentarme en su cara. La hice callar con mi concha. Se puso a lamerla, totalmente chorreada de flujos de la calentura que tenía. Lucas le fue metiendo uno, dos, tres dedos en la concha.
Cuando ya la había dilatado un poco, apoyó la cabeza en la entrada de la concha de la pibita. Despacio, empezó a entrar. La carita de Lucas era toda lujuria, imagino que al sentir esa concha apretada abrirse paso con su verga. Caro gemía ahogada por mi concha. Ella se acostumbró y Lucas empezó a bombear. Me tiré hacia adelante y nos besamos con Lucas, desesperados los dos. La verga de mi novio estaba totalmente enterrada en la concha de Caro, y le pegaba empujoncitos cortitos pero firmes. Me dejé caer y apoyé mis labios en el clítoris de ella, a centímetros de la poronga de Lucas que ahora salía casi la mitad y se la volvía a enterrar.
De pronto Caro empezó a temblar y acabó con mi boca y la verga de Lucas. Él la sacó toda chorreada y me la metió en la boca. La limpié toda hasta que acabó. Me dejó toda la leche chorreando en mi boca. Salí de encima de caro y largué un poco en las tetas de ella para tirarme encima a lamerlas y chuparselas mientras desparramaba la leche. Mientras hacía esto, Lucas me acomodó en 4 y con un par de lamidas me hizo explotar a mi también.
Quedamos los tres tirados en la cama. Ella estaba hipnotizada por la pija semiparada de Lucas, gruesa y enorme, caída sobre su pierna. "Es enorme" repetía mientras yo empezaba a tocarla. La invité a que sintiera como se ponía dura. Ella la agarró, le sobraba casi una mano aunque se caía porque estaba flácida. "Terrible". La empezamos a tocar entre las dos, simplemente acariciarla desde el inicio al final.
Mis manos se fueron más abajo, casi hasta el culo de Lucas. "Con esto se le para re fácil" le dije mientras mis dedos llegaban casi al culo. "A ver..." dijo ella empezando a imitarme. Ella siguió con sus dedos y yo metí la puntita en mi boca. Estuvimos atendiéndolo entre las dos, yo en la pija ella en sus bolas y culo; y al ratito estaba toda erecta para nosotras nuevamente. La verga de Lucas explotaba en mi boca mientras la pibita le masajeaba el culo.
Lo cabalgué sin piedad, mientras ella ahora se puso sobre la boca de Lucas, haciéndola acabar. Terminó tirada en la cama temblando al lado nuestro. "Ponete en 4", le ordené. Suavemente acaricié su figura, recorrí sus curvas con la punta de mis dedos aunque siempre terminaba en la colita... Me puse atrás, arranqué con mis dos manos desde sus hombros bajando por la espalda hasta las nalgas y las abrí. Las apreté fuerte y metí mi boca directamente en su ano. La lengua recorría todo su alrededor. Bajaba, lamía su concha, subía. Estaba empapada la pendeja. "Dale verga a la nena" le ordené a Lucas, que se puso en frente a cogerle la boca agarrandola de los pelos.
Yo seguía masajeandole el culo mientras mi lengua lamía todo lo encontraba a su paso. Cuando noté el ano bien lubricado lleno de saliva, me chupé uno de los dedos y empecé a rodear la colita... suavecito, primero noté que se cerró del miedo. Las caricias lo fueron aflojando y cuando lo noté relajadito se lo enterré. Ella se sobresaltó. "Ay nooo" dijo ella soltando la pija de Lucas. Cuando se quiso dar cuenta tenía dos dedos dilatandole el culo. "Te gusta?" le pregunté, mientras La verga de mi novio la seguía somentiendo en la boca. Ella solo asintió con la cabeza, con la mitad de la poronga de Lucas clavada en su garganta. Él imitaba los movimientos como si la estuviera cogiendo.
Lucas salió de su boca, se acomodó atrás de ella y la empezó a coger. Le daba con todo, estaba desencajado. Yo al costado, le abría el culo y me calentaba viendo como la gruesa verga de mi novio abría la conchita de Caro. Escupí nuevamente sobre la cerradita cola de la calienta verga, y volví a penetrarla con los dedos. "Ay Dios... no no... Ay no paren!" gritaba desencajada mientras la verga de Lucas y mis dedos la sometían.
