Fin de semana largo, el sábado estuvo copado, pero el domingo se pudrió todo con la lluvia.
A eso de las 14 del domingo me llega una notificación de Telegram.
“Sofi se ha unido a Telegram”
Hacía apenas dos días que había estado con Belu y habíamos decidido proponerle a Sofi hacer un trío. Todavía no había pensado como se lo iba a decir.
Apenas dos minutos después me llega otra notificación de Telegram.
“Que día de mierda. Estoy aburrida en casa”
Mi mujer estaba por salir a juntarse con amigas y yo tenía unas horas libres. Me tomé un par de minutos y le respondí.
“¿Querés que te pase a buscar?”
La respuesta llegó de inmediato.
“Si”
“OK, paso por el café que está a tres cuadras de tu casa, al lado de la estación del tren. Paso a las 15.”
“Te espero ahí, ¿querés que lleve algo especial?”
“Sorprendéme”
Me cambié y me fui al auto. La casa de mi amigo es bastante cerca de mi casa, así que llegué unos minutos antes de lo previsto. Estacioné a unos 20 metros del café y esperé. Sofi llegó a horario, le mandé un mensaje y se subió al auto. La pendeja es reviva, en ese lugar no dijo nada, se subió al asiento de adelante y me saludó como si esto fuera lo más inocente del mundo.
Arranqué el auto y salí. El destino era el Hotel General Paz. Ya tenía reservada la habitación principal, la de la esquina, que tiene dos niveles, lo mejor de lo mejor para mi pendeja.
En el primer semáforo se acercó y me dio un beso de lengua que me dejó sin aire. Me sobó la pija por arriba del pantalón y me dijo que estaba contenta de que quisiera verla de vuelta.
Estuvimos charlando de lo nuestro hasta que llegamos, nada serio, nada para contar acá, uáñes eran los límites y no mucho mas. Al entrar al hotel, pedí la llave y me mandaron hacia el garage correspondiente. La cortina bajó detrás de nosotros y Nos bajamos. Tomamos la escalera hacia la habitación. Por la mirada de Sofi me di cuenta que nunca había estado en un telo como este. La verdad es que había cumplido los 18 hacia menos de 10 días. Lo mas probable es que nunca haya estado en un telo.
Sofi recorrió la habitación con asombro. Le avisé que teníamos la habitación por 4 horas.
- OK, vos subí a la cama y dejáme que me voy a preparar.
Me fui para el nivel superior, me saqué la ropa y me di una ducha rápida. En la mesa de luz puse el lubricante, el mismo dilatador anal que habíamos usado en nuestro encuentro anterior y varios forros.
Salí de la ducha con la toalla alrededor de la cintura, esperando que Sofi subiera. La pendeja se asomó del baño de abajo y no lo podía creer. Tenía un conjunto de lencería rojo con el encaje todo traslucido, sin bordados. Se le vía la rajita y los pezones. La tanguita era diminuta, apenas le llegaba al borde de la rajita. Remató el conjunto con unos tacos aguja de color rojo y un maquillaje que la hacía ver varios años mas grande. Pero lo mejor de todo fue la actitud con la que la pendeja subió la escalera hasta el nivel superior. Esa mina estaba lista para despachar a 20 vergas, por lo menos, lo parecía.
Sofi se acercó y se me puso cerca pero no me besó. Me sacó la toalla y se arrodilló sin dudarlo. Me agarró la pija con la mano y empezó a pasársela por la cara. En el manoseo se me iba poniendo dura y cuando estuvo casi lista, se la metió en la boca y empezó a chuparla. Al principio era mucha lengüita y pasada por los cachetes, pero en seguida empezó a chupar con ganas. Entre chupadas se sacó las tetas afuera del sostén y siguió chupando. La dejé así por un momento y después la levanté y la traje hacia mi. Nos besamos con intensidad y nos tiramos en la cama. Yo abajo y ella arriba. Ella pasó las piernas hacia los costados y nos besamos un ratito. Mis manos buscaron la cola de Sofi y me quedé un momento acariciándosela.
Cuando nos separamos, la acosté a ella boca arriba y me dirigí a darle una buena chupada de concha. Ella se sacó la tanga en dos movimientos y abrió bien las piernas. Viendo la predisposición, decidí meterme de una a lengüetearla. Estaba mojadísima. No se si se excitó chupándome la pija o si se había pajeado en el baño, antes de subir. Pero esta pendeja estaba lista. Me quedé saboreandole la conchita un rato. Sofi se apretaba las lolas con las dos manos y no paraba de gemir.
De repente me dieron ganas de empezar a cogerla, así que la levanté de la cama. Le dije que me alcanzara los forros, ella lo abrió y me lo puso con cuidado. le saqué el sostén y la di vuelta. Ella se puso en cuatro, con las rodillas en el borde de la cama. Estaba completamente desnuda, excepto por los zapatos. Me puse detrás de ella y le empecé a sobar la pija contra la concha. Arriba y abajo, desparramándole sus propios jugos por toda la concha. En esa posición podía verle toda la rajita expuesta, coronado todo por el ano, bien cerradito, aunque un poquito menos que la última vez que estuvimos juntos.
