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4. La gótica y el tímido.

¡Hola amigos de Poringa! Su anónimo favorito esta de regreso esta semana para traerles la continuidad de mi novela sobre la gótica de Aurora y el tímido de José jeje.

Aprovecho para darles las gracias por todo el apoyo que le han estado dando a la novela y es que es uno de los posts más vistos y puntuados de todos los que he subido hasta el momento y eso me pone muy contento al saber que les esta gustando, pese a que casi no tiene contenido sexual, pero no se preocupen, ya casi vamos para allá jeje.

En esta capitulo Aurora empieza a creer que esta enamorándose de José pues con él se siente protegida y tranquila más que con cualquier otra persona y José más de lo mismo, pero debido al poco tiempo que llevan de conocerse, no se animan a confesarse su amor mutuo, pero en este capitulo dan un gran avance en la conexión que ambos entablaron desde el primer día de conocerse.

¡Suficiente de introducción! Es hora de disfrutar del post jeje.

Capítulo 4: ¿Lo amo?

Luego de despedirse de José, Aurora tomo el camión que la deja cerca de su casa. Antes de entrar respiro profundamente para prepararse de los regaños exagerados de su madre, cuál fue su sorpresa que cuando abrió la puerta no recibió ningún grito ni llamada de atención. Eso le pareció extraño pero a la vez la puso contenta, no recibir gritos de vez en cuando no le hacía ningún tipo de daño.

No perdió tiempo y se fue corriendo a su habitación para encerrarse, ya en su cuarto soltó su mochila en una silla y se dejó caer en la cama para ver su techo. Estuvo así por un largo rato, pensativa, parecía haber entrado a un limbo en su propia mente donde se hizo miles de preguntas de varios temas y ella misma les daba solución, entre ellas obviamente se encontraban incógnitas sobre su amistad con José.

Al recordarlo rápidamente salió de ese trance y pego un brinco de su cama para dirigirse a su escritorio, abrió su mochila y a toda la velocidad que le permitía su muñeca empezó a resolverlos trabajos que dejaron que dejaron de tarea, por suerte no eran muchos y como ella era muy inteligente los pudo resolver sin tantas dificultades. Cuando ya termino le tomo fotografías a toda la tarea y se las paso a José para que simplemente las copiara en sus respectivas libretas. Fácilmente solo le pudo haber tomado foto a la tarea antes de resolverla, pero no quiso que José forzara mucho su mente después de lo que había ocurrido horas antes.

Después de terminar la tarea comenzó a charlar un rato con José y con algunas de sus amigas para distraerse un rato, sin embargo, al de un rato José se disculpó pues se tenía que ir abañar, Aurora comprendió eso y se despidieron. La chica arrojo su teléfono sin ganas de seguir escribiéndose con sus amigas, se sentía demasiado extraña y confundida, no podía sacarse de la mente aquella tierna e inocente mirada de José y cuando se ponía a pensar demasiado en él su corazón latía fuertemente contra su pecho.

Aurora: ¿Qué demonios me pasa? –Dijo en voz baja.

La chica se sentó en la orilla de su cama y vio un oso de peluche de color negro que tenía en una esquina de su oscura habitación, se puso de pie y lo tomo de un brazo para llevarlo a su cama, lo miro por espacio de unos segundos y acto seguido lo abrazo. Apoyo la cabeza del peluche sobre sus pechos y comenzó a acariciarle la cabeza, recreando lo que había hecho con José horas atrás en la casa de este último. Aurora se dejó caer en la cama con el oso aun apoyado en sus enormes pechos y siguió acariciándolo, imaginando que era el cabello de José el que estaba peinando con sus suaves y delicados dedos.

Aurora: Ayyy José… ¿Qué voy a hacer contigo? –Dijo en voz baja aun acariciando aquel oso de felpa.

Aurora se volvió a perder en sus pensamientos hasta que escucho que la puerta principal se abrió, era su padre quien regresaba a casa luego del trabajo.

Sr. David: ¡¿Hay alguien en casa o tengo casa sola?! –Exclamo el hombre en tomo burlón al ver que nadie lo recibió como era costumbre.

