Yo estaba hecho un verdadero zombie ya. La gente me hablaba y no respondía o respondía tarde. Obvio que esa noche no dormí y mi pija pulsaba sola todo el tiempo de todas las pajas que me había hecho con ese video. De costumbre le mande mensajes a Belén temprano. Ya estaba despierta y me dijo que los estaba esperando a los albañiles. Por supuesto no me dijo nada del video, pese a que yo le daba pie y le preguntaba qué había hecho anoche. Me dijo que no había hecho nada, se fueron los albañiles, vio unas cosas de la facu y se fue a dormir la muy hija de puta. Encima me mandó fotos de como estaba quedando la obra, diciendome que estaba quedando linda y mandándome caritas con besitos. La concha de su madre a ella y estos dos negros de mierda. Maldito sea el día que me los encontré. A los tres.
Inevitablemente después de las 10 ya empezó la serenata de forreadas del hijo de mil putas de Roberto.
Esos últimos mensajes me terminaron de desarmar. Me fui del centro de exposiciones y les dije a todos que me sentía mal, que era verdad. Fui a mi habitación y quise dormir, pero pude hacerlo poco y mal realmente. La pija me dolía y la cabeza no me paraba, el corazón me palpitaba a veces. Solo pensar en todo lo que me dijo el hijo de puta de Roberto. Si le iba a pagar era ahora o nunca, pensé. Pero no podía confiar en nadie. Para colmo cada vez que me despertaba le mandaba mensajes a Belén que no contestaba, o contestaba tardísimo y la cabeza se me ponía peor pensando por qué tardaba tanto y que podía estar haciendo con esos dos… o que le podían estar haciendo ellos.
Finalmente, de nuevo al igual que ayer, mi cornudez fue más fuerte y no pagué nada. Se hicieron las 6 de la tarde. Y las siete… y las ocho… Belén no me contestaba ningún mensaje y yo ya me alucinaba con lo peor. A las 9 por fin me empezaron a caer mensajes de Belén, diciendome que había estado a mil todo el día y que recién veía mis últimos chats. Que estaba todo bien, que no había pasado nada, que iba a cenar, ducharse e irse a dormir temprano. Mandándome emojis con besitos. Preguntandome como me estaba yendo aca, como la estaba pasando.
Y a las 9 y media me empezaron a caer los mensajes de Roberto, que me destruyeron completamente.
Ese video me destruyó completamente. Me faltaban las palabras. Me lo había visto venir, en mi cabeza, pero cuando lo vieron mis ojos fue fatal. No solo ver el pijón renegrido de Roberto ocupándole una y otra vez la vaginita pálida a Belén, no solo el hecho que se la había llenado de semen, y como le goteaba después, pero el hecho del orgasmo impresionante que le escuche a mi novia al sentirlo, en ese momento, fue demasiado. Escucharla a Belén entre sus dulces gemidos decirle una y otra vez a Roberto, “...cogeme… cogeme… cogeme…” fue lo que me terminó de matar por dentro.
No me pregunten cuantas pajas me hice esa noche. Ni me acuerdo. La pija me dolía y yo seguía. Al final salia aire nada más, pero yo acababa igual. Una y otra vez. Ni se a que hora me dormí por fin, absolutamente exhausto.
Inevitablemente después de las 10 ya empezó la serenata de forreadas del hijo de mil putas de Roberto.
Esos últimos mensajes me terminaron de desarmar. Me fui del centro de exposiciones y les dije a todos que me sentía mal, que era verdad. Fui a mi habitación y quise dormir, pero pude hacerlo poco y mal realmente. La pija me dolía y la cabeza no me paraba, el corazón me palpitaba a veces. Solo pensar en todo lo que me dijo el hijo de puta de Roberto. Si le iba a pagar era ahora o nunca, pensé. Pero no podía confiar en nadie. Para colmo cada vez que me despertaba le mandaba mensajes a Belén que no contestaba, o contestaba tardísimo y la cabeza se me ponía peor pensando por qué tardaba tanto y que podía estar haciendo con esos dos… o que le podían estar haciendo ellos.
Finalmente, de nuevo al igual que ayer, mi cornudez fue más fuerte y no pagué nada. Se hicieron las 6 de la tarde. Y las siete… y las ocho… Belén no me contestaba ningún mensaje y yo ya me alucinaba con lo peor. A las 9 por fin me empezaron a caer mensajes de Belén, diciendome que había estado a mil todo el día y que recién veía mis últimos chats. Que estaba todo bien, que no había pasado nada, que iba a cenar, ducharse e irse a dormir temprano. Mandándome emojis con besitos. Preguntandome como me estaba yendo aca, como la estaba pasando.
Y a las 9 y media me empezaron a caer los mensajes de Roberto, que me destruyeron completamente.
Ese video me destruyó completamente. Me faltaban las palabras. Me lo había visto venir, en mi cabeza, pero cuando lo vieron mis ojos fue fatal. No solo ver el pijón renegrido de Roberto ocupándole una y otra vez la vaginita pálida a Belén, no solo el hecho que se la había llenado de semen, y como le goteaba después, pero el hecho del orgasmo impresionante que le escuche a mi novia al sentirlo, en ese momento, fue demasiado. Escucharla a Belén entre sus dulces gemidos decirle una y otra vez a Roberto, “...cogeme… cogeme… cogeme…” fue lo que me terminó de matar por dentro.
No me pregunten cuantas pajas me hice esa noche. Ni me acuerdo. La pija me dolía y yo seguía. Al final salia aire nada más, pero yo acababa igual. Una y otra vez. Ni se a que hora me dormí por fin, absolutamente exhausto.
1 comentarios - Corneado y Boludeado - Parte 7