Lo frené. Le saqué la verga, y se la apunté al orto de la pendeja. Lucas me miraba como diciendo "Estás segura?". Hijo de puta, no dudaste en romperme el culo cuando era más chica que ella y ahora te venís a hacer el comprensivo. Ni bola le di. La agarré de la base y se la apunté. Con la otra mano acariciaba la espalda de Caro, que calladita no dijo nunca que no. Sabía la qué venía y lo único que susurró fue un "Despacio" antes que la punta de la pija de Lucas le abriera el orto por primera vez.
No llegó ni a la mitad de la verga, que no pudo más. Lucas la sacó un poco y le escupí el tronco, mezlandole saliva y lubricante. Caro tenía cara de dolor aunque parecía que lo disfrutaba. Cuando la sacaba se le iluminaba la cara pero al entrar se mordía los labios. Lucas siguió penetrandola despacio, aunque ella ya no tenía más fuerzas.
Dejó caer su cara contra la cama, mordiendo la almohada y apretando las sábanas con sus manos, aguantó las últimas embestidas. Él la sacó y con dos pajeadas le acabó toda la espalda. El forro estaba un poco rojo, signo que le había desgarrado el orto.
Ella se relajó y se tiró en la cama, con la carita aún enterrada entre las sábanas. Me paré al lado de Lucas, y lo besé rozando con la punta de mis dedos las bolas y parte de la verga que aún seguía dura. Luego me tiré en la cama con Caro. Era simple: nos puteaba y se iba, o nacía una viciosa de la culeada.
Se dio vuelta, con los ojos medio llorosos y me besó. Empezamos a franelear nuestros cuerpos desnudos mientras los besos eran cada vez más calientes. Mi mano se fue a su concha y la seguí besando mientras la pajeaba. Solo cuando explotó, alejó su boca de la mia para liberar un grito de placer mientras sus piernas temblaban. "Ay como necesitaba estoo!!" exclamó cuando pudo recuperar el aliento.
Por esa noche no hubo más. Caro se quedó a dormir, y al otro día se fueron juntos al trabajo. En la semana le pregunté como estaba, y me dijo que muy relajada. El culo, partido. "Me duele sentarme" me confesó, pero le había encantado. Le dije que era normal (y más después de semejante matafuego), que con el tiempo pasaba y se iba a acostumbrar.
El pasado sábado fue la fiesta Bresh en Rosario. Después de mucho, decidimos ir y coincidimos con mis amigas y sus novios. Agus, Vale, sus respectivos novios, Lucas y yo. Todo marchaba bien y normal, hasta que en una vuelta voy al baño y la cruzo a ella. Carolina, estaba con sus amigas. Nos saludamos super normal y sin dar explicaciones a mis amigas seguimos nuestro rumbo.
"Está Carolina", le dije a Lucas cuando volví. Su rostro se iluminó. Y pensar que me discutía que no le calentaba la pendeja. En un momento ella pasó por donde estábamos nosotros y lo saludó de lejos. Lucas se acercó a ella y se quedaron hablando un rato. La pendeja, media en pedo, se acercaba demasiado para hablar con él. Yo sabía la onda, pero la gente con la que estábamos no. "¿Quién es esa?", me preguntaron Agus y Vale, que la reconocieron de cuando la había saludado antes. Les conté que trabajaba con Lucas, y no mucho más que eso. "Bastante rapidita la pendeja" me decían como para que "tenga cuidado", observando la forma en la que hablaba y se insinuaba.
Cuando volvió Lucas, por lo bajo le expliqué que no sea tan evidente delante de la gente. Un rato más tarde, Lucas se levantó para ir al baño. Esto que sucedió me lo contó él después. Yo tengo mis dudas... pero bueno. Se cruzó con Caro de nuevo, y ella se le tiró encima. Media borracha, le dijo "no se enojará tu novia si me cogés de nuevo". Cuando volvió, me lo contó (mi duda es que no creo que se hayan cruzado de "casualidad"... el pitín la fue a buscar). Un montón de pensamientos pasaron por mi cerebro claramente tocado por el alcohol: celos, porque mi primer pensamiento fue que la fue a buscar para chaparsela. Ganas de irme ya mismo a coger con ella. Ganas de quedarme a disfrutar con mis amigas.
"Manejalo", le dije dejando que su calentura decidiera la forma de terminar en la cama con Caro, sin que nadie sospeche. Ya cuando la noche se acercaba a su final, mientras bailábamos me susurra al oído: "cuando nos vamos, apenas nos subimos al taxi le mando un mensaje a ella. Asi arranca para casa. Y la esperamos". Le di un beso y seguimos bailando como si nada.
Un rato más tarde estabamos arriba del taxi. Lucas le mandó un mensaje y la pendeja respondió al toque que ya salía. Cuando llegamos al departamento, nos quedamos en la entrada esperando. "Andá arriba, yo la espero", le dije. Él insistió en quedarse, pero mi mirada lo hizo recapacitar. Borracha no tengo muchos filtros. Y lo entendió.
En unos minutos, un taxi frena en la puerta. Se bajó la pendeja, vestida realmente para matar. Una pollera corta y un top que daban ganas de meterle mano por abajo sin dudar. Imposible que no le calentara la verga al pitín de mi novio. Cuando entró la saludé normal, pero al cerrarse la puerta del ascensor la arrinconé contra la pared.
- Te enviciaste con la pija de mi novio, pendeja trola - le dije pegada a ella, agarrándole la cara entre la mandíbula y el cuello, casi ahorcándola
- Ay... coge hermoso... vos también, me encanta estar con ustedes - casi no la dejé terminar la frase y le comí la boca. Le metí mano por abajo del top, como lo había imaginado apenas la vi. Le amasé las dos tetas con las manos mientras mi lengua llegaba a su garganta. Cuando abrimos la puerta el departamento, Lucas estaba parado sin remera y el jean medio desabrochado. Se acercó a nosotras y sin decir nada nos arrodillamos las dos.
Con una sonrisa en su cara indisimulable, agarró nuestras cabezas mientras liberábamos la verga a cuatro manos. Primero me empujó a mi sobre la punta de la verga, apoyándola en mi cara. La sacó y empezó a pegarle con la pija babeada en la cara a la pendeja. Se la metió en la boca y le dio sin asco hasta que la sacó ahogada. Siguió un rato hasta que nos hizo parar y nos arrastró de los pelos a la habitación.
De un golpe me tiró a la cama, quedé boca abajo a su merced. Me levantó de las caderas y me acomodó en 4. Se agarró fuerte de mis nalgas y apuntó la verga contra mi concha. La humedad que tenía por dentro hizo que el tronco se deslizara sin resistencia hasta que su cuerpo hizo tope contra mi culo. Ahí arrancó a taladrar y no me perdonó.
Me pegó una garchada salvaje, agarrándose de mis pelos y moviendo la cama para todos lados. Me agarró los brazos y los aferró contra mi espalda, dejando que mi cara quedara contra el colchón. Caro se acomodó al lado mio y me miraba acariciandome las mejillas, acomodándome el pelo. El salvajismo desenfrenado de Lucas contrastaba con la ternura de Carolina.
Nos besamos un rato, hasta que Lucas se detuvo. Sin sacar la verga del fondo de mi concha, se quedó un rato cambiando el aire. La pendeja aprovechó para acomodarse al lado mio, también en 4. "Quiero eso", dijo con su vocecita de nena inocente. Lucas la sacó de mi, y se acomodó al lado de ella.
De entrada nomás le sujetó los brazos atrás suyo, como lo había hecho conmigo. Se acomodó y aferrándose del culo de la pibita se empezó a mover. No le importó nada. Le dio igual de fuerte que me dio a mi, la dejó tirada con medio cuerpo al aire sostenida por sus brazos. La agarró de la cadera, y como si fuese una muñequita la acomodó de nuevo en cuatro frente a él.
Yo estaba a su lado, con la colita para arriba esperando mi dosis. La sacó de ella y me la enterró a mi. Al rato volvió otra vez con ella. Se turnaba cogiéndo a las dos putas regaladas en cuatro esperando que nos llene la concha de carne. Lucas le pegó una última embestida a Caro que empezó a suplicar que frenara. Había sido demasiado para su casi virginal conchita. La pija de Lucas quedó colgando enorme golpeando las nalgas de ella.
Lo agarré y lo acosté. Me subí arriba y con dos movimientos lo hice acabar. Me rei, lo besé y me salí de encima dejando la verga chorreando leche apoyada sobre su cuerpo. "Como haces!!!" exclamó ella. Me acerqué y la besé. "Dejalo que descanse". Nos tiramos en la cama y lo echamos a Lucas a un rincón. "Me duele todo", me susurró en el oído. La acomodé boca arriba y bajé a darle besitos en la concha. Los gemidos y exclamaciones me hacían ver que le gustaba. De a poco empecé a chuparle la concha suavemente, casi besándola; hasta que acabó en mi boca.
