A la mañana siguiente me desperté tarde. Abrí los ojos y estaba todo tan claro, el dia tan soleado afuera. Lo miré a Juani a mi lado, dormía como un oso, dormía profundo y en calma. Habíamos dejado la cama toda hecha un desastre gracias a nuestras actividades de anoche. Nuestras piernas y brazos sobresalían por cualquier lado debajo de sábanas desechas.
Miré el reloj y eran casi las doce del mediodía. Me levanté con mucho cuidado de no hacer ruido y para cubrir mi desnudez tan solo me puse una bombachita y una bata suave encima. Cerré la puerta de mi habitación para dejar dormir tranquilo a Juani y me fui a la cocina a hacerme el desayuno. A esa hora por ahi directamente me tendría que haber cocinado algo para almorzar, pero yo necesito mi café con leche antes que nada, sea el dia y la hora que sea.
Miré mi celu y tenía una llamada perdida de Lucas, mas temprano, asi que lo llamé. Me había llamado nada mas para avisarme que el Viernes iba a estar llegando a Pinamar. Me dijo que todavía le dolía y que iba a estar con la bota todo el tiempo, pero que ya se movía bien y que se iba a recuperar lo mas bien. Quería estar con su mejor amigo aca en Pinamar y pasarla bien. Charlamos un ratito, me preguntó que habíamos estado haciendo y yo le dije parte de la verdad, que lo había llevado a Juani a la playa y a recorrer para que conozca. No se si decir parte de la verdad es mentir, pero si es asi, entonces le mentí a mi hijito adorado.
Me hice mi café con leche y me fui a sentar al living, tranquila, mirando por la ventana y pensando. Necesitaba pensar tanto y tantas cosas. No tanto lo que había hecho anoche con Juani, sino cómo iban a ser las cosas de ahora en mas. Al menos hasta el Viernes que llegaba Luquitas. Hoy recién era Domingo.
Me intrigaba saber como se iba a tomar las cosas Juani. De acá en mas. No quería menospreciarlo o subestimarlo nada mas porque tenía dieciseis años... era un chico bueno y bastante vivo. Pero sencillamente no tenía la experiencia y quizás no sabría como lidiar con ésta situación. Y para serles sinceros, yo tampoco lo sabía. Nunca me había pasado algo asi y si yo no era cuidadosa... no, si los dos no eramos cuidadosos, se podía generar un problema enorme. En algún momento tenía que hablar seriamente con Juani. Una no hace lo que hicimos anoche y nada mas deja que las cosas se desenvuelvan como salgan. Es peligroso. Juani no era un pendejo que una veterana se levantó en un boliche y se lo llevó a la casa a pasar la noche. Era el hijo de mi amiga, el mejor amigo de mi hijo, compañeros de colegio, compinches desde siempre, yo le llevaba mas de 35 años de edad... no era una situación nada normal.
Mientras yo pensaba todo eso y disfrutaba mi café tranquila, viendo el mar a unas cuadras de distancia, escuché desde el fondo de la casa que Juani se había despertado por fin y había ido al baño. Pronto giré la cabeza para verlo venir por el pasillo y le ofrecí una sonrisa desde donde estaba sentada.
"Hola Juani, buen dia...", le dije. No sabía que hacer, la verdad. Si decirle "mi amor", tratarlo dulce, tratarlo seco, tratarlo como siempre... era el amigo de mi hijo nada mas? Era mi amante? Era mi obsesión? No era nada? No sabía para donde disparar. Elegí transitar con cuidado.
El me sonrió también, se acercó y me saludó con un beso un poco larguito en la mejilla, como nos saludabamos todos los dias. No me besó en la boca, ni me abrazó ni me dijo nada mas que "Hola, Moni, buen dia...". El también estaría sin saber para dónde arrancar? O realmente le importó muy poco lo de anoche? Ya se había sacado la calentura y listo?
"Hice café hace un ratito, pará que te traigo...", me quise levantar pero el me frenó.
"No, quedate, Moni. Me lo sirvo yo, gracias, no te molestes.", me sonrió y desapareció hacia la cocina. Al rato vino con un tazón grande de café con leche humeante y un platito con unas galletitas.
Se sentó al lado mío en el sillón, sin pegarse a mi, y empezamos a desayunar en silencio. Nada mas nos sonreíamos suavemente el uno al otro. A veces charlando de nada, a veces callados, pero nos mirabamos dulcemente. Al menos yo no podía evitar hacerlo. Había un ambiente tranquilo y de paz, ninguno de los dos parecía sentirse nervioso. Estaba todo tan calmo y se sentía un momento tan lindo. Quizás los dos lo queríamos disfrutar asi, en paz, sin largarse a la charla que los dos sabíamos que teníamos que tener. Al menos no ahora.
Habremos estado unos diez minutos asi, casi en silencio, cuando yo terminé mi café y apoyé la taza en la mesita, acomodándome en el sillón. Me pareció que ya era un buen momento no para largarse a la charla, sino para empezar a ir llevándola despacito.
Le ofrecí de nuevo una sonrisa dulce y le dije suavemente, casi en nuestra intimidad pese a que estabamos los dos solos, "Cómo estás? Descansaste?"
El me devolvió la sonrisa, "Si... dormí bastante... me quedé planchado mal. Vos te despertaste temprano?"
"No... hará media hora, creo..."
"Vos descansaste?"
Le sonreí, "Si, me levanté muy bien... descansada..."
"Yo también", me sonrió.
Tomé un poquito de aire, "Juani... ahora no, recién nos levantamos y todo eso, pero... creo que estaría bueno que hablemos de lo que pasó, no?"
Juani terminó su sorbo de café y me miró, lo noté bien tranquilo, "Podemos hablar ahora, Moni. Bah, digo... no tenemos otra cosa que hacer, no?"
"Seguro?", le pregunté
"Si, obvio. De que querías hablar?"
"Y... de todo lo que pasó... de lo que hicimos..."
"Que? No te gustó?", me preguntó.
Yo me sonreí, "Al contrario, Juani. Me encantó. Y se que a vos también, eso estuvo clarísimo anoche...", me sonrió y me asintió, "No es eso... es... bueno, no se que pensás vos de todo?"
"Lo que pienso yo?"
"Claro, me interesa mucho saber. Que pensás de ésto, que sentís... que querés?", lo miré suave pero detenidamente.
Juani se tomó otro sorbo de café, "No se que querés que te diga, Moni. Me encantó. Fue increíble..."
"Te pregunto porque, bueno, vos sabés que es una situación bastante atípica...", le dije.
"Y, si..."
"Yo soy mucho mas grande que vos... vos sos menor...sos el hijo de Andrea..."
Juani me miró un momento y me dijo, "Anoche no era un problema eso."
Me mató el pendejo con esa. Me quedé callada un momentito y decidí que no lo iba a subestimar mas. Y por mas que las apariencias engañen, el pedazo de hombre que me amó tantas veces anoche tampoco se merecía que lo trate entre algodones.
"No, anoche no fue un problema, tenés razón", le dije, "Pero anoche fue anoche y hoy es hoy. Yo no se que pensás de lo que hicimos anoche. Y realmente me gustaría saber. No se para vos que fue... si fue nada mas que te quisiste sacar la calentura conmigo, si para vos fue algo mas que eso... no se... por eso te pregunto."
Juani me miró y lo vi terminar su café, dejándolo también en la mesita, "Me parece que los dos estabamos en la misma anoche, no?"
"Lo decís por lo de la calentura?", le pregunté
"Y, si..."
"Yo creo que si. Que los dos lo necesitabamos. No?"
Juani asintió con la cabeza, "Yo noté eso también, si."
"A ver... que se entienda, Juani. No creas que me arrepiento de algo de lo que pasó. Para mi fue hermoso, te juro. La pasé... increíble. Y si, lo necesitaba.", le sonreí.
"Yo tampoco me arrepiento de estar con vos, Moni", me dijo con una sonrisa.
"Y obvio que todo ésto queda acá, no? Está de mas decirlo, creo.", le advertí.
"Si, Moni, claro..."
"Yo se que para un hombre, y por ahi mas para un hombre de tu edad... no se como decirlo", le dije mientras intentaba explicarlo, "Por ahi les gusta hablar mucho de sus conquistas y eso... vos me entendés lo que quiero decir. Pero para la mujer es muy distinto. Por lo menos yo soy bastante mas privada y no me gusta si estoy con alguien que esa persona ande diciendo por ahi que hicimos y que no hicimos..."