Aurora: ¡Aquí estoy papá! –Grito Aurora desde su cuarto al salir nuevamente del trance en el que se encontraba.

Sr. David: ¡¿Hola hija! ¡¿Dónde está tu madre?!

Aurora: ¡No sé, cuando llegue a casa no estaba!

El padre de Aurora subió al segundo piso donde lo esperaba Aurora para darle un fuerte abrazo de bienvenida.

Sr. David: ¿Cómo te fue hoy en la escuela hija?

Aurora: Bien papá, nada del otro mundo… a excepción de lo que paso en el receso no hubo ninguna novedad.

Sr. David: Me da mucho gusto hija… -El señor volteo a todas las direcciones cerciorándose de que no estuviera su esposa para hacer una pregunta. –Oye ¿y ese tal muchacho José como siguió?

Aurora: Ya mejor, le cure el ojo y un raspón que tenía en una de sus mejillas.

Sr. David: Ah… mira que bien, ese chico es un suertudo, le toco ser atendido por la enfermera más hermosa del mundo.

Aurora: De echo me dejo pensativa eso jeje… tal vez no quiero ser diseñadora gráfica después de todo, tal vez quiero estudiar enfermería cuando me gradué de la preparatoria.

Sr. David: Lo que yo siempre te he dicho mi niña, estudia lo que más te apasione, si a tu madre no le parece siempre podemos correr jaja.

Aurora: JAJAJAJA cierto… José hubiera dicho algo similar…

Sr. David: Ni siquiera lo conozco y ya me cayó bien mi nuero.

Aurora: Ay papá, no empieces, él no es mi novio, solo somos amigos de confianza.

Sr. David: Si lo sé, perdón por esa broma, pero deberías aceptar lo que tu madre te propuso la vez pasada, no estaría mal que lo invitaras a venir, seguro nos llevamos una gran sorpresa.

Aurora: ¿Cómo crees? A mamá seguro le da un infarto si lo llegase a traer aquí a la casa.

Sr. David: ¿También es un vampiro como tú?

Aurora: Jajaja… no papá, él no es gótico… o quien sabe, aun no elije bien su estilo, aunque si siente fascinación por esa moda, lo vi muy interesado cuando le explique lo que es ser una gótica.

Sr. David: Ah mira que bien, de todos modos hija, ya no te metas en problemas y no menciones más a José delante de tu madre, ya sabes cómo es, si pregunta te di una buena regañada… ¿Sale y vale?

Aurora: Entendido señor papá jaja.

Luego de terminar su charla escucharon como la puerta principal se abría de manera acelerada, la señora dela casa había llegado.

Sra. Tamara: ¡¿Aurora ya llegaste?!

Aurora: Hablando de la reina de Roma. –Dijo en voz baja. -¡Si mamá ya llegue!

Sra. Tamara: ¡Baja en este mismo instante señorita!

Aurora bajo las escaleras ya alistándose para el regaño que recibiría por parte de su madre, pero esta vez la señora lo llevo al extremo, si, al extremo.

Sra. Tamara: ¡¿Dónde rayos estabas muchacha del demonio?! ¡Te estuve a llame y llame y nada que respondías, hasta me mandabas a buzón! –La señora gritaba iracunda. -¡Hasta creí que te habían secuestrado!

Aurora: ¡Ay por amor de Dios mamá! –Grito también Aurora harta. –Me fui con mis amigas a platicar de lo sucedido en la escuela.

Luego de escuchar los gritos de ambas féminas, el señor David bajo a toda prisa para intentar calmar a su mujer y a su hija.

Sr. David: ¡Basta! Ya no peleen, cálmense.

Sra. Tamara: ¡Tú cállate! ¡¿Qué no se supone que traerías a Aurora a la casa luego de regañarla?!

Sr. David: Bueno… si le di una reprimenda, pero no friegues, tuve que volver a trabajar, ni modo de llevármela. –Respondió nervioso. –A todo esto ¿tú dónde estabas?