Dormimos casi hasta el mediodía, cuando Caro se volvió a su casa. Nosotros volvimos a la cama, a dormir un rato más... antes de dormir empezamos a franelear y Lucas me dice al oído "tendríamos que comprar una cama más grande".
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Indice
"Como hacés para no terminar destrozada?!" me preguntó luego de contarme que estuvo varios días dolorida. La verdad que ahora él se controla bastante, pero en las primeras veces me daba bien zarpado como si no volviéramos a coger nunca más... y me dejaba detonada. Nos veíamos poco, y cuando nos veíamos nos matábamos. Me dejaba ardiendo por dentro y muchas veces el culo destrozado. Pero como tal vez pasaban semanas o meses para volver a vernos, sanaba.
De hecho, la primera vez que me hizo el culo no aguanté y pedí que la sacara porque no daba más... recién la segunda vuelta pudo desvirgarme la colita, aunque admito que me dolió más de lo que disfruté. Pero había que animarse (era pendeja, y pensaba que si no entregaba él se iba a ir con "otra más grande que aguante"... cosas de pibita) y a partir de ahí empecé a aprender a soportar el dolor.
Ahora que estamos más tiempo juntos y garchamos más seguido, se controla mucho más. Ya no me deja toda rota, y a él tampoco le conviene (si me duele, no la pone... asi que mejor controlarse). Volviendo a esa noche, la situación lo descontroló. Volver a verme con otra chica y (obvio) las re ganas que le tenía a la pendeja, lo volvieron loco y nos dio sin asco. Yo más acostumbrada aguanté, pero ella quedó como yo a su edad: con la concha ardiendo y dolorida con solo caminar. Igualmente, a la puta le gustó y no le molestaría repetir. Zorra petera.
Hace unas semanas fue el cumple de Lucas. En una de las charlas que tuve con Caro, le comenté que tenía ganas de darle algo "especial". Una tarde coincidimos y nos juntamos a merendar. Aproché a contarle más en detalle: quería atarlo a una silla, franelearlo, calentarlo y cuando esté por explotar... que aparezca ella. Su cara era de asombro. No podía creer lo que escuchaba, aunque sus ojitos brillaban de solo imaginarse el pijón de Lucas sometiéndola de nuevo. Me respondió que la idea le encantó, pero estaba con la cabeza muy metida en los finales. Le dije que no se preocupe, que cuando terminara todo, lo volvíamos a hablar.
No la jodí más con este tema, y tampoco hablamos mucho los siguienes días. No quise ser una distracción para sus responsabilidades. Pero unos días atrás, recibí un mensaje que aceleró todo: "Juli, no me da más la cabeza de tanto estudio. Necesito despejarme. Hagamos lo que tenías pensado, lo necesito". Mi cabeza explotó y me tembló la concha de solo leerlo.
Aceleradísima empezamos a buscar día... elejimos el pasado lunes feriado, como para terminar el finde largo bien arriba. Antes de la cita, la invité al shopping y le compré un conjuntito negro de encaje divino. Me mandó unas fotos de como le quedaba y a mi me daban ganas de arrancarlo con los dientes.
El feriado, Lucas se juntó con los amigos a la tarde, y ahi aproveché a meter a Caro al departamento. El plan era simple: Lucas llegaba y lo sentaba en el living-comedor, atado a una silla. Las luces del living se regulan en intensidad, asi que las iba a poner bien bajitas y yo le bailaba mientras le hacía una especie de striptease. Nada que no haya hecho antes. Pero luego, le tapaba los ojos, aparecía ella y de pronto 4 manos lo iban a tocar. Ahi empezaba el show para él, entre las dos... para luego dejar que todo fluya.
Lucas llegó, Caro ya estaba escondida. Lo saludé y me quedé besándolo más tiempo. Él siguió el beso y bajó su mano al culo, como de costumbre. Empecé a empujarlo hacia una silla. Ya tenía todo preparado. Saqué del bolsillo las sogas y até sus manos por detrás. "Qué pasa?" me preguntó mientras apretaba fuerte sus muñecas contra la silla. "Te debía el regalo de cumple", le dije mientras ponía música y empezaba a bailar sobre sus piernas.
Me di vuelta y me bajé el pantalón. Para contrastar con Caro, me puse un conjuntito blanco. Dejé asomar la tanguita con el pantalón desabrochado. Me quedé solo en tanga y corpiño, me subí encima suyo y empecé a besarlo moviendo mis caderas refregando su pija. Mis manos se metieron por debajo de la remera. Tenía un short deportivo, lo que facilitó que también metiera mano por debajo y le amasara la verga, que ya tenía un tamaño considerable.