"Claro, te entiendo. Quedate tranquila que no le voy a decir a nadie.", me sonrió.
"Puedo confiar en vos, Juani? Por favor?", le pregunté.
"Por supuesto. Además vos misma me dijiste anoche...", se rió.
Yo lo miré sin entender, "Eh? Que dije anoche?"
Juani se sonrió, "Ya te olvidaste? Yo mismo te pregunté y te dije que no se lo decíamos a nadie y vos misma me dijiste que no... que eramos vos y yo, nada mas. Yo me acuerdo."
Touché de nuevo. Otra vez había subestimado a Juani y tenía razón. Al menos me dejaba tranquila que lo nuestro y lo que quizás podría venir después no iba a trascender.
"Si somos vos y yo, somos vos y yo, me dijiste, Moni...", me dijo.
"Okey, si tenés razón...", le sonreí. Me estiré para agarrar una galletita y la empecé a comer despacito mientras Juani me miraba con una sonrisa.
"Que pasa?", le pregunté.
"Nada. Te miro. Nunca había estado con una mina asi...", me contestó. Yo pensé en realidad con cuántas había estado, que no podían ser muchas por su edad, pero bueno.
"Asi cómo?"
"No se... asi de hermosa. Apasionada... buena onda...", me sonrió.
Yo casi me sonrojo un poco, "Ay, gracias Juani. Yo también. Vos sos... sos especial."
El se rió, "Ni en pedo. Especial cómo?"
"Y... no se, especial. Anoche me trataste tan bien... fuerte cuando había ser fuerte, dulce cuando había que ser dulce... hacía mucho tiempo que yo no estaba con un hombre... y me encantó estar con vos.", le dije sonriendo.
Juani me miró a los ojos un momento, "Anoche fuiste increíble... nunca había cogido asi, a una mujer asi..."
Yo le devolví la mirada y se la retuve, ya había pasado el tiempo de ser diplomática, "Y yo, Juani, la verdad que nunca nadie me había cogido asi."
Nos quedamos los dos mirándonos suavemente en silencio y los dos agarramos otra galletita. Noté mi celu en la mesa y le dije, "Ah... hablé con Lucas hace un rato. Está viniendo el Viernes."
A Juani le cambió un poco la cara, para mal. No se si se había acordado que el estaba acá en Pinamar por el amigo y que el amigo iba eventualmente a aparecer. No era solo cogerse a la madre., "Uh... bueh..."
"No seas asi", le sonreí, "No querés estar con tu amigo?"
"Si, obvio... pero bueh... cambió un poco la cosa, no? Digo, desde la semana pasada...", se rió.
"Si, bueno, pero es asi. Los dos sabíamos que Lucas iba a venir.", le dije.
"Claro... entonces...?", me dejó la pregunta picando en el aire.
Yo tomé aire y lo miré con detenimiento. Me parecía que ya había que hablar bien claro.
"Entonces... mirá, Juani. No se que pensás vos, pero yo creo que la cosa es asi..."
"A ver...", me dijo y se acomodó en el sillón un poco
"Lo que hicimos, lo hicimos, y nos encantó y estuvo bárbaro", empecé, "Pero creo que tanto vos como yo sabemos que novios no vamos a ser. No hay forma. Es imposible."
"Nunca lo pensé asi, Moni... ya lo se.", me dijo.
"Okey, te lo comento porque no sabía que pensabas o que querías después de lo de anoche.", le dije. El me asintió y yo seguí, "No se que te parece a vos, pero si vos querés... hicimos lo que hicimos anoche, nos sacamos la calentura los dos, ésto queda aca entre nosotros y punto. No quiere decir que no lo hayamos disfrutado. Nada mas quiere decir que hasta acá llega."
"Entiendo", me dijo nada mas. No pude discernir si eso le había caído bien o mal.
"También los dos sabemos que una vez que esté Luquitas aca, por mas que los dos lo quisiéramos, no podemos hacer nada."
El se rió, "Y no, sin meterlo a Lucky, no..."
"AY JUANI!", le gruñí, " Te estoy hablando en serio, che! Por favor!"
Juani se siguió riendo y se acercó en el sillón, tomándome de la mano, "Ya seeee... perdoname, fue un chistonto... lo tenía que hacer, jajajaja... relajate un poco, Moni..."
Yo me compuse y le acaricié la mano que me había tomado, "Bueh... entonces, no se... si querés, hasta que venga Lucas... si a vos te parece... no se. La realidad es que hasta ese dia seguimos estando los dos solos acá... si te parece y si querés, podemos seguir jugando...", le sonreí, "Pero se corta cuando llega Lucas."
"Jugando?", me preguntó con una muequita en los labios.
"Bueno, Juani, no se como llamarlo... estando juntos... disfrutando. Como anoche.", le sonreí.
"No, está bien. Me gusta 'jugando' ", se rió.
"Pero en serio... muy en serio... se corta cuando viene Lucas. No te estoy jodiendo.", le dije.
"Y si, una vez que está el acá, ya no se puede."
"Me parece que es eso... o si querés la cortamos ahora. Ya hicimos lo que hicimos, disfrutamos... todo bien y todos contentos", le dije.
Me levanté despacito y me dirigí a la cocina, dejándolo a Juani en el sillón, "Igual... pensalo, no? Hay tiempo, no es algo que tengamos que decidir ahora. Lo que los dos decidamos creo que va a estar bien..."
Entré a la cocina y me puse a lavar mi taza, limpiando un poquito y ordenando cosas, mirando un poco los mensajes en mi celu que anoche ni había podido ver. Pasaron como cinco minutos y Juani seguía ahi en el sillón del living, solo y pensando. De pronto lo escuché venir y entrar a la cocina con su taza.
"Ay, dame que te la lavo...", le dije
"No, pará, me iba a servir otro..."
"Dejá, yo te lo hago.", le contesté tomando la taza y enjuagándola para hacerle otro café con leche. Nos quedamos ahi parados, al lado de la mesada de la cocina mientras yo se lo empecé a hacer. Juani me puso una mano suave en el hombro.
"Tenemos cuatro días, no?"
"No, cinco... contando hoy, cinco. Llega el Viernes a la mañana...", le dije.
"Ah, si, ya ni se que dia es...", se rió. Se movió atrás mio y me puso las dos manos en los hombros, acariciándome suavemente por sobre la batita. Me encantó sentir su toque mientras le preparaba mas desayuno.
Escuché que me decía de atrás mientras me frotaba los hombros, "Ya lo pensé, Moni."
"Ah si? Tan rápido?"
"Si... si tenemos cinco dias, si vos querés... yo quiero seguir jugando", me dijo.
Yo me sonreí sin que el me viera. Al menos creo que no me había visto, "Bueno.. si vos querés, yo también..."
"Bueno..."
Giré un poquito la cabeza para mirarlo de refilón por encima de mi hombro, "Y a que querés jugar, hmm?"
Sentí como sus manos me empezaron a bajar por el cuerpo, acariciándome los costados mientras bajaban, y me apoyó un poco el cuerpo contra mi espalda. Yo cerré los ojos suavemente, me encantaba como Juani me estaba tocando. Sentí que finalmente me abrazó por encima de mi estómago dulcemente por sobre la bata y me acercó la cara al oído. No me susurró, pero me habló bajito, solo para mi.
"Si tenemos cinco dias... bueno, en éstos cinco días quiero jugar a que estamos casados y que sos mi mujer.", me dijo al oído.
Se me puso la piel de gallina en los brazos al instante, sentía también los pelitos de mi nuca parándose de inmediato. Cerré los ojos y no podía creer la sensación que me causó escuchar eso, de su boca, de tan cerca, tan íntimo. Me pegué un poco mas para atrás contra el y giré un poco el cuello para frotarlo contra su cara.
"Ay... Juani...", le dije bajito.
"Querés?", me preguntó también bajito.
"Si, mi amor...", le respondí. La idea de jugar a eso me estaba volviendo loca ya. Y ni habíamos empezado a jugar.
"Me encanta cuando me decís 'mi amor' ", me dijo y sentí como me empezó a desanudar la batita sobre mi estómago mientras me daba piquitos en el cuello. Yo ya me moría.
"... me encanta decírtelo..."
"Anoche me lo dijiste un montón..."
"Porque te dije lo que sentía..."