Sra. Tamara: ¿Qué no es obvio? Fui a la estación de policía para reportar que nuestra hija estaba perdida, pero los muy desgraciados dijeron que tienen que pasar 72 horas antes de buscar a alguien.

Aurora: ¡Ay mamá esto es el colmo! ¡Ahora si te pasaste de la raya! –Le reclamo Aurora a su madre muy molesta. -¡Eso ya no es amor! ¡Es sobreproteger y de una manera muy enfermiza!

Sra. Tamara: ¡Tenía que hacerlo, por tu bien! A tu padre ni siquiera le importa tu seguridad, de seguro ni te regaño ¿verdad?

Aurora y su padre solo se voltearon a ver enmudecidos.

Sra. Tamara: ¡Aurora! ¡Te prohíbo rotundamente volver a juntarte con ese muchacho problemático!

Aurora: ¡NO ME IMPORTALO QUE TÚ DIGAS! –Grito rabiosa. –No me importan tus prohibiciones, me seguiré juntando con él porque es mi mejor amigo ¡Y PUNTO FINAL!

Sra. Tamara: A ver es cierto, veamos cómo te puedes juntar con él luego de que te cambie de escuela, no permitiré que otro degenerado se propase contigo, como pasó con Adrián.

Aurora solo volvió a gruñir de enojo y luego de llamar a su mamá loca su padre calmo la situación y le obligo a Aurora irse a su habitación en lo que su madre se calmaba. Aurora obedeció y luego de azotar la puerta de su cuarto en señal de ira, se volvió a acostar en su cama visiblemente mareada por el estrés que le provoco su madre.

Aurora: ¡Maldita sea! ¡Esta vez sí se pasó de la raya! –Exclamo.

Soluciono todo con una ducha reparadora, Aurora acostumbraba tomar largos baños para desestresarse y más en esta ocasión que su madre ahora si la volvió loca de tanto coraje que le hizo pasar. Ya en la ducha, completamente desnuda empezó a limpiar su bello cuerpo con un jabón, fue una sesión lenta y relajante, pero al momento de pasarlo por sus pechos para finalizar con su limpieza algo raro paso, fue como una chispa repentina encendiéndose en su cerebro que la hizo volver a imaginar que sus manos eran las de José acariciándole su escultural cuerpo.


4. La gótica y el tímido.


Aurora no acostumbraba masturbarse como lo hacen la mayoría de las mujeres, ella encontraba el placer acariciando ligeramente su cuerpo con la yema de sus dedos y eso estaba pasando ahora. Con sus dedos recorría las curvas de su cuerpo, empezando por la cintura hasta llegar a sus pechos, frotaba ligeramente sus pezones hasta que estos se pusieron duros como piedras y repitió ese proceso una y otra vez. Soltaba suspiro tras suspiro de excitación y el agua caliente que caía sobre su delicada piel solo hacía que su sangre hirviera aún más y la llevara a un limbo de goce y placer absoluto.

Luego de un rato largo de estarse acariciando comenzó a estrujar sus enormes montañas por un buen tiempo, las apretaba con tal fuerza que sus suspiros se intensificaron y pasaron a ser quejidos levemente fuertes producto del placer que ella misma se estaba dando y para cerrar con broche de oro apretó con mucha fuerza sus rosados pezones tal quela hicieron soltar un leve grito antes de volver a salir de su trance.

Aurora: ¡Auch! ¡José!

Aurora miro de nuevo confundida al redor de su baño, había perdido completamente la noción del tiempo, no sabía cuánto llevaba en ese trance, pero debió ser mucho pues sus yemas de los dedos ya estaban arrugadas como pasas. Rápidamente salió de la ducha y tomo una toalla para secarse levemente el exceso de agua, tomo su bata y antes de salir se miró en el espejo empañado por el agua caliente y con uno de sus dedos escribió la letra “J” a la altura de su corazón haciendo una clara referencia a José.

Aurora: ¿Qué demonios pasa conmigo? –Dijo en voz baja. -¿Será que... me estoy enamorando de José? ¡No! No pienses en esas cosas, solo somos amigos, no hagas cosas que arruinen la amistad que tienes con él Aurora, cálmate.