Lo cabalgué un rato, seguía franeleando mi concha sobre su verga. Saqué una de mis tetas y se la puse en la boca. Su pija explotaba. Listo. Empezaba la veradera acción. Me levanté y saqué el cubreojos que tenía también preparado. "Y ahora?", preguntó sonriendo. No le contesté. Cuando levanté la vista, la pendeja estaba apoyada en el marco de la puerta que va hacia el baño y el dormitorio mirando todo con una mano en la concha. Con una seña le dije que se acercara. Mis manos acariciaban su cuerpo por debajo de la remera.
De pronto, Lucas se estremeció cuando sintió otras dos manos acariciar su cuello y su cara por detrás. Caro se acercó y empezó a besarlo. "Caro..." susurró él entre sus besos. "Feliz cumple" le dijo ella al oído. Yo me quedé mirando asi como "tan rápido lo vas a adivinar..." pero después me puse a pensar y era la única posibilidad... pero bueno, no era momento de ponerse a pensar en esas cosas.
Le liberé los ojos y dejé que se saludaran. En cuanto me levanté del regazo de mi novio, la muy puta se tiró encima de él y empezaron a besarse desesperados. Ella enterraba sus dedos entre su pelo y apretaba la cabeza de Lucas contra la suya.
Me puse detrás de ella, empecé a besar su espalda y tocar sus tetas por encima de la ropa. Ella aflojó y se dejó llevar hacia atrás. Le saqué la remera y al ver el corpiño negro Lucas sonrió y entendió por qué había elegido yo el blanco (en realidad, a mi me gusta más negro). Seguí manoseando las tetas por encima de la ropa, y me puse a su espalda. Mis manos recorrían su panza, sus muslos, metía los dedos por el borde del pantalón; mientras besaba su cuello y mordía su oreja. Lucas se movía queriendo franelearse la verga contra la pierna o lo que pudiera. No daba más.
La puse de espaldas a él, y le bajé el pantalón. Cuando quedó con la tanguita, le empecé a pegar chirlos en el culo, chiquito pero firme que tenía la pendeja. Y nuevito, a estrenar... tenía unas ganas que mi novio lo destroce. Nos besamos y nos dejamos caer al piso. Enlazamos nuestros muslos para franelear la concha de cada una en la pierna de la otra. Le saqué una de las tetas y empecé a chuparla. Rodeaba el pezón con mis labios y lo mordía apenas para sentir como se ponía cada vez más duro, y ella largaba un suspiro cada vez que lo hacía.
Caro me besó de nuevo, y me pidió permiso para volver con Lucas. Se fue gateando hacia donde estaba él y liberando la verga por debajo del short empezó a chuparla. Yo quedé sentada, pajeándome viendo como la pendeja esa le chupaba la verga a mi novio. Desesperada. Lo pajeaba, la escupía, se la metía en la boca, tosía luego de ahogarse con el tronco lo más adentro que podía. La sacaba y volvía a escupir sobre la cabeza dejando que la saliva chorreara por el largo de la verga mientras las manos la desparramaban pajeandolo suavemente.
Me acerqué y me uní. Cuando me puse al lado, ella me dio la verga en la boca. Luego empezamos a chuparla entre las dos. Pasabamos los labios por el largo, y en la punta chocabamos nuestras bocas, para volver a bajar. Cuando ya no daba más, lo desaté. Él se paró y agarró a Caro abrazándola y pegando sus cuerpos la besó. Se dio vuelta y me agarró del culo apretandome contra su cuerpo para besarme. Acomodé su pija para que se franeleara entre mis muslos y rozara mi concha. Los besos con Lucas ahogaban mis gemidos.
Cuando me soltó, la pendeja totalmente sacada lo agarró de la mano y se lo llevó a la pieza. Atrevida la nena. Yo fui detrás, y cargada de celos? me juré que el orto de esa calienta verga no salía sano de ese departamento. Se tiró en la cama y desencajada empezó a gritar que la cogiera bien fuerte. Lucas primero (vicioso) se arrodilló y se la empezó a chupar. Caro seguía pidiendo verga, y entonces no se me ocurrió mejor idea que sentarme en su cara. La hice callar con mi concha. Se puso a lamerla, totalmente chorreada de flujos de la calentura que tenía. Lucas le fue metiendo uno, dos, tres dedos en la concha.