Juani terminó con el nudo de la bata y me la abrió por adelante. No mucho, pero lo suficiente para dejar un poco al aire mis pechos ya que no me había puesto corpiño. Sentí como llevo sus manos a mis tetas y las empezó a disfrutar. Acariciando, estrujando, sintiendo, estimulándome los pezoncitos entre sus dedos, "Y ahora lo sentís también?"
Yo me mordí los labios y le empujé un poco el culo contra el, sintiendo que ya el estaba duro bajo su bermuda, "... claro que lo siento... mi amor... mi hermoso...."
Juani hundió su cara en mi cuello y me dejó un chupón largo y divino, después me dijo de nuevo al oído sin dejar en ningún momento de disfrutarme las tetas, "Te amo, Moni.. sos increíble... te amo..."
A mi se me escapó un gemido, "... yo también, Juani... te amo, mi hermoso....te amo..."
Juani me tomó la cabeza, me la giró y me dió un besazo increíble. Sentir la lengua de mi hombrecito en mi boca me calentaba aun mas. Mientras nos besábamos como locos sentí atrás mio como sacó su pija de abajo de las bermudas y me levantó la falda. Yo doblé un poquito mas la espalda para el, para darle mas de mi culo. Sentí sus dedos corriéndome la bombacha para un costado y la sensación de su pene duro contra mis nalgas. Me lo puso entre ellas, sin querer penetrarme ahi, nada mas apoyado y presionando, disfrutando la sensación de tenerlo ahi.
"Un dia quiero hacerte el amor ahi... en la cola... quiero sentirte ahi, Moni", me dijo entre besos.
"Es muy grande, Juani...", le susurré, "Me va a doler..."
"Sos mi mujer, Moni... quiero sentirte en todos lados... que me sientas en todos lados... mi amor...", me susurró de vuelta. Yo ya estaba mas que muerta de deseo y de placer. La sensación, la anticipación y sus palabras eran demasiado.
"Cuando quieras, mi vida..."
"Hoy no... otro día... hoy quiero sentirte de nuevo como anoche..."
Sentí como se tomó esa pija divina y la guió entre mis piernas, encontrándome la conchita fácilmente. Sin decir nada me empujó la punta entre mis labios y me penetró. Suave, pero de un tirón, dejándome sentir todo el largo y ancho de esa verga increíble. Mi vagina chillaba de placer al sentirse tan llenita de nuevo, y yo también, "Aaaahhh! Juaniiiii!"... le gemí con dulzura.
Juani una vez que se sintió completamente adentro mío, llevo sus manos de vuelta sobre mis pechos y se aferró de ahi. Empezó a bombearme desde atrás, tan firme y tan dulce a la vez. Que verga magnífica que tenía... cómo me llenaba toda, como me hacía sentir tan mujer. Empezamos a coger asi de parados, en la cocina, yo aferrada a la mesada y el aferrado a mis pechos, llenando y amando mi conchita una y otra vez entre los gemidos fuertes de los dos. Cuando lo sentí que ya se acercaba a su orgasmo, yo también lo empecé a coger de vuelta, empujándome fuerte contra su pija y tratando de emparejar sus empujones. Los dos estábamos en otra parte, en otro planeta, amándonos asi y llenándonos de placer.
Y de placer no fue de lo único de que Juani me llenó. Pronto no aguantó mas y casi gritando su orgasmo, una vez mas como anoche, me regaló todo su semen caliente adentro mio. Adentro de mi conchita hambrienta. Ella tambíen quería desayunar. Terminamos los dos ahi aferrados, parados y besándonos dulcemente por un rato larguísimo en el que Juani no se salió de mi, diciéndonos una y otra vez cuánto nos amabamos.
Los cuatro dias que siguieron, no voy a mentirles, fueron verdaderamente increíbles. Los dos cogíamos como conejos. Como dos animalitos. No es que yo me había olvidado lo que era la potencia sexual y las ganas de un pibe joven, pero realmente yo nunca la había experimentado asi. Si, claro que tuve novios a esa edad, y claro que lo hacían fuerte, pero nunca había estado con uno asi en una situación de convivencia, de estar todo el tiempo juntos. Juani era increíble. Recargaba sus baterías enseguida. Cogíamos, fácilmente, cuatro veces al dia, sino mas. Y a la noche, en la que era nuestra cama en el juego de marido y mujer, dos veces mas, seguro.
Juani era casi inagotable, no sólo en su ímpetu sexual, sino que me sorprendía lo voluminosos y frecuentes que podían ser sus orgasmos. Quizás en algún dia de mas actividad, por la noche lo sentía un poco cansado y notaba que quizás eyaculaba menos, pero al otro dia era increíble lo recargado que parecía estar de todo, de ganas y de semen. No se como hacía ese cuerpo divino de mi hombrecito para producir tanto, pero yo no me quejaba. Al contrario, me hacía amarlo cada vez mas y mas.
No hicimos mucho mas en esos cinco dias que tener sexo todo el tiempo. Y cuando por ahi estabamos algo cansados y no se daba, nos pasabamos largos ratos abrazados y besándonos en la intimidad de la que era nuestra casita, al menos por esos dias. Apenas salíamos a la playa, a hacer las compras o a pasear, y cuando lo hacíamos inevitablemente empezabamos con los comentarios, las joditas y las miradas cómplices que nos hacían volver raudos a casa para poder cogernos tranquilos de nuevo. Una y otra y otra vez. Mi cuerpo nunca había recibido tanto semen de ningún otro amante, nunca, como en esos cuatro dias hermosos que pasamos con Juani. Adentro mio, o en mi piel, o en mi boca y mi estómago... yo lo recibía todo, como el quisiera dármelo, y lo adoraba.
En esos cuatro dias, además del sexo, nos fuimos conociendo y charlando de cosas mas íntimas. Nada importante y nada que quiera contar aquí, de uno o del otro. Juani me trataba como a una diosa y me hacía reír mucho. Por mas que un dia no ibamos a salir, le gustaba cuando yo me vestía elegante para el. Todo era parte del juego. Le gustaba verme arreglada y yo le seguía el juego, a mi también me entretenía y me calentaba. Muchas veces me decía que me quede con los zapatos puestos, porque le recordaba de aquella primera noche que tuvimos, lo que me pareció muy tierno. Pero la mayoría de las veces me pedía que me vista sexy y que me arregle para el. Y yo adoraba complacerlo con eso.
Una noche, mi "marido" por fin me dijo que quería mi culo. Yo me vestí sexy para el mientras el se fue a buscar algo para comer. Cuando volvió yo ya estaba lista. Tuvimos una cenita medio romántica en el pequeño mirador vidriado que teníamos en el segundo piso de casa y cuando terminamos, después de un poquito de sobremesa, me llevó abajo al living y me empezó a coger ahi mismo.
Yo se la chupé amorosamente un rato para lubricarla hasta que Juani no aguantó mas, me sacó algo de la ropa casi a los tirones, me puso en cuatro sobre uno de los sillones y me empezó a coger el culito. La verdad es que al principio me dolió, sobre todo en esa posición. La pija de Juani la sentía muy grande y muy dura en mi cola. Apenas me pudo meter su punta hinchada. Yo me tenía que frotar la conchita para darme algo de placer al mismo tiempo y hacérmelo mas llevadero.
Juani era buenito y se dió cuenta enseguida que yo no la estaba pasando muy bien, asi que cambiamos de posición a ver si me resultaba mas fácil. Me pidió que se la lubrique mucho y bien con mi boca, lo que siempre me encantaba hacer, y me dijo que me suba encima de el, para que yo controle cuánto quería que me ingrese de su pija adentro mio. La verdad que fue una gran idea, al principio me costó pero pronto empecé a sentir mas y mas placer al sentirlo ahi, tan adentro mío y ensanchándome tan dulcemente.
Nos disfrutamos un rato asi, yo hundiéndome cada vez mas y mas su pija divina en mi culito, sientiendo cada vez mas y mas placer de tener a mi hombrecito ahi también. Juani me dijo entre sus gemidos que necesitaba acabar, asi que para hacérselo mas fácil, me salí de encima de el, casi que me arranqué la poca ropa que me quedaba y me puse en cuatro sobre la alfombra, desnuda para el. Me iba a doler, pero necesitaba complacerlo y que el tenga también su placer. Me tomó de la cintura y me la metió en el culo de nuevo, ésta vez toda y bien profundo. Ya lo tenía un poco abierto de antes asi que no me dolio tanto y pronto yo ya estaba gozando tanto como el.
