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El semental y sus adorables vecinas - Cap 17 - Vestuario Hot

(Lean los anteriores capítulos para entender la historia erótica)


Despertó temprano como siempre, pero sin la morena a su ladocomo se había dormido apenas unas horas atrás, fue ahí que recordó que la joventenía que estar temprano en la casa de sus jefes, ya que ella era la encargadade servir el desayuno, se lamentó no poder ver su cuerpo desnudo a la mañana,pero se consoló diciéndose a el mismo que en cualquier momento la volvería atener en su cama.
 
Luego se puso a desayunar con tranquilidad, ya que en ese díano tendría que ir a ver a ningún proveedor, pensaba abrir el negocio temprano,pero también quería desayunar despacio, ya que sus mañanas anteriores habíansido más que agitadas.
 
Puso el noticiero a la mañana y como siempre las noticiaseran las mismas, la inseguridad del país, los políticos ineptos y corruptosdestrozándolo aún más al país, estuvo por apagar el televisor, no era una formade arrancar bien la mañana, fue en ese momento le llego un mensaje que lodistrajo — Una noche juntos y me ignoras.
 
El sonrió al ver un mensaje de Johana — Como me voy a olvidarde tus gemidos y tus orgasmos de perra en celo.
 
— Siempre igual usted, solo quería saber cómo estaba y paraque no se olvide de mí.
 
— ¿Solo eso? No quieres venir y que te coja como una putita.
 
Johana había estado la noche anterior esperando un mensajede Gastón invitándola para que lo vaya a ver, pero ese mensaje nunca llego yella no le quiso escribir para no quedar como una desesperada, tenía muchasganas de ver a ese viejo que la llenaba de morbo y deseo, pero el compromiso sele oponía — En otra oportunidad, tengo que dar clases toda la mañana, besitos.
 
Gastón se decepciono un poco, pero al mismo tiempo se leocurrió una idea, se cambió de ropa, de puso un atuendo deportivo, luego leescribió a Abril — Abre el negocio vos hoy, tengo que salir a hacer ejercicio,el medico me lo ordeno — La joven Abril dormía aun, ya que ese día tenía queentrar a las nueve de la mañana.
 
A las ocho menos diez de la mañana vio a Johana pasar por lavereda de en frente de su casa, con un batido en la mano y su atuendo detenista, falda blanca del mismo color que todo su demás atuendo, zapatillas yuna remera ajustada, ese atuendo dejaba en evidencia su fina cintura y suspiernas largas y tonificadas.
 
Buenos días profe — A Johana la saludo a un grupo de niñasque era el primer grupo al cual le daría clase esta mañana, todo comenzó connormalidad, sin notar que a unos treinta metros Gastón la miraba como undepredador, disfrutaba ver como esa falda jugaba con el viento y en momentoefímeros se podía ver algo de las nalgas de la joven mientras enseñaba algúnmovimiento.
 
Gastón se quedó toda la clase a los lejos sin llamar laatención y sin perderse nada de Johana, su sonrisa perfecta, sus movimientossensuales, es perfecta se dijo a sí mismo, con esto en mente decidió darle unpremio por ser perfecta.
 
Paso por la orilla de las canchas de tenis, donde algunosestaban entrenando, otros jugando, y también había otros profesores dandoclases, pero a él solo le importaba Johana, tuvo mucha paciencia que sedespidiera de su último grupo de alumnas, y luego se dirigió al vestuario,donde se prepararía para la siguiente clase.
 
La joven entro al vestuario, se refrescó su rostro y luegoentro a un cubículo, donde se sentó y comenzó a orinar, en ese momento entroGastón al vestuario, sin importarle que era un lugar exclusivo para mujeres, elsabia que ella estaba sola ya que hacia un tiempo que estaba observando a susalrededores.
 
Cuando ella abrió la puerta del cubículo se encontró con elrostro viejo y arrugado de Gastón, con una amplia sonrisa — ¿Señor Gastón? — Lajoven no podía creer lo que veían sus ojos, ¿Qué hacía ahí?
 
La miro de abajo hacia riba, disfruto de su atuendo de cerca— Te ves radiante esta mañana.
 
— Gracias, pero, pero este es el vestuario de mujeres ¿Seinscribió en las clases de tenis? — El grupo que tenía que darle clases a continuaciónera uno de la tercera edad, ancianos y ancianas muy ricos de ente barrio, poreso pensó que el entrenaría con ese grupo.
 
— No para nada, yo vine a hacer otro tipo de ejercicio — Sacosu verga dura de su pantalón con rapidez mostrándosela a la joven — Te vine acoger mi linda putita.
 
Ella retrocedió sorprendida por la situación y por miedoque, entre alguien al vestuario, en ese momento Gastón aprovecho para avanzar ycerrar la puerta de cubículo — Espere, doy clases en quince minutos.
 
— Con quise minutos es suficiente para un rapidito — Llevosu mano a la entrepierna de la joven, tocándola por arriba de su ropa interior —Pero tienes una tanga, esta no es ropa adecuada para hacer deporte.
 
— Si esta mañana me sentía sensual y decidí ponérmela, peropensé que nadie me vería.
 
Sin decir más la arrinconó contra el cubículo, luego lacomenzó a besar con intensidad y una de sus manos comenzó a jugar con la vaginade la joven por arriba de su tanga, ella se entregó casi al instante a susbesos y caricias, cuándo le corrió la tanga un poco para meterle un dedo lajoven gimió como una perra en celos, por un segundo se olvidó dónde estaba — Sabíaque te iba a gustar mi sorpresa putita.
 
Cuando le hablo volvió a recobrar su cordura, aunque sucorazón le palpitaba con mucha fuerza, su cuerpo le pedía que continuara, perosu cabeza le decía que se detenga — Por favor deténgase, alguien nos puede ver— Fue lo único que se le ocurrió, su voz no fue tan convincente ya que estabaentrecortada con jadeos.
 
— Estas mas caliente que yo, me encanta — Sin másmiramientos bajo su pantalón dejando su verga dura afuera, luego su corrió sutanga apoyando su grande en la entrada de la vagina de la joven — Un rapiditoantes de que vuelvas a trabajar no esta mal verdad — Antes que Johana pudieradecir palabra empujo su pelvis hacia delante.
 
— ¡Uy! — Fue lo único que dijo la joven antes de cerrar susojos y disfrutar de la fuerte penetración y las envestidas del anciano quecontinuaron, también comenzó a morder su propio brazo para no hacer demasiadoruido con sus gemidos, no quería que nadie que entrara la escuchara, solo seescuchaba el sonido de ¡Puaf! ¡Puaf! Que producía el choque de esos dos cuerposdeseosos de placer.
 
Había levantado su top y su sostén deportivo para saborearesos perfectos pechos con su boca, ella seguía recibiendo cada uno de susmovimientos con mucho placer, con la falda levantada y con la tanga hacia unlado y siendo cogida en un lugar público, estaba recibiendo un estímulo increíble,tanto que se había olvidado que en minutos daba otra clase.
 
Johana se sentía una vulgar mujer disfrutando de ser usadacomo un simple objeto por esté anciano, aunque no podía hacer nada ya que sucuerpo no le respondía como pensaba, su cuerpo disfrutaba de cada caricia,besos, y la dura penetración que estaba recibiendo, tanto así que estaba cercade un orgasmo.
 
Sus ojos en blanco perdida en el placer, sintiendo comoGastón la penetraba cada vez con mas fuerza, casi nada de acabar, escucho quealguien entraba en los baños — ¿Querida estas aquí?
 
Se asusto cuando escucho la voz, era la señora torres unasde las alumnas a las cuales le daría clase en un momento, intento contestarlerápido, pero la voz no le salía, y encina el anciano no se detenía, seescuchaba como sus nalgas golpeaban contra la pared — Si est… Aquí — Contestoentre jadeos tratando de disimilar.
 
— ¿Estas bien? — La anciana pregunto con interés, Johana erauna joven muy querida del barrido, y no la escucho bien.
 
— Nghm, Si muy bie… señora torres hmm — Mordió con todas susfuerzas el hombro de Gastón para no hacer más ruidos innecesarios, ya quecontestarle a la señora mientras estaba siendo penetrada con fuerza la excitode tal forma que consiguió un orgasmo muy intenso.
 
— No te entendí bien querida, ¿te duele la panza?
 
— No ya salgo señora — La insulto en su cabeza por nodejarla disfrutar de tan increíble orgasmo, luego beso con intensidad a Gastónque aún no había detenido sus movimientos, él también estaba cerca de acabar.
 
Mientras ella lo besaba con fuerza y enredaba sus piernas enel anciano comenzó a descargar todo lo que tenia dentro de ella, sin saber sila señora torres se había ido o no, sus últimos movimientos fueron muy fuertestanto que se escuchaba con claridad como su pelvis soba contra la de ella.
 
La señora torre se estaba yendo del vestuario cuando escuchoese sonido, y pensó por un instante que Johana estaría con un noviecito, perorápidamente saco eso de su cabeza diciéndose — No, Johana es una buena niñajamás aria algo así en su lugar de trabajo.
 
— Ve a trabajar mi bella putita — Saco su verga choreandotodo tipos de flujos y corrió la tanga de Johana colocándola donde debería irpor ultimo la nalgueó con fuerzas
 
La joven solo miro la hora y estaba cinco minutos retrasada,no era habitual en ella llegar tarde a sus turnos laborales, no tenía tiempo nide limpiarse, así que tomó la decisión de darle un ultimo beso en la boca alanciano y se fue a dar clases.
 
Salía del vestuario acomodándose su ropa cuando comenzó asentir como el esperma de Gastón comenzaba a salir de su vagina enchastrando sutanga, mojándola aún más de lo que estaba no sabia como iba a poder dar clasedurante una hora con esa sensación de estar completamente sucia.
 
Gastón limpio su miembro en el vestuario con una sonrisa desatisfacción, Johana estaba cada vez mas entregada a el y sus caprichos, saliódel lugar caminando con tranquilidad como si nada hubiese pasado se sentó amirar como la joven daba clase a unos ancianos, unos que tenían su propiedadedad, pero ninguno la conocía tan profundamente con él.
 
Continuara…


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2 comentarios - El semental y sus adorables vecinas - Cap 17 - Vestuario Hot

luisferloco
no hay forma de que el texto no se encuentre pegado? Porque lo lees y te marea
saborearesos
ladocomo
susmovimientos
saliódel
daniel35861 +1
Excelente... Pero cada ves más cortos 😞