La chica gótica salió de su baño y luego de secarse el cuerpo su celular empezó a sonar, era su mejor amiga, Paola quien la llamaba. Se sentó al borde de su cama aun en bata y cruzo las piernas mostrando sus carnosos muslos.

Aurora: ¿Hola?

Paola: ¿Hola? Me escribes como si fuera una desconocida jaja ¿Cómo has estado perdida?

Aurora: Este… bien, bien ¿y tú?

Paola: ¿Te pasa algo?

Aurora: No, nada ¿porqué?

Paola: Te escuchas extraña.

Aurora: Pfff… -Soltó un suspiro. –Tengo que confesarte algo ¿recuerdas a mi compañero del colegio José?

Paola: ¿Del que no paras de hablar? Como no recordarlo ¿Qué pasa con él?

Aurora: Creo que me estoy empezando a enamorar de él…

Paola: ¡¿Qué?! –Respondió su amiga asombrada. –Aurora, no tienes ni una semana de conocerlo no mames.

Aurora: ¡Ya lo sé! Pero… es que no me lo puedo sacar de la cabeza, en todo momento estoy pensando en él y en sus ojitos tan tiernitos que tiene que me provocan tanta ternura…

Paola: Ayyy… pareces protagonista de telenovela barata, no está mal que sientas ternura por él pero ¿amor? Lo conociste el viernes ¿cierto? Es viernes, sábado, domingo y hoy lunes… ¡No mames! Solo han pasado 4 días de conocerse y ya estás diciendo que estas enamorada, no mija, estas pero si bien apendejada ahora sí.

Aurora: No tienes que recordármelo… pero, creo estar segura que él no es como el resto de idiotas que intentar ligarme.

Paola: Así dicen todos, pero al final se terminan aprovechando o jugando con tus sentimientos, es muy pronto para que saques conclusiones, tal vez sea un buen chico pero puede que tal vez no, tendrás que averiguarlo tú misma en todo caso antes de que le pidas ser su novia.

Aurora: El sábado tengo una cita con él.

Paola: ¡Perfecto! Lo puedes poner a prueba.

Aurora: ¿Cómo?

Paola: Vístete provocativamente ¡sin exagerar! Y mira su reacción, intenta ser medio coqueta con algunos hombres para ver cómo se comporta en esas situaciones; si se incomoda o se molesta es mala señal. Si crees eso te incomoda intenta ser coqueta con él. Eso puede ayudarte a saber cómo es él realmente, intenta conocerlo mejor, puede que ni siquiera tengan cosas en común y con el pasar del tiempo y con la mente más clara puedes ya tomar una decisión.

Aurora: Suena algo extremo, pero honestamente no tengo mejores ideas, así que… lo hare.

Aurora y su amiga empezaron a charlar de otras cosas para intentar olvidar un momento a José, pero este último hizo acto de presencia enviándole un nuevo mensaje a Aurora luego de haber terminado sus deberes. Apenas eso paso Aurora se despidió rápidamente de su amiga y centro toda su atención en mensajear con José, era una charla muy similar a la que tenía con su amiga, pero la diferencia es que aquí Aurora se notaba más entusiasmada en platicar y contarle sus cosas a José que en su propia mejor amiga.

José: ¿Le colgaste a tu amiga para poder platicar conmigo? –Escribió.

Aurora: Si, me interesa más saber cómo sigues… luego de todo lo ocurrido.

José: Bueno… me halagas, pero creo que no deberías despreciar a tus amistades así solo para hablarle a alguien más, independientemente si sea conmigo o con alguien más.

Aurora: Vaya… creo que tienes razón, tal vez si fui un poco grosera con ella, luego me disculpare la próxima vez que la vea.

