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Soy bisexual, una nena en la cama y un hombre fuera de ella

Soy bisexual, una nena en la cama y un hombre fuera de ella

Siempre me ha gustado la pija, desde la secundaria sentí atracción por ella, cómo recuerdo aquellas tardes en casa de mi primo en las que me dejaba ver sus revistas porno, hablo de inicio de los 90s, “mira que viejota” me decía y obvio que las veía y me encantaban, digo la mujer es y siempre será mi perdición; de ellas me encanta todo, me excitan sus curvas, su piel suave, su feminidad, sus tetas, su vagina, su olor, tan es así que al encontrar a mi chica ideal decidí proponerle matrimonio y hoy soy un hombre felizmente casado con ella y formamos una bonita familia.

Sin embargo siempre me ha gustado la pija, mi primo tenía de todo tipo de revistas, desde las clásicas Playboy donde solo había fotos de chicas (no chicos), hasta unas más subidas de tono donde se podía ver parejas teniendo relaciones, esas eran las que más me gustaba ver, pues mientras que mi primo le veía las tetas y sus vaginas a las chicas, yo le veía la verga al chico de la foto, obvio nunca le dije nada a mi primo sobre mi preferencia.

Con él me tocó tener mis primeras pajas acompañado, vaya nos la jalábamos juntos pero cada quien se daba su satisfacción; en su casa tenían televisión satelital, algo que en México le llamaban parabólica, con ella podíamos ver contenido de otros países, entre ellos canales porno, así que los ponía (obvio cuando no estaban mis tíos) y la pasábamos genial, pero ya estando ahí lo que más me excitaba era no tanto que estuviéramos viendo porno en la televisión sino el hecho de sentirme observado y porque le podía ver la verga parada a mi primo.

Al inicio nos la jalábamos sin voltearnos a ver, pero luego de varias veces propuse que nos desnudamos completamente y que NO nos sintiéramos intimidados por vernos; así que con el tiempo ya no nos dio pena y ya veíamos normal que nos volteáramos a ver cuando sobábamos nuestras pijas, a mí eso me calentaba mucho, que mi primo me viera desnudo con la pija parada y obvio yo verle a él igual.

Paso el tiempo, llegó el internet y con él el porno, al principio eran fotos, ya después llegaron los páginas de vídeos porno, para esto yo ya estaba terminando la universidad y salía con una mina hermosa que conocí en la escuela, con ella cogía a cada rato, me encantaba todo de ella, cómo me la chupaba, cómo me la cogía y también cómo ella me cogía, no me refiero a que ella me penetrara, no, sino simplemente como se movía cuando hacíamos el amor, con ella pasé y sigo pasando gratos momentos en cuanto al sexo, con ella me casé y aún me sigue complaciendo.

Sin embargo mi vida sexual era algo aburrida, o cogía con ella o me masturbaba, eran las dos formas de llegar al orgasmo; al inicio buscaba revistas de chicas desnudas, luego con las páginas porno se abrió un universo de opciones y aquí fue donde empece a explorar; sí, me encanta la verga, pero no quería ver videos gay pues en ese momento no me atraían los chicos, a mí lo que me gustaba era la verga y el cuerpo femenino (las curvas, las chichis), y por lo mismo descubrí el mundo trans, ese combo me encantó, tenía lo mejor de los dos mundos, una chica bonita con tetas enormes y verga, uffffff, era lo que andaba buscando.

Y tanto lo busqué que llegó el momento en que me aburrió, para esto yo ya estaba casado y recién había nacido mi hijo el mayor, el sexo con mi esposa seguía siendo bueno, pero ya no era tan seguido como cuando andábamos de novios, con ella lo hacía en donde me placiera, ella también es muy cachonda y siempre ha aceptado mis fantasías, si le proponía hacerlo en un lugar público lo hacíamos y eso me prendía de ella, que aceptaba todas mis loqueras y se prestaba para ellas.

Un día le confesé que era exhibicionista, le dije que me gustaba que me viera gente desconocida desnudo, en algunas ocasiones aceptó tener relaciones conmigo en lugares “abiertos”, pero no le gustaba mucho, por el temor de que nos fueran a cachar teniendo relaciones.  Y aunque ha aceptado mi locura del exhibicionismo no comparte mi gusto pues le he llegado a proponer ir a fiestas swingers o que nos veamos con parejas exhibicionistas y nunca ha aceptado mis propuestas.

Hasta ese momento mi vida sexual era normal, por lo regular en la misma casa, en la misma cama y con la misma mujer, hasta que llegó mi prima Paola, ella le dió un vuelco rotundo a mi sexualidad, con ella exploré otras opciones que me encantaron y por las cuales hoy puedo decir que soy bisexual y exhibicionista de corazón.

Aunque hay que decirlo, antes de mi prima tuve varios encuentros con una vecina que literalmente hizo lo que quiso conmigo, ella dominaba y por alguna razón eso me encantaba. 

Con ella conocí la feminización, que luego se convirtió en un gusto propio pues me encanta sentir la lencería femenina en mi cuerpo; ella literalmente me volvió travesti y un adicto a la autosatisfacción anal; me compró de todo, desde calzones tipo bikini hasta lencería de encaje, zapatos altos, pelucas y muchas cosas más.  

Ella me dominaba, me vestía, me hacía “su nena” y lo peor del caso es que me gustaba, hoy sigo “vistiéndome” en privado y eso me excita, hoy me “transformo” cuando tengo sexo con mi esposa pues ella sabe que soy bisexual y que me gusta la lencería, sin duda eso es a algo de lo mucho que me gusta de ella, que acepta todos mis gustos y preferencias.

bisexual

Pero hubo un punto en donde ya de plano me acepte como bisexual, y todo fue gracias a mi prima Paola (que también es bisexual), con ella hice y deshice; el sexo en mi casa ya no fue lo mismo cuando ella llegó; ella me prendía, ella me aceptaba, ella me manipulaba, ella me dominaba, ella me vestía, ella proponía… sin duda alguna hay un antes y un después desde que ella llegó, pues con ella tuve mi primer encuentro sexual con un hombre y también con otras mujeres.

Pero la que más me marcó, fue esa experiencia con su amigo, ahí fue cuando dije, “me gustan los hombres”, digo, no para una relación amorosa sino para una relación meramente sexual, pues no es lo mismo sentir una verga de plástico a una real, o besar a un hombre con barba de dos días (esa barba que pica), o oler ese perfume de hombre que te hace babear por él, o sentir una verga ajena en tus manos o en tu culo, todo ese combo me encantó. 

Hoy, después de años de aceptación puedo decir que me encantan los chavitos, los pibes flacos, pibes de 20 a 30 años, pibes fuertes, pibes marcadillos, ese es mi gusto en cuanto a hombres; y de mujeres no hay de otra, me gustan de mi misma edad o mayores, el tamaño de las tetas o su culo me da igual, lo que a mí me importa es que sean decididas, mandonas, que me dominen en la cama y que también se dejen dominar, esa combinación me vuelve loco.

Las trans, eran un gusto culposo simplemente porque tienen verga, pero no hay como separar las cosas, vaya no hay como hacerlo con una mujer y ser su hombre, el macho alfa, el activo, el que penetra, el dominante; o hacerlo con un hombre y dejarte dominar por un macho que que quiere penetrarte y venirse encima de ti o dentro de ti.

En fin, las cosas han cambiado mucho en los últimos 10 años, pocos saben mi secreto pero con que lo sepa Dios, mi esposa y uno que otro amigo me doy por bien servido.  Lo importante es sentirse uno bien, sentirse a gusto con su cuerpo, con sus preferencias y aceptarse uno tal cual es; así me hizo Dios y así me acepto, siempre cuidándome para no agarrar una enfermedad, que gracias a Dios nunca me ha pasado. 

Así que hoy me defino como un hombre exhibicionista que le gusta desnudarse frente a la gente, y también me defino como un hombre bisexual, que probó el sexo con hombres y mujeres, y en mi caso ambos bandos me gustan mucho.

Si tú estás en el proceso de definirte, no te preocupes, llegará el día en que te suceda lo mismo que a mí, llegará el día en que experimentes ambos lados y decidas si solo te gusta con mujeres o si solo te gusta con hombres, o ambos casos como un servidor.  

Lo importante es que no lo busque, deja que las cosas se den, pues así es cómo funciona mejor, ya llegará el indicado o la indicada que te hará decir, de este lado me siento mejor o me quedo en medio pues ambos bandos me encantan.

Así que hoy puedo decir que soy un hombre con gustos variados, un hombre que a cumplido sus fantasías, por un lado he sido toda nena en la cama y por el otro un hombre dominante fuera de ella.  Así soy y así seré, un cachondo hombre bisexual.

Saludos a todos desde México.

bisexualidad masculina

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