Ufff, hoy mi relato es más sorpresivo que añorado o fantaseando. Ya para meterlos en el mismo, sabiendo que siempre deben estar con su mente abierta a lo que sucede, les cuento lo que pasó un finde de relax con quién era mi novio de aquel entonces y otra pareja amiga.
Ya después de varias charlas que habíamos tenido para tratar de afianzar lazos con nuestras parejas, decidimos dar lugar a un finde de relax y buen descanso.
Todo normal, programamos la salida de los cuatro y nos adentramos a ver lugares y sitios acogedores. Ahí descubrimos unas cabañas, en una zona de cerros donde era posible pasear al aire libre y tener la intimidad para la conversación y risas.
Fue allí donde se dieron muchas situaciones mágicas, caminatas, chistes, alguna que otra acción de burla y una linda y sencilla cena. La sobremesa estaba ya viciada por el cansancio y el pasado de alcohol del momento, lo que dió lugar a charlas picantes y el comienzo de juegos de respuestas, verdades, deseos y por qué no, algunos actos desinhibidos de adultos.
Ya era tarde y empezamos una ronda de preguntas y respuestas, alternando quien contestaría y sin miedos, allí hablamos de varias fantasías, entre ellas coincidimos en tener sexo entre parejas, entre chicas y hasta hacer intercambios cuidados.
Así fue que enmedio de ese momento salió la idea de comentar que era lo que le gustaría pasara y prendas de actuar, la primera situación se dió cuando mi pareja, Rubén, ganó el primer turno y me dijo que me quitará la ropa y quede solo con mi ropa interior, ya el juego arrancaba fuerte y había que enfrentarlo, sus miradas ya tenían ese ardiente deseo de sexo. Al tocarme a mi, le dije a Silvia que haga lo mismo, tratando de igualar condiciones, cosa que sin tardar, lo ejecutó y mostró su lindo cuerpo que me dió tanta envidia, el ver sus pechos tan bien parados, esa piel clara. Ahora, siendo el turno de Silvia le dijo a su marido que relate, mirándome, que deseos le generaba en ese momento, y aqui la cuestión no era ahorrar detalles y expresó que le encantaría sentir tocarme y penetrar siempre mi raja, mucha lujuria salía de sus ojos y me avergoncé cuando miraba jadeante mi entrepierna.
Parecía ya estábamos jugados y más cuando Walter, marido de Silvia, le pidió a su mujer que roce su cuerpo con el mío, que tocará suavemente mis partes más íntimas, ya casi desnudas ambas, mientras ellos miraban detenidamente como nuestra excitación crecía. Pareciera que su morbo los llevó a tanto que al repetir Rubén, me dijo la desnudara con paciencia a Silvia y haga lo mismo, pero está vez, mostrando como mis manos abrían su cuerpo y casi lo dejará a expensas que ambos la deseen. Ya mi turno, pedí que Walter se desnude, quería verlo, se le marcaba ya un bulto interesante y más me sorprendió que se le notara ya muy erecto, decidido a la acción, excitado y lo peor fue que Silvia me pidiera se lo agarre y se lo mame... Me encantó tomar con mis manos su gran miembro, imposible pudiera entrar en mi boca pero muy dulce al lamer su glande y ubicarla entre mis labios. Se lo comencé a chupar a la vista de todos, especialmente de Rubén que miraba extasiado, con la idea que seguramente llenaría mi boca de leche de hacérselo muy rápido.
Ahí pronto, Rubén pidió a Walter que me tomara de la cintura y me cogiera, así casi empujándolo a hacerlo, con una perversa mirada de entrega y yo poniéndome en cuatro sobre la cama, apenas sintiéndome mojada, el ya estaba, empezar bombeandome sin ningún reparo... Ya no se cómo siguió el juego, mi marido con Silvia, a mi lado, penetrándola suavemente y ella gimiendo y respirando agitada y Walter queriendo abrir más mi cuerpo, observando y esperando quizás se sumará más gente a mi vagina ya muy abierta.
Mientras Walter me penetraba, se acercó Rubén y haciéndose lugar, hizo abrirme bien como siempre lo hacía y empecé a sentir como sus dos vergas, muy duras e inflamadas, se rozaban dentro mio, casi a ritmo parejo mientras Silvia, que estaba a mi lado, toma mis manos y me besa el cuello, las tetas y la boca, entregándome sus pechos también para que los degustara... Me estaban cogiendo los tres, estaba, sin pensarlo, siendo la puta entre mi pareja y mis amigos.
Llegó el turno de Silvia, cogida con igual pasión que me hicieran a mi pero entregándose por ambos orificios, con Rubén empujándola de atrás y ella pidiéndome me acercara para que pudiera lamer su conchita y la pija de su marido cada vez que él la penetraba. Esa hermosa concha que me ofrecía para sabérsela disfrutar y que me encantaba... Todo ello hasta que Walter me regalara su leche en mi boca sedienta de su semen y repitiera Rubén cogiendome con pasión al ver leche derramarse de mi boca a mi mejilla.