La chica de verdad que se quedó asombrada con el consejo que le dio José, el de no dejar atrás a las amistades cuando estas en una relación o en camino a formar una. Las horas pasaron y en ningún momento ambos se cansaban de escribirse, incluso mientras Aurora estaba cenando no dejo el celular, cosa que normalmente casi nunca hacía, pero con José se sentía diferente, así fuera por mensaje, ella se sentía muy contenta y cómoda de escribirse con alguien de confianza, se sentía escuchada y feliz.

Los días pasaron con total normalidad, gracias a la suspensión de Andrés, sus perritas falderas no molestaron ni a Aurora ni a José, ahora todos en la escuela le temían a la chica gótica tras enterarse de su monstruosa fuerza y de cierta manera era algo que a ella la hacía sentir poderosa y respetada, ya no solo tenía a su esclavo, sino que ahora el respeto de todos en la escuela. Por fortuna para ella, las amenazas de su madre sobre cambiarla de escuela no eran válidas, pues quien paga las colegiaturas es su padre y él decidió no cambiarla de escuela por obvias razones.

Aurora estuvo toda esa semana yendo como de costumbre a casa de José ya no solo a hacer el proyecto de física, sino que también a hacer la tarea juntos y estudiar. Claro que Aurora se aprovechó de José un par de veces, después de todo era su esclavo y sus recompensas para el chico iban de menos a más, a veces Aurora dejaba que le tocara el trasero y otras veces incluso los pechos, lo que más le encantaba era ver las inocentes reacciones de José cuando eso ocurría.

Aurora se sentía muy cómoda en casa de José y odiaba cuando le tocaba irse, pues se tenía que despedir de esa paz y despedirse de su nuevo interés amoroso, el tímido de José, pero solo era momentáneo, pues ahora ya pasaba más tiempo en casa de él que en su propio hogar.

Sin embargo, las cosas se pusieron interesantes el viernes, un día antes de su tan ansiada cita de la que ambos ya llevaban toda la semana planeando. Aurora despertó temprano como de costumbre y luego de hacer sus rutinas de todas las mañanas se dirigió a su habitación a maquillarse; previamente a lo largo de la semana se maquillo de diferentes maneras para ver cuál era la que hacía que José se le quedara viendo más embobado y llego a la conclusión de que el maquillaje que más amaba José era el preferido de ella también; sombras negras y moradas en los ojos y los labios pintados de negro.

Debido al frio que hacía por el cambio de estaciones esta vez no quiso usar falda, sino que llevo unos jeans negros algo ajustados que tonificaban aún más su enorme trasero, se puso una blusa de manga larga con dibujos de calaveras y una chaqueta bastante gruesa para mantenerse cálida.


Su padre se prestó a llevarla esta vez, pues él sabía que no era buena idea que su esposa llevara a Aurora a la escuela, pues aún seguía molesta de no poder cambiar a Aurora de escuela y estaba todavía más enojada porque no podía evitar que Aurora se siguiera juntando con José.

Luego de llegar 30 minutos antes que empezaran las clases como era costumbre, Aurora se despidió de su padre y entro a las canchas donde la mayoría de los alumnos se reúnen antes de que suene el timbre y en una banca bastante escondida se percató que su gran y tímido amigo estaba sentado ahí casi muriéndose de frio pues no tenía ni siquiera suéter.

Aurora: ¡Buenos días José!  –Lo saludo con bastante entusiasmo.

José: Bu… bueno días… Aurora –Respondió con dificultad debido al frio.

Aurora: ¿Hablas así por qué tienes frío? ¿O acaso estas muy nerviosos de verme?

José: Tengo… mucho… mucho frío…

Aurora coloco una de sus finas manos sobre la mejilla derecha de José para llevarse una gran sorpresa que la preocupo demasiado.

Aurora: ¡Santo cielo! Estás helado ¿no tienes chamarras o qué?

José: Si… si tengo, pero… no pensé que estuviera haciendo tanto frío… jeje.

Aurora: ¡Ayy, que bruto eres! –Replico molesta al ver como José aún no se preocupaba mucho por cuidarse como lo había prometido.

José: Lo siento… el clima está muy loco también, ayer estaba haciendo calor y hoy de repente hace frío.

Aurora solo le dio un leve zape en la cabeza en muestra de enojo y se sentó junto a él.

