(Arranca la historia del pobre de Ale, que por querer alimentar sus fantasías de cornudo le pasó... bueno, ya verán todo lo que le pasó.
Este relato va dedicado a todos y todas a quienes les encanta el tema de los cuernos, ya sea meter o que se los metan. Quizás les sirva como experiencia, como un relato de advertencia de cuando parar y no pasarse...
... pero no nos engañemos tampoco. Estoy bastante seguro que nuestros cornuditos y cornuditas, de encontrarse en la situación del pobre Alejandro, también hubiesen pisado el acelerador a fondo.
Espero que lo disfruten!)
-----------
Mi nombre es Alejandro, tengo 29 años y desde hace un par de años que me estoy dedicando al streaming, casi full time. Juego Overwatch y Call of Duty, son los que más me gustan y realmente soy muy bueno en esos. Overwatch lo juego casi profesionalmente y estoy rankeado bastante alto. Mi stream nunca fue de los más populares, ni por asomo, pero tengo una buena cantidad de seguidores y suscriptores para lo que es América Latina y streams en español.
Desde hace 3 años que estoy de novio con Belén. Ella es mucho más joven que yo, tiene 23 años, y nos conocimos en una convención de gamers. Pegamos onda y empezamos a salir. A mi me encanta Belén, me enamoré enseguida. Es una mina hermosa de cara y flaquita, lleva el pelo castaño claro, es de piel bastante pálida, y unos labios hermosos. No tiene muchas gomas, pero tiene un culito que es una delicia para mirar y apretar. Digo que es castaña porque es su color natural, pero siempre está cambiándose algo del pelo, haciéndose reflejos rubios o tiñéndose algunas mechas de otro color y a mi me encanta cuando lo hace. Siempre fue un poco tímida y un poco nerd, pero cuando entrabas en confianza era un verdadero amor. Aunque Belén era tímida también pero hasta ahí nomás, ya que una vez que nos conocimos bien y tuvimos confianza me dijo que hacía un tiempo había probado de hacerse un OnlyFans, uno tranquilo solo para mostrarse y posar, pero que nunca lo pudo hacer arrancar bien, no estuvo mucho tiempo y lo largó. A mi no me jodía eso para nada. Al contrario, me calentaba estar con una chica así.
Esta es la historia de cómo, por hacerme el pelotudo y de puro cuck, la perdí. También de puro terco y cabezadura, porque tuve varias chances de solucionar todos los problemas pero nunca las aproveché. No solo la perdí, sino que la perdí con uno de los tipos más forros y desagradables que conocí en mi vida.
Siempre en lo personal me calentó el tema del cuckolding y de ser corneado, pero nunca se lo había dicho a Belén. Tenía miedo de que pensara cualquier cosa. A ella le gustaba el sexo, por supuesto, pero lo de que ella este con otro tipo y yo ser corneado era otra cosa, mas pesada. Yo creo que la satisfacía siempre bien y ella a mi por lo que nunca sentí la necesidad de decirle algo de mis deseos de ser cornudo. Nunca necesitaron salir a la luz, yo estaba muy satisfecho con nuestro sexo normal y corriente. Ella estudiaba arquitectura y estaba muy ocupada con eso, yo lo estaba con mi stream, por lo que no nos veíamos muy seguido hasta que después de un año y medio de noviazgo le dije que se venga a vivir conmigo a casa. Ella aceptó y se puso muy contenta. Lo de alguna vez ser cornudo era algo que me calentaba a mi en lo privado y personal y nunca se lo dije, ni siquiera se lo sugerí a ninguna de mis novias, nunca, para no crear problemas. Para mi era material para pajas cuando me imaginaba algo a veces y nada más.
Todo empezó unos meses después que nos mudamos y ya vivíamos solos como pareja. Ella seguía estudiando su carrera y yo me quedaba en casa haciendo el stream todos los días. Era bastante agotador y a veces estresante, aunque no lo parezca, por lo que muchas veces yo terminaba y estaba tan exprimido que mentalmente no tenía ganas de nada, solo comer e irme a dormir. A Belén le pasaba algo parecido, quedaba tan muerta de sus estudios y de la facultad que cuando volvía a casa estaba en la misma. A veces pasaban algunos dias sin que tuvieramos sexo, cuando los dos estábamos tan agotados, pero generalmente una o dos veces a la semana lo hacíamos bien y lo disfrutabamos.
La casita donde Belén se vino a vivir conmigo era de mi abuelo y me la dejó cuando falleció. Yo hacía años que estaba ahí. Sobraba lugar en el terreno para seguir edificando, así que un dia a Belén se le ocurrió la puta, malísima idea de expandir la edificación y hacerme un lugar más amplio para que pueda hacer mi streaming desde ahí, arreglarlo lindo, bien amplio y bien pro, y también hacer otro baño y una oficinita para mis cosas junto con una pequeña baulera.
La idea me gustó. Pude por suerte sacar un crédito y Belén se ocupó de conseguir los albañiles para empezar a edificar, con los planos y las ideas de ella. En dos meses más o menos la estructura estuvo terminada y ya estaba tomando buen color todo. Con esos albañiles realmente no tuvimos ningún problema. Laburaron bien y rápido, dejando todo perfecto.
El problema fue con los que vinieron después. Un amigo de la facu le recomendó un tipo a Belén, que vivía más o menos cerca nuestro, que hacía todo tipo de refacciones e instalaciones, pintura, electricidad… de todo un poco y según éste pibe lo hacía bien. Belén se contactó con el tipo y quedaron en que pase un día que estábamos los dos en casa, así le decíamos bien lo que queríamos en ese nuevo espacio, que lo viera y nos dijera más o menos el precio y si lo quería hacer.
Lamentablemente cuando el tipo llegó, me cayó muy mal de entrada y yo también le caí muy mal. No nos peleamos ni nada de eso, pero me cayó pésimo cómo se comportaba el tipo. Muy poco profesional en todo. A Belén no pareció importarle, después me dijo que muchos que trabajaban bien eran así. Tenía un aire canchero y sobrador, también bastante guarango y desubicado. Se llamaba Roberto y tenía seguro más de 50 años. Era un típico morocho de éstos de provincia, de pelo negro cortito con tez bastante tirando a marrón. Vino con uno que decía que era el ayudante, un pibe de nuestra edad que se llamaba Matías. Un ente que no se si estaba fumado o que, pero que ni siquiera hablaba y tenía la mirada perdida todo el tiempo como un pelotudo. Cuando balbuceaba no se le entendía una mierda, pero Roberto lo entendía perfectamente. También como Roberto, otro bien del conu.
Mientras les íbamos mostrando todo lo que queríamos hacer, Matías no decía nada, era indescifrable, mirando acá y allá pensando vaya uno a saber que. Pero Roberto ya me empezó a caer como el orto porque si bien prestaba atención a todo lo que le decíamos y le íbamos mostrando, más de una vez lo pesqué fichando a Belén discretamente. También le dijo un par de cosas durante la visita que si bien no fueron para nada descaradas ni nada de eso, fueron comentarios muy fuera de lugar que no me pareció que había que hacerlo durante una visita de trabajo. A mi directamente me ignoraba o cuando me hablaba lo hacía en un tono que parecía chuparle un huevo lo que yo dijera. Al menos lo sentí así. Belén ignoró esos comentarios y siguió en la suya, llevándolo bien. Después me dijo que eran todos así, que si iba a hacer escándalo por cada cosa que ésta gente decía me iba a enfermar.
Al final nos dijo que sí, que lo quería hacer, arreglamos el precio y nos dijo que podía empezar en dos semanas mientras conseguía los materiales. Como ella era la experta, Belén quedó en contacto con el tipo y ella era la que iba a dirigir la obra. Mejor para mi. Yo sólo quería usar el espacio, no estar muy involucrado. A mi no me hacía ninguna gracia ésta gente, y se lo dije a Belén, pero ella me decía que no quería estar un año tratando de encontrar a la gente perfecta para que yo me sintiera cómodo. Que iban a hacer el laburo rápido y no los íbamos a ver más. Y de paso, que yo tampoco sea tan forro con la gente.
A mi ya me empezó a joder todo el asunto un dia en particular, inclusive antes de que arrancaran con la obra. Durante el día yo la veía a Belén todo el tiempo con su celu y cuando podía pispear algo discretamente sobre su hombro, varias veces la vi chateando con Roberto pero era todo cosas de la obra. Se pasaban fotos de ejemplos, planos, charlaban de materiales, todo eso. Igual me parecía que hablaban demasiado tiempo y los engranajes de cornudo que yo llevaba escondidos en la cabeza ya me estaban empezando a girar.
Un día vino éste engendro mutante de Matías a casa con la camioneta del otro y un montón de bolsas de materiales y herramientas para ir dejando. Lo tuve que salir a ayudar yo a descargar todo y llevarlo hasta el lugar de la obra que estaba pegado a nuestra casa. Me fui a lavar las manos cuando terminamos y cuando volví me fui a buscar algo para tomar y Matías estaba en la cocina charlando con Belén, ella le había dado un vaso de Coca para que tome y ahí estaban los dos. Nada más charlando. Yo no sé cómo hacía Belén para entenderlo al alienígena ese, pero se las arreglaba. Matias era de la edad de ella y creo que a ella le daba algo de pena o de ternura, siempre lo trataba amablemente y le daba charla.
Me hizo ruido que estuvieran charlando ahí. No vi nada y no escuché nada raro que me llamara la atención para nada pero igual, me quedó la duda. De puro forro perseguido esperé esa noche a que Belén se metiera en la ducha y le revisé el celular a ver que había y sobre todo que era todo lo que estaba chateando con el otro forro de Roberto.
Mis engranajes de cornudo habían tenido razón, y por algo habían arrancado solos.
Me empezó a hervir la sangre al ver eso. Este negro forro ya le estaba tirando los perros a Belén y ésta boluda en vez de frenarlo se le reía. No sabía si se estaba haciendo la tonta, pero no me parecía. Era muy obvio. Encima tuve tiempo de revisar chats de días anteriores y ya veía que habían entrado bastante en confianza, con Roberto tirándole de esas pelotudeces con doble sentido de vez en cuando ya otros días.
Estaba seguro que no habían hecho nada todavía porque Belén estaba todo el tiempo en casa en ese entonces porque no cursaba y ninguno de los dos tipos vinieron a la obra para nada, solo Matías había ido ese día con los materiales. Pero igual me re calenté. No le dije nada a Belén porque no podía explicarle como lo sabía, pero después a la noche cuando ya estábamos acostados le dije como siempre que éstos tipos no me gustaban, pero ella me contestó que ya estaba, que eran éstos y que me dejara de joder.
Que ni los iba a ver.
Este relato va dedicado a todos y todas a quienes les encanta el tema de los cuernos, ya sea meter o que se los metan. Quizás les sirva como experiencia, como un relato de advertencia de cuando parar y no pasarse...
... pero no nos engañemos tampoco. Estoy bastante seguro que nuestros cornuditos y cornuditas, de encontrarse en la situación del pobre Alejandro, también hubiesen pisado el acelerador a fondo.
Espero que lo disfruten!)
-----------
Mi nombre es Alejandro, tengo 29 años y desde hace un par de años que me estoy dedicando al streaming, casi full time. Juego Overwatch y Call of Duty, son los que más me gustan y realmente soy muy bueno en esos. Overwatch lo juego casi profesionalmente y estoy rankeado bastante alto. Mi stream nunca fue de los más populares, ni por asomo, pero tengo una buena cantidad de seguidores y suscriptores para lo que es América Latina y streams en español.
Desde hace 3 años que estoy de novio con Belén. Ella es mucho más joven que yo, tiene 23 años, y nos conocimos en una convención de gamers. Pegamos onda y empezamos a salir. A mi me encanta Belén, me enamoré enseguida. Es una mina hermosa de cara y flaquita, lleva el pelo castaño claro, es de piel bastante pálida, y unos labios hermosos. No tiene muchas gomas, pero tiene un culito que es una delicia para mirar y apretar. Digo que es castaña porque es su color natural, pero siempre está cambiándose algo del pelo, haciéndose reflejos rubios o tiñéndose algunas mechas de otro color y a mi me encanta cuando lo hace. Siempre fue un poco tímida y un poco nerd, pero cuando entrabas en confianza era un verdadero amor. Aunque Belén era tímida también pero hasta ahí nomás, ya que una vez que nos conocimos bien y tuvimos confianza me dijo que hacía un tiempo había probado de hacerse un OnlyFans, uno tranquilo solo para mostrarse y posar, pero que nunca lo pudo hacer arrancar bien, no estuvo mucho tiempo y lo largó. A mi no me jodía eso para nada. Al contrario, me calentaba estar con una chica así.
Esta es la historia de cómo, por hacerme el pelotudo y de puro cuck, la perdí. También de puro terco y cabezadura, porque tuve varias chances de solucionar todos los problemas pero nunca las aproveché. No solo la perdí, sino que la perdí con uno de los tipos más forros y desagradables que conocí en mi vida.
Siempre en lo personal me calentó el tema del cuckolding y de ser corneado, pero nunca se lo había dicho a Belén. Tenía miedo de que pensara cualquier cosa. A ella le gustaba el sexo, por supuesto, pero lo de que ella este con otro tipo y yo ser corneado era otra cosa, mas pesada. Yo creo que la satisfacía siempre bien y ella a mi por lo que nunca sentí la necesidad de decirle algo de mis deseos de ser cornudo. Nunca necesitaron salir a la luz, yo estaba muy satisfecho con nuestro sexo normal y corriente. Ella estudiaba arquitectura y estaba muy ocupada con eso, yo lo estaba con mi stream, por lo que no nos veíamos muy seguido hasta que después de un año y medio de noviazgo le dije que se venga a vivir conmigo a casa. Ella aceptó y se puso muy contenta. Lo de alguna vez ser cornudo era algo que me calentaba a mi en lo privado y personal y nunca se lo dije, ni siquiera se lo sugerí a ninguna de mis novias, nunca, para no crear problemas. Para mi era material para pajas cuando me imaginaba algo a veces y nada más.
Todo empezó unos meses después que nos mudamos y ya vivíamos solos como pareja. Ella seguía estudiando su carrera y yo me quedaba en casa haciendo el stream todos los días. Era bastante agotador y a veces estresante, aunque no lo parezca, por lo que muchas veces yo terminaba y estaba tan exprimido que mentalmente no tenía ganas de nada, solo comer e irme a dormir. A Belén le pasaba algo parecido, quedaba tan muerta de sus estudios y de la facultad que cuando volvía a casa estaba en la misma. A veces pasaban algunos dias sin que tuvieramos sexo, cuando los dos estábamos tan agotados, pero generalmente una o dos veces a la semana lo hacíamos bien y lo disfrutabamos.
La casita donde Belén se vino a vivir conmigo era de mi abuelo y me la dejó cuando falleció. Yo hacía años que estaba ahí. Sobraba lugar en el terreno para seguir edificando, así que un dia a Belén se le ocurrió la puta, malísima idea de expandir la edificación y hacerme un lugar más amplio para que pueda hacer mi streaming desde ahí, arreglarlo lindo, bien amplio y bien pro, y también hacer otro baño y una oficinita para mis cosas junto con una pequeña baulera.
La idea me gustó. Pude por suerte sacar un crédito y Belén se ocupó de conseguir los albañiles para empezar a edificar, con los planos y las ideas de ella. En dos meses más o menos la estructura estuvo terminada y ya estaba tomando buen color todo. Con esos albañiles realmente no tuvimos ningún problema. Laburaron bien y rápido, dejando todo perfecto.
El problema fue con los que vinieron después. Un amigo de la facu le recomendó un tipo a Belén, que vivía más o menos cerca nuestro, que hacía todo tipo de refacciones e instalaciones, pintura, electricidad… de todo un poco y según éste pibe lo hacía bien. Belén se contactó con el tipo y quedaron en que pase un día que estábamos los dos en casa, así le decíamos bien lo que queríamos en ese nuevo espacio, que lo viera y nos dijera más o menos el precio y si lo quería hacer.
Lamentablemente cuando el tipo llegó, me cayó muy mal de entrada y yo también le caí muy mal. No nos peleamos ni nada de eso, pero me cayó pésimo cómo se comportaba el tipo. Muy poco profesional en todo. A Belén no pareció importarle, después me dijo que muchos que trabajaban bien eran así. Tenía un aire canchero y sobrador, también bastante guarango y desubicado. Se llamaba Roberto y tenía seguro más de 50 años. Era un típico morocho de éstos de provincia, de pelo negro cortito con tez bastante tirando a marrón. Vino con uno que decía que era el ayudante, un pibe de nuestra edad que se llamaba Matías. Un ente que no se si estaba fumado o que, pero que ni siquiera hablaba y tenía la mirada perdida todo el tiempo como un pelotudo. Cuando balbuceaba no se le entendía una mierda, pero Roberto lo entendía perfectamente. También como Roberto, otro bien del conu.
Mientras les íbamos mostrando todo lo que queríamos hacer, Matías no decía nada, era indescifrable, mirando acá y allá pensando vaya uno a saber que. Pero Roberto ya me empezó a caer como el orto porque si bien prestaba atención a todo lo que le decíamos y le íbamos mostrando, más de una vez lo pesqué fichando a Belén discretamente. También le dijo un par de cosas durante la visita que si bien no fueron para nada descaradas ni nada de eso, fueron comentarios muy fuera de lugar que no me pareció que había que hacerlo durante una visita de trabajo. A mi directamente me ignoraba o cuando me hablaba lo hacía en un tono que parecía chuparle un huevo lo que yo dijera. Al menos lo sentí así. Belén ignoró esos comentarios y siguió en la suya, llevándolo bien. Después me dijo que eran todos así, que si iba a hacer escándalo por cada cosa que ésta gente decía me iba a enfermar.
Al final nos dijo que sí, que lo quería hacer, arreglamos el precio y nos dijo que podía empezar en dos semanas mientras conseguía los materiales. Como ella era la experta, Belén quedó en contacto con el tipo y ella era la que iba a dirigir la obra. Mejor para mi. Yo sólo quería usar el espacio, no estar muy involucrado. A mi no me hacía ninguna gracia ésta gente, y se lo dije a Belén, pero ella me decía que no quería estar un año tratando de encontrar a la gente perfecta para que yo me sintiera cómodo. Que iban a hacer el laburo rápido y no los íbamos a ver más. Y de paso, que yo tampoco sea tan forro con la gente.
A mi ya me empezó a joder todo el asunto un dia en particular, inclusive antes de que arrancaran con la obra. Durante el día yo la veía a Belén todo el tiempo con su celu y cuando podía pispear algo discretamente sobre su hombro, varias veces la vi chateando con Roberto pero era todo cosas de la obra. Se pasaban fotos de ejemplos, planos, charlaban de materiales, todo eso. Igual me parecía que hablaban demasiado tiempo y los engranajes de cornudo que yo llevaba escondidos en la cabeza ya me estaban empezando a girar.
Un día vino éste engendro mutante de Matías a casa con la camioneta del otro y un montón de bolsas de materiales y herramientas para ir dejando. Lo tuve que salir a ayudar yo a descargar todo y llevarlo hasta el lugar de la obra que estaba pegado a nuestra casa. Me fui a lavar las manos cuando terminamos y cuando volví me fui a buscar algo para tomar y Matías estaba en la cocina charlando con Belén, ella le había dado un vaso de Coca para que tome y ahí estaban los dos. Nada más charlando. Yo no sé cómo hacía Belén para entenderlo al alienígena ese, pero se las arreglaba. Matias era de la edad de ella y creo que a ella le daba algo de pena o de ternura, siempre lo trataba amablemente y le daba charla.
Me hizo ruido que estuvieran charlando ahí. No vi nada y no escuché nada raro que me llamara la atención para nada pero igual, me quedó la duda. De puro forro perseguido esperé esa noche a que Belén se metiera en la ducha y le revisé el celular a ver que había y sobre todo que era todo lo que estaba chateando con el otro forro de Roberto.
Mis engranajes de cornudo habían tenido razón, y por algo habían arrancado solos.
Me empezó a hervir la sangre al ver eso. Este negro forro ya le estaba tirando los perros a Belén y ésta boluda en vez de frenarlo se le reía. No sabía si se estaba haciendo la tonta, pero no me parecía. Era muy obvio. Encima tuve tiempo de revisar chats de días anteriores y ya veía que habían entrado bastante en confianza, con Roberto tirándole de esas pelotudeces con doble sentido de vez en cuando ya otros días.
Estaba seguro que no habían hecho nada todavía porque Belén estaba todo el tiempo en casa en ese entonces porque no cursaba y ninguno de los dos tipos vinieron a la obra para nada, solo Matías había ido ese día con los materiales. Pero igual me re calenté. No le dije nada a Belén porque no podía explicarle como lo sabía, pero después a la noche cuando ya estábamos acostados le dije como siempre que éstos tipos no me gustaban, pero ella me contestó que ya estaba, que eran éstos y que me dejara de joder.
Que ni los iba a ver.
6 comentarios - Corneado y Boludeado - Parte 1