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Mi primer contacto sexual.

Aunque ha pasado mucho tiempodesde que mi atracción por alguien de mí mismo sexo comenzó, al redactarlo aúnpuedo sentir como si todo hubiese sucedido ayer.

Mi nombre es Pauly y este es mi primer secreto. 
 
En la primera década del nuevomilenio y siendo un adolescente y con las hormonas revoloteando en miinterior el acceso al porno y a la información era bastante escaso, aúnmás en un país tercermundista y chapado a la antigua como el mío. Pues el poderver en televisión la belleza de la desnudez de una mujer debía esperar lasescenas en que Jack dibuja a Rouse en la película del Titánic.


Y si el porno tan explícito yvariado como existe hoy en día estaba tan lejos de mi alcance, el acceso arelaciones sexuales con una mujer era simplemente inalcanzable. Entrecompañeros del cole guardábamos como grandes tesoros algunos recortes de revistaso alguna película que algún primo o hermano mayor nos había heredado.


Entonces nos juntábamos entreamigos a mirar ese material y fantasear en cómo sería estar con una chica.Nunca faltó el amigo que presumía de ya haber debutado y nos relataba sus historiasde cómo habían sido sus experiencias; mismas que hoy en día me resulta sencillosaber que solo se trataban de mentiras para hacerse el popular.


Sin embargo, mi sed y deseosexual cada día aumentaba más y más, veía una revista de lencería y memasturbaba, una propaganda de chicles y lo hacía otra vez. He de admitir queera un pajero empedernido, pero con cada desahogo mi sed aumentaba.


Entre mis amigos del cole, Alexera quién solía tener casa sola pues sus padres trabajaban todo el día y despuésdel cole solíamos reunirnos en su casa para hacer deberes o pasar el rato.Teníamos mucha confianza el uno en el otro, al punto de que nos decíamos ñañosya que cierto parecido físico teníamos.


Estando en su casa a veces por unvideo de música electrónica o de reguetón con esas modelos que mostraban susescotes y ropas cortas, ambos terminábamos excitándonos e iniciábamos conversacionesdirigidas a lo sexual. Sobre qué tan cerca habíamos estado de hacerlo, o a quécompañera le traíamos ganas.


La tensión sexual entre nosotroscada vez iba en aumento y cuando me encontraba en la intimidad de mi habitaciónfantaseaba con qué decirle y cómo llevar nuestras charlas a algo real; estabaseguro que él se masturbaba casi tanto como yo, pero mi mente me jugaba malaspasadas haciéndome creer que quizá dicha tensión sexual nada más estaba en micabeza y que cuando intente algo con él me iba a rechazar y juzgar, contándole atodo el mundo que yo era gay, algo que en aquél entonces sería mi muerte socialen el colegio.


Los días pasaban y mis pajasaumentaban, la mayoría de las veces fantaseando con mujeres, pero de vez encuando también fantaseaba en un encuentro sexual con Alex. Hasta que finalizóel periodo de clases y en el verano Alex se fue de viaje y su retorno nosvimos. Me pidió que lo acompañe a comprar preservativos pues había debutado consu novia y no la quería dejar embarazada, sin embargo, al estar solosnuevamente en su casa volví a sentir aquella tensión sexual.


Algo relajados por estar devacaciones y con ropa que no era el clásico uniforme del colegio, él vestía unapantaloneta floja y una camiseta, por mi parte siempre usé jeans o pantalonesde mezclilla pues me sentía cómodo con ellos. Nos sentamos en su sala y abrimosla caja de preservativos, ambos ignorantes de cómo se usaban sin embargo vi laoportunidad que llevaba tiempo buscando.


Comenzó a contarme su avancesexual con su novia el cual no había sido consumado ya que no teníanpreservativos, sin embargo, mientras me lo relataba yo dibujaba en mi mentetodas esas imágenes y cuando volví a la realidad pude notar que ambos teníamos unaerección. Así que me armé de valor y le pregunté si sabía cómo ponerse elcondón, a lo que él entendiendo mis intenciones y por la calentura del momentorespondió que no, pero que podríamos averiguarlo juntos.


Instintivamente comenzamos abesarnos, era la primera vez que besaba a un hombre y aunque no había besado amuchas mujeres algo de experiencia tenía y definitivamente la sensación eratotalmente distinta. Nuestros besos carecían de esa dulzura de los labios deuna mujer, al contrario, estaban llenos de pasión, lujuria y deseo. Él acariciómis piernas y mi cuerpo reaccionó de una manera que nunca había experimentado,todo ello me estaba gustando.


Llevé mi mano a su pierna y él enun ágil movimiento la arrastró hacia su pene erecto, el cual por su pantalonetadelgada me permitió sentir aquella firmeza y palpitar. Lo comencé a sobar dearriba abajo como que si lo masturbara y él desabrochó mi cinturón y abrió mi pantalón,introdujo su mano por debajo de mi ropa interior y me devolvió el favorapretando mi pene y masturbándome también.


En aquel momento no pensaba ennada, consumidos por la pasión nunca paramos de besarnos y yo también metí mimano por debajo de su bóxer para sentir con mi mano aquél palpitante pedazo decarne, pues hasta ese momento era la primera vez que tocaba un pene que nofuese el mío.


Nos recostamos en el sillón, élbajó mi pantalón y mi bóxer hasta por encima de mis rodillas yo correspondí desnudándolode la cintura para abajo, se puso encima de mí y continuamos besándonos y moviéndonosinstintivamente llevados por el placer, juntando nuestros penes erectos ysintiendo cada uno el cuerpo del otro. Nuestra respiración era agitada pues ambosestábamos debutando en el mundo gay.


Después de seguir frotandonuestros cuerpos el uno contra el otro, como una pareja que tiene sexo, él sepuso a mi lado y continuó masturbándome. Yo hice lo mismo y no pasaron ni 5minutos que ambos eyaculamos sobre nuestro abdomen.


Aún agitados y sin entender muybien lo que acababa de suceder, nos limpiamos y solté una broma diciéndole queespero que cuando esté con su novia si termine de ponerse el condón. Reímos juntos,nos vestimos y salimos a pasear, quizá para despejar la mente y asimilar demejor manera lo que habíamos experimentado.


Sin embargo, aquel sucesofortaleció nuestra complicidad, amistad y confianza. Esa fue la primera vez que“jugamos” juntos, pero definitivamente no fue la última. Aunque eso se loscontaré después.


Si les gustó mi relato, el cual es 100% real,espero sus puntos y comentarios. En especial háganme saber si quieren sabermás.

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