Aurora: De verdad que eres un gran idiota ¿Qué no se supone que empezarías a cuidarte más?

José: Si… lo siento, estoy trabajando en ello lo juro, solo que a veces se me olvida… pero… ahora que lo recuerdo, todavía está vigente mi recompensa ¿no es así? jeje.

Aurora se sobresaltó por la audacia de José, eso era algo nuevo, pero... ¿Cómo negarse ante esa linda miradita que le lanzo José y que le encanta tanto a Aurora?

Aurora: ¡Aparte de idiota aprovechado!… pero tienes razón… está bien, acércate.

José se pegó más a Aurora y ella se abrió la chamarra para semi cobijarle el torso, subió sus piernas a la banca para estar de frente con José y lo abrazo, recostó su cabeza sobre el pecho de José y cubrió parte de la espalda de este último con sus brazos. Aurora estaba casi acostada sobre su esclavo amigo y por alguna razón, se sentía extrañamente cómoda en esa postura.

Aurora: ¿Mejor? –Preguntó.

José: Mucho mejor… gracias…

Aurora: Tienes suerte de que te deba tu recompensa, de lo contrario hubiera dejado que te murieras de frio, a ver si así se te quita lo estúpido.

José: Jeje… si ya perdón, no volverá a pasar, lo prometo.

Aurora: No estoy jugando José, quiero que te empieces a cuidar mejor no solo de la apariencia, sino también de la salud que es más importante.

José: Si… te lo prometo.

Después de esa breve charla ambos se quedaron callados, en eso Aurora inmediatamente fue invadida por una extraña pero placentera comodidad, estar recostada sobre el pecho de su amigo y sentir los latidos de su corazón así como la respiración tranquila de José le provocaban un sentimiento de bienestar, tanto fue así que poco a poco se fue quedando dormida acostada sobre su esclavo.

José se dio cuenta de que Aurora se había quedado dormida, cualquier otro chico se hubiera aprovechado y la hubiera manoseado o la hubiera besado descaradamente, pero él no, José en cambio la abrazo para evitar que se cayera y la acomodo mejor sobre su cuerpo para que Aurora pudiera dormir más plácidamente. El chico estaba en el cielo, el cuerpo de Aurora era cálido y como siempre, olía bastante bien y su piel era muy suave.

En cuanto a Aurora, la chica estaba durmiendo de lo más tranquilamente, estar en los brazos de su mejor amigo la hacía sentir de alguna manera protegida, pese a que se sabía defender bastante bien igual era bueno para ella que alguien la defendiera cuando se encontraba vulnerable. Incluso se acurruco más en el pecho de José para sentir mejor sus respiraciones profundas y los latidos leves de su corazón y pese a que ambos negaban ser novios, cualquier persona que no los conociera pensaría que ellos dos eran una linda pareja muy acaramelada al verlos en esa postura.

Sin embargo, el timbre sonó y Aurora se despertó de golpe soltando un gruñido de frustración pues estaba muy agusto durmiendo sobre José, sin embargo, este ultimo la tranquilizo diciéndole que puede usarlo de almohada cada que ella quisiera, pero que por el momento había que ir a clases, ambos tomaron sus mochilas y se dirigieron al salón, teniendo un día más de aburridas clases hasta que el timbre de la salida sonó y como era costumbre, Aurora y José se dirigieron a la pacifica casa de este último.

Mientras hacían sus tareas y terminaban los últimos detalles del proyecto de física José se acostó boca abajo en el piso ¿por qué? Quien sabe pero lo hizo jaja. Aurora por el contrario se había quedado sentada en el centro de la cama de José, estaba descalza, después de todo, ya se tenían mucha confianza y José le dejo bien claro a Aurora que ella estaba en casa y que podía hacer lo que ella quisiera.