La verga entró en la conchita de Sofi. Les juro que la diferencia de temperatura era super notoria. La cabeza, metida adentro estaba bien calentita y eso me excitó mucho. Empecé a empujar despacio y la pija entró como si esa concha y mi pija estuvieran hechas a medida. Llegué hasta el fondo y empecé a bombaerla despacio, para repartir sus juguitos por todo el interior de la concha. En menos de un treinta segundos, la pija se deslizaba con facilidad, aun cuando esa concha apretada la sujetaba con la fuerza de la juventud.
Empecé a darle profundamente, empezando con apenas la cabeza adentro, hasta llegar a chocar con su culo. Cada carrera era un éxtasis, tanto de entrada como de salida. Para los dos.
Sofi gemía con fuerza y yo sentía el roce de cada rugosidad de su cavidad contra mi pija, Si no cambiaba el ritmo, me iba a venir rápido.
La atraje hacia mi, con fuerza y cambié a un bombeo mas rápido y corto. Sofi me miraba con deseo. La pendeja estaba disfrutando la culeada que le estaba pegando.
Me prendí de sus tetas y empecé a ver si le gustaba hablar durante el garche.
- Nunca me hubiera imaginado lo puta que sos pendeja.
Sofi me miró y entre los gemidos se le escapó una sonrisa.
- Soy la pendeja mas puta que te vas a coger.
Empecé a darle mas fuerte, el PAP PAP PAP se escuchaba fuerte.
- ¿Te gusta coger así, pendeja?
- Dame mas fuerte, dame mas fuerte.
La dejé caer sobre la cama y la agarré de las caderas. Empecé a castigarla a pijazos en la concha. No podía darle mas fuerte de lo que le estaba dando.
Sofi gemía con fuerza. Yo sentí que no iba a aguantar mucho mas, así que bajé la mano a su conchita y empecé a pajearla, buscando lubricar bien mis dedos. Cuando los dedos estuvieron bien empapados, le busqué el culito y empecé a hacerle círculos con los dedos, para aflojarla un poco. Ella se acomodó y seguí buscando. En seguida que pude meterle un dedo, empecé a revolverle el agujero del culito, para arrancarle un orgasmo. Sofi empezó a acabar casi de inmediato y lo hizo con fuerza. Gimió con mucha fuerza por unos segundos y se desplomó sobre el colchón. Yo acabé unos segundos después y me tiré al lado de ella. Nos quedamos en cucharita, yo todavía adentro de su conchita. Los dos estábamos sin aire. Yo la abracé fuerte, agarrándome de sus tetas hermosas.
Eventualmente nos separamos, yo me saqué el forro y lo puse en un tacho de basura, Sofi se dio vuelta y me besó.
- Me encantó eso.
- ¿Que es lo que te gustó?
- Todo, coger, que me dijeras que soy re puta, que me metieras un dedo en la cola mientras me estabas cogiendo, que me des tan fuerte.
- ¿y sos putita o te hacés?
Sofi se rió y me dio otro beso largo.
- Creo que soy bastante putita, pero principalmente, me encanta coger.
- A ver, contáme lo puta que sos.
Sofi me miró a los ojos y algo de la nena que había sido hasta hace poco le salió a relucir. Se sonrojó un poco y miró para otro lado. Le di un beso largo, acariciándole la espalda y llegando hasta la cola.
Cuando dejamos de besarnos, la miré de nuevo a los ojos y le pregunté:
- ¿Cuanto hace que cogés?
- Que me cogieron, hace poco mas de un año. Pero antes de eso estuve boludeando un poco. Igual, nadie me coge como me cogés vos.
- Yo llevo mas de 25 años cogiendo, Sofi, pero también empecé igual que vos. Al principio nadie sabe.
Sofi se recostó sobre la cama y quiso sacarse los zapatos, pero la detuve.
- ¿Te gusta que me los deje?
- Si, te hacen más puta.
Sofi me dio otro beso.
- Entonces me los dejo.
Yo me estiré, hasta alcanzar el control del sistema de video. Una pantalla gigante se desplegó desde el techo y se prendió un proyector. Sofi se acomodó al lado mío, para ver.
El video inició con una pantalla de selección. Había varias películas porno para elegir y puse una de un trío. Una de dos mujeres y un hombre.
Nos acurrucamos juntos y miramos. La película, obviamente, no tenía trama. Había una parejita en la casa, una rubia y un pibe y empiezan a coger, de repente cae otra chica, una morocha. Sofi miraba con atención, fui buscando su entrepierna y ella no opuso ninguna resistencia. Cuando, en la pantalla, la morocha empezó a chuparle la pija al pibe, Sofi ya estaba ronroneando, mientras yo la pajeaba muy despacito.
- ¿Te gusta eso, Sofi?
Ella me miró con curiosidad.
- Obvio que me gusta. El pibe está re bueno.
- Si, puede ser, pero las chicas están mas lindas.
En ese momento, en la pantalla, la rubia se puso en cuatro y el pibe empezó a darle con ganas. Mientras tanto, la morocha se puso adelante de la rubia con las piernas bien abiertas. La rubia empezó a chuparle la concha con muchas ganas.
