La primera vez que vi a mi suegra ya me he dado cuenta de que había llegado a la casilla correcta. Era muy joven Y aunque para mí sentía que me sacaba un poco más de una década seguía siendo una madre sexy putona y divina. De alguna manera y después de haber tenido tantos hijos mantenía un buen culo bastante firme grandecito sí producto de tantos embarazos pero no gorda. Una cola digna de ser mirada. Es más siempre que andaba con una calza Y usaba las mismas tangas hilo que sus hijas y veías Cómo se le transparentaba todo el hilo de la tanga Le juro que esa cola te volvía loco. Además estaba la actitud súper libre te das cuenta que era una mujer a la que no le importaba absolutamente nada que le encantaba salir de fiesta de joda bailar escabiar. Poco a poco me Fui enterando que sus hijas no eran todos del mismo macho que había tenido amoríos por varios lados que le gustaba mucho la pija y que le encantaba lucirse llamar la atención mostrarse. En cualquier evento no ibas a ver bien arreglada vas tirando al verano con alguna Pollera de Jean bien corta Y aprovechando sus enormes tetas un muy jugoso escote. Más tirando al invierno siempre elegí a calzas que le marcaban bien esa cola de hembra con todas las letras siempre en tangada y trataba de lucir sus enormes tetas mediante remeras ajustadas mayormente sin corpiño o suéter sin corpiño que le marcaba a los pezones.
También hay que decir que de entrada yo no le caí en Gracia para nada. Mi suegra por más libre y putona que fuera era una villera villera de Alma mal eso significaba que en su mente todos los que no fuéramos del barrio éramos el enemigo éramos unos Cheetos porteños de mierda (aunque en realidad yo no era Porteño) y todos los villeros del barrio eran almas buenas hasta que se demuestre lo contrario.
de Modo que bajo sus ojos villera llegara un pibito del conurbano Norte con Auto a garcharse a una de sus hijas me transformaba automáticamente en un ser despreciable.
Nuestra relación cambió 180 grados cuando mi turra quedó embarazada y yo me mudé con ellos. No sé bien que fue si se dio cuenta de que yo no era el Cheto que ella creía si tenía más cosas de barrio que otra cosa si era porque era peronista al igual que ellos o si en su retorcidamente mente haber preñiado a la turra me hacía merecedor de su bendición.
En el momento en el que empezamos a llevarnos muy bien en mi mente empezó a haber dos fantasías. la primera Y seguramente más obvia era la de garchar con mi suegra. Me volvía loco pensando enchuparle esas tetas enormes y en sentir todo ese cuerpo de hembra cabalgándome.
La segunda y por algunas cosas que mi turra me había contado que mi suegra garche con alguno de sus chongos en nuestra cama. Quería saber si era capaz de ser tan trola de garchar salvajemente con cualquiera de sus machos en la cama que usábamos para dormir con mi turra. Ese día llegó mucho antes de lo esperado.
No iba muchas semanas de haberme mudado cuando una tarde toda la banda de vagas turras de mis cuñadas más Jessi en ese momento todavía mi novia turra antes de transformarse mi mujer más yo y un par de chonguitos de mis cuñadas no fuimos a la plaza. No teníamos nada que hacer ninguno trabajaba Así que nos quedamos ranchando en la plaza largas horas. Ahora no me acuerdo por qué pero sé que por pedido de Jessi tuve que volver a la casa a buscar algo. Fue la primera vez que volví solo porque como el barrio era medio picante Generalmente me acompañaban. Pero ya plena luz del día 4 de la tarde y volví hacia la casilla.
Ya cuando llegué lo que más me llamó la atención fue encontrar una zarpada moto apenas cruzábamos el alambrado oxidado. Yo siempre supe de autos no de motos moto grande picante. Y claramente no era de ninguno de la familia. Para peor la puerta de la casilla estaba abierta solamente crucé de plástico que se ponía en la puerta en esa época. Un pie dentro de la casilla y los gritos y gemidos de placer de mi suegra invadieron mi mente. Eran zarpados punzantes salvajes. Gran gritos de hembra de villera sedienta de pija. Gemía con Tono graves fuerte retumbaba en toda la casilla. Para peor en los pocos momentos en donde no estaban los gritos y gemidos se escuchaba El vergazo del chongo contra mi suegra. Se escuchaba el rechinar de una cama. A mí se me puso la pija dura de inmediato. En ese momento pensé que estaría enganchando en su pieza y estaba decidido a espiar no me iba a perder semejante función. Pero lo que no fui capaz de calcular es que a medida que caminaba hacia nuestra pieza hacia la pieza que compartía con mi turra y mis cuñadas los gritos hacían más fuertes más intensos más salvajes. Mi mente se revolucionó en un segundo. Me asomé a la entrada de la pieza despacito tratando de no hacer ruido. Tenía la verga paradísima Pita en el roding con la pija bien dura la cara roja y el corazón a 1000.