Cuando ya la había dilatado un poco, apoyó la cabeza en la entrada de la concha de la pibita. Despacio, empezó a entrar. La carita de Lucas era toda lujuria, imagino que al sentir esa concha apretada abrirse paso con su verga. Caro gemía ahogada por mi concha. Ella se acostumbró y Lucas empezó a bombear. Me tiré hacia adelante y nos besamos con Lucas, desesperados los dos. La verga de mi novio estaba totalmente enterrada en la concha de Caro, y le pegaba empujoncitos cortitos pero firmes. Me dejé caer y apoyé mis labios en el clítoris de ella, a centímetros de la poronga de Lucas que ahora salía casi la mitad y se la volvía a enterrar.
De pronto Caro empezó a temblar y acabó con mi boca y la verga de Lucas. Él la sacó toda chorreada y me la metió en la boca. La limpié toda hasta que acabó. Me dejó toda la leche chorreando en mi boca. Salí de encima de caro y largué un poco en las tetas de ella para tirarme encima a lamerlas y chuparselas mientras desparramaba la leche. Mientras hacía esto, Lucas me acomodó en 4 y con un par de lamidas me hizo explotar a mi también.
Quedamos los tres tirados en la cama. Ella estaba hipnotizada por la pija semiparada de Lucas, gruesa y enorme, caída sobre su pierna. "Es enorme" repetía mientras yo empezaba a tocarla. La invité a que sintiera como se ponía dura. Ella la agarró, le sobraba casi una mano aunque se caía porque estaba flácida. "Terrible". La empezamos a tocar entre las dos, simplemente acariciarla desde el inicio al final.
Mis manos se fueron más abajo, casi hasta el culo de Lucas. "Con esto se le para re fácil" le dije mientras mis dedos llegaban casi al culo. "A ver..." dijo ella empezando a imitarme. Ella siguió con sus dedos y yo metí la puntita en mi boca. Estuvimos atendiéndolo entre las dos, yo en la pija ella en sus bolas y culo; y al ratito estaba toda erecta para nosotras nuevamente. La verga de Lucas explotaba en mi boca mientras la pibita le masajeaba el culo.
Lo cabalgué sin piedad, mientras ella ahora se puso sobre la boca de Lucas, haciéndola acabar. Terminó tirada en la cama temblando al lado nuestro. "Ponete en 4", le ordené. Suavemente acaricié su figura, recorrí sus curvas con la punta de mis dedos aunque siempre terminaba en la colita... Me puse atrás, arranqué con mis dos manos desde sus hombros bajando por la espalda hasta las nalgas y las abrí. Las apreté fuerte y metí mi boca directamente en su ano. La lengua recorría todo su alrededor. Bajaba, lamía su concha, subía. Estaba empapada la pendeja. "Dale verga a la nena" le ordené a Lucas, que se puso en frente a cogerle la boca agarrandola de los pelos.
Yo seguía masajeandole el culo mientras mi lengua lamía todo lo encontraba a su paso. Cuando noté el ano bien lubricado lleno de saliva, me chupé uno de los dedos y empecé a rodear la colita... suavecito, primero noté que se cerró del miedo. Las caricias lo fueron aflojando y cuando lo noté relajadito se lo enterré. Ella se sobresaltó. "Ay nooo" dijo ella soltando la pija de Lucas. Cuando se quiso dar cuenta tenía dos dedos dilatandole el culo. "Te gusta?" le pregunté, mientras La verga de mi novio la seguía somentiendo en la boca. Ella solo asintió con la cabeza, con la mitad de la poronga de Lucas clavada en su garganta. Él imitaba los movimientos como si la estuviera cogiendo.
Lucas salió de su boca, se acomodó atrás de ella y la empezó a coger. Le daba con todo, estaba desencajado. Yo al costado, le abría el culo y me calentaba viendo como la gruesa verga de mi novio abría la conchita de Caro. Escupí nuevamente sobre la cerradita cola de la calienta verga, y volví a penetrarla con los dedos. "Ay Dios... no no... Ay no paren!" gritaba desencajada mientras la verga de Lucas y mis dedos la sometían.
Lo frené. Le saqué la verga, y se la apunté al orto de la pendeja. Lucas me miraba como diciendo "Estás segura?". Hijo de puta, no dudaste en romperme el culo cuando era más chica que ella y ahora te venís a hacer el comprensivo. Ni bola le di. La agarré de la base y se la apunté. Con la otra mano acariciaba la espalda de Caro, que calladita no dijo nunca que no. Sabía la qué venía y lo único que susurró fue un "Despacio" antes que la punta de la pija de Lucas le abriera el orto por primera vez.