Sentir primero la verga hermosa y después la leche deliciosa de Juani bien profunda en mi culo me provocó un orgasmo anal que me resultó impactante. La cantidad de leche que me dejó adentro fue casi prodigiosa. Cuando terminó de acabar se inclinó sobre mi espalda y girándome la cara nos quedamos dándonos besos profundos y lamiéndonos los labios por un largo rato, hasta que finalmente mi hombrecito hermoso se salió de mi, dejándome mi anito tan dulcemente ensanchado. La leche de Juani pronto me comenzó a salir en borbotones. Estoy segura que de haberlo visto me habría resultado un asco, pero para ser honesta pocas veces me había sentido tan mujer y tan deseada. Como ya me había acostumbrado, otras veces ya teníamos sexo anal mas seguido y me resultó mucho mas fácil y placentero. Y adoraba cómo mi anito lo hacía sentir y gozar a mi Juani.
Por supuesto que dormíamos juntos todas las noches, en el juego de marido y mujer. Adoraba despertarme a su lado y que el sea lo primero que veía al abrir los ojos. No podía comenzar el dia de mejor manera, y me quedaba largos minutos mirándolo dormir y acariciándolo suavemente en su sueño. A veces el se despertaba primero y me despertaba dulcemente a mi. Yo salía de mi sueño al sentir su pija hermosa entrándome por mi conchita por atrás, tan suave y tan despacito. No me cogía, nada mas quería metérmela y dejármela ahi, que mi cuerpo la rodée como sus brazos rodeaban al mio en un amoroso abrazo y asi a veces se quedaba, enterrado en mi hasta que nos levantabamos.
Otras veces yo me despertaba antes que el y para despertarlo cariñosamente lo destapaba con cuidado y me llevaba su pijón hermoso a la boca, mamándolo despacito y disfrutando con mi lengua cada centímetro que me metía. Asi es como después de un rato de ese amor que yo le brindaba, Juani me daba mi primer desayuno del dia. Su delicioso semen caliente, la primera eyaculación del dia de mi hermoso machito, recién hecha y sólo para mi y para mi pancita hambrienta, mientras sentía su mano acariándome la espalda y la nuca.
Asi pasaron los días hasta que llegó el Jueves, nuestro último dia de "casados". Ya al otro dia venía Luquitas. Por supuesto que yo quería ver a mi hijo y estar con el, pero una buena parte de mi no quería que el juego se termine. Los dos nos levantamos raro ese dia, los dos sabíamos que era el último. Hicimos el amor cuando nos despertamos y charlando después todavía en la cama, Juani me dijo que también se sentía un poco triste. Todo debía terminar.
Era un dia lluvioso asi que no quisimos salir a ningún lado. Era uno de esos días grises que llovía, paraba y al tiempo se largaba a llover de nuevo. No se podía ir a ningún lado, salvo que nos pongamos camperas y salgamos a caminar por playas lluviosas y frías, lo que ninguno de los dos realmente quería.
Desayunamos, hicimos el amor de nuevo en el living, almorzamos y nos quedamos mirando la tele abrazados después de comer. Juani me acariciaba suavemente la piel y yo estaba acurrucada contra el, abrazándolo y mirando la tv, pasando el tiempo. Después de estar pensativo un rato me habló.
"Estoy re aburrido...", se rió.
"Y si, yo también. Es un dia feo..."
Me miró con una sonrisa, "Querés que te saque unas fotos, Moni?"
"Eh?", lo miré
"Unas fotos... que se yo... para hacer algo..."
"Que fotos? Pará... como las que me sacaste aquella vez... estás loco...", me sonreí.
"Nah, de esas no, amor...", como me gustaba cuando me llamaba asi, "Distintas... no se, artísticas... que queden de recuerdo."
Yo me sospechaba algo, "Juani si me lo estás pidiendo para pasárselas a alguien te podés ir a la..."
Juani se rió y me estrujó con el brazo, "Naaah... pará, nada que ver. En serio. Las saco con tu celu, si querés. Yo ni las tengo, pero con que las tengas vos me parece bien...", me sonrió.
Yo le sonreí y lo pensé, "Acá en casa? O querés que salgamos?"
"No, aca en casa... vamos arriba al mirador que está bueno ahi para sacar fotos...", me vió pensarlo y me animó con otro estrujoncito, "Dale mi amor... ponete linda. Ponete perri. Son para nosotros y nadie mas."
"Y que querés que me ponga?", le pregunté
"Lo que vos quieras... pero te lo vas a ir sacando...", me guiñó un ojito.
Yo me sonreí y lo empezamos a hacer. Me terminó gustando la idea. Que nos quede algo mas que el recuerdo, y si encima yo tenía la custodia de las fotos, mejor aun. Me fui a cambiar y estuve un largo rato tratando de elegir que ponerme. Al final elegí algo mas bien sobrio, una pollera roja tranqui y elegante y una camisa negra. Era sobrio por arriba, porque si Juani quería un strip tease, lo bueno estaba abajo. Me había puesto el conjuntito de corpiño y tanguita púrpura que me encantaba, me realzaba todas las curvas. Me cambié, subí y Juani ya estaba ahi con un cafecito que se había hecho, esperándome. Al verme le encantó como estaba y me dejó un beso amoroso.
"No se que querés que haga, mi amor", le dije pasándole mi celu, "Yo no se modelar, nunca lo hice."
"No hagas nada, hacé lo que quieras. El artista soy yo... yo te capto los momentos", dijo y nos reímos.
Yo me senté y lo miré suave mientras me desabrochaba algunos botones de la camisa. El corpiño que llevaba inmediatamente me empujó las tetas bien para afuera y vi que Juani se sonrió y me sacó la primera foto.
Juani se sonrió al ver la foto que acabó de sacar, "Sos increíble... que hermosa...", me dijo y yo le devolví una dulce sonrisa, "Sacate la camisa, Moni... dejame ver lo diosa que sos...."
Yo hice lo que me pidió y me paré para quitármela, ahi Juani se acercó y me sacó la segunda foto, sin esperar a que termine de sacarme la camisa.
"No podés ser tan linda... no podés...", me dijo mientras miraba la pantalla del celu, "Seguí, mi amor, no pares... diosa... hermosa....".
Cuanto mas me decía esas cosas Juani, mas me animaba yo a soltarme, "Me saco mas?"
"Si, dale Moni... comete la cámara....", se rió Juani
Yo me aflojé las tiras del corpiño, me saqué la pollera y me empecé a ajustar la tanguita cuando me sacó la otra.
Ya lo notaba bastante caliente a Juani, y la verdad que a mi también me estaba excitando todo ésto.
"Sacate todo, Moni... sacate todo... dejame verte esa cola preciosa que tenés...", me dijo.
Yo me di vuelta, dándole la espalda, revolée el corpiño por ahi y me empecé a bajar la tanguita. Me dijo que pare, que me agarre el pelo y me sacó otra en ese momento.
"Sentate, Moni", me dijo mas seriamente, "Sacate todo y sentate... no, pará... dejate los zapatos y sentate."
Yo me sonreí, cómo le encantaba que me deje los zapatos. Hice lo que me pidió y ahi me sacó otra mientras yo miraba por el ventanal a ver si no nos estaba viendo nadie de afuera, pero con el dia tan lluvioso no había nadie en la calle.
"Dame algo mas, mi amor... mas gata... date cuenta lo diosa que sos...", me sonrió.
Yo le devolví la sonrisa y obedecí, echándome para atrás y tocándome un poquito. Juani tardó en sacar la foto. No se si estaba buscando la foto perfecta o nada mas estaba disfrutando el verme acariciarme. Luego de un momento la sacó.
Juani me miró por encima del borde del celu. Me miró un rato que me pareció largo. De hecho los dos nos miramos en silencio hasta que finalmente me habló, en un tono que no se lo había escuchado nunca. Tan serio, tan triste.
"Mi amor... no sabés... no te das una idea lo que te voy a extrañar...", me dijó y me partió. Me partió en dos. Porque en ese momento yo estaba sintiendo exactamente lo mismo.
"Yo también mi vida. Te voy a extrañar... tanto, pero tanto...", le dije con tristeza.
Yo me incliné en la silla y no dije nada. Me colgué mirando a la nada, al piso, con la mirada perdida y pensando. Pensando en Juani, en todo lo que habíamos hecho, lo que habíamos compartido, todo lo que habíamos sentido y lo que me hizo sentir en éstos dias. Me dieron ganas de llorar.