Su plan era claro, terminar toda la tarea de una vez para tener todo el fin de semana libre para disfrutar su cita de mañana sin preocupaciones. Cuando Aurora finalizo con su trabajo se acercó a la orilla de la cama para ver a José quien aún estaba escribiendo para ya casi terminar. La chica trago saliva pues estaba nerviosa de lo que quería hacer, pero tomo el valor y lentamente fue bajando sus pies hasta la espalda de José y empezó a acariciarla con ellos lo que provoco que el chico se sobresaltara pues sucedió de manera repentina.

Aurora: ¿Te molesta? –Pregunto nerviosa.

José: Eh… este… no… para nada, de hecho se siente bastante bien jeje…

Aurora: ¿Me dejas continuar?

José respondió afirmativamente y Aurora siguió masajeando la ancha espalda de José con sus delicados pies, después de un rato con ayuda de sus dedos subió parte de la playera de José desnudando un poco su espalda y siguió con las caricias pero ahora teniendo contacto directo con ella. Los suaves y tiernos pies de Aurora se paseaban por toda la espalda de José y este como era muy cosquillento rápidamente se empezó a reír y su piel se achino.

Aurora al percatarse de eso comenzó a torturarlo divertidamente con sus pies, reconoció los puntos más sensibles de la espalda de su amigo y los uso en su contra para hacer que riera aún más. José no pudo aguantar más la risa y se giró para estar boca arriba, así protegiendo su espalda, pero Aurora no estaba dispuesta a detenerse, ahora que sabía que José era muy cosquillento siguió torturándolo, en un hábil movimiento levanto la playera de José para dejar expuesto su estómago y volvió a hacerle cosquillas haciendo que José riera aún más fuerte que antes y para protegerse sujeto firmemente los tobillos de Aurora con ambas manos.

Ambos se voltearon a ver y empezaron a reírse por lo ocurrido. José aun sujetaba los tobillos de Aurora para evitar que moviera sus pies y le volviera a hacer cosquillas, pero también para que la chica no los apartara de su cuerpo pues por alguna razón le encantaba tener ese par de bellezas cerca de él.

Aurora: ¿Me dejas seguir acariciándote? No te haré más cosquillas te lo prometo.

José: Claro… pero si me vuelves a hacerme cosquillas te morderé los dedos jaja.

José soltó los tobillos de Aurora y esta empezó nuevamente a pasear sus delicados dedos sobre el pecho y el estómago de José. El joven se empezó a relajar, tanto que coloco sus dos manos por debajo de su cabeza, dándole rienda libre a la gótica de seguirlo acariciando y masajeando todo lo que ella quisiera con sus pies. Hacía un largo recorrido por todo el cuerpo del chico, empezando por la barriga, después por el pecho y finalmente sus brazos para luego regresar y repetir el proceso una y otra vez.

Aurora: José…

José: Dime. –Respondió, manteniendo los ojos cerrados disfrutando de las caricias.

Aurora: ¿Tú crees que soy bonita? –Preguntó nerviosa colocando sus pies sobre el pecho de José.

José: ¿Perdón? –José se sobresaltó al escuchar la pregunta que le hizo Aurora.

Aurora: Ósea… ¿Tú me consideras bonita? Por favor… se sinceró, no me enfadare por lo que digas.

José abrió los ojos para ver el rostro de Aurora, después de mirarlo por un largo rato paseo su vista por toda la anatomía de la chica hasta llegar a donde estaban sus pies, sin ningún tipo de miedo volvió a sujetar con delicadeza sus tobillos y empezó a acariciarlos. Trago saliva y le dio un más que hermoso cumplido a su mejor amiga.

José: ¿Bonita?... con todo respeto… creo que esa palabra te queda muy pero muy pequeña, eres más que eso, eres muy hermosa… tus ojos son preciosos y únicos, llenos de curiosidad e intriga… Respondiendo a la pregunta, no, no eres bonita, eres muy hermosa, que digo hermosa, eres un ángel y no solo hablo de lo físico sino también de lo mental y espiritual… eres una chica llena de vida y energía positiva, una persona a la que verdaderamente se le puede llamar amiga pues estas en las buenas y en las malas, tú has cambiado mi vida como no tienes idea, antes de conocerte mi vida era gris, pero… ahora puedo decir que… finalmente puedo sonreír.