En cuanto puedas tomar un poco la cabeza Me encontré con una de las mejores imágenes de toda mi vida. Mi suegra en cuatro completamente desnuda con esas tetas enormes colgando siendo garchada por un pendejo villeri turrito todo tatuado el auténtico Brayan sobre nuestra cama. Yo no lo podía creer mi cabeza estaba a 1000 por hora volaba de calentura. Mi suegra recibía vergazo tras vergazo mientras nuestra pobre cama rechinaba y se movía al compás de semejante garche. Quizás una de las cosas que más me excitó en ese momento que con mi turra habíamos garchado la noche anterior en esa cama y por supuesto nunca habíamos cambiado las sábanas de modo que mi suegra estaba agachando en la misma cama con las mismas sábanas que habíamos garchado con su hija la noche anterior. Yo sentía como me titilaba la pija viendo y observando todo eso
El gancho era salvaje el chongo le daba vergazos bien fuertes mientras mi suegra los recibía con placer mientras gemía y gritaba. Apretaba bien fuerte con ambas manos las sábanas y nuestro colchón. No solo eso sino que en varios momentos el pendeji le pegó dos chirlos en la cola que daba gusto. En todo ese momento de calentura Yo pensaba que había tenido mucha mala suerte con mi familia porque podría haber nacido en una familia bien turra y disfrutar esto desde pendejo. hubiera cambiado todo Por tener una madre así de turra. Sin embargo estaba encantado disfrutarlo en primera persona no solamente con mi turra sino también con toda su familia.
Ellos se dieron cuenta de que yo los estaba mirando y los minutos iban pasando mientras seguía garchando salvajemente.
Yo sabía que tenía que volver porque si no se iban a preocupar pensando que me había pasado algo pero pude ver una de las acabadas de mi suegra. Reconozco que esperaba un poco más tal vez el pendejo turro no estaba a su altura y no le dio uno de los mejores orgasmos sin embargo pegó tres cuatro gritos bien fuertes bien salvajes y se escuchó cómo salía un poco de flujo de su Concha que caía en toda nuestra cama. yo estaba chocho feliz caliente todo junto. sabía que había entrado en una familia soñada al menos para mí.
Volví para la plaza todo caliente mientras mi suegra y el chongo siguieron garchando nuestra cama. Solamente podía pensar en que existía un mundo 100,000 veces mejor que el mío pero que ahora formaba parte de ese mundo mejor de las turras.
continua
También hay que decir que de entrada yo no le caí en Gracia para nada. Mi suegra por más libre y putona que fuera era una villera villera de Alma mal eso significaba que en su mente todos los que no fuéramos del barrio éramos el enemigo éramos unos Cheetos porteños de mierda (aunque en realidad yo no era Porteño) y todos los villeros del barrio eran almas buenas hasta que se demuestre lo contrario.
de Modo que bajo sus ojos villera llegara un pibito del conurbano Norte con Auto a garcharse a una de sus hijas me transformaba automáticamente en un ser despreciable.
Nuestra relación cambió 180 grados cuando mi turra quedó embarazada y yo me mudé con ellos. No sé bien que fue si se dio cuenta de que yo no era el Cheto que ella creía si tenía más cosas de barrio que otra cosa si era porque era peronista al igual que ellos o si en su retorcidamente mente haber preñiado a la turra me hacía merecedor de su bendición.
En el momento en el que empezamos a llevarnos muy bien en mi mente empezó a haber dos fantasías. la primera Y seguramente más obvia era la de garchar con mi suegra. Me volvía loco pensando enchuparle esas tetas enormes y en sentir todo ese cuerpo de hembra cabalgándome.
La segunda y por algunas cosas que mi turra me había contado que mi suegra garche con alguno de sus chongos en nuestra cama. Quería saber si era capaz de ser tan trola de garchar salvajemente con cualquiera de sus machos en la cama que usábamos para dormir con mi turra. Ese día llegó mucho antes de lo esperado.