Y ahi fue cuando Juani, en silencio y sin darme ninguna instrucción, sacó la última foto. De todas, es la que mas me gustó. Por lejos.
Miré el reloj y eran casi las doce del mediodía. Me levanté con mucho cuidado de no hacer ruido y para cubrir mi desnudez tan solo me puse una bombachita y una bata suave encima. Cerré la puerta de mi habitación para dejar dormir tranquilo a Juani y me fui a la cocina a hacerme el desayuno. A esa hora por ahi directamente me tendría que haber cocinado algo para almorzar, pero yo necesito mi café con leche antes que nada, sea el dia y la hora que sea.
Miré mi celu y tenía una llamada perdida de Lucas, mas temprano, asi que lo llamé. Me había llamado nada mas para avisarme que el Viernes iba a estar llegando a Pinamar. Me dijo que todavía le dolía y que iba a estar con la bota todo el tiempo, pero que ya se movía bien y que se iba a recuperar lo mas bien. Quería estar con su mejor amigo aca en Pinamar y pasarla bien. Charlamos un ratito, me preguntó que habíamos estado haciendo y yo le dije parte de la verdad, que lo había llevado a Juani a la playa y a recorrer para que conozca. No se si decir parte de la verdad es mentir, pero si es asi, entonces le mentí a mi hijito adorado.
Me hice mi café con leche y me fui a sentar al living, tranquila, mirando por la ventana y pensando. Necesitaba pensar tanto y tantas cosas. No tanto lo que había hecho anoche con Juani, sino cómo iban a ser las cosas de ahora en mas. Al menos hasta el Viernes que llegaba Luquitas. Hoy recién era Domingo.
Me intrigaba saber como se iba a tomar las cosas Juani. De acá en mas. No quería menospreciarlo o subestimarlo nada mas porque tenía dieciseis años... era un chico bueno y bastante vivo. Pero sencillamente no tenía la experiencia y quizás no sabría como lidiar con ésta situación. Y para serles sinceros, yo tampoco lo sabía. Nunca me había pasado algo asi y si yo no era cuidadosa... no, si los dos no eramos cuidadosos, se podía generar un problema enorme. En algún momento tenía que hablar seriamente con Juani. Una no hace lo que hicimos anoche y nada mas deja que las cosas se desenvuelvan como salgan. Es peligroso. Juani no era un pendejo que una veterana se levantó en un boliche y se lo llevó a la casa a pasar la noche. Era el hijo de mi amiga, el mejor amigo de mi hijo, compañeros de colegio, compinches desde siempre, yo le llevaba mas de 35 años de edad... no era una situación nada normal.
Mientras yo pensaba todo eso y disfrutaba mi café tranquila, viendo el mar a unas cuadras de distancia, escuché desde el fondo de la casa que Juani se había despertado por fin y había ido al baño. Pronto giré la cabeza para verlo venir por el pasillo y le ofrecí una sonrisa desde donde estaba sentada.
"Hola Juani, buen dia...", le dije. No sabía que hacer, la verdad. Si decirle "mi amor", tratarlo dulce, tratarlo seco, tratarlo como siempre... era el amigo de mi hijo nada mas? Era mi amante? Era mi obsesión? No era nada? No sabía para donde disparar. Elegí transitar con cuidado.
El me sonrió también, se acercó y me saludó con un beso un poco larguito en la mejilla, como nos saludabamos todos los dias. No me besó en la boca, ni me abrazó ni me dijo nada mas que "Hola, Moni, buen dia...". El también estaría sin saber para dónde arrancar? O realmente le importó muy poco lo de anoche? Ya se había sacado la calentura y listo?
"Hice café hace un ratito, pará que te traigo...", me quise levantar pero el me frenó.
"No, quedate, Moni. Me lo sirvo yo, gracias, no te molestes.", me sonrió y desapareció hacia la cocina. Al rato vino con un tazón grande de café con leche humeante y un platito con unas galletitas.
Se sentó al lado mío en el sillón, sin pegarse a mi, y empezamos a desayunar en silencio. Nada mas nos sonreíamos suavemente el uno al otro. A veces charlando de nada, a veces callados, pero nos mirabamos dulcemente. Al menos yo no podía evitar hacerlo. Había un ambiente tranquilo y de paz, ninguno de los dos parecía sentirse nervioso. Estaba todo tan calmo y se sentía un momento tan lindo. Quizás los dos lo queríamos disfrutar asi, en paz, sin largarse a la charla que los dos sabíamos que teníamos que tener. Al menos no ahora.
Habremos estado unos diez minutos asi, casi en silencio, cuando yo terminé mi café y apoyé la taza en la mesita, acomodándome en el sillón. Me pareció que ya era un buen momento no para largarse a la charla, sino para empezar a ir llevándola despacito.
Le ofrecí de nuevo una sonrisa dulce y le dije suavemente, casi en nuestra intimidad pese a que estabamos los dos solos, "Cómo estás? Descansaste?"
El me devolvió la sonrisa, "Si... dormí bastante... me quedé planchado mal. Vos te despertaste temprano?"
"No... hará media hora, creo..."
"Vos descansaste?"
Le sonreí, "Si, me levanté muy bien... descansada..."
"Yo también", me sonrió.
Tomé un poquito de aire, "Juani... ahora no, recién nos levantamos y todo eso, pero... creo que estaría bueno que hablemos de lo que pasó, no?"
Juani terminó su sorbo de café y me miró, lo noté bien tranquilo, "Podemos hablar ahora, Moni. Bah, digo... no tenemos otra cosa que hacer, no?"
"Seguro?", le pregunté
"Si, obvio. De que querías hablar?"
"Y... de todo lo que pasó... de lo que hicimos..."
"Que? No te gustó?", me preguntó.
Yo me sonreí, "Al contrario, Juani. Me encantó. Y se que a vos también, eso estuvo clarísimo anoche...", me sonrió y me asintió, "No es eso... es... bueno, no se que pensás vos de todo?"
"Lo que pienso yo?"
"Claro, me interesa mucho saber. Que pensás de ésto, que sentís... que querés?", lo miré suave pero detenidamente.
Juani se tomó otro sorbo de café, "No se que querés que te diga, Moni. Me encantó. Fue increíble..."
"Te pregunto porque, bueno, vos sabés que es una situación bastante atípica...", le dije.
"Y, si..."
"Yo soy mucho mas grande que vos... vos sos menor...sos el hijo de Andrea..."
Juani me miró un momento y me dijo, "Anoche no era un problema eso."
Me mató el pendejo con esa. Me quedé callada un momentito y decidí que no lo iba a subestimar mas. Y por mas que las apariencias engañen, el pedazo de hombre que me amó tantas veces anoche tampoco se merecía que lo trate entre algodones.
"No, anoche no fue un problema, tenés razón", le dije, "Pero anoche fue anoche y hoy es hoy. Yo no se que pensás de lo que hicimos anoche. Y realmente me gustaría saber. No se para vos que fue... si fue nada mas que te quisiste sacar la calentura conmigo, si para vos fue algo mas que eso... no se... por eso te pregunto."
Juani me miró y lo vi terminar su café, dejándolo también en la mesita, "Me parece que los dos estabamos en la misma anoche, no?"
"Lo decís por lo de la calentura?", le pregunté
"Y, si..."
"Yo creo que si. Que los dos lo necesitabamos. No?"
Juani asintió con la cabeza, "Yo noté eso también, si."
"A ver... que se entienda, Juani. No creas que me arrepiento de algo de lo que pasó. Para mi fue hermoso, te juro. La pasé... increíble. Y si, lo necesitaba.", le sonreí.
"Yo tampoco me arrepiento de estar con vos, Moni", me dijo con una sonrisa.
"Y obvio que todo ésto queda acá, no? Está de mas decirlo, creo.", le advertí.
"Si, Moni, claro..."
"Yo se que para un hombre, y por ahi mas para un hombre de tu edad... no se como decirlo", le dije mientras intentaba explicarlo, "Por ahi les gusta hablar mucho de sus conquistas y eso... vos me entendés lo que quiero decir. Pero para la mujer es muy distinto. Por lo menos yo soy bastante mas privada y no me gusta si estoy con alguien que esa persona ande diciendo por ahi que hicimos y que no hicimos..."
"Claro, te entiendo. Quedate tranquila que no le voy a decir a nadie.", me sonrió.
"Puedo confiar en vos, Juani? Por favor?", le pregunté.