Repetimos un par de veces más, mirando, intercambiamos roles y hasta me animé a entregar mi cola ya de deseo. Recomiendo momentos en parejas, pueden ser sorprendentes... Te animas?
Ya después de varias charlas que habíamos tenido para tratar de afianzar lazos con nuestras parejas, decidimos dar lugar a un finde de relax y buen descanso.
Todo normal, programamos la salida de los cuatro y nos adentramos a ver lugares y sitios acogedores. Ahí descubrimos unas cabañas, en una zona de cerros donde era posible pasear al aire libre y tener la intimidad para la conversación y risas.
Fue allí donde se dieron muchas situaciones mágicas, caminatas, chistes, alguna que otra acción de burla y una linda y sencilla cena. La sobremesa estaba ya viciada por el cansancio y el pasado de alcohol del momento, lo que dió lugar a charlas picantes y el comienzo de juegos de respuestas, verdades, deseos y por qué no, algunos actos desinhibidos de adultos.
Ya era tarde y empezamos una ronda de preguntas y respuestas, alternando quien contestaría y sin miedos, allí hablamos de varias fantasías, entre ellas coincidimos en tener sexo entre parejas, entre chicas y hasta hacer intercambios cuidados.
Así fue que enmedio de ese momento salió la idea de comentar que era lo que le gustaría pasara y prendas de actuar, la primera situación se dió cuando mi pareja, Rubén, ganó el primer turno y me dijo que me quitará la ropa y quede solo con mi ropa interior, ya el juego arrancaba fuerte y había que enfrentarlo, sus miradas ya tenían ese ardiente deseo de sexo. Al tocarme a mi, le dije a Silvia que haga lo mismo, tratando de igualar condiciones, cosa que sin tardar, lo ejecutó y mostró su lindo cuerpo que me dió tanta envidia, el ver sus pechos tan bien parados, esa piel clara. Ahora, siendo el turno de Silvia le dijo a su marido que relate, mirándome, que deseos le generaba en ese momento, y aqui la cuestión no era ahorrar detalles y expresó que le encantaría sentir tocarme y penetrar siempre mi raja, mucha lujuria salía de sus ojos y me avergoncé cuando miraba jadeante mi entrepierna.
Parecía ya estábamos jugados y más cuando Walter, marido de Silvia, le pidió a su mujer que roce su cuerpo con el mío, que tocará suavemente mis partes más íntimas, ya casi desnudas ambas, mientras ellos miraban detenidamente como nuestra excitación crecía. Pareciera que su morbo los llevó a tanto que al repetir Rubén, me dijo la desnudara con paciencia a Silvia y haga lo mismo, pero está vez, mostrando como mis manos abrían su cuerpo y casi lo dejará a expensas que ambos la deseen. Ya mi turno, pedí que Walter se desnude, quería verlo, se le marcaba ya un bulto interesante y más me sorprendió que se le notara ya muy erecto, decidido a la acción, excitado y lo peor fue que Silvia me pidiera se lo agarre y se lo mame... Me encantó tomar con mis manos su gran miembro, imposible pudiera entrar en mi boca pero muy dulce al lamer su glande y ubicarla entre mis labios. Se lo comencé a chupar a la vista de todos, especialmente de Rubén que miraba extasiado, con la idea que seguramente llenaría mi boca de leche de hacérselo muy rápido.
Ahí pronto, Rubén pidió a Walter que me tomara de la cintura y me cogiera, así casi empujándolo a hacerlo, con una perversa mirada de entrega y yo poniéndome en cuatro sobre la cama, apenas sintiéndome mojada, el ya estaba, empezar bombeandome sin ningún reparo... Ya no se cómo siguió el juego, mi marido con Silvia, a mi lado, penetrándola suavemente y ella gimiendo y respirando agitada y Walter queriendo abrir más mi cuerpo, observando y esperando quizás se sumará más gente a mi vagina ya muy abierta.
Mientras Walter me penetraba, se acercó Rubén y haciéndose lugar, hizo abrirme bien como siempre lo hacía y empecé a sentir como sus dos vergas, muy duras e inflamadas, se rozaban dentro mio, casi a ritmo parejo mientras Silvia, que estaba a mi lado, toma mis manos y me besa el cuello, las tetas y la boca, entregándome sus pechos también para que los degustara... Me estaban cogiendo los tres, estaba, sin pensarlo, siendo la puta entre mi pareja y mis amigos.
Llegó el turno de Silvia, cogida con igual pasión que me hicieran a mi pero entregándose por ambos orificios, con Rubén empujándola de atrás y ella pidiéndome me acercara para que pudiera lamer su conchita y la pija de su marido cada vez que él la penetraba. Esa hermosa concha que me ofrecía para sabérsela disfrutar y que me encantaba... Todo ello hasta que Walter me regalara su leche en mi boca sedienta de su semen y repitiera Rubén cogiendome con pasión al ver leche derramarse de mi boca a mi mejilla.
Repetimos un par de veces más, mirando, intercambiamos roles y hasta me animé a entregar mi cola ya de deseo. Recomiendo momentos en parejas, pueden ser sorprendentes... Te animas?
4 comentarios - Noche de parejas amigas