No llegó ni a la mitad de la verga, que no pudo más. Lucas la sacó un poco y le escupí el tronco, mezlandole saliva y lubricante. Caro tenía cara de dolor aunque parecía que lo disfrutaba. Cuando la sacaba se le iluminaba la cara pero al entrar se mordía los labios. Lucas siguió penetrandola despacio, aunque ella ya no tenía más fuerzas.
Dejó caer su cara contra la cama, mordiendo la almohada y apretando las sábanas con sus manos, aguantó las últimas embestidas. Él la sacó y con dos pajeadas le acabó toda la espalda. El forro estaba un poco rojo, signo que le había desgarrado el orto.
Ella se relajó y se tiró en la cama, con la carita aún enterrada entre las sábanas. Me paré al lado de Lucas, y lo besé rozando con la punta de mis dedos las bolas y parte de la verga que aún seguía dura. Luego me tiré en la cama con Caro. Era simple: nos puteaba y se iba, o nacía una viciosa de la culeada.
Se dio vuelta, con los ojos medio llorosos y me besó. Empezamos a franelear nuestros cuerpos desnudos mientras los besos eran cada vez más calientes. Mi mano se fue a su concha y la seguí besando mientras la pajeaba. Solo cuando explotó, alejó su boca de la mia para liberar un grito de placer mientras sus piernas temblaban. "Ay como necesitaba estoo!!" exclamó cuando pudo recuperar el aliento.
Por esa noche no hubo más. Caro se quedó a dormir, y al otro día se fueron juntos al trabajo. En la semana le pregunté como estaba, y me dijo que muy relajada. El culo, partido. "Me duele sentarme" me confesó, pero le había encantado. Le dije que era normal (y más después de semejante matafuego), que con el tiempo pasaba y se iba a acostumbrar.
El pasado sábado fue la fiesta Bresh en Rosario. Después de mucho, decidimos ir y coincidimos con mis amigas y sus novios. Agus, Vale, sus respectivos novios, Lucas y yo. Todo marchaba bien y normal, hasta que en una vuelta voy al baño y la cruzo a ella. Carolina, estaba con sus amigas. Nos saludamos super normal y sin dar explicaciones a mis amigas seguimos nuestro rumbo.
"Está Carolina", le dije a Lucas cuando volví. Su rostro se iluminó. Y pensar que me discutía que no le calentaba la pendeja. En un momento ella pasó por donde estábamos nosotros y lo saludó de lejos. Lucas se acercó a ella y se quedaron hablando un rato. La pendeja, media en pedo, se acercaba demasiado para hablar con él. Yo sabía la onda, pero la gente con la que estábamos no. "¿Quién es esa?", me preguntaron Agus y Vale, que la reconocieron de cuando la había saludado antes. Les conté que trabajaba con Lucas, y no mucho más que eso. "Bastante rapidita la pendeja" me decían como para que "tenga cuidado", observando la forma en la que hablaba y se insinuaba.
Cuando volvió Lucas, por lo bajo le expliqué que no sea tan evidente delante de la gente. Un rato más tarde, Lucas se levantó para ir al baño. Esto que sucedió me lo contó él después. Yo tengo mis dudas... pero bueno. Se cruzó con Caro de nuevo, y ella se le tiró encima. Media borracha, le dijo "no se enojará tu novia si me cogés de nuevo". Cuando volvió, me lo contó (mi duda es que no creo que se hayan cruzado de "casualidad"... el pitín la fue a buscar). Un montón de pensamientos pasaron por mi cerebro claramente tocado por el alcohol: celos, porque mi primer pensamiento fue que la fue a buscar para chaparsela. Ganas de irme ya mismo a coger con ella. Ganas de quedarme a disfrutar con mis amigas.
"Manejalo", le dije dejando que su calentura decidiera la forma de terminar en la cama con Caro, sin que nadie sospeche. Ya cuando la noche se acercaba a su final, mientras bailábamos me susurra al oído: "cuando nos vamos, apenas nos subimos al taxi le mando un mensaje a ella. Asi arranca para casa. Y la esperamos". Le di un beso y seguimos bailando como si nada.
Un rato más tarde estabamos arriba del taxi. Lucas le mandó un mensaje y la pendeja respondió al toque que ya salía. Cuando llegamos al departamento, nos quedamos en la entrada esperando. "Andá arriba, yo la espero", le dije. Él insistió en quedarse, pero mi mirada lo hizo recapacitar. Borracha no tengo muchos filtros. Y lo entendió.