"Por supuesto. Además vos misma me dijiste anoche...", se rió.
Yo lo miré sin entender, "Eh? Que dije anoche?"
Juani se sonrió, "Ya te olvidaste? Yo mismo te pregunté y te dije que no se lo decíamos a nadie y vos misma me dijiste que no... que eramos vos y yo, nada mas. Yo me acuerdo."
Touché de nuevo. Otra vez había subestimado a Juani y tenía razón. Al menos me dejaba tranquila que lo nuestro y lo que quizás podría venir después no iba a trascender.
"Si somos vos y yo, somos vos y yo, me dijiste, Moni...", me dijo.
"Okey, si tenés razón...", le sonreí. Me estiré para agarrar una galletita y la empecé a comer despacito mientras Juani me miraba con una sonrisa.
"Que pasa?", le pregunté.
"Nada. Te miro. Nunca había estado con una mina asi...", me contestó. Yo pensé en realidad con cuántas había estado, que no podían ser muchas por su edad, pero bueno.
"Asi cómo?"
"No se... asi de hermosa. Apasionada... buena onda...", me sonrió.
Yo casi me sonrojo un poco, "Ay, gracias Juani. Yo también. Vos sos... sos especial."
El se rió, "Ni en pedo. Especial cómo?"
"Y... no se, especial. Anoche me trataste tan bien... fuerte cuando había ser fuerte, dulce cuando había que ser dulce... hacía mucho tiempo que yo no estaba con un hombre... y me encantó estar con vos.", le dije sonriendo.
Juani me miró a los ojos un momento, "Anoche fuiste increíble... nunca había cogido asi, a una mujer asi..."
Yo le devolví la mirada y se la retuve, ya había pasado el tiempo de ser diplomática, "Y yo, Juani, la verdad que nunca nadie me había cogido asi."
Nos quedamos los dos mirándonos suavemente en silencio y los dos agarramos otra galletita. Noté mi celu en la mesa y le dije, "Ah... hablé con Lucas hace un rato. Está viniendo el Viernes."
A Juani le cambió un poco la cara, para mal. No se si se había acordado que el estaba acá en Pinamar por el amigo y que el amigo iba eventualmente a aparecer. No era solo cogerse a la madre., "Uh... bueh..."
"No seas asi", le sonreí, "No querés estar con tu amigo?"
"Si, obvio... pero bueh... cambió un poco la cosa, no? Digo, desde la semana pasada...", se rió.
"Si, bueno, pero es asi. Los dos sabíamos que Lucas iba a venir.", le dije.
"Claro... entonces...?", me dejó la pregunta picando en el aire.
Yo tomé aire y lo miré con detenimiento. Me parecía que ya había que hablar bien claro.
"Entonces... mirá, Juani. No se que pensás vos, pero yo creo que la cosa es asi..."
"A ver...", me dijo y se acomodó en el sillón un poco
"Lo que hicimos, lo hicimos, y nos encantó y estuvo bárbaro", empecé, "Pero creo que tanto vos como yo sabemos que novios no vamos a ser. No hay forma. Es imposible."
"Nunca lo pensé asi, Moni... ya lo se.", me dijo.
"Okey, te lo comento porque no sabía que pensabas o que querías después de lo de anoche.", le dije. El me asintió y yo seguí, "No se que te parece a vos, pero si vos querés... hicimos lo que hicimos anoche, nos sacamos la calentura los dos, ésto queda aca entre nosotros y punto. No quiere decir que no lo hayamos disfrutado. Nada mas quiere decir que hasta acá llega."
"Entiendo", me dijo nada mas. No pude discernir si eso le había caído bien o mal.
"También los dos sabemos que una vez que esté Luquitas aca, por mas que los dos lo quisiéramos, no podemos hacer nada."
El se rió, "Y no, sin meterlo a Lucky, no..."
"AY JUANI!", le gruñí, " Te estoy hablando en serio, che! Por favor!"
Juani se siguió riendo y se acercó en el sillón, tomándome de la mano, "Ya seeee... perdoname, fue un chistonto... lo tenía que hacer, jajajaja... relajate un poco, Moni..."
Yo me compuse y le acaricié la mano que me había tomado, "Bueh... entonces, no se... si querés, hasta que venga Lucas... si a vos te parece... no se. La realidad es que hasta ese dia seguimos estando los dos solos acá... si te parece y si querés, podemos seguir jugando...", le sonreí, "Pero se corta cuando llega Lucas."
"Jugando?", me preguntó con una muequita en los labios.
"Bueno, Juani, no se como llamarlo... estando juntos... disfrutando. Como anoche.", le sonreí.
"No, está bien. Me gusta 'jugando' ", se rió.
"Pero en serio... muy en serio... se corta cuando viene Lucas. No te estoy jodiendo.", le dije.
"Y si, una vez que está el acá, ya no se puede."
"Me parece que es eso... o si querés la cortamos ahora. Ya hicimos lo que hicimos, disfrutamos... todo bien y todos contentos", le dije.
Me levanté despacito y me dirigí a la cocina, dejándolo a Juani en el sillón, "Igual... pensalo, no? Hay tiempo, no es algo que tengamos que decidir ahora. Lo que los dos decidamos creo que va a estar bien..."
Entré a la cocina y me puse a lavar mi taza, limpiando un poquito y ordenando cosas, mirando un poco los mensajes en mi celu que anoche ni había podido ver. Pasaron como cinco minutos y Juani seguía ahi en el sillón del living, solo y pensando. De pronto lo escuché venir y entrar a la cocina con su taza.
"Ay, dame que te la lavo...", le dije
"No, pará, me iba a servir otro..."
"Dejá, yo te lo hago.", le contesté tomando la taza y enjuagándola para hacerle otro café con leche. Nos quedamos ahi parados, al lado de la mesada de la cocina mientras yo se lo empecé a hacer. Juani me puso una mano suave en el hombro.
"Tenemos cuatro días, no?"
"No, cinco... contando hoy, cinco. Llega el Viernes a la mañana...", le dije.
"Ah, si, ya ni se que dia es...", se rió. Se movió atrás mio y me puso las dos manos en los hombros, acariciándome suavemente por sobre la batita. Me encantó sentir su toque mientras le preparaba mas desayuno.
Escuché que me decía de atrás mientras me frotaba los hombros, "Ya lo pensé, Moni."
"Ah si? Tan rápido?"
"Si... si tenemos cinco dias, si vos querés... yo quiero seguir jugando", me dijo.
Yo me sonreí sin que el me viera. Al menos creo que no me había visto, "Bueno.. si vos querés, yo también..."
"Bueno..."
Giré un poquito la cabeza para mirarlo de refilón por encima de mi hombro, "Y a que querés jugar, hmm?"
Sentí como sus manos me empezaron a bajar por el cuerpo, acariciándome los costados mientras bajaban, y me apoyó un poco el cuerpo contra mi espalda. Yo cerré los ojos suavemente, me encantaba como Juani me estaba tocando. Sentí que finalmente me abrazó por encima de mi estómago dulcemente por sobre la bata y me acercó la cara al oído. No me susurró, pero me habló bajito, solo para mi.
"Si tenemos cinco dias... bueno, en éstos cinco días quiero jugar a que estamos casados y que sos mi mujer.", me dijo al oído.
Se me puso la piel de gallina en los brazos al instante, sentía también los pelitos de mi nuca parándose de inmediato. Cerré los ojos y no podía creer la sensación que me causó escuchar eso, de su boca, de tan cerca, tan íntimo. Me pegué un poco mas para atrás contra el y giré un poco el cuello para frotarlo contra su cara.
"Ay... Juani...", le dije bajito.
"Querés?", me preguntó también bajito.
"Si, mi amor...", le respondí. La idea de jugar a eso me estaba volviendo loca ya. Y ni habíamos empezado a jugar.
"Me encanta cuando me decís 'mi amor' ", me dijo y sentí como me empezó a desanudar la batita sobre mi estómago mientras me daba piquitos en el cuello. Yo ya me moría.
"... me encanta decírtelo..."
"Anoche me lo dijiste un montón..."
"Porque te dije lo que sentía..."
Juani terminó con el nudo de la bata y me la abrió por adelante. No mucho, pero lo suficiente para dejar un poco al aire mis pechos ya que no me había puesto corpiño. Sentí como llevo sus manos a mis tetas y las empezó a disfrutar. Acariciando, estrujando, sintiendo, estimulándome los pezoncitos entre sus dedos, "Y ahora lo sentís también?"