El corazón de Aurora latió con mucha fuerza contra su pecho, las palabras de José hicieron más que encantarla, nadie antes, ni siquiera su anterior novio le había dicho unas frases así de hermosas y lo que más le encanto fue que José casi ni toco el tema de su físico, sino el valor de su amistad y eso obviamente provoco que su convencimiento sobre si estaba enamorada de José creciera notablemente más.

Aurora: Awww… gracias, es lo más bonito que me han dicho.

José: Pues es la verdad, eres una chica increíble, no puedo estar más agradecido por ser tu amigo y si, también tu esclavo jeje… y tu ¿también me consideras guapetón? Jaja.

Aurora: JAJA… si, honestamente no sé porque en la escuela se burlan tanto de tu aspecto físico, a mí me pareces bastante lindo, tus ojitos es lo que más me gusta de ti… tienes una mirada muy inocente y una sonrisa muy tierna… además, eres de los pocos chicos que no se la pasan morboseandome cuando me ven con falda y ahora que lo pienso, nunca te he escuchado juzgar mi apariencia ni mi manera de vestir… creo que jamás te he escuchado juzgar a alguien más, eso muestra mucha madurez en tu persona…

Ambos se miraron fijamente, parecía que deseaban comerse a besos, pero tal vez por miedo o porque los dos eran conscientes de que aún era demasiado pronto para establecer una relación seria no se animaron a hacerlo, lo que si paso es que cuando Aurora aparto sus pies de José y este último se levanto, Aurora lo aprisiono entre sus brazos, dándole un fuerte abrazo que fue correspondido por el chico.

Aurora: Eres la mejor persona que he conocido… te quiero mucho José y me da miedo perderte.

José: ¿Perderme? Eso JAMÁS va a ocurrir, no hay fuerza humana ni divina que haga que nuestra mistad termine… Esa es una palabra de un hombre hacía una mujer.

Aurora: ¿Me lo prometes?

José: Te doy mi palabra.

Aurora no se pudo contener y le dio un beso a José en la frente, el chico solo sonrió y se volvieron a abrazar. Tristemente, las horas pasan rápido y Aurora tuvo que irse, pero sabían que sería por poco tiempo, ya que el día de mañana tendrían esa tan anhelada cita en el centro comercial, donde Aurora ya tenía un sinfín de planes para su esclavo y José estaba más que listo para complacer a su oscura ama en todos sus caprichos.

A llegar a casa, la chica gótica entro a escondidas para evitar a toda costa los regaños de su madre. Como era costumbre, Aurora se metió a bañar, de nuevo deleitándose por las caricias que ella misma se daba y tras finalizar su baño y ponerse su bata, algo raro paso, tras volver a verse en el espejo se abrió la bata y la dejo caer al piso, mirándose a si misma desnuda, pero esta vez ya no con odio como lo solía hacer antes, sino que por primera vez, se sintió feliz de tener ese hermoso cuerpo pues sabía que a José le encantaba y lo podía usar en su contra para su diversión. 

Recogió su bata, seco su sexy cuerpo, se puso el pijama y se acostó en su cama lista para dormir, no sin antes estar escribiéndose un rato con sus amigas y por supuesto, con José. Cuando el chico se fue a dormir, Aurora tomo el oso de peluche de su habitación y durmió abrazándolo, imaginando que era José.
Era obvio que lo que Aurora sentía por José era amor genuino, pero por el momento se iba a divertir un rato torturándolo como su esclavo, antes de escalar al siguiente nivel…

Y bueno amigos, eso es todo por hoy, espero que les haya gustado tanto o más como los capítulos pasados, de ser así, por favor dale 10 puntos y sígueme para estar al pendiente de cuando suba un nuevo post.

Que tengan una caliente semana jeje, nos vemos.

2 comentarios - 4. La gótica y el tímido.

Mensoputo2345
Excelente relato me encanta espero con ansias la siguiente parte
Bull6565
Me encanta como viene todo el relato, es increible lo bien armado que esta, me dejó manija de más