En unos minutos, un taxi frena en la puerta. Se bajó la pendeja, vestida realmente para matar. Una pollera corta y un top que daban ganas de meterle mano por abajo sin dudar. Imposible que no le calentara la verga al pitín de mi novio. Cuando entró la saludé normal, pero al cerrarse la puerta del ascensor la arrinconé contra la pared.
- Te enviciaste con la pija de mi novio, pendeja trola - le dije pegada a ella, agarrándole la cara entre la mandíbula y el cuello, casi ahorcándola
- Ay... coge hermoso... vos también, me encanta estar con ustedes - casi no la dejé terminar la frase y le comí la boca. Le metí mano por abajo del top, como lo había imaginado apenas la vi. Le amasé las dos tetas con las manos mientras mi lengua llegaba a su garganta. Cuando abrimos la puerta el departamento, Lucas estaba parado sin remera y el jean medio desabrochado. Se acercó a nosotras y sin decir nada nos arrodillamos las dos.
Con una sonrisa en su cara indisimulable, agarró nuestras cabezas mientras liberábamos la verga a cuatro manos. Primero me empujó a mi sobre la punta de la verga, apoyándola en mi cara. La sacó y empezó a pegarle con la pija babeada en la cara a la pendeja. Se la metió en la boca y le dio sin asco hasta que la sacó ahogada. Siguió un rato hasta que nos hizo parar y nos arrastró de los pelos a la habitación.
De un golpe me tiró a la cama, quedé boca abajo a su merced. Me levantó de las caderas y me acomodó en 4. Se agarró fuerte de mis nalgas y apuntó la verga contra mi concha. La humedad que tenía por dentro hizo que el tronco se deslizara sin resistencia hasta que su cuerpo hizo tope contra mi culo. Ahí arrancó a taladrar y no me perdonó.
Me pegó una garchada salvaje, agarrándose de mis pelos y moviendo la cama para todos lados. Me agarró los brazos y los aferró contra mi espalda, dejando que mi cara quedara contra el colchón. Caro se acomodó al lado mio y me miraba acariciandome las mejillas, acomodándome el pelo. El salvajismo desenfrenado de Lucas contrastaba con la ternura de Carolina.
Nos besamos un rato, hasta que Lucas se detuvo. Sin sacar la verga del fondo de mi concha, se quedó un rato cambiando el aire. La pendeja aprovechó para acomodarse al lado mio, también en 4. "Quiero eso", dijo con su vocecita de nena inocente. Lucas la sacó de mi, y se acomodó al lado de ella.
De entrada nomás le sujetó los brazos atrás suyo, como lo había hecho conmigo. Se acomodó y aferrándose del culo de la pibita se empezó a mover. No le importó nada. Le dio igual de fuerte que me dio a mi, la dejó tirada con medio cuerpo al aire sostenida por sus brazos. La agarró de la cadera, y como si fuese una muñequita la acomodó de nuevo en cuatro frente a él.
Yo estaba a su lado, con la colita para arriba esperando mi dosis. La sacó de ella y me la enterró a mi. Al rato volvió otra vez con ella. Se turnaba cogiéndo a las dos putas regaladas en cuatro esperando que nos llene la concha de carne. Lucas le pegó una última embestida a Caro que empezó a suplicar que frenara. Había sido demasiado para su casi virginal conchita. La pija de Lucas quedó colgando enorme golpeando las nalgas de ella.
Lo agarré y lo acosté. Me subí arriba y con dos movimientos lo hice acabar. Me rei, lo besé y me salí de encima dejando la verga chorreando leche apoyada sobre su cuerpo. "Como haces!!!" exclamó ella. Me acerqué y la besé. "Dejalo que descanse". Nos tiramos en la cama y lo echamos a Lucas a un rincón. "Me duele todo", me susurró en el oído. La acomodé boca arriba y bajé a darle besitos en la concha. Los gemidos y exclamaciones me hacían ver que le gustaba. De a poco empecé a chuparle la concha suavemente, casi besándola; hasta que acabó en mi boca.
Dormimos casi hasta el mediodía, cuando Caro se volvió a su casa. Nosotros volvimos a la cama, a dormir un rato más... antes de dormir empezamos a franelear y Lucas me dice al oído "tendríamos que comprar una cama más grande".
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4 comentarios - Se envició la amiguita de mi novio