Entre pixeles y suspiros

La pantalla brillaba como un reflejo de luna,
silenciosa testigo de un deseo que despertaba.
El tactil era el puente, los dedos el lenguaje,
y en cada pulsación, latía la espera de su voz.

Su imagen apareció, destilando promesas,
un rostro que no conocía, pero ya anhelaba.
"¿Qué buscas?" preguntó con una sonrisa entre sombras,
y mi pecho respondió antes que mis palabras.
-deseo ser tuya ! Que me hagas tu puta.

El mundo desapareció tras el cristal,
solo quedaban antes mis ojos un bello pene que estaba rojo de tanta calentura, dos secretos revelados, mi culo que se mostraba tímido y tembloroso, que se apreciaba al son de mecerlo para que mi amante secreto tenga antes sus ojos la parte de mi cuerpito que lo llevaba al extasis,
y mi ser, dispuesto a desvanecerse en su tacto virtual.
Solo recibía sus ordenes con un voz que se entrecortada por su exitacion.
-dany tocate, mm si abrite la colita, mm métete los dedos mi vida.
Yo sin prisa era su esclava y al son de sus órdenes cumplía sus deseos sus locos deseos.

Las palabras se tornaron caricias invisibles,
los gestos, olas que me mecían en su ritmo.
Pasivo, me entregué al juego de los ecos,
a las órdenes suaves que sus labios dictaban.

El tiempo no era tiempo,
era un compás diluido en jadeos mudos, mi macho retorciendo su falo, yo de espalda tocando mi culo y gimiendo que me estaba volviendo loca mientras de reojo observaba como su miembro temblaba y escupia un chorro potente de un liquido espeso y sabroso que sin espera lleve mi lengua a la pantalla de mi celular, cómplice de esta locura, la locura se convirtió en calma,
mi reflejo en la pantalla ya no era el mismo:
había encontrado un rincón de mí
que nunca antes había explorado.