Yo me mordí los labios y le empujé un poco el culo contra el, sintiendo que ya el estaba duro bajo su bermuda, "... claro que lo siento... mi amor... mi hermoso...."
Juani hundió su cara en mi cuello y me dejó un chupón largo y divino, después me dijo de nuevo al oído sin dejar en ningún momento de disfrutarme las tetas, "Te amo, Moni.. sos increíble... te amo..."
A mi se me escapó un gemido, "... yo también, Juani... te amo, mi hermoso....te amo..."
Juani me tomó la cabeza, me la giró y me dió un besazo increíble. Sentir la lengua de mi hombrecito en mi boca me calentaba aun mas. Mientras nos besábamos como locos sentí atrás mio como sacó su pija de abajo de las bermudas y me levantó la falda. Yo doblé un poquito mas la espalda para el, para darle mas de mi culo. Sentí sus dedos corriéndome la bombacha para un costado y la sensación de su pene duro contra mis nalgas. Me lo puso entre ellas, sin querer penetrarme ahi, nada mas apoyado y presionando, disfrutando la sensación de tenerlo ahi.
"Un dia quiero hacerte el amor ahi... en la cola... quiero sentirte ahi, Moni", me dijo entre besos.
"Es muy grande, Juani...", le susurré, "Me va a doler..."
"Sos mi mujer, Moni... quiero sentirte en todos lados... que me sientas en todos lados... mi amor...", me susurró de vuelta. Yo ya estaba mas que muerta de deseo y de placer. La sensación, la anticipación y sus palabras eran demasiado.
"Cuando quieras, mi vida..."
"Hoy no... otro día... hoy quiero sentirte de nuevo como anoche..."
Sentí como se tomó esa pija divina y la guió entre mis piernas, encontrándome la conchita fácilmente. Sin decir nada me empujó la punta entre mis labios y me penetró. Suave, pero de un tirón, dejándome sentir todo el largo y ancho de esa verga increíble. Mi vagina chillaba de placer al sentirse tan llenita de nuevo, y yo también, "Aaaahhh! Juaniiiii!"... le gemí con dulzura.
Juani una vez que se sintió completamente adentro mío, llevo sus manos de vuelta sobre mis pechos y se aferró de ahi. Empezó a bombearme desde atrás, tan firme y tan dulce a la vez. Que verga magnífica que tenía... cómo me llenaba toda, como me hacía sentir tan mujer. Empezamos a coger asi de parados, en la cocina, yo aferrada a la mesada y el aferrado a mis pechos, llenando y amando mi conchita una y otra vez entre los gemidos fuertes de los dos. Cuando lo sentí que ya se acercaba a su orgasmo, yo también lo empecé a coger de vuelta, empujándome fuerte contra su pija y tratando de emparejar sus empujones. Los dos estábamos en otra parte, en otro planeta, amándonos asi y llenándonos de placer.
Y de placer no fue de lo único de que Juani me llenó. Pronto no aguantó mas y casi gritando su orgasmo, una vez mas como anoche, me regaló todo su semen caliente adentro mio. Adentro de mi conchita hambrienta. Ella tambíen quería desayunar. Terminamos los dos ahi aferrados, parados y besándonos dulcemente por un rato larguísimo en el que Juani no se salió de mi, diciéndonos una y otra vez cuánto nos amabamos.
Los cuatro dias que siguieron, no voy a mentirles, fueron verdaderamente increíbles. Los dos cogíamos como conejos. Como dos animalitos. No es que yo me había olvidado lo que era la potencia sexual y las ganas de un pibe joven, pero realmente yo nunca la había experimentado asi. Si, claro que tuve novios a esa edad, y claro que lo hacían fuerte, pero nunca había estado con uno asi en una situación de convivencia, de estar todo el tiempo juntos. Juani era increíble. Recargaba sus baterías enseguida. Cogíamos, fácilmente, cuatro veces al dia, sino mas. Y a la noche, en la que era nuestra cama en el juego de marido y mujer, dos veces mas, seguro.
Juani era casi inagotable, no sólo en su ímpetu sexual, sino que me sorprendía lo voluminosos y frecuentes que podían ser sus orgasmos. Quizás en algún dia de mas actividad, por la noche lo sentía un poco cansado y notaba que quizás eyaculaba menos, pero al otro dia era increíble lo recargado que parecía estar de todo, de ganas y de semen. No se como hacía ese cuerpo divino de mi hombrecito para producir tanto, pero yo no me quejaba. Al contrario, me hacía amarlo cada vez mas y mas.
No hicimos mucho mas en esos cinco dias que tener sexo todo el tiempo. Y cuando por ahi estabamos algo cansados y no se daba, nos pasabamos largos ratos abrazados y besándonos en la intimidad de la que era nuestra casita, al menos por esos dias. Apenas salíamos a la playa, a hacer las compras o a pasear, y cuando lo hacíamos inevitablemente empezabamos con los comentarios, las joditas y las miradas cómplices que nos hacían volver raudos a casa para poder cogernos tranquilos de nuevo. Una y otra y otra vez. Mi cuerpo nunca había recibido tanto semen de ningún otro amante, nunca, como en esos cuatro dias hermosos que pasamos con Juani. Adentro mio, o en mi piel, o en mi boca y mi estómago... yo lo recibía todo, como el quisiera dármelo, y lo adoraba.
En esos cuatro dias, además del sexo, nos fuimos conociendo y charlando de cosas mas íntimas. Nada importante y nada que quiera contar aquí, de uno o del otro. Juani me trataba como a una diosa y me hacía reír mucho. Por mas que un dia no ibamos a salir, le gustaba cuando yo me vestía elegante para el. Todo era parte del juego. Le gustaba verme arreglada y yo le seguía el juego, a mi también me entretenía y me calentaba. Muchas veces me decía que me quede con los zapatos puestos, porque le recordaba de aquella primera noche que tuvimos, lo que me pareció muy tierno. Pero la mayoría de las veces me pedía que me vista sexy y que me arregle para el. Y yo adoraba complacerlo con eso.
Una noche, mi "marido" por fin me dijo que quería mi culo. Yo me vestí sexy para el mientras el se fue a buscar algo para comer. Cuando volvió yo ya estaba lista. Tuvimos una cenita medio romántica en el pequeño mirador vidriado que teníamos en el segundo piso de casa y cuando terminamos, después de un poquito de sobremesa, me llevó abajo al living y me empezó a coger ahi mismo.
Yo se la chupé amorosamente un rato para lubricarla hasta que Juani no aguantó mas, me sacó algo de la ropa casi a los tirones, me puso en cuatro sobre uno de los sillones y me empezó a coger el culito. La verdad es que al principio me dolió, sobre todo en esa posición. La pija de Juani la sentía muy grande y muy dura en mi cola. Apenas me pudo meter su punta hinchada. Yo me tenía que frotar la conchita para darme algo de placer al mismo tiempo y hacérmelo mas llevadero.
Juani era buenito y se dió cuenta enseguida que yo no la estaba pasando muy bien, asi que cambiamos de posición a ver si me resultaba mas fácil. Me pidió que se la lubrique mucho y bien con mi boca, lo que siempre me encantaba hacer, y me dijo que me suba encima de el, para que yo controle cuánto quería que me ingrese de su pija adentro mio. La verdad que fue una gran idea, al principio me costó pero pronto empecé a sentir mas y mas placer al sentirlo ahi, tan adentro mío y ensanchándome tan dulcemente.
Nos disfrutamos un rato asi, yo hundiéndome cada vez mas y mas su pija divina en mi culito, sientiendo cada vez mas y mas placer de tener a mi hombrecito ahi también. Juani me dijo entre sus gemidos que necesitaba acabar, asi que para hacérselo mas fácil, me salí de encima de el, casi que me arranqué la poca ropa que me quedaba y me puse en cuatro sobre la alfombra, desnuda para el. Me iba a doler, pero necesitaba complacerlo y que el tenga también su placer. Me tomó de la cintura y me la metió en el culo de nuevo, ésta vez toda y bien profundo. Ya lo tenía un poco abierto de antes asi que no me dolio tanto y pronto yo ya estaba gozando tanto como el.
Sentir primero la verga hermosa y después la leche deliciosa de Juani bien profunda en mi culo me provocó un orgasmo anal que me resultó impactante. La cantidad de leche que me dejó adentro fue casi prodigiosa. Cuando terminó de acabar se inclinó sobre mi espalda y girándome la cara nos quedamos dándonos besos profundos y lamiéndonos los labios por un largo rato, hasta que finalmente mi hombrecito hermoso se salió de mi, dejándome mi anito tan dulcemente ensanchado. La leche de Juani pronto me comenzó a salir en borbotones. Estoy segura que de haberlo visto me habría resultado un asco, pero para ser honesta pocas veces me había sentido tan mujer y tan deseada. Como ya me había acostumbrado, otras veces ya teníamos sexo anal mas seguido y me resultó mucho mas fácil y placentero. Y adoraba cómo mi anito lo hacía sentir y gozar a mi Juani.
Por supuesto que dormíamos juntos todas las noches, en el juego de marido y mujer. Adoraba despertarme a su lado y que el sea lo primero que veía al abrir los ojos. No podía comenzar el dia de mejor manera, y me quedaba largos minutos mirándolo dormir y acariciándolo suavemente en su sueño. A veces el se despertaba primero y me despertaba dulcemente a mi. Yo salía de mi sueño al sentir su pija hermosa entrándome por mi conchita por atrás, tan suave y tan despacito. No me cogía, nada mas quería metérmela y dejármela ahi, que mi cuerpo la rodée como sus brazos rodeaban al mio en un amoroso abrazo y asi a veces se quedaba, enterrado en mi hasta que nos levantabamos.
Otras veces yo me despertaba antes que el y para despertarlo cariñosamente lo destapaba con cuidado y me llevaba su pijón hermoso a la boca, mamándolo despacito y disfrutando con mi lengua cada centímetro que me metía. Asi es como después de un rato de ese amor que yo le brindaba, Juani me daba mi primer desayuno del dia. Su delicioso semen caliente, la primera eyaculación del dia de mi hermoso machito, recién hecha y sólo para mi y para mi pancita hambrienta, mientras sentía su mano acariándome la espalda y la nuca.
Asi pasaron los días hasta que llegó el Jueves, nuestro último dia de "casados". Ya al otro dia venía Luquitas. Por supuesto que yo quería ver a mi hijo y estar con el, pero una buena parte de mi no quería que el juego se termine. Los dos nos levantamos raro ese dia, los dos sabíamos que era el último. Hicimos el amor cuando nos despertamos y charlando después todavía en la cama, Juani me dijo que también se sentía un poco triste. Todo debía terminar.
Era un dia lluvioso asi que no quisimos salir a ningún lado. Era uno de esos días grises que llovía, paraba y al tiempo se largaba a llover de nuevo. No se podía ir a ningún lado, salvo que nos pongamos camperas y salgamos a caminar por playas lluviosas y frías, lo que ninguno de los dos realmente quería.
Desayunamos, hicimos el amor de nuevo en el living, almorzamos y nos quedamos mirando la tele abrazados después de comer. Juani me acariciaba suavemente la piel y yo estaba acurrucada contra el, abrazándolo y mirando la tv, pasando el tiempo. Después de estar pensativo un rato me habló.
"Estoy re aburrido...", se rió.
"Y si, yo también. Es un dia feo..."
Me miró con una sonrisa, "Querés que te saque unas fotos, Moni?"
"Eh?", lo miré
"Unas fotos... que se yo... para hacer algo..."
"Que fotos? Pará... como las que me sacaste aquella vez... estás loco...", me sonreí.
"Nah, de esas no, amor...", como me gustaba cuando me llamaba asi, "Distintas... no se, artísticas... que queden de recuerdo."
Yo me sospechaba algo, "Juani si me lo estás pidiendo para pasárselas a alguien te podés ir a la..."
Juani se rió y me estrujó con el brazo, "Naaah... pará, nada que ver. En serio. Las saco con tu celu, si querés. Yo ni las tengo, pero con que las tengas vos me parece bien...", me sonrió.
Yo le sonreí y lo pensé, "Acá en casa? O querés que salgamos?"
"No, aca en casa... vamos arriba al mirador que está bueno ahi para sacar fotos...", me vió pensarlo y me animó con otro estrujoncito, "Dale mi amor... ponete linda. Ponete perri. Son para nosotros y nadie mas."
"Y que querés que me ponga?", le pregunté
"Lo que vos quieras... pero te lo vas a ir sacando...", me guiñó un ojito.
Yo me sonreí y lo empezamos a hacer. Me terminó gustando la idea. Que nos quede algo mas que el recuerdo, y si encima yo tenía la custodia de las fotos, mejor aun. Me fui a cambiar y estuve un largo rato tratando de elegir que ponerme. Al final elegí algo mas bien sobrio, una pollera roja tranqui y elegante y una camisa negra. Era sobrio por arriba, porque si Juani quería un strip tease, lo bueno estaba abajo. Me había puesto el conjuntito de corpiño y tanguita púrpura que me encantaba, me realzaba todas las curvas. Me cambié, subí y Juani ya estaba ahi con un cafecito que se había hecho, esperándome. Al verme le encantó como estaba y me dejó un beso amoroso.
"No se que querés que haga, mi amor", le dije pasándole mi celu, "Yo no se modelar, nunca lo hice."
"No hagas nada, hacé lo que quieras. El artista soy yo... yo te capto los momentos", dijo y nos reímos.
Yo me senté y lo miré suave mientras me desabrochaba algunos botones de la camisa. El corpiño que llevaba inmediatamente me empujó las tetas bien para afuera y vi que Juani se sonrió y me sacó la primera foto.
Juani se sonrió al ver la foto que acabó de sacar, "Sos increíble... que hermosa...", me dijo y yo le devolví una dulce sonrisa, "Sacate la camisa, Moni... dejame ver lo diosa que sos...."
Yo hice lo que me pidió y me paré para quitármela, ahi Juani se acercó y me sacó la segunda foto, sin esperar a que termine de sacarme la camisa.
"No podés ser tan linda... no podés...", me dijo mientras miraba la pantalla del celu, "Seguí, mi amor, no pares... diosa... hermosa....".
Cuanto mas me decía esas cosas Juani, mas me animaba yo a soltarme, "Me saco mas?"
"Si, dale Moni... comete la cámara....", se rió Juani
Yo me aflojé las tiras del corpiño, me saqué la pollera y me empecé a ajustar la tanguita cuando me sacó la otra.
Ya lo notaba bastante caliente a Juani, y la verdad que a mi también me estaba excitando todo ésto.
"Sacate todo, Moni... sacate todo... dejame verte esa cola preciosa que tenés...", me dijo.
Yo me di vuelta, dándole la espalda, revolée el corpiño por ahi y me empecé a bajar la tanguita. Me dijo que pare, que me agarre el pelo y me sacó otra en ese momento.
"Sentate, Moni", me dijo mas seriamente, "Sacate todo y sentate... no, pará... dejate los zapatos y sentate."
Yo me sonreí, cómo le encantaba que me deje los zapatos. Hice lo que me pidió y ahi me sacó otra mientras yo miraba por el ventanal a ver si no nos estaba viendo nadie de afuera, pero con el dia tan lluvioso no había nadie en la calle.
"Dame algo mas, mi amor... mas gata... date cuenta lo diosa que sos...", me sonrió.
Yo le devolví la sonrisa y obedecí, echándome para atrás y tocándome un poquito. Juani tardó en sacar la foto. No se si estaba buscando la foto perfecta o nada mas estaba disfrutando el verme acariciarme. Luego de un momento la sacó.
Juani me miró por encima del borde del celu. Me miró un rato que me pareció largo. De hecho los dos nos miramos en silencio hasta que finalmente me habló, en un tono que no se lo había escuchado nunca. Tan serio, tan triste.
"Mi amor... no sabés... no te das una idea lo que te voy a extrañar...", me dijó y me partió. Me partió en dos. Porque en ese momento yo estaba sintiendo exactamente lo mismo.
"Yo también mi vida. Te voy a extrañar... tanto, pero tanto...", le dije con tristeza.
Yo me incliné en la silla y no dije nada. Me colgué mirando a la nada, al piso, con la mirada perdida y pensando. Pensando en Juani, en todo lo que habíamos hecho, lo que habíamos compartido, todo lo que habíamos sentido y lo que me hizo sentir en éstos dias. Me dieron ganas de llorar.
Y ahi fue cuando Juani, en silencio y sin darme ninguna instrucción, sacó la última foto. De todas, es la que mas me gustó. Por lejos.
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