No iba muchas semanas de haberme mudado cuando una tarde toda la banda de vagas turras de mis cuñadas más Jessi en ese momento todavía mi novia turra antes de transformarse mi mujer más yo y un par de chonguitos de mis cuñadas no fuimos a la plaza. No teníamos nada que hacer ninguno trabajaba Así que nos quedamos ranchando en la plaza largas horas. Ahora no me acuerdo por qué pero sé que por pedido de Jessi tuve que volver a la casa a buscar algo. Fue la primera vez que volví solo porque como el barrio era medio picante Generalmente me acompañaban. Pero ya plena luz del día 4 de la tarde y volví hacia la casilla.
Ya cuando llegué lo que más me llamó la atención fue encontrar una zarpada moto apenas cruzábamos el alambrado oxidado. Yo siempre supe de autos no de motos moto grande picante. Y claramente no era de ninguno de la familia. Para peor la puerta de la casilla estaba abierta solamente crucé de plástico que se ponía en la puerta en esa época. Un pie dentro de la casilla y los gritos y gemidos de placer de mi suegra invadieron mi mente. Eran zarpados punzantes salvajes. Gran gritos de hembra de villera sedienta de pija. Gemía con Tono graves fuerte retumbaba en toda la casilla. Para peor en los pocos momentos en donde no estaban los gritos y gemidos se escuchaba El vergazo del chongo contra mi suegra. Se escuchaba el rechinar de una cama. A mí se me puso la pija dura de inmediato. En ese momento pensé que estaría enganchando en su pieza y estaba decidido a espiar no me iba a perder semejante función. Pero lo que no fui capaz de calcular es que a medida que caminaba hacia nuestra pieza hacia la pieza que compartía con mi turra y mis cuñadas los gritos hacían más fuertes más intensos más salvajes. Mi mente se revolucionó en un segundo. Me asomé a la entrada de la pieza despacito tratando de no hacer ruido. Tenía la verga paradísima Pita en el roding con la pija bien dura la cara roja y el corazón a 1000.
En cuanto puedas tomar un poco la cabeza Me encontré con una de las mejores imágenes de toda mi vida. Mi suegra en cuatro completamente desnuda con esas tetas enormes colgando siendo garchada por un pendejo villeri turrito todo tatuado el auténtico Brayan sobre nuestra cama. Yo no lo podía creer mi cabeza estaba a 1000 por hora volaba de calentura. Mi suegra recibía vergazo tras vergazo mientras nuestra pobre cama rechinaba y se movía al compás de semejante garche. Quizás una de las cosas que más me excitó en ese momento que con mi turra habíamos garchado la noche anterior en esa cama y por supuesto nunca habíamos cambiado las sábanas de modo que mi suegra estaba agachando en la misma cama con las mismas sábanas que habíamos garchado con su hija la noche anterior. Yo sentía como me titilaba la pija viendo y observando todo eso
El gancho era salvaje el chongo le daba vergazos bien fuertes mientras mi suegra los recibía con placer mientras gemía y gritaba. Apretaba bien fuerte con ambas manos las sábanas y nuestro colchón. No solo eso sino que en varios momentos el pendeji le pegó dos chirlos en la cola que daba gusto. En todo ese momento de calentura Yo pensaba que había tenido mucha mala suerte con mi familia porque podría haber nacido en una familia bien turra y disfrutar esto desde pendejo. hubiera cambiado todo Por tener una madre así de turra. Sin embargo estaba encantado disfrutarlo en primera persona no solamente con mi turra sino también con toda su familia.
Ellos se dieron cuenta de que yo los estaba mirando y los minutos iban pasando mientras seguía garchando salvajemente.
Yo sabía que tenía que volver porque si no se iban a preocupar pensando que me había pasado algo pero pude ver una de las acabadas de mi suegra. Reconozco que esperaba un poco más tal vez el pendejo turro no estaba a su altura y no le dio uno de los mejores orgasmos sin embargo pegó tres cuatro gritos bien fuertes bien salvajes y se escuchó cómo salía un poco de flujo de su Concha que caía en toda nuestra cama. yo estaba chocho feliz caliente todo junto. sabía que había entrado en una familia soñada al menos para mí.
Volví para la plaza todo caliente mientras mi suegra y el chongo siguieron garchando nuestra cama. Solamente podía pensar en que existía un mundo 100,000 veces mejor que el mío pero que ahora formaba parte de ese mundo mejor de las turras.
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