Duranteel transcurso de los días, cuando a mi pareja le tocaba turno dedía, fornicaba con mi suegra después de almorzar y con mi mujer porlas noches; y cuando le tocaba turno por la noche, culiaba con misuegra en su dormitorio.
Realmenteyo me sentía bendecido —si se podía llamar así— de poder cogertanto a mi mujer como a la mamá de ella, es decir, madre e hija.
Comoya habíamos quedado con mi suegra, cuando no se encontraba Cecilia,ella caminaba completamente desnuda por casa excepto por unassandalias de taco aguja. Encontrar a doña Esperanza así desnuda pormi casa, despertaba en mí un morbo salvaje, unos deseos tremendosde poseerla, que nunca me había pasado con su hija: la culeaba enlos baños, en la piscina, en cualquiera de las piezas, en la cocina,en el comedor, en el living, etc. Lo sorprendente era que su conchase encontraba siempre húmeda, rezumando jugos. En variasoportunidades, le colocaba mi cinturón, algunas veces una corbataamarrada alrededor de su cuello. Hacía que se hincara como una perray me la llevaba a recorrer toda la casa. Le obligaba a mamarme laverga cada cierto tiempo sin tocarla con sus manos, ya que yo tambiénestaba desnudo, y continuábamos recorriendo cada rincón. Meagachaba para ver su concha y gozaba viendo cómo sus fluidosvaginales resbalaban por sus piernas, esa situación metranquilizaba en cierta manera, porque me daba cuenta que disfrutabaser humillada. Así mismo, cada intervalo de tiempo golpeaba su culocon cualquier objeto que encontraba a mi paso y ella gemía deplacer.
Cuandosalía de casa, ya fuera para ir a trabajar o por cualquiercircunstancia, ella pasaba sus brazos por encima de mi cuello, medaba un buen morreo, luego se arrodillaba, abría el cierre delpantalón, sacaba mi verga y me daba una buena mamada hasta inundarsu boca de mi leche, la que tragaba con delirio.
—Esoes para que piense en mí amo… Para que recuerde que su esclava loestá esperando… ¡Qué le vaya bien mi dueño!...
Unavez, a la hora de almorzar en donde nos encontrábamos los tres,saltó a conversación lo siguiente:
—AyCecilia. ¿Me podrías hacer un favor cariño? —expresó misuegra—. Si es que no tienes que hacer nada más tarde.
—Claromamá, ¿en qué te puedo ayudar?
—Quisieraque me acompañes al centro a hacer unas compras. Quiero dejar deusar esta ropa conservadora y comprar algo acorde con estos tiempos.
—¡Vayaseñora …! —dijo mi mujer—. Me alegro que hayas tomado esadecisión… Justamente quería proponerte eso… Te estoy notandoúltimamente más alegre, más jovial… Ya no tomes mucho solmamita… Tus mejillas están bien coloradas…
«¡Mierda!Felizmente que el maquillaje me oculta un poco… —reflexionabami suegra—.¡Pero cómo me gusta que este concha de su madre me golpee!».
—Aunqueno sé si podré acostumbrarme a vestir ropa juvenil —comentó misuegra—. No sé, ¿qué opina usted César? ¿Usted cree que haríael ridículo vistiendo de esa manera?
—¡Porsupuesto que no doña Esperanza! —opiné yo—. Si usted noaparenta la edad que tiene… Estoy seguro que con una vestimentamoderna, usted se vería más joven y mucho más hermosa…
—Jajajaja…¿Ya ves mami? —anunció mi pareja—. Hasta tu yerno está deacuerdo.
—GraciasCésar —dijo mi suegra—. Es usted muy galante… Siendo así,¿entonces?...
—Entonces,de aquí nos vamos a hacer compras —afirmó Cecilia—. Me mueropor ver a la nueva señora Esperanza con un buen cambio de look… Esmás, vamos a ir a una peluquería para que te arreglen ese cabello,¿okey?
Yfue así que mi mujer y su madre se tomaron toda la tarde para hacercompras y modernizar a mi suegra, para hacerla más juvenil yvoluptuosa. Si supiera Cecilia que en el fondo su madre lo hacía pormí, porque a ella le enardecía satisfacer a su amante, y no soloeso, gozaba recibir las golpizas de su yerno y el trato de puta quele daba.
Enla noche al regresar de mi trabajo, solamente encontré a mi parejaen la cocina.
—Holapreciosa —le dije—. ¿Cómo está la mujer más hermosa delplaneta?
—Pues…la mujer más hermosa del planeta se encuentra bien y feliz de ver alhombre más lindo del planeta —respondió Cecilia—, pero faltaque veas a la mujer más hermosa del universo…
Eneso se presenta mi suegra totalmente transformada, parecía otramujer: el cabello largo ya no lo era, sino corto y muy sexy; unablusa de algodón bien ceñida a su busto que dejaba notar unos senosespectaculares; unos leggins que resaltaban su protuberante culo ycon unas sandalias taco aguja super sexys con las uñas de los piespintadas de rojo carmesí.
—Guauuu…¿Es usted doña Esperanza? —le dije estupefacto—. ¡Es increíbleel cambio…! ¡ mis aplausos suegrita! ¡Usted está espléndidamentehermosa y con un cuerpo voluptuoso que cualquier adolescente sentiríaenvidia de usted!
—Muchasgracias César. Es usted muy galante y caballeroso.
—Ya-ya-ya…Me estoy poniendo celosa —exclamó mi mujer—. ¿Ya ves mami? Esaes la forma en que debes vestirte a partir de ahora… Ayy bueno…Lamentablemente me toca hoy turno noche, así que me ducho y luegovoy para el hospital.
Nosquedamos a solas mi suegra y yo. Tenía unas ganas de culearmela yestoy seguro que ella también sentía lo mismo. Después que se fuesu hija, como ya es rutina en ella cuando nos quedamos solos, salióde su dormitorio completamente desnuda. Yo igualmente me encontrabaen pelotas, con la verga parada.
—Holami amo —habló la madre de mi pareja y a la vez arrodillándosepara retirar mi short y calzoncillo—. ¿Qué desearía cenar hoy?
Empezóa mamarme por un buen rato mi pico. Veía desesperadamente cómo metragaba la verga y me acariciaba los huevos.
—Sluuuup,sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm, mmmm…—disfrutaba mi suegra haciéndome un exquisito felatio—. Nuncadejaré de adorar esta vergaamo… Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm… Es tan hermosay grande… Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm…
—Ooooh,ooooh, ooooh perra… ooooh, ooooh, ooooh… ya estoy por venirme…Mmmm, mmmm, mmmm…
—¡Llénemela boca de su ricalecheamo…! Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm…
Nosoporté más, y solté mi abundante semen dentro de la boca de doñaEsperanza, tragándosela toda.
Despuésde unos segundos ella se puso de pie y me dijo:
—Paramí es un honor satisfacerlo mi señor… Ya sabe que soy su esclava,y usted puede hacer conmigo lo que le plazca… Ahora mi señor, ¿meva a culiar…?
—Todavíano maraca. Estoy que memuero de hambre, así que prepárame la cena.
—¡Porfavor mi señor, quiero sentir su garrote dentro de mi concha y miculo! ¡Por favor, por favor mi amo!
—¡Plaf,plaf, plaf, plaf! —le dí cuatro nalgadas fuertes en su culo.
—¡Yate he dicho que tengo hambre puta!—le dije.
Despuésque mi suegra y yo cenamos, nos trasladamos hacia su pieza dondeculeamos hasta altas horas de la madrugada. Sus tres agujeros: boca,ano y vagina, fuero regados de mi espesa eyaculación.
Unviernes cualquiera cuando nos encontramos almorzando los tres,mencioné lo siguiente:
—Miamor, mañana es el partido de Barcelonacon Real Madrid…¡Va a ser un partidazo…! He invitado a ver el partido a nuestracasa a Lucho y alRafa.Te digo cariño, para que tengas conocimiento…
—¡Ayqué pena cielo! —respondió mi mujer— Me voy a perder elclásico… Es que mañana me toca turno de día … Pero aquí sequeda mamá para que los pueda atender…
—ClaroCésar —dijo mi suegra—. Por mí no hay ningún problema, conmucho gusto los puedo atender…
—¡Québueno suegrita! —expresé— Es que el partido empieza a las dos dela tarde, después del almuerzo, y preferí de paso invitarlos aalmorzar.
Aldía siguiente, después que Cecilia se fue a trabajar mi suegraingresó a mi habitación para preguntarme:
—Buenosdías mi amo. ¿Cómo ha amanecido hoy mi señor…? Espero que bien…He venido a cumplir mi deber como su esclava. El cual lo haré conmucho gusto y placer…
Misuegra, lógicamente ingresó a mi habitación totalmente desnuda, aexcepción de las sandalias, según mis órdenes, quitó la sábana,hallándome completamente desnudo, ya que así acostumbro a dormir,recorrió con su mirada todo mi cuerpo y se detuvo unos segundos enmi verga, la cual tenía restos de semen y de los líquidos dejadosde su hija de la culiada que habíamos tenido, se sentó en la cama ami costado, tomó mi verga y frotó mis testículos muy hábilmente.
—Mmm…parece que ha habido mucha actividad con mi ama Cecilia mi señor…—con su índice derecho jugaba con el semen impregnado en elglande—. Su pichula y sus huevos están empapados de residuos desemen y de los jugos de mi señora Cecilia…
Einmediatamente la madre de mi mujer se metió a la boca toda miverga, comenzando a hacer una limpieza bastante profunda de mi pico,mientras que con la mano izquierda acariciaba las pelotasexquisitamente. La habilidad de esa mujer con las mamadas de pene eraespectacular, que hizo que mi verga se empinara rápidamente.
Despuésde algunos minutos, mi suegra se subió sobre mi , hizo unasentadilla y se metió mi verga hasta el fondo de su concha .
—Uffff,uffff, uffff, uffff, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg… Mi señor, mi amo…¡Qué riiiico se siente…! Ooooh, ooooh, ooooh… Su esclava es unaadicta a la verga mi amo… ¡Una adicta…! Oh, oh, oh, oh, oh, oh…—doña Esperanza subía y bajaba rápidamente con mi verga dentrode su vagina—. Ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah… Siii, siii, siii…Le cuento mi amo… Oh, oh, oh, oh, oh, mmm, mmm, mmm… No veía lashoras… Aaaah, aaaah, aaaah, que la ama se vaya a trabajar… Ooooh,ooooh, ooooh, mmmm, mmmm, mmmm… Para poder coger con usted…Uffff, uffff, uffff…megusta el pico amo !!!!!! quiero estar llena a toda hora ...
—Asíveo puta, no puedes vivir sin tener una vergadentro tuyo… Ahora sigue cabalgando dándome la espalda, paraapreciar tu hermoso e impresionante culo…
—¡Suspalabras son órdenes mi amo! —la mamá de mi mujer, hizo lo que lepedí e inclinó su busto para resaltar más su culo—. Ningunavergahabía ingresado por allí mi señor… Solamente la suya… Elcornudo de mi marido no sabe culiarcomo usted…
—¡Plaf!¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! —con mis manos le proporcionaba fuertesgolpes sobre sus glúteos— ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!...
—¡Siii,siiii, siiii, siiii! ¡Pégueme, azóteme mi amo! Ooooh, ooooh,ooooh… ¡Soy una mujer muy mala…! Mmmm, mmmm, mmmm… ¡Me lomerezco…! Aaaah, aaaah, aaaah… ¡Me estoy cogiendo alhombre demi hija…! Soyuna verdadera puta !!! Uffff,uffff, uffff… Me estoy tragando… Ooooh, ooooh, ooooh… Otraverga que no… Mmmm, mmmm, mmmm… Es de mi marido… ¡Rico, rico,rico…!
—¡Eresun perra!¡Una puta! Te voy a entregara quien quiera culearte, cualquier vagabundo, viejo verde odegenerado.…Ooooh, ooooh, ooooh…
—¡Cuántodesearía mi amo! Mmmm, mmmm, mmmm… ¡Ser puta decualquiera!Aaaah, aaaah, aaaah… ¡Sentirme penetrada por varias vergas…!Uffff. Uffff, uffff… Mi señor, mi señor… ¡Exquisito,exquisito…! Siento su leche… Ooooh… Siento su leche mi amo…Me corro, me corro, me corroooo… Aaaah, aaaah, aaaah, aaaah, aaaah…
Despuésde llenar sus entrañas con mi semen, la madre de Cecilia explotabaen un gran orgasmo. Nos quedamos semi desmayados en mi cama, pensandoen el gran placer que acababamos de tener. Doña Esperanza estabadándome la espalda. Su figura resaltaba en esa posición, fácilsería confundirla con una mujer de treinta años. Algunos segundosmás tarde, ella me dijo:
—Unapregunta mi amo, ¿salgo desnuda delante de sus amigos?
—Noputa,solamente cuando estemos los dos solos vas a caminar desnuda en casa.Cuando lleguen mis amigos te puedes colocar algo atrevido, algo sexy…Quisiera exhibir a mi esclava… Quiero que se deleiten con tucuerpo… Eres hermosa perra…
Misamigos llegaron a mi casa a las once y media de la mañana, trayendoconsigo dos cajas de cerveza bien heladas.
—¡Nosean pendejos! —les dije— ¿Ustedes creen que mi casa es un bar oun “chupódromo”?
—Oyecompadre —dijo Lucho—, tú sabes que se necesita un poco dealcohol para apreciar un partido como el que vamos a ver…
—Noes para menos César—habló Rafa—, no todas las semanas se puedever un partido entre elBarca y el Real,¿si o no?
—Ok,ok… Menosmalno está mi mujer, sino los sacaa patadas de aquí… jajajaja…
Realmenteyo me sentía bendecido —si se podía llamar así— de poder cogertanto a mi mujer como a la mamá de ella, es decir, madre e hija.
Comoya habíamos quedado con mi suegra, cuando no se encontraba Cecilia,ella caminaba completamente desnuda por casa excepto por unassandalias de taco aguja. Encontrar a doña Esperanza así desnuda pormi casa, despertaba en mí un morbo salvaje, unos deseos tremendosde poseerla, que nunca me había pasado con su hija: la culeaba enlos baños, en la piscina, en cualquiera de las piezas, en la cocina,en el comedor, en el living, etc. Lo sorprendente era que su conchase encontraba siempre húmeda, rezumando jugos. En variasoportunidades, le colocaba mi cinturón, algunas veces una corbataamarrada alrededor de su cuello. Hacía que se hincara como una perray me la llevaba a recorrer toda la casa. Le obligaba a mamarme laverga cada cierto tiempo sin tocarla con sus manos, ya que yo tambiénestaba desnudo, y continuábamos recorriendo cada rincón. Meagachaba para ver su concha y gozaba viendo cómo sus fluidosvaginales resbalaban por sus piernas, esa situación metranquilizaba en cierta manera, porque me daba cuenta que disfrutabaser humillada. Así mismo, cada intervalo de tiempo golpeaba su culocon cualquier objeto que encontraba a mi paso y ella gemía deplacer.
Cuandosalía de casa, ya fuera para ir a trabajar o por cualquiercircunstancia, ella pasaba sus brazos por encima de mi cuello, medaba un buen morreo, luego se arrodillaba, abría el cierre delpantalón, sacaba mi verga y me daba una buena mamada hasta inundarsu boca de mi leche, la que tragaba con delirio.
—Esoes para que piense en mí amo… Para que recuerde que su esclava loestá esperando… ¡Qué le vaya bien mi dueño!...
Unavez, a la hora de almorzar en donde nos encontrábamos los tres,saltó a conversación lo siguiente:
—AyCecilia. ¿Me podrías hacer un favor cariño? —expresó misuegra—. Si es que no tienes que hacer nada más tarde.
—Claromamá, ¿en qué te puedo ayudar?
—Quisieraque me acompañes al centro a hacer unas compras. Quiero dejar deusar esta ropa conservadora y comprar algo acorde con estos tiempos.
—¡Vayaseñora …! —dijo mi mujer—. Me alegro que hayas tomado esadecisión… Justamente quería proponerte eso… Te estoy notandoúltimamente más alegre, más jovial… Ya no tomes mucho solmamita… Tus mejillas están bien coloradas…
«¡Mierda!Felizmente que el maquillaje me oculta un poco… —reflexionabami suegra—.¡Pero cómo me gusta que este concha de su madre me golpee!».
—Aunqueno sé si podré acostumbrarme a vestir ropa juvenil —comentó misuegra—. No sé, ¿qué opina usted César? ¿Usted cree que haríael ridículo vistiendo de esa manera?
—¡Porsupuesto que no doña Esperanza! —opiné yo—. Si usted noaparenta la edad que tiene… Estoy seguro que con una vestimentamoderna, usted se vería más joven y mucho más hermosa…
—Jajajaja…¿Ya ves mami? —anunció mi pareja—. Hasta tu yerno está deacuerdo.
—GraciasCésar —dijo mi suegra—. Es usted muy galante… Siendo así,¿entonces?...
—Entonces,de aquí nos vamos a hacer compras —afirmó Cecilia—. Me mueropor ver a la nueva señora Esperanza con un buen cambio de look… Esmás, vamos a ir a una peluquería para que te arreglen ese cabello,¿okey?
Yfue así que mi mujer y su madre se tomaron toda la tarde para hacercompras y modernizar a mi suegra, para hacerla más juvenil yvoluptuosa. Si supiera Cecilia que en el fondo su madre lo hacía pormí, porque a ella le enardecía satisfacer a su amante, y no soloeso, gozaba recibir las golpizas de su yerno y el trato de puta quele daba.
Enla noche al regresar de mi trabajo, solamente encontré a mi parejaen la cocina.
—Holapreciosa —le dije—. ¿Cómo está la mujer más hermosa delplaneta?
—Pues…la mujer más hermosa del planeta se encuentra bien y feliz de ver alhombre más lindo del planeta —respondió Cecilia—, pero faltaque veas a la mujer más hermosa del universo…
Eneso se presenta mi suegra totalmente transformada, parecía otramujer: el cabello largo ya no lo era, sino corto y muy sexy; unablusa de algodón bien ceñida a su busto que dejaba notar unos senosespectaculares; unos leggins que resaltaban su protuberante culo ycon unas sandalias taco aguja super sexys con las uñas de los piespintadas de rojo carmesí.
—Guauuu…¿Es usted doña Esperanza? —le dije estupefacto—. ¡Es increíbleel cambio…! ¡ mis aplausos suegrita! ¡Usted está espléndidamentehermosa y con un cuerpo voluptuoso que cualquier adolescente sentiríaenvidia de usted!
—Muchasgracias César. Es usted muy galante y caballeroso.
—Ya-ya-ya…Me estoy poniendo celosa —exclamó mi mujer—. ¿Ya ves mami? Esaes la forma en que debes vestirte a partir de ahora… Ayy bueno…Lamentablemente me toca hoy turno noche, así que me ducho y luegovoy para el hospital.
Nosquedamos a solas mi suegra y yo. Tenía unas ganas de culearmela yestoy seguro que ella también sentía lo mismo. Después que se fuesu hija, como ya es rutina en ella cuando nos quedamos solos, salióde su dormitorio completamente desnuda. Yo igualmente me encontrabaen pelotas, con la verga parada.
—Holami amo —habló la madre de mi pareja y a la vez arrodillándosepara retirar mi short y calzoncillo—. ¿Qué desearía cenar hoy?
Empezóa mamarme por un buen rato mi pico. Veía desesperadamente cómo metragaba la verga y me acariciaba los huevos.
—Sluuuup,sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm, mmmm…—disfrutaba mi suegra haciéndome un exquisito felatio—. Nuncadejaré de adorar esta vergaamo… Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm… Es tan hermosay grande… Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm…
—Ooooh,ooooh, ooooh perra… ooooh, ooooh, ooooh… ya estoy por venirme…Mmmm, mmmm, mmmm…
—¡Llénemela boca de su ricalecheamo…! Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm…
Nosoporté más, y solté mi abundante semen dentro de la boca de doñaEsperanza, tragándosela toda.
Despuésde unos segundos ella se puso de pie y me dijo:
—Paramí es un honor satisfacerlo mi señor… Ya sabe que soy su esclava,y usted puede hacer conmigo lo que le plazca… Ahora mi señor, ¿meva a culiar…?
—Todavíano maraca. Estoy que memuero de hambre, así que prepárame la cena.
—¡Porfavor mi señor, quiero sentir su garrote dentro de mi concha y miculo! ¡Por favor, por favor mi amo!
—¡Plaf,plaf, plaf, plaf! —le dí cuatro nalgadas fuertes en su culo.
—¡Yate he dicho que tengo hambre puta!—le dije.
Despuésque mi suegra y yo cenamos, nos trasladamos hacia su pieza dondeculeamos hasta altas horas de la madrugada. Sus tres agujeros: boca,ano y vagina, fuero regados de mi espesa eyaculación.
Unviernes cualquiera cuando nos encontramos almorzando los tres,mencioné lo siguiente:
—Miamor, mañana es el partido de Barcelonacon Real Madrid…¡Va a ser un partidazo…! He invitado a ver el partido a nuestracasa a Lucho y alRafa.Te digo cariño, para que tengas conocimiento…
—¡Ayqué pena cielo! —respondió mi mujer— Me voy a perder elclásico… Es que mañana me toca turno de día … Pero aquí sequeda mamá para que los pueda atender…
—ClaroCésar —dijo mi suegra—. Por mí no hay ningún problema, conmucho gusto los puedo atender…
—¡Québueno suegrita! —expresé— Es que el partido empieza a las dos dela tarde, después del almuerzo, y preferí de paso invitarlos aalmorzar.
Aldía siguiente, después que Cecilia se fue a trabajar mi suegraingresó a mi habitación para preguntarme:
—Buenosdías mi amo. ¿Cómo ha amanecido hoy mi señor…? Espero que bien…He venido a cumplir mi deber como su esclava. El cual lo haré conmucho gusto y placer…
Misuegra, lógicamente ingresó a mi habitación totalmente desnuda, aexcepción de las sandalias, según mis órdenes, quitó la sábana,hallándome completamente desnudo, ya que así acostumbro a dormir,recorrió con su mirada todo mi cuerpo y se detuvo unos segundos enmi verga, la cual tenía restos de semen y de los líquidos dejadosde su hija de la culiada que habíamos tenido, se sentó en la cama ami costado, tomó mi verga y frotó mis testículos muy hábilmente.
—Mmm…parece que ha habido mucha actividad con mi ama Cecilia mi señor…—con su índice derecho jugaba con el semen impregnado en elglande—. Su pichula y sus huevos están empapados de residuos desemen y de los jugos de mi señora Cecilia…
Einmediatamente la madre de mi mujer se metió a la boca toda miverga, comenzando a hacer una limpieza bastante profunda de mi pico,mientras que con la mano izquierda acariciaba las pelotasexquisitamente. La habilidad de esa mujer con las mamadas de pene eraespectacular, que hizo que mi verga se empinara rápidamente.
Despuésde algunos minutos, mi suegra se subió sobre mi , hizo unasentadilla y se metió mi verga hasta el fondo de su concha .
—Uffff,uffff, uffff, uffff, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg… Mi señor, mi amo…¡Qué riiiico se siente…! Ooooh, ooooh, ooooh… Su esclava es unaadicta a la verga mi amo… ¡Una adicta…! Oh, oh, oh, oh, oh, oh…—doña Esperanza subía y bajaba rápidamente con mi verga dentrode su vagina—. Ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah… Siii, siii, siii…Le cuento mi amo… Oh, oh, oh, oh, oh, mmm, mmm, mmm… No veía lashoras… Aaaah, aaaah, aaaah, que la ama se vaya a trabajar… Ooooh,ooooh, ooooh, mmmm, mmmm, mmmm… Para poder coger con usted…Uffff, uffff, uffff…megusta el pico amo !!!!!! quiero estar llena a toda hora ...
—Asíveo puta, no puedes vivir sin tener una vergadentro tuyo… Ahora sigue cabalgando dándome la espalda, paraapreciar tu hermoso e impresionante culo…
—¡Suspalabras son órdenes mi amo! —la mamá de mi mujer, hizo lo que lepedí e inclinó su busto para resaltar más su culo—. Ningunavergahabía ingresado por allí mi señor… Solamente la suya… Elcornudo de mi marido no sabe culiarcomo usted…
—¡Plaf!¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! —con mis manos le proporcionaba fuertesgolpes sobre sus glúteos— ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!...
—¡Siii,siiii, siiii, siiii! ¡Pégueme, azóteme mi amo! Ooooh, ooooh,ooooh… ¡Soy una mujer muy mala…! Mmmm, mmmm, mmmm… ¡Me lomerezco…! Aaaah, aaaah, aaaah… ¡Me estoy cogiendo alhombre demi hija…! Soyuna verdadera puta !!! Uffff,uffff, uffff… Me estoy tragando… Ooooh, ooooh, ooooh… Otraverga que no… Mmmm, mmmm, mmmm… Es de mi marido… ¡Rico, rico,rico…!
—¡Eresun perra!¡Una puta! Te voy a entregara quien quiera culearte, cualquier vagabundo, viejo verde odegenerado.…Ooooh, ooooh, ooooh…
—¡Cuántodesearía mi amo! Mmmm, mmmm, mmmm… ¡Ser puta decualquiera!Aaaah, aaaah, aaaah… ¡Sentirme penetrada por varias vergas…!Uffff. Uffff, uffff… Mi señor, mi señor… ¡Exquisito,exquisito…! Siento su leche… Ooooh… Siento su leche mi amo…Me corro, me corro, me corroooo… Aaaah, aaaah, aaaah, aaaah, aaaah…
Despuésde llenar sus entrañas con mi semen, la madre de Cecilia explotabaen un gran orgasmo. Nos quedamos semi desmayados en mi cama, pensandoen el gran placer que acababamos de tener. Doña Esperanza estabadándome la espalda. Su figura resaltaba en esa posición, fácilsería confundirla con una mujer de treinta años. Algunos segundosmás tarde, ella me dijo:
—Unapregunta mi amo, ¿salgo desnuda delante de sus amigos?
—Noputa,solamente cuando estemos los dos solos vas a caminar desnuda en casa.Cuando lleguen mis amigos te puedes colocar algo atrevido, algo sexy…Quisiera exhibir a mi esclava… Quiero que se deleiten con tucuerpo… Eres hermosa perra…
Misamigos llegaron a mi casa a las once y media de la mañana, trayendoconsigo dos cajas de cerveza bien heladas.
—¡Nosean pendejos! —les dije— ¿Ustedes creen que mi casa es un bar oun “chupódromo”?
—Oyecompadre —dijo Lucho—, tú sabes que se necesita un poco dealcohol para apreciar un partido como el que vamos a ver…
—Noes para menos César—habló Rafa—, no todas las semanas se puedever un partido entre elBarca y el Real,¿si o no?
—Ok,ok… Menosmalno está mi mujer, sino los sacaa patadas de aquí… jajajaja…
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