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Mi hija y los albañiles - Parte 1

(Para descansar un poco de los relatos largos y creativos, ésta historia es cortita pero 100% real. Ocurrió hace mas o menos diez años en el conurbano bonaerense, no voy a decir la zona por las dudas. Me la contó el principal protagonista, uno que era conocido mio bastante pervertido y yo no le creí hasta que me mostró los videos. Hace años que nos peleamos por algunas cosas y nos distanciamos, asi que que se joda. Ya pasó mucho tiempo de lo que ocurrió y la quiero contar. Lo único que hice fue cambiar los nombres y algunos detalles para proteger identidades y que no sea tan fácil identificar la situación. Los videos que puse son ilustrativos, pero extremadamente fieles a los que vi yo y recuerdo. Está contada en primera persona porque así me lo contó el tipo y me resulta mas fácil de escribir, acordándome como hablaba el)

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Yo estaba casado con mi mujer hacía ya casi 20 años. Teníamos dos hijos, el mayor que tiene 22, ya no vivía en casa y se había mudado a capital porque ahi trabajaba, y mi hija de 15 que se llama Carla. Como uno ya no estaba y la otra ya estaba grande se nos ocurrió con mi mujer refaccionar a fondo nuestro departamento y eventualmente venderlo para mudarnos a algo mas chico a otro lado, con la previsión que en unos años por ahi ibamos a estar ya los dos solos.

Carla era una rubiecita de piel pálida y bastante flacucha. Había pegado el estirón y quedo alta y aun demasiado flaca, con pelo largo y piernas flacas y largas. La verdad que yo no me llevaba bien con mi mujer, ella era muy rompebolas, y con Carla tampoco. Ella era muy madrera y a mi mucha bola no me daba, desobedeciendo todo el tiempo. Le iba mas o menos bien en el colegio pero era muy vaga, yo creía que si no cambiaba pronto no la iba a pasar bien de grande.

Mi mujer contrató a unos albañiles recomendados por un amigo para que vengan a empezar a hacer refacciones generales de un par de ambientes de la casa. Decía que laburaban bien y barato. Aparentemente eran tres tipos, pero yo siempre vi a dos. Cuando vinieron estaba yo en casa. Mi mujer laburaba todo el dia afuera, mañana y tarde, pero mis horarios era mas flexibles. Vinieron los dos, uno joven tipo de 35 que se llamaba Marcelo y otro mas viejo que se llamaba Enrique, como de unos 50 o un poco mas. Los vi normales, que se yo. Albañiles. Marcelo todavía tenía algunas cosas de pibe, pero Enrique era un viejo morochón bien curtido de esos del conu.

Revisaron lo que había que hacer, charlamos un poco del laburo y me dijeron que la semana que viene podían arrancar. Me dieron una lista de cosas que ellos no tenían y me pidieron si se las podía conseguir yo. La idea era que vinieran dos, como mucho tres dias por semana. Arreglamos el precio y listo. Como yo laburaba mas o menos por mi cuenta con un socio, le dije que me iba a tomar dias asi salteados para quedarme en casa por los arreglos éstos.

Ese Lunes temprano a la tarde vino Marcelo solo con su escalera y unos elementos de laburo. Me dijo que para empezar a rasquetear con él solo alcanzaba, además yo ya había cubierto todo con plásticos. Se saludaron con Carla cuando se cruzaron y vi que el la miró un poco largo, un poco de mas. Ella se fue a buscar algo a la cocina y se encerró en su pieza. Yo me puse a adelantar unas cosas de laburo en el living y pronto lo escuché empezar a rasquetear. Carla salió y entró de su pieza un par de veces, las dos veces mirando al tipo laburar.

Yo ya me imaginaba que tener otro tipo en la casa le debió haber despertado algo, o quizás Marcelo le gustó como tipo, no se. Yo ya sabía que se le habían empezado a despertar las hormonas porque un par de veces ya la había casi casi agarrado tocándose entre las piernas en su cama mientras miraba algún video en el teléfono. Y también se pasaba ratos largos en el baño con el teléfono, pero a nosotros nunca nos dijo que tenía un noviecito del colegio o del barrio ni nada.

Como a la hora mas o menos viene Marcelo y me pregunta si le había conseguido el cepillito de metal fino, y la verdad que se me había pasado. Le dije que lo vaya a buscar el y me convenció que vaya yo a la ferretería que estaba cerca mientras el seguía rasqueteando para no atrasar el laburo. Marcelo me dió un poco de espinita, pero espinita de la buena. Entre pervertidos nos conocemos las mañas, asi que me imaginé que algo iba a intentar con la nena.

Me fui pensando a la ferretería, le compré eso y volví. Al estar llegando a casa yo no escuchaba los ruidos de rasqueteo, asi que frené la marcha y con mucho cuidado y silencio abrí y cerré la puerta del departamento para que no me oigan. Pensé que los iba a escuchar hablando pero no oía nada. Me acerqué a la pieza de Carla y despacito miré para adentro.

Carla estaba sentada en su escritorio con su compu todavía abierta, estaría viendo algún video o algo y ahi lo había dejado. Marcelo estaba parado al lado de ella. Se había desabrochado el pantalón, sacado la pija y Carla se había girado en la silla y se la estaba chupando. Por suerte no me veían. Marcelo estaba mirándola chuparlo y Carla estaba muy preocupada en meterse y sacarse esa pija de la boca. La nena no sabía mucho que hacer o cómo, pero lo estaba intentando. Los dos estaban bastante en silencio, mas que algún que otro gemido muy bajito de alguno.

Marcelo de pronto le dice bajito a ella que se saque la bombachita y se la de. Carla lo dejó de chupar un momento y con un poco de duda se paró un poco, llevó las manos debajo de la pollera del colegio que todavia llevaba, se sacó la bombachita por sus piernas largas y flacuchas y se la dió al albañil. Sin que éste le diga nada, Carla se sentó de nuevo y siguió chupándole la pija, con mas ganas que habilidad. Marcelo se sonrió y mientras miraba a la nena se llevó la bombachita a la cara, la olía y le daba algunos lenguetazos a la tela.

Por que no intervine cuando vi todo eso? La verdad es que me calentaba ver eso mucho mas que lo que me enojaba. Desde que dejó de ser una nena y entró a la adolescencia a eso de los 12 o 13, la verdad es que siempre pensé en cogérmela yