You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mónica duerme sola - Parte 4 (fin)

Esa noche del Jueves, nuestra última noche solos, cenamos y nos acostamos dentro de todo temprano. Cuando estabamos en la cama hicimos el amor.

Quiero que se entienda, porque todos sabemos la diferencia. No tuvimos sexo, hicimos el amor.

Como pareja. Como amantes. Como un hombre y una mujer que se aman. Si esa iba a ser nuestra última vez, juro que fue increíble. No hubo destrezas sexuales, no se rompió ningún record, no hubo nada extravagante. Tan sólo, y como si ésto fuese tan poco, tan sólo hicimos el amor. Bien. Plenamente. Hacía muchos pero muchos años que no me había sentido tan amada, en todo el sentido de la palabra. Y si ese era nuestro final, pues que final que fue...

Me había puesto la alarma temprano, a las 7, ya que el micro que traía a Lucas arribaba a las 8. Cuando sonó la alarma me desperté y sin abrir los ojos, de costumbre, estiré un brazo para sentir el cuerpo de Juani... pero lo único que encontré fue a la sábana. Vacía y fría. Una almohada sin ninguna cabeza apoyada. Un lugar vacío donde antes estaba el hombrecito que me amó y al que yo amé. Me quedé mirando el lugar vacío en mi cama en silencio, pensando. Me sentía un poco como la nena que lloraba y lloraba antes que le den una inyección, y de repente se la daban y listo. Había pasado todo. Era mas dolorosa la anticipación del momento que el momento en si. La ausencia de Juani en mi cama fue mi inyección. No había vuelta atrás y había que seguir viviendo.

Me levanté y me vestí. Pensé en salir y desayunar directamente un cafecito en la terminal de micros. Antes de salir, muy despacito abrí la puerta de la pieza de los chicos y ahi lo vi a Juani, durmiendo en su cama simple, plácidamente. Mi mente ya se estaba haciendo a la idea que se había acabado todo. Pensé que se me iban a venir a la cabeza ideas de mandarme una última con el... una verdadera, verdadera última, apremiada de tiempo... pero no. Sonreí para mi misma y decidí dejarlo que duerma tranquilo.

Llegué con tiempo de sobra a la terminal y me puse a esperar y a desayunar ahi. Estaba casi sola, sólo había un tipo también esperando y leyendo el diario. Había una paz en el ambiente y un olorcito a café muy agradable. Los que hayan pasado un rato, bien temprano a la mañana, en un bar de terminal de micros sabrán la atmósfera a la que me refiero, que me encanta. Me puse a pensar, ya que tenía tiempo de sobra, cómo iban a volver a ser las cosas. Yo ya me sentía, como dije, que me habían dado ya la inyección, y algo de efecto me estaba haciendo. Pero, y a Juani? A Juani también le habrán dado su inyección? Ibamos a tener el resto de las vacaciones en paz? Normal? O se iba a descontrolar todo de nuevo? Yo por mi parte, deseaba volver a la normalidad. No se si había pasado tan poco tiempo que no lo extrañaba todavía a Juani, pero eso era lo que pensaba.

El micro llegó finalmente un poquito retrasado y lo vi bajar a mi Luquitas, con mucho trabajo debido a su bota ortopédica. Nos abrazamos y lo llené de besos y sonrisas. Me alegró tanto verlo de nuevo y eso que no habían pasado tantos dias. Cargamos sus bolsos en el auto y volvimos para casa, charlando de su lesión, como se sentía y de todo. Cuando llegamos Juani ya estaba despierto y desayunando. Se alegraron muchísimo de verse los dos, se abrazaron y empezaron a charlar de sus cosas, mientras yo le hacía el desayuno a Lucas.

Los dejé estar y reencontrarse. Le dejé el café con leche a Lucas y me fui de la cocina, dejándolos para hacer mis cosas por la casa. Que en realidad no eran muchas, pero quería que los dos chicos tengan su espacio como siempre lo tuvieron. Esperaba volver a la normalidad, ya que aun me quedaban tres semanas de convivencia con los dos. Yo me volvía para el cambio de mes y mi ex marido (mi ex marido en serio, el padre de Lucas) ya me dijo que se venía el para Pinamar, nos cruzaríamos un dia o menos y el tomaba la posta de quedarse con los chicos. No me molestaba verlo, para nada. Pese al divorcio había quedado una relación normal. Nos veíamos muy poco, pero siempre bien.

Juani parecía que también había recibido su inyección. Al menos ese primer par de dias. Estaba de nuevo con su mejor amigo y, pese a la condición de Lucas y su dificultad para caminar, se la pasaban los dos de aca para allá, dejándome bastante sola a mi para que haga mi vida, en casa o afuera. Yo salía. A caminar por la playa o a meterme en el agua. A pasear por la ciudad, hacer algunas compritas... cualquier cosa. Me distraía. A veces sólo los veía para los almuerzos o ya a la noche en casa. Y mas que algunas miradas medio largas que nos dabamos a escondidas con Juani, no pasó mas que eso.

A los pocos dias de haber llegado Lucas, ahi si tuve un pequeño episodio. No se si decirle episodio, realmente no se cómo llamarlo. El dia anterior los dos amigotes habían ido a la playa y parece que se hicieron amigos de un par de chicas. Intercambiaron teléfonos, todo eso. Ya se estaban mensajeando. Yo los escuchaba charlar entre ellos. Juani le decía a Lucas que no sea pelotudo, que salgan juntos, todo bien, pero que no joda ya que el tenía a Maribel, su novia. Que no pase de salir, pasarla bien y nada mas. Lucas le dijo a Juani que se mande con la otra, que le pareció que le tenía ganas a Juani. Yo estaba en la cocina y ellos en el living, pero los escuchaba perfecto. Escuché a Juani cagarse de risa y decir, "Uff... si se da... sabés cómo me la re garcho...".

Yo como un reflejo estrujé el repasador que tenía en la mano y me sentí brotar un bronca inusitada. Casi hasta lágrimas de bronca de repente. No se de donde me salió, "Chicos, por favor che! No sean guarangos por Dios!!!!", les grité. Pero les grité mal. Enojada.Con un enojo que no tenía nada que ver, completamente desproporcionado con el comentario de Juani.

Los escuché callarse de repente y reírse bajito... "Bueh... perdón...", dijo Lucas. Juani no dijo nada.
Eso me arruinó el humor todo el resto del dia. No lo quise dejar ver mucho pero cené enojada, me acosté enojada y me dormí enojada. Temprano. Dejando que los chicos se queden hasta la hora que quisieran despiertos.

A la mañana cuando me desperté sentí un olor raro. Agradable, pero raro. Pensé que los chicos estarían haciendo algo, fue lo primero que me vino a la cabeza, pero cuando me di vuelta para incorporarme... vi una rosa apoyada en la almohada vacía al lado mio. Era de nuestro jardín. Seguro Juani la había cortado en algun momento y me la dejó ahi mientras yo dormía. Yo sonreí... y se me vino a la cabeza todo de nuevo. Todo. Juani. Todo lo que hicimos. Todo lo que sentí esos días... todo. La inyección se me empezó a desvanecer. Lo cual no era bueno. No era nada bueno.

Me pasé el resto del dia intercambiando miradas largas con Juani. Casi ni nos hablamos, pero nos dijimos un montón con los ojos, lejos de la atención de Lucas. Por suerte no hubo ningún momento en el que Juani y yo quedemos solos, sino... no se. No se que habría pasado o quién habría hecho algo.

Pero al dia siguiente finalmente pasó. Y cómo pasó...

Yo ya estaba con una calentura que volaba. Hacía mas de una semana que había pasado de ser cogida varias veces por dia por ese machito bello e increíble... a nada. De cien a cero en un minuto. Y mi cuerpo me lo venía pidiendo hacía rato. Juani por ahi estaba en la misma también. Estaba seguro que algún momento privado durante los dias el encontraba para masturbarse y aliviarse, pero no se si le alcanzaba. A mi seguro que no me alcanzaba. Me estaba volviendo loca de deseo de nuevo.

Ese dia Lucas y Juani se iban a ir al mediodía a encontrarse con unos amigos de Lucas, de ahi de Pinamar, para almorzar y después salir por ahi. Juani ya se había bañado y estaba sentado el sillón mirando TV como tantas otras veces. Lucas se estaba aprestando pero todo se le hacía muy lento por el tema de su lesión y su bota. Yo estaba en la cocina y lo escuché a Lucas gritarme desde su pieza.
"Ma! Me voy a bañar! Donde está mi remera azul?"
"Ay está ahi con tu ropa, Lucas... mirá un poquito...", le contesté fastidiada
"Listoooo... me meto a la ducha...", me contestó luego de un momento.

Yo me fui al living y me senté con Juani a mirar la TV un rato. Mi idea era esperar que se fueran de una vez. Iba a tener toda la tarde casi para mi, para unas buenas sesiones de masturbación en mi cama. Juani no me dijo nada, los dos nos pusimos a ver la tele hasta que luego de un ratito escuché el agua de la ducha finalmente abrirse.

Juani miró por encima y atrás mio, para el lado del largo pasillo que finalmente desembocaba en nuestras habitaciones y en el baño. Yo lo miré suave y el me miró. Nos quedamos asi en silencio unos segundos. El finalmente rompió el silencio incómodo.
"Que lástima que no se puede hacer nada, no?", me dijo.
Yo le asentí, sin dejar de mirarlo, "Y, no... es asi, Juani. Ya lo sabíamos..."
"Si, pero... no sabés lo caliente que estoy, Moni."
Yo tragué saliva, y le contesté bajito. No se por que, no hacía falta, "... yo también."
"... y lo que te extraño..."
Yo no le dije nada, sólo bajé la mirada. Sentí que estiró el brazo y me tomó de la mano, acariciándomela. Yo le devolví las caricias y nos miramos un largo momento.
"Vení...", me dijo suave y se incorporó. Me sostuvo la cara y me dió un beso suave... suave al principio, pero pronto yo no pude mas y los dos abrimos nuestras bocas, dejando que nuestras lenguas jueguen después de tanto tiempo.

Yo me zafé del beso luego de disfrutarlo un ratito, pero dejé la cara ahi, rozándola y frotándola contra el rostro de Juani, que me estaba llenando las mejillas y un poco del cuello de piquitos.
"No se puede, Juani...", le suspiré bajito.
"Si, ya se que no", me susurró.
"... entonces pará..."
"Lucas va a tardar", me dijo al oído, "Sabés que tarda un montón en ducharse con la bota esa de mierda..."
"No podemos con el acá, Juani... no sabés cuánto lo deseo, pero no podemos...", le supliqué.


Sentí su mano acariciándome un muslo y la mia, como con vida propia le empezó a acariciar los abdominales, mientras nos seguiamos dando piquitos en la cara y en nuestros cuellos. Sentí que me chupó el lóbulo de la oreja y casi me derrite la sensación, ahi me habló al oído, bien, bien bajito.
"Me la chupás un poquito, Moni? Por favor..."
La idea de tener la pija de Juani en la boca de nuevo ya me estaba haciendo salivar, "Dios... no se puede Juani... sabés cuanto quiero, pero...."
"Dale mi amor... es ahora o nunca... por favor... no sabés cómo estoy...", me rogó.

Y yo no aguanté mas. No hay otra forma de explicarlo. Sencillamente no aguanté mas. Lo agarré de sus bermudas y el hizo lo mismo, rápido, levantando sus caderas del sillón. Se las bajé completamente hasta los tobillos y me incliné sobre el. Tenía de nuevo esa pija grande y divina enfrente de mi cara. Sin perder tiempo la agarré por la base con una mano y me la llevé a la boca, gimiendo como una perra cada vez que la sentía entrar con mis vaivenes de la cabeza. Juani se echó un poco atrás y se recostó en el sillón, el también gimiendo fuerte y profundo de placer al sentir el calor de mi boca alrededor de su verga maravillosa, mientras el único otro sonido que había en la casa era el ruido blanco medio lejano de Lucas en la ducha. Yo rogaba que Juani no suene muy fuerte, pero cada segundo yo necesitaba chuparlo mas y mas.

Ya sentía mis pezones aplastándose incómodamente contra la tela de mi conjuntito, erectos a mas no poder, asi que con una mano libre me tironée de la tela y deje mis tetas colgarme al aire. Pronto me incliné mas, para tomar mas de la verga de Juani en mi boca y se las empezé a apoyar y frotar contra su pierna desnuda. Que hermosa sensación era tener esa pija llenándome la boca de nuevo, que gusto hermoso, que placer... Sentirlo gemir de éxtasis a Juani también me alimentaba mi propio morbo.

De pronto mientras yo estaba mamando a Juani, sonó su celular. Yo me sobresalté un poco y perdí el ritmo, pero enseguida sentí la mano de Juani en mi nuca, presionándome para que no largue y siga complaciéndolo. Cuando atendió y se puso a hablar, no puedo explicarles la oleada de calentura y morbo profundo que me invadió al darme cuenta que la que lo llamó era Andrea, su mamá. Parte de mí quería largar, me parecía demasiado, pero tenía mi interior inflamado de calentura y la idea de estar chupándole la pija al hijo, mientras el hablaba con la madre y mi propio hijo estaba en casa a unos metros en la ducha... era demasiado. Literalmente demasiado. Lo empecé a chupar con unas ganas inusitadas.

Creo que Andrea le preguntó en un momento seguramente cómo se estaban arreglando ahora para dormir, si había camas para todos. Seguro se estaba preocupando porque su hijo no esté durmiendo de cualquier manera en algún sillón. Juani se rió y le explicó cómo era todo el tema de las camas, que había suficiente para todos.

"No, ma... no te preocupes. Mónica duerme sola... no duerme con Lucas... hay camas...mmmh... de sobra...", le escuché decir mientras mi cabeza iba arriba y abajo en su verga.

Cuanto mas lo escuchaba hablar a Juani y tratar de disimular sus gemidos en la conversación, mas me calentaba yo. No se por que se me vinieron ideas tan feas a la cabeza. Feas, pero que me calentaban y me animaban a seguir mas y mas. No se por que empecé a pensar lo que pensé, pero no lo podía evitar. En mi voz interna, en mi diálogo en mi propia cabeza, me escuché a mi misma hablarle a mi amiga Andrea, a la madre de Juani.

"Si... si... seguí hablando, Andy... seguí hablando mientras yo me atraganto con la pija increíble de tu nene. Seguí preguntándole cómo está... el nene está bien... una hembra en serio lo está complaciendo... dándole placer al pijón enorme que tiene. Si, preguntale si la está pasando lindo... que hombre hermoso pariste, Andy... que verga maravillosa que tiene tu hijito... Ah, y cuando lo escuches gemir, largo y profundo, sabés que es? Es que me está llenando la boca de leche, Andrea. Es porque tu hijito me ama, y yo a el. Y me estoy tragando toda su leche. Me voy a tragar toda la leche que me de, ni una gotita voy a dejar... me la voy a tragar toda hasta que me reviente la panza, conchuda. Le voy a dejar los huevos como dos pasas de uva. Me voy a tragar a todos tus nietitos, hija de puta, son míos ahora... y me va a encantar... y a tu hijito le va a encantar también... Porque tu nene es mío ahora, Andrea... sólo mío..."


Mónica duerme sola - Parte 4 (fin)


No se por que pensé todo eso, y de esa forma tan grotesca y agresiva, pero es lo que pensé y no lo pude evitar. Andrea era una amiga de muchos años y nos llevamos bien siempre, la quería mucho, no se de dónde había salido todo eso. Quizás era envidia? Mi subconsciente sabía que Andrea lo iba a tener a Juani siempre, toda la vida, y yo no. Yo sólo ahora. No lo se.

Luego de un ratito escuché a Juani cortar la conversación y ponerse a gemir mas fuerte y a putear por lo bajo. Me aferró de la nuca con fuerza y me empezó a empujar la cabeza mas profundo. Mi hombrecito necesitaba acabar pronto. Yo me armé de coraje y tomando aire por la nariz dejé que me presione, hundiendo la cabeza yo también, hasta que le sentí la piel de su pierna rozándome la nariz... y el largo de su verga hermosa todo desarrollado en mi garganta.

De pronto sentí que el sonido de la ducha de Lucas se cortó y me empecé a desesperar. Quise parar inmediatamente pero Juani me aferró. Me retuvo la cabeza ahi con fuerza y empezó a gemir. El estaba tan cerca, tan cerca... sentí su pija tensarse en mi boca y mi garganta y me empezaron a dar arcaditas, lo que calentó a Juani aun mas.

Finalmente me empujó la cabeza fuerte, hasta el fondo y me hizo dar una arcada nasal que me hizo ver las estrellas, de incomodidad y a la vez de placer. La verga se le tensó y se le ensanchó adentro mio y me empezó a llenar el esófago de leche caliente a raudales, mientras gemía largo y fuerte. Estaba teniendo un pedazo de orgasmo que le sacudía todo el cuerpo mientras yo sentía como el calor y la presión de su leche me empezaba a alimentar, violenta y dulcemente a la vez.

Que hombrecito increíble... que pija maravillosa y divina...

Me largó ni bien terminó de acabarme en la garganta y yo comenzé a jadear, buscando aire desesperadamente. El también jadeaba y tenía una sonrisa enorme y relajada en su rostro. Nos miramos los dos mientras nos recuperabamos y nos reímos. Estabamos completamente locos. Tan sólo un minuto después, casi por reloj, escuchamos la puerta del baño abrirse y a Lucas ir a su pieza para terminar de cambiarse, pero nosotros ya estabamos recompuestos y arreglados. Cuando los chicos por fin se fueron y tuve tiempo, me quedé tirada en la cama, masturbándome hasta quedar exhausta.

Las dos semanas que quedaron fueron frenéticas. Como ya habíamos aprendido el truquito y le habíamos tomado el tiempo a Lucas en la ducha... pobre mi hijito. Cada vez que se iba a duchar el amigo le llenaba la boca de leche a la madre en cualquier lugar de la casa. Y a la madre le encantaba. Era una pena que no nos daba nunca el tiempo suficiente para hacer algo mas, para querernos como lo supimos hacer, pero era lo que había.

Era lo que había salvo un dia. Un día en particular. Los amigos de Pinamar los habían invitado de nuevo a Lucas y a Juani a una playa que había medio alejada, el plan era estar toda la tarde. Juani fingió que se había despertado con fiebre y se sentía mal, no le daba para ir. Yo, de enfermera de emergencia, confirmé el diagnóstico. Lucas debatió no ir, pero Juani le insistió que fuera y se divirtiera, que el se iba a quedar aca y al otro dia ya estaría bien. Yo lo llevé a Lucas con el auto hasta esa playa, y cuando volví... No hizo falta que mi paciente salga de la cama. Yo lo atendí. Muchas veces, a conciencia y con gusto. Cogimos toda la tarde, como en nuestros mejores momentos, y me encantó. Mi conchita y mi culito recibieron varias veces la leche deliciosa de Juani, que tanto habían extrañado. Ya cuando caía el sol y llegó la hora lo fui a buscar a Lucas de nuevo a la playa y me lo traje. Cenamos, nos fuimos a dormir, y acá no había pasado nada.

Lucas me dijo que la había pasado muy bien esa tarde en la playa. Yo me puse feliz por el, y Juani también. Lo que no le dijimos es que, con toda certeza, nosotros la habíamos pasado mejor.

Finalmente pasaron las dos semanas mucho mejor de lo que yo me había anticipado. Un dia por la mañana llego mi ex marido, el padre de Lucas y yo ya ese dia por la tarde me volvía a Buenos Aires en mi auto, dejándo a todos los hombres y hombrecitos solos para seguir disfrutando de las vacaciones. Tuvimos tiempo de almorzar todos y la verdad que para mi fue curioso estar de repente sentada a la mesa con el hombre que me había dado un hijo y con el hombrecito que ahora me había cogido y amado tanto. Pero la pasamos bien. Me despedí de todos cariñosamente. Hasta tuve un pequeño, ínfimo momento a solas con Juani, para charlar un par de palabras de despedida y decirnos libros enteros en silencio con los ojos.

Llegué de nuevo a casa a la noche, cansada del viaje en auto, y me quedé planchada en mi cama. Por fin estaba sola. No se si lo quería, todavía todo estaba muy fresco, pero de nuevo sentí la sensación de la famosa inyección. Otra vez. Esperaba que ésta vez al cambiar el entorno y que todo el mundo vuelva a la rutina, que ésta vez la vacuna de la ausencia hiciera efecto.

Yo volví a mi rutina y a mi trabajo de siempre. Lucas y el padre estaban todavía en Pinamar y se iban a quedar hasta que empezara el colegio de nuevo. Pero yo sabía, porque conocía los planes de todos, que Juani se iba a volver antes. Una parte de mi deseaba verlo de nuevo, que me llame o que me mande un mensaje. Pero otra parte ya se había acostumbrado un poco a estar sola de nuevo y, considerando que ahora estaba en casa y cerca de todo y todos, no quería causar problemas y estaba bien que la cosa se hubiera enfriado. Y si la cosa pasaba de enfriarse a directamente congelarse, también estaba bien. No se podía hacer mas.

Sin embargo no sucedió asi.

Recuerdo que fue un 10 de Febrero. No había tenido contacto con Juani, ni había sabido nada de el, desde que lo vi por última vez en la despedida en Pinamar. Ese dia recibí un mensaje de Lucas, desde allá, diciéndome que Juani iba a pasar por casa a buscar una ropa de fútbol, me dijo cual era y que por favor se la deje lista. No voy a negar que el corazón me dió un pequeño saltito. La idea de tener a Juani en mi casa y a solas, sin Lucas... era demasiado tentadora. Pero algo me daba pausa, realmente. Hacer lo que hicimos con Juani allá en Pinamar, si era peligroso. Pero ponerse a hacerlo acá en Buenos Aires me parecía que era directamente suicida. Demasiado problemático. Demasiada historia. Demasiado potencial para dramas y líos.

Además no sabía como iba a aparecer Juani. Quiero decir, con que intenciones y con que carácter. A el también le habría cabido la inyección, una segunda vez? O querría mas? Querría seguir? Eso era un gran, gran problema. Los dos creo que nunca pudimos resistir nuestras tentaciones, pero cómo iba a ser todo. Supongamos que si, que los dos queríamos seguir viéndonos... ibamos a ser capaces de hacerlo sin que nadie se entere? Sin que nadie sospeche nada? Yo no lo creía. Yo creía que si hacíamos eso, algo, en algún lugar, iba a detonar y se iba a armar todo el problema que yo tanto siempre quise evitar. Pero todo dependía de como apareciera Juani. Y también, de que tanto yo dejara que las cosas fluyeran o no.

Mas o menos a la hora señalada, ese día, sonó el portero eléctrico de casa e hice subir a Juani. Yo ya lo esperaba detrás de la puerta mientras subía, la verdad bastante nerviosa. No me había vestido sugerente. Ni elegante, como sabía que le gustaba. No quería dar pistas ni ánimos de nada. Quería estar en neutral, y ver. Estaba de entrecasa. Remera, jeans y sandalias. Sin maquillaje. Nada que pudiera encender ninguna mecha.

Juani tocó el timbre del departamento y le abrí la puerta con una amplia sonrisa, que me devolvío. Estaba hermoso, como siempre, pero ahora un poco mas bronceadito. Se ve que había tomado mas sol y había estado mas en la playa, vaya una a saber por que...

"Hola Juani! Cómo estás?", lo hice pasar y nos saludamos con un beso en la mejilla como siempre.
"Hola Moni, que hacés...", me contestó sonriendo y mirándome, mientras yo cerraba la puerta detrás de el.
"Como va todo? Cómo la pasaron?"
"Bien... muy bien. Ya volví hace rato..."
"Si, me dijo Lucas. Querés tomar algo?", le pregunté.
"Nah, gracias. No te preocupes.", me dijo con una sonrisa que me pareció conocerle.
"Te tengo la ropa lista que me dijo Lucas...", le dije y me giré para hacerlo entrar al living cuando lo escuché de atrás.
"... que ropa?"

Me frené y me di vuelta, mirándolo. El ya me estaba mirando con una sonrisa.
"La ropa, Juani... la que me dijo Lucas que te prepare..."
Juani, sonriendo, se me acercó rápido, me abrazó la cintura y me apretó contra la pared, encajándome un besazo profundo en la boca que me desconcertó, pero pronto se lo empecé a responder casi por instinto, mientras de nuevo todas las sensaciones me empezaron a aflorar de nuevo.
"Me chupa un huevo la ropa...", me dijo bajito mientras nos seguimos apretando y besando ahi en el hallcito de entrada.
"Ay.. Juani... yo....", le susurré pero me tapó la boca con otro beso hermoso.
"Cómo te extrañé, Moni... ufff... hermosa...", me dijo cerquita, nuestras caras rozándose.
"Yo también", le sonreí. Todos mis planes de normalidad y tranquilidad al demonio cuando lo miré a los ojos.

Después de unos cuantos minutos de besos y franeleo de los dos, Juani me empezó a tironear y a sacar la ropa, mientras yo hacía lo mismo. Medio desnudos, me llevó a mi pieza y me puso encima de mi cama. Mi remera y mi pantalón ya habían quedado tirados en el living. Juani me sacó el corpiño y lo tiró por ahi, mientras yo mirándolo con hambre empecé a luchar con mi bombachita amarilla que era bastante ajustada. De puro brutito y con la calentura que llevaba, Juani me la empezó a tironear y la tela era tan finita que me la rompió en varios lugares. A mi ni me importó. Mi hombrecito hermoso por fin se desnudó completamente frente a mi, dejándome ver su cuerpo bronceadito y maravilloso. Me tomó de la cabeza y me hizo agachar, acercándome su pija erecta a la cara. Yo abrí la boca con hambre y deseo y lo comenzé a chupar, de nuevo gimiendo de placer al sentir la sensación maravillosa de tener la boca llena de Juani otra vez. El me retuvo por la nuca fuerte y me empezó a coger la boca suave también, lo que me encantó, y pronto entre los gemidos y gruñidos de los dos, me encontré con mi cara aplastada contra su estómago y la garganta otra vez llena de su gruesa y hermosa verga.



madura


Después de un hermoso rato en el que los dos nos dimos placer asi, me retiró la cara de su pija suavemente, se agachó para besarme un largo rato y me dijo, "Necesito cogerte, mi amor... no puedo mas..."
Yo le sonreí dulcemente y me saqué lo poco que me quedaba de ropa, nada mas los jirones que mi brutito me había dejado puesta de la bombachita amarilla. Lo miré pícaramente un segundo y el se extrañó un poco.
"Pasa algo?", me preguntó.
"Nada, mi amor...", le dije y me agaché para buscar algo de abajo de la cama. Encontré un par de mis zapatos de taco alto que tenía ahi y me los puse, quedándome sólo con eso. Juani se sonrió y se empezó a masturbar al verme. Yo nada mas, sonriendo y ya casi desecha de deseo, solamente me puse en cuatro sobre mi cama y me giré, para ofrecerle mis caderas a mi machito hermoso... y que el eligiera cómo me quería poseer.



hijo


"Me vas a llenar, mi amor?", le pregunté suavemente.
"Obvio, mi diosa...", lo sentí que se acercó y se puso atrás mío, refregándome la pija en las nalgas
"Adonde? Mmm?"
"En todos lados, hermosa. Mirá lo que sos, Dios..."

Juani me tomó de la cola y me introdujo la pija dura que llevaba, como un mástil ya después de mis atenciones, suave y parejo en la conchita. Me ensanchó suave y dulcemente y me empezó a disfrutar entre gemidos de placer. Yo ya estaba loca de deseo y por fin tenía a mi machito adentro mio otra vez para calmarme. Me empezó a coger la conchita suave y dulce, pero pronto apuró sus amorosos empujones, dándome mas y mas. Yo me llevé una mano a la cola y me separé un poco una de mis nalgas para ayudarlo a entrarme mas. Quería todo. Necesitaba todo de Juani, toda esa verga divina la necesitaba adentro mio.


amigo


Cogimos dulcemente asi un buen y largo rato hasta que los dos acabamos juntitos. Cuando sentí a Juani explotar dentro mio y su voz protestar yo me estremecí, echando la cabeza para atrás y clavándo mi cuerpo contra el de el. Sentí la sensación familiar de su semen, profundo en mi vagina, su pija encastrada en mi hasta los huevos, tensándose... vaciándose en mi... amándome y yo a el. Sentí mi vagina temblar y estrujarlo adentro mio, como si con vida propia mi cuerpo quisiera aprisionar y extraer hasta la última gota del semen de mi hombre y darle el lugar que se merecía. Dios, como gozé. Como gozamos. Juntos y amándonos.

Juani ese dia se quedó hasta la una de la mañana. Cogimos otra vez como animales, como cuando eramos "marido y mujer", esos dias felices en Pinamar que de alguna manera me parecían tan lejanos ya. Me llenó el cuerpo de su semen varias veces y en todos los lugares que quiso. Y yo siempre lo recibí gustosa, hambrienta de el y finalmente, completamente satisfecha.

Al irse esa noche casi se olvidó de llevarse la puta ropa de fútbol.

Pronto pasó el tiempo y Juani, por una cosa u otra, no volvió. Yo tampoco nunca lo llamé ni le mandé mensajes. Con el tiempo y la ausencia, es vez que me visitó y nos amamos tanto y con tanta locura pareció ser, por fin y definitivamente, la última. Cuanto mas pasaban los días, a mi mas me parecía eso. Lucas finalmente volvío de Pinamar y los chicos empezaron un nuevo año de colegio. La rutina nos absorbió a todos, creo, y todos volvimos a la normalidad.

Hasta un dia de finales de Abril.

Recuerdo que el dia anterior a ese yo me sentía mal. Había comido algo que me había caído pésimo. Estuve mal del estómago todo el dia, al punto que llegué a casa a la noche tan pero tan mal que me fui directamente al baño y vacié mi estómago en el inodoro. Fue horrible. Horrible pero... a la vez extrañamente familiar para mi. Con algo de miedo me puse a pensar, y luego de dudarlo un poco, esperé a que Lucas se fuera a dormir, me encerré en el baño un rato y me hice el test de embarazo.

Fue total. Total y absolutamente, sin ninguna duda, positivo.

Yo no lo podía creer. Me quedé casi atónita, sentada en el inodoro y mirándolo. A mi edad? Ya tenía 47 años, casi 48... no podía ser. No había forma. Para estar segura al otro dia me compré otro y me lo hice. También positivo. Una voz en mi cabeza me gritaba que había sido una reverenda pelotuda todo éste tiempo. Que ni se me cruzó en ningún momento el cuidarme, que confiaba demasiado en que ya era muy grande para quedar... pero sin embargo pasó.

Esa noche casi ni dormí de pensar lo que iba a hacer y cómo proceder. Si, claro, una opción era el interrumpirlo. Pero no quería. No era una cuestión política o ideológica mia. Sencillamente nunca me gustó la idea. Cosas mias. Decidí que lo quería tener, pero a mi edad sabía que era difícil llevar bien un embarazo. Pero lo quería tener. Otro problema era que iba a hacer con Juani y que iba a decir. A el y a todo el mundo. Lo que menos quería hacer yo era arruinarle la vida al chico. El mes pasado nada mas había cumplido tan sólo 17 años. No se merecía que por culpa mia, de mi calentura y de mi falta de previsión, se joda la vida. No me lo iba a permitir a mi misma. Reconozco que muy, muy dentro mio, había una parte que se sentía feliz de haber quedado embarazada de Juani. Es una parte muy íntima mia que no pienso describir acá, pero existía.

Al final luego de pensar todo, no había forma de salir airosa de todo ésto sin tener que mentirle a alguien. A muchos, o a pocos. Decidí que le iba a mentir a todo el mundo. Dejé pasar un tiempo prudencial, unos diez dias, y una noche lo senté a Lucas y le conté que había quedado embarazada y que iba a tener un hermanito o hermanita. Se lo tomó bien y me preguntó de quien era y cómo había pasado. Le dije que fue de un tipo que había conocido cuando volví de Pinamar, que una noche salí con mis amigas y que una cosa llevó a la otra y no me cuidé. Y se dió. Que al tipo no lo iba a ver mas, pero que igual lo quería tener.

Lucas es tan dulce, tan amoroso, lo único que quería era verme feliz a mi. Nos abrazamos fuerte y me hizo llorar mientras me decía que iba a estar ahi por mi, que me iba a ayudar en todo lo que necesite. Como adoro a mi hijito...

Con Juani la cosa fue muy, muy distinta, y me hizo sentir muy mal. En Julio era el cumple de Lucas y Juani vino a casa. Lo había venido a buscar para salir, se iban a festejar el cumple de Lucas por ahi con amigos. Juani ya sabía que yo estaba embarazada, Lucas le había contado ni bien se enteró, pero durante todo éste tiempo desde aquella vez que vino a casa y tuvimos sexo, no había regresado ni habíamos hablado.

Mientras Lucas se arreglaba para salir, nos quedamos charlando un ratito con Juani en la cocina. Bajito. Recuerdo que estabamos los dos parados al lado de la heladera, no se por que. Yo ya tenía un poco de pancita de embarazada que me estaba empezando a salir, y Juani la miraba con una sonrisa. Me felicitó y yo se lo agradecí. De pronto se me acercó y nos quedamos bien, bien cerca. Se inclinó y me dió un beso muy dulce en la mejilla, y yo le sonreí. Lo vi que estaba juntando coraje para preguntarme y yo lo dejé. Finalmente me puso una mano dulce en el hombro, me acarició la mejilla y me dijo, muy , muy por lo bajo, en nuestra absoluta intimidad del momento.

"Moni... es... es mío?"
Yo le sonreí dulcemente y le contesté igual de suave, poniéndole una mano tierna en el pecho, "No, dulce... no te preocupes. Nada que ver. Lucas ya te contó como fue. Es de otra persona...", le sonreí.
Vi que Juani tragó saliva y, mirándome para abajo a la pancita incipiente, me puso una mano suave ahi, sintiéndo la delicada curva. Solo me dijo, casi en un susurro, "... que pena."

Yo me quedé helada. Helada, pero no podía dejar ver nada del torbellino que se me había armado adentro. Juani me besó la mejilla, me sonrió, me deseó que sea muy feliz y que si necesitaba algo que le diga. Pronto vino Lucas y los dos chicos se fueron a divertirse. Yo me fui caminando, embobada, hasta mi cama. Me dejé caer y me largué a llorar. Me quedé ahi media hora, llorando desconsoladamente. Como una nena. Había un futuro, no se, un universo paralelo en que Juani y yo teníamos un bebé... pero no era éste. Se acababa de desvanecer. Lo acababa de desvanecer yo con mi mentira. Y mi egoísmo. Yo me repetía que había sido para salvarle, por decirlo asi, la vida a Juani... pero cuánto había de verdad en eso y cuánto era que me quería salvar yo, y no tener problemas y no tener historia con nadie por haber amado a un chico. Sólo por haber amado. Lloré hasta que la cabeza me pulsaba y mi alma se ahogó en tristeza.

Cuando empecé a consultar con mi ginecóloga me dijo que si, que a mi edad era dificilísimo quedar embarazada, pero no imposible. Que a veces pasaba, y a veces aun le pasaba a mujeres de mucha mas edad. Todo dependía de cada una. Y también me advirtió desde un principio que a mi edad los embarazos eran muy, muy delicados y había que llevarlos con muchísimo cuidado. Fue exactamente lo que hice, me cuidé en todo, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de mis médicos.

A fines de Noviembre de 2023 por fin nació Macarena. Y es un ángel. Un sol. Una cosa increíble que pensé que no me iba a volver a pasar. Mi chiquita es bastante sana, por suerte, pero pobrecita no se la llevó de arriba. No se si por mi edad o que, pero nació con un poquito de asma, que los médicos me dijeron que iba a tener que ser monitoreada y llevada con cuidado siempre, pero que podía hacer vida normal. Salvo eso y un par de cositas mas, todo bien. Todavía no se si es parecida a Juani, no se le nota, salvo un poquito en la nariz, creo. Lo cual me viene bien. Cuanto menos parecida sea, mejor. En realidad creo que se parece bastante a mi.

Luquitas la adora y se enamoró desde el primer día que salió de mi. Me ayuda todo el tiempo con ella, le juega, la tiene encima... todo. Van a ser hermanos increíbles.

Ya va a cumplir un añito. Hace poco se juntaron Lucas con los amigos en casa, no mucha gente, pero por supuesto vino Juani. Ya la había visto a Macarena varias veces desde que nació, pero ésta fue la primera vez que vino después que Maca empezó a gatear. Yo estaba en la cocina y los chicos reunidos en el living. Lucas llevaba a su hermanita de aca para allá, o la seguía mientras gateaba por todos lados. Las amigas de los chicos la adoraban y le decían cositas, los chicos mucha bola no le daban.

Pero les juro que cuando Maca le gateó cerca a Juani, de repente se sentó y lo miró para arriba. Y Juani la miró con una sonrisa. Y Maca algo le quiso decir en su balbuceo de bebé. Y yo casi que me arranco los ojos llorando en silencio en la cocina, tratando que nadie me vea.

Adonde van los universos paralelos, las realidades que nunca fueron, cuando desaparecen? Yo hice desaparecer una. La hice desaparecer de todos lados, pero por mas que trato no me la puedo hacer desaparecer del corazón.

0 comentarios - Mónica duerme sola - Parte 4 (fin)