Sofi seguía mirando con atención. Y me pareció que encontré una línea de dialogo que me podía llevar a donde quería llegar.
- ¿Te gusta eso?. Digo, lo de ver a dos chicas chupándose la concha.
Sofi me miró y me dijo.
- Obvio que me gusta. Las dos están buenísimas.
- No sé, a mi no me va ver a dos pibes chupándose la pija entre ellos.
Justo, en la pantalla, la rubia y la morocha se ponían de rodillas frente al pibe para recibir la leche.
- Mirá – dijo Sofi – a nosotras no nos jode eso, es mas, nos atrae bastante.
- ¿Lo harías vos? ¿Te comerías a otra mujer?
- Si me gusta, si.
- Ok.
Empecé a pajearla con mas ganas, sintiendo lo bien que ella se lubricaba. Sofi empezó a buscar mi pija y me empezó a pajear también. La dejé hacer y a los pocos minutos la acomodé para hacer un 69. Ella se zampó mi pija de una. Su conchita seguía siendo tan rica como la de Belu. Que ganas tenía de comerme a estas dos hembras juntas.
De reojo miré la pantalla, la rubia y la morocha se limpiaron la acabada del pibe y lo despidieron para que se fuera de la casa, cuando se quedaron solas, se fueron para la habitación y empezaron a matarse entre ellas.
El clítoris de Sofi estaba entre mis labios y podía ver claramente la unión de sus dos cachetes, justamente entre esos cachetes estaba mi próximo objetivo. Sofi alternaba entre chuparme la pija y chuparme los huevos. Insisto que esta pendeja sabe lo que hace en la cama.
En la pantalla, de algún lado apareció otro pibe y se metió entre la rubia y la morocha. De alguna forma, que no llegué a ver, había empezado a chuparle el culo a la rubia. Moví a Sofi hacia el costado y la puse para que pudiera ver la pantalla, mientras yo me acomodaba detrás de ella y empezaba a chuparle el culito.
Sofi miraba con atención a la pantalla. Allí la rubia se abría las nalgas para dejar mas libre su ano, en la cama, Sofi hizo lo mismo. Mi lengua recorría su anito de arriba hacia abajo, en un momento, logré meterle un poco la lengua adentro y Sofi gemía mas fuerte.
Aprovechando la posición de Sofi, me puse un forro y se la metí en la concha. Mientras tanto, empecé a ponerle lubricante en el culito. Sofi se movía de adelante a atrás, despacio, mientras mis dedos lubricados entraban en su ano. Sofi no dejaba de mirar la película, donde ya habían empezado a darle a la rubia por el culo. La morocha, que estaba en 69 debajo de la rubia, se puso en cuatro delante de la rubia, que empezó a chuparle el culo mientras le daban a ella por el ano.
Sofi ya estaba lista. La saqué de la concha, me saqué el forro y me puse lubricante en la pija. Apoyé la cabeza sobre el agujerito y empecé a apretar con la cabeza, en pocos segundos, Sofi tenía media pija metida en el culo. Empecé a moverme dentro de ella, despacio y poniendo mas lubricante. En la pantalla, la rubia y la morocha cambiaron de lugar. Ahora era la morocha la que tenía una pija en su culito.
Sofi se tocaba la conchita mientras yo la bombeaba despacio, mas o menos al mismo ritmo que el pibe en la pantalla le daba a la morocha. La rubia se había dado vuelta, se acostó delante de la morocha y le abrió las piernas. La morocha se zambulló a chuparle la concha.
- ¿te gusta eso Sofi?
- Me re calienta.
- ¿Te gustaría tener una concha para comer acá adelante tuyo?
- Si. Mientras vos me rompés mi culito, me como una conchita jugosa.
Seguí dándole. En la pantalla el pibe acabó sobre la espalda de la morocha y la rubia salió desesperada a lamer todo lo que pudo. Con Sofi seguíamos garchando. Sofi tuvo un orgasmo, pero a mi me faltaba un poco mas. Cuando terminó de acabar, la levanté de la cama y me la llevé a la baranda que daba al nivel inferior, justo delante de la pantalla.
Me puse detrás de ella y se la volví a meter en la cola, ahora de parados. Esta vez, los tacos altos dieron sus frutos, ya que la ayudaron a Sofi a estar en una mejor posición, sin tener que ponerse en puntas de pie.
Ahora empecé a darle sin freno. Bien fuerte. Sofi gemía fuerte. No debemos haber llegado a tres o cuatro minutos más, que me vine dentro de ella. Me descargué totalmente adentro de su culo. Y ahí me quedé, sin sacársela.
Retrocedimos hasta la cama y nos acostamos. Descansamos un rato y vimos la hora. Habían pasado dos horas, todavía teníamos dos horas más.
- ¿Vamos a bañarnos? -Le dije a Sofi.
- ¿Me puedo sacar los zapatos para bañarnos?.
- Obvio Sofi.
Nos fuimos a las duchas dobles, nos enjabonamos, nos besamos un poco, pero yo necesitaba un respiro. Ella se dio cuenta.
Nos tomamos nuestro tiempo en las duchas. La verdad que estaba muy bueno.
- Escucháme Sofi. ¿Qué decís si el fin de semana que viene volvemos acá?.
- El fin de semana que viene no puedo, pero a lo mejor puedo en la semana.
- OK, y otra cosa. Si yo consigo otra chica ¿venís?.
Sofi me miró extrañada. En su cabeza, las neuronas estaban conectando.
- ¿A quien vas a traer? ¿A la tía?.
Estaba por largar a reírme, cuando me di cuenta que su primera respuesta no había sido “no”.
- No Sofi, la tía no. Tengo una mujer con la que me veo regularmente. Con ella hicimos un trío con otro hombre hace un tiempo y queríamos probar con otra mujer.
Sofi seguía sin responder inmediatamente, su inexperiencia le jugaba en contra.
- Escucháme Sofi, si no querés no hacemos nada y listo. Esta chica tiene experiencia, es muy linda y quiere hacer un trío con otra chica, pero si vos no querés no hay ningún tipo de obligación, obviamente.
- Pará, no dije que no. Estoy pensando. ¿Quién es esta mujer?.
- Es una amiga que conozco desde que somos chicos, hace uno años nos reencontramos y cogemos. Nada mas.
- ¿Yo la conozco?
- Si, no es una persona con la que sea muy cercana, pero si, un par de veces nos cruzamos todos.
- ¿Quién es?
- No, solo te puedo decir quien es si vos elegís que hagamos esto.
Sofi se adelantó, me dio un beso de lengua y al terminar, me miró a los ojos.
- Dejáme pensarlo, no digo que no, pero me da un poco de cosa.
Apagamos el agua, nos secamos y nos fuimos para la cama. Cuando llegamos, Sofi se volvió a poner los zapatos.
Habíamos parado casi una media hora y entre tanta charla del trío, me había excitado un poco. La miré a Sofi y le dije:
- Chupámela.
Sofi se acomodó sobre mi y se metió mi pija en la boca. Empezó a chupar con ganas. Cada vez que llegaba arriba, hacia sopapa con la boca, ese ruidito me excitaba. Cuando mi verga estuvo bien dura, Sofi me puso un forro, se montó sobre mi y se la metió en la conchita.
Empezó a meverse despacio, primero de arriba hacia abajo, pero encontró el ritmo para mover la cadera de adelante hacia atrás. Yo estaba hipnotizado por las tetas firmes de la pendeja. No me perdí la oportunidad de acariciarlas, apretarlas y chuparlas.
En un momento, Sofi pegó su pecho al mío y me dejó su culito servido.
- Metéme un dedo en la cola.
Empecé a frotarle el ano, mientras seguíamos moviéndonos. Un poquito de lubricante y rápidamente, mi dedo mayor derecho estuvo dentro de Sofi. Ella empezó a moverse con mas energía, El culito apretado de Sofi peleaba contra mi dedo, pero igual lograba hacerse paso y explorarlo. Así estuvimos unos momentos, hasta que sofi quiso darse vuelta.
Se sentó sobre mi, pero mirando para adelante. Volvió a meterse mi verga dentro de ella, dejándome con una vista sin precedentes de su culo hermoso. El ano seguía bien lubricado, pero ahora tomé el dilatador anal y empecé a metérselo despacito, sin mucha resistencia llegó hasta la mitad. Lo mantuve ahí un momento y lo retiré hacia atrás. Después lo volví a meter nuevamente. Sofi seguía moviéndose con mi pija adentro de ella. Así seguimos, hasta que el dilatador quedó insertado dentro del culito. Solo la base quedó afuera. Cuando eso pasó, obligué a Sofi a acostarse sobre mi pecho, con las piernas para adelante. Ambos estábamos boca arriba, moviéndonos despacio.
- Metéme la pija en la cola, por favor.
Sin cambiar de posición, ella se sacó el dilatador y se metió mi verga en la cola. Nos movimos despacio hasta encontrar el ritmo y empezamos a darle mas rápido. El espejo sobre la cama nos devolvía una vista de película. Sofi, totalmente desnuda, excepto por los zapatos rojos y teniendo sexo anal. Ninguno de los dos aguantamos mucho mas y acabamos con muy poca diferencia de tiempo. Puse a Sofi al costado y me quedé en cucharita, con mi pija firmemente ensartada en su recto.
Ya era hora de ir preparándose para salir. Nos separamos, Sofi me sacó el forro y me limpió la pija con la lengua. Tremenda la actitud de la pendeja.
Nos vestimos y nos fuimos al auto. La dejé cerca de donde la pasé a buscar y mientras se bajaba del auto le dije:
- ¿Todo bien Sofi?.
Ella se dió vuelta, me echó una miradita cómplice y me dijo:
- Me duele un poco la cola, pero quiero mas.
Salió del auto y empezó a caminar hacia su casa, a los pocos metros se dió vuelta y volvió hacia el auto. Supuse que se había olvidado algo adentro. Miré el asiento del acompañante, pero no había nada. Bajé el vidrio de ese lado.
- Quiero probar que onda con vos y tu amante. Organizálo y avisáme.
Yo no me esperaba que volviera a tocar el tema. Le dije que me iba a hacer cargo.
Sofi se fue, caminando lentamente hacia su casa.
Ahora tenía que arreglar todo con Belu.
A eso de las 14 del domingo me llega una notificación de Telegram.
“Sofi se ha unido a Telegram”
Hacía apenas dos días que había estado con Belu y habíamos decidido proponerle a Sofi hacer un trío. Todavía no había pensado como se lo iba a decir.
Apenas dos minutos después me llega otra notificación de Telegram.
“Que día de mierda. Estoy aburrida en casa”
Mi mujer estaba por salir a juntarse con amigas y yo tenía unas horas libres. Me tomé un par de minutos y le respondí.
“¿Querés que te pase a buscar?”
La respuesta llegó de inmediato.
“Si”
“OK, paso por el café que está a tres cuadras de tu casa, al lado de la estación del tren. Paso a las 15.”
“Te espero ahí, ¿querés que lleve algo especial?”
“Sorprendéme”
Me cambié y me fui al auto. La casa de mi amigo es bastante cerca de mi casa, así que llegué unos minutos antes de lo previsto. Estacioné a unos 20 metros del café y esperé. Sofi llegó a horario, le mandé un mensaje y se subió al auto. La pendeja es reviva, en ese lugar no dijo nada, se subió al asiento de adelante y me saludó como si esto fuera lo más inocente del mundo.
Arranqué el auto y salí. El destino era el Hotel General Paz. Ya tenía reservada la habitación principal, la de la esquina, que tiene dos niveles, lo mejor de lo mejor para mi pendeja.
En el primer semáforo se acercó y me dio un beso de lengua que me dejó sin aire. Me sobó la pija por arriba del pantalón y me dijo que estaba contenta de que quisiera verla de vuelta.
Estuvimos charlando de lo nuestro hasta que llegamos, nada serio, nada para contar acá, uáñes eran los límites y no mucho mas. Al entrar al hotel, pedí la llave y me mandaron hacia el garage correspondiente. La cortina bajó detrás de nosotros y Nos bajamos. Tomamos la escalera hacia la habitación. Por la mirada de Sofi me di cuenta que nunca había estado en un telo como este. La verdad es que había cumplido los 18 hacia menos de 10 días. Lo mas probable es que nunca haya estado en un telo.
Sofi recorrió la habitación con asombro. Le avisé que teníamos la habitación por 4 horas.
- OK, vos subí a la cama y dejáme que me voy a preparar.
Me fui para el nivel superior, me saqué la ropa y me di una ducha rápida. En la mesa de luz puse el lubricante, el mismo dilatador anal que habíamos usado en nuestro encuentro anterior y varios forros.
Salí de la ducha con la toalla alrededor de la cintura, esperando que Sofi subiera. La pendeja se asomó del baño de abajo y no lo podía creer. Tenía un conjunto de lencería rojo con el encaje todo traslucido, sin bordados. Se le vía la rajita y los pezones. La tanguita era diminuta, apenas le llegaba al borde de la rajita. Remató el conjunto con unos tacos aguja de color rojo y un maquillaje que la hacía ver varios años mas grande. Pero lo mejor de todo fue la actitud con la que la pendeja subió la escalera hasta el nivel superior. Esa mina estaba lista para despachar a 20 vergas, por lo menos, lo parecía.
Sofi se acercó y se me puso cerca pero no me besó. Me sacó la toalla y se arrodilló sin dudarlo. Me agarró la pija con la mano y empezó a pasársela por la cara. En el manoseo se me iba poniendo dura y cuando estuvo casi lista, se la metió en la boca y empezó a chuparla. Al principio era mucha lengüita y pasada por los cachetes, pero en seguida empezó a chupar con ganas. Entre chupadas se sacó las tetas afuera del sostén y siguió chupando. La dejé así por un momento y después la levanté y la traje hacia mi. Nos besamos con intensidad y nos tiramos en la cama. Yo abajo y ella arriba. Ella pasó las piernas hacia los costados y nos besamos un ratito. Mis manos buscaron la cola de Sofi y me quedé un momento acariciándosela.
Cuando nos separamos, la acosté a ella boca arriba y me dirigí a darle una buena chupada de concha. Ella se sacó la tanga en dos movimientos y abrió bien las piernas. Viendo la predisposición, decidí meterme de una a lengüetearla. Estaba mojadísima. No se si se excitó chupándome la pija o si se había pajeado en el baño, antes de subir. Pero esta pendeja estaba lista. Me quedé saboreandole la conchita un rato. Sofi se apretaba las lolas con las dos manos y no paraba de gemir.
De repente me dieron ganas de empezar a cogerla, así que la levanté de la cama. Le dije que me alcanzara los forros, ella lo abrió y me lo puso con cuidado. le saqué el sostén y la di vuelta. Ella se puso en cuatro, con las rodillas en el borde de la cama. Estaba completamente desnuda, excepto por los zapatos. Me puse detrás de ella y le empecé a sobar la pija contra la concha. Arriba y abajo, desparramándole sus propios jugos por toda la concha. En esa posición podía verle toda la rajita expuesta, coronado todo por el ano, bien cerradito, aunque un poquito menos que la última vez que estuvimos juntos.
La verga entró en la conchita de Sofi. Les juro que la diferencia de temperatura era super notoria. La cabeza, metida adentro estaba bien calentita y eso me excitó mucho. Empecé a empujar despacio y la pija entró como si esa concha y mi pija estuvieran hechas a medida. Llegué hasta el fondo y empecé a bombaerla despacio, para repartir sus juguitos por todo el interior de la concha. En menos de un treinta segundos, la pija se deslizaba con facilidad, aun cuando esa concha apretada la sujetaba con la fuerza de la juventud.
Empecé a darle profundamente, empezando con apenas la cabeza adentro, hasta llegar a chocar con su culo. Cada carrera era un éxtasis, tanto de entrada como de salida. Para los dos.
Sofi gemía con fuerza y yo sentía el roce de cada rugosidad de su cavidad contra mi pija, Si no cambiaba el ritmo, me iba a venir rápido.
La atraje hacia mi, con fuerza y cambié a un bombeo mas rápido y corto. Sofi me miraba con deseo. La pendeja estaba disfrutando la culeada que le estaba pegando.
Me prendí de sus tetas y empecé a ver si le gustaba hablar durante el garche.
- Nunca me hubiera imaginado lo puta que sos pendeja.
Sofi me miró y entre los gemidos se le escapó una sonrisa.
- Soy la pendeja mas puta que te vas a coger.
Empecé a darle mas fuerte, el PAP PAP PAP se escuchaba fuerte.
- ¿Te gusta coger así, pendeja?
- Dame mas fuerte, dame mas fuerte.
La dejé caer sobre la cama y la agarré de las caderas. Empecé a castigarla a pijazos en la concha. No podía darle mas fuerte de lo que le estaba dando.
Sofi gemía con fuerza. Yo sentí que no iba a aguantar mucho mas, así que bajé la mano a su conchita y empecé a pajearla, buscando lubricar bien mis dedos. Cuando los dedos estuvieron bien empapados, le busqué el culito y empecé a hacerle círculos con los dedos, para aflojarla un poco. Ella se acomodó y seguí buscando. En seguida que pude meterle un dedo, empecé a revolverle el agujero del culito, para arrancarle un orgasmo. Sofi empezó a acabar casi de inmediato y lo hizo con fuerza. Gimió con mucha fuerza por unos segundos y se desplomó sobre el colchón. Yo acabé unos segundos después y me tiré al lado de ella. Nos quedamos en cucharita, yo todavía adentro de su conchita. Los dos estábamos sin aire. Yo la abracé fuerte, agarrándome de sus tetas hermosas.
Eventualmente nos separamos, yo me saqué el forro y lo puse en un tacho de basura, Sofi se dio vuelta y me besó.
- Me encantó eso.
- ¿Que es lo que te gustó?
- Todo, coger, que me dijeras que soy re puta, que me metieras un dedo en la cola mientras me estabas cogiendo, que me des tan fuerte.
- ¿y sos putita o te hacés?
Sofi se rió y me dio otro beso largo.
- Creo que soy bastante putita, pero principalmente, me encanta coger.
- A ver, contáme lo puta que sos.
Sofi me miró a los ojos y algo de la nena que había sido hasta hace poco le salió a relucir. Se sonrojó un poco y miró para otro lado. Le di un beso largo, acariciándole la espalda y llegando hasta la cola.
Cuando dejamos de besarnos, la miré de nuevo a los ojos y le pregunté:
- ¿Cuanto hace que cogés?
- Que me cogieron, hace poco mas de un año. Pero antes de eso estuve boludeando un poco. Igual, nadie me coge como me cogés vos.
- Yo llevo mas de 25 años cogiendo, Sofi, pero también empecé igual que vos. Al principio nadie sabe.
Sofi se recostó sobre la cama y quiso sacarse los zapatos, pero la detuve.
- ¿Te gusta que me los deje?
- Si, te hacen más puta.
Sofi me dio otro beso.
- Entonces me los dejo.
Yo me estiré, hasta alcanzar el control del sistema de video. Una pantalla gigante se desplegó desde el techo y se prendió un proyector. Sofi se acomodó al lado mío, para ver.
El video inició con una pantalla de selección. Había varias películas porno para elegir y puse una de un trío. Una de dos mujeres y un hombre.
Nos acurrucamos juntos y miramos. La película, obviamente, no tenía trama. Había una parejita en la casa, una rubia y un pibe y empiezan a coger, de repente cae otra chica, una morocha. Sofi miraba con atención, fui buscando su entrepierna y ella no opuso ninguna resistencia. Cuando, en la pantalla, la morocha empezó a chuparle la pija al pibe, Sofi ya estaba ronroneando, mientras yo la pajeaba muy despacito.
- ¿Te gusta eso, Sofi?
Ella me miró con curiosidad.
- Obvio que me gusta. El pibe está re bueno.
- Si, puede ser, pero las chicas están mas lindas.
En ese momento, en la pantalla, la rubia se puso en cuatro y el pibe empezó a darle con ganas. Mientras tanto, la morocha se puso adelante de la rubia con las piernas bien abiertas. La rubia empezó a chuparle la concha con muchas ganas.
Sofi seguía mirando con atención. Y me pareció que encontré una línea de dialogo que me podía llevar a donde quería llegar.
- ¿Te gusta eso?. Digo, lo de ver a dos chicas chupándose la concha.
Sofi me miró y me dijo.
- Obvio que me gusta. Las dos están buenísimas.
- No sé, a mi no me va ver a dos pibes chupándose la pija entre ellos.
Justo, en la pantalla, la rubia y la morocha se ponían de rodillas frente al pibe para recibir la leche.
- Mirá – dijo Sofi – a nosotras no nos jode eso, es mas, nos atrae bastante.
- ¿Lo harías vos? ¿Te comerías a otra mujer?
- Si me gusta, si.
- Ok.
Empecé a pajearla con mas ganas, sintiendo lo bien que ella se lubricaba. Sofi empezó a buscar mi pija y me empezó a pajear también. La dejé hacer y a los pocos minutos la acomodé para hacer un 69. Ella se zampó mi pija de una. Su conchita seguía siendo tan rica como la de Belu. Que ganas tenía de comerme a estas dos hembras juntas.
De reojo miré la pantalla, la rubia y la morocha se limpiaron la acabada del pibe y lo despidieron para que se fuera de la casa, cuando se quedaron solas, se fueron para la habitación y empezaron a matarse entre ellas.
El clítoris de Sofi estaba entre mis labios y podía ver claramente la unión de sus dos cachetes, justamente entre esos cachetes estaba mi próximo objetivo. Sofi alternaba entre chuparme la pija y chuparme los huevos. Insisto que esta pendeja sabe lo que hace en la cama.
En la pantalla, de algún lado apareció otro pibe y se metió entre la rubia y la morocha. De alguna forma, que no llegué a ver, había empezado a chuparle el culo a la rubia. Moví a Sofi hacia el costado y la puse para que pudiera ver la pantalla, mientras yo me acomodaba detrás de ella y empezaba a chuparle el culito.
Sofi miraba con atención a la pantalla. Allí la rubia se abría las nalgas para dejar mas libre su ano, en la cama, Sofi hizo lo mismo. Mi lengua recorría su anito de arriba hacia abajo, en un momento, logré meterle un poco la lengua adentro y Sofi gemía mas fuerte.
Aprovechando la posición de Sofi, me puse un forro y se la metí en la concha. Mientras tanto, empecé a ponerle lubricante en el culito. Sofi se movía de adelante a atrás, despacio, mientras mis dedos lubricados entraban en su ano. Sofi no dejaba de mirar la película, donde ya habían empezado a darle a la rubia por el culo. La morocha, que estaba en 69 debajo de la rubia, se puso en cuatro delante de la rubia, que empezó a chuparle el culo mientras le daban a ella por el ano.
Sofi ya estaba lista. La saqué de la concha, me saqué el forro y me puse lubricante en la pija. Apoyé la cabeza sobre el agujerito y empecé a apretar con la cabeza, en pocos segundos, Sofi tenía media pija metida en el culo. Empecé a moverme dentro de ella, despacio y poniendo mas lubricante. En la pantalla, la rubia y la morocha cambiaron de lugar. Ahora era la morocha la que tenía una pija en su culito.
Sofi se tocaba la conchita mientras yo la bombeaba despacio, mas o menos al mismo ritmo que el pibe en la pantalla le daba a la morocha. La rubia se había dado vuelta, se acostó delante de la morocha y le abrió las piernas. La morocha se zambulló a chuparle la concha.
- ¿te gusta eso Sofi?
- Me re calienta.
- ¿Te gustaría tener una concha para comer acá adelante tuyo?
- Si. Mientras vos me rompés mi culito, me como una conchita jugosa.
Seguí dándole. En la pantalla el pibe acabó sobre la espalda de la morocha y la rubia salió desesperada a lamer todo lo que pudo. Con Sofi seguíamos garchando. Sofi tuvo un orgasmo, pero a mi me faltaba un poco mas. Cuando terminó de acabar, la levanté de la cama y me la llevé a la baranda que daba al nivel inferior, justo delante de la pantalla.
Me puse detrás de ella y se la volví a meter en la cola, ahora de parados. Esta vez, los tacos altos dieron sus frutos, ya que la ayudaron a Sofi a estar en una mejor posición, sin tener que ponerse en puntas de pie.
Ahora empecé a darle sin freno. Bien fuerte. Sofi gemía fuerte. No debemos haber llegado a tres o cuatro minutos más, que me vine dentro de ella. Me descargué totalmente adentro de su culo. Y ahí me quedé, sin sacársela.
Retrocedimos hasta la cama y nos acostamos. Descansamos un rato y vimos la hora. Habían pasado dos horas, todavía teníamos dos horas más.
- ¿Vamos a bañarnos? -Le dije a Sofi.
- ¿Me puedo sacar los zapatos para bañarnos?.
- Obvio Sofi.
Nos fuimos a las duchas dobles, nos enjabonamos, nos besamos un poco, pero yo necesitaba un respiro. Ella se dio cuenta.
Nos tomamos nuestro tiempo en las duchas. La verdad que estaba muy bueno.
- Escucháme Sofi. ¿Qué decís si el fin de semana que viene volvemos acá?.
- El fin de semana que viene no puedo, pero a lo mejor puedo en la semana.
- OK, y otra cosa. Si yo consigo otra chica ¿venís?.
Sofi me miró extrañada. En su cabeza, las neuronas estaban conectando.
- ¿A quien vas a traer? ¿A la tía?.
Estaba por largar a reírme, cuando me di cuenta que su primera respuesta no había sido “no”.
- No Sofi, la tía no. Tengo una mujer con la que me veo regularmente. Con ella hicimos un trío con otro hombre hace un tiempo y queríamos probar con otra mujer.
Sofi seguía sin responder inmediatamente, su inexperiencia le jugaba en contra.
- Escucháme Sofi, si no querés no hacemos nada y listo. Esta chica tiene experiencia, es muy linda y quiere hacer un trío con otra chica, pero si vos no querés no hay ningún tipo de obligación, obviamente.
- Pará, no dije que no. Estoy pensando. ¿Quién es esta mujer?.
- Es una amiga que conozco desde que somos chicos, hace uno años nos reencontramos y cogemos. Nada mas.
- ¿Yo la conozco?
- Si, no es una persona con la que sea muy cercana, pero si, un par de veces nos cruzamos todos.
- ¿Quién es?
- No, solo te puedo decir quien es si vos elegís que hagamos esto.
Sofi se adelantó, me dio un beso de lengua y al terminar, me miró a los ojos.
- Dejáme pensarlo, no digo que no, pero me da un poco de cosa.
Apagamos el agua, nos secamos y nos fuimos para la cama. Cuando llegamos, Sofi se volvió a poner los zapatos.
Habíamos parado casi una media hora y entre tanta charla del trío, me había excitado un poco. La miré a Sofi y le dije:
- Chupámela.
Sofi se acomodó sobre mi y se metió mi pija en la boca. Empezó a chupar con ganas. Cada vez que llegaba arriba, hacia sopapa con la boca, ese ruidito me excitaba. Cuando mi verga estuvo bien dura, Sofi me puso un forro, se montó sobre mi y se la metió en la conchita.
Empezó a meverse despacio, primero de arriba hacia abajo, pero encontró el ritmo para mover la cadera de adelante hacia atrás. Yo estaba hipnotizado por las tetas firmes de la pendeja. No me perdí la oportunidad de acariciarlas, apretarlas y chuparlas.
En un momento, Sofi pegó su pecho al mío y me dejó su culito servido.
- Metéme un dedo en la cola.
Empecé a frotarle el ano, mientras seguíamos moviéndonos. Un poquito de lubricante y rápidamente, mi dedo mayor derecho estuvo dentro de Sofi. Ella empezó a moverse con mas energía, El culito apretado de Sofi peleaba contra mi dedo, pero igual lograba hacerse paso y explorarlo. Así estuvimos unos momentos, hasta que sofi quiso darse vuelta.
Se sentó sobre mi, pero mirando para adelante. Volvió a meterse mi verga dentro de ella, dejándome con una vista sin precedentes de su culo hermoso. El ano seguía bien lubricado, pero ahora tomé el dilatador anal y empecé a metérselo despacito, sin mucha resistencia llegó hasta la mitad. Lo mantuve ahí un momento y lo retiré hacia atrás. Después lo volví a meter nuevamente. Sofi seguía moviéndose con mi pija adentro de ella. Así seguimos, hasta que el dilatador quedó insertado dentro del culito. Solo la base quedó afuera. Cuando eso pasó, obligué a Sofi a acostarse sobre mi pecho, con las piernas para adelante. Ambos estábamos boca arriba, moviéndonos despacio.
- Metéme la pija en la cola, por favor.
Sin cambiar de posición, ella se sacó el dilatador y se metió mi verga en la cola. Nos movimos despacio hasta encontrar el ritmo y empezamos a darle mas rápido. El espejo sobre la cama nos devolvía una vista de película. Sofi, totalmente desnuda, excepto por los zapatos rojos y teniendo sexo anal. Ninguno de los dos aguantamos mucho mas y acabamos con muy poca diferencia de tiempo. Puse a Sofi al costado y me quedé en cucharita, con mi pija firmemente ensartada en su recto.
Ya era hora de ir preparándose para salir. Nos separamos, Sofi me sacó el forro y me limpió la pija con la lengua. Tremenda la actitud de la pendeja.
Nos vestimos y nos fuimos al auto. La dejé cerca de donde la pasé a buscar y mientras se bajaba del auto le dije:
- ¿Todo bien Sofi?.
Ella se dió vuelta, me echó una miradita cómplice y me dijo:
- Me duele un poco la cola, pero quiero mas.
Salió del auto y empezó a caminar hacia su casa, a los pocos metros se dió vuelta y volvió hacia el auto. Supuse que se había olvidado algo adentro. Miré el asiento del acompañante, pero no había nada. Bajé el vidrio de ese lado.
- Quiero probar que onda con vos y tu amante. Organizálo y avisáme.
Yo no me esperaba que volviera a tocar el tema. Le dije que me iba a hacer cargo.
Sofi se fue, caminando lentamente hacia su casa.
Ahora tenía que arreglar todo con Belu.
1 comentarios - Me volví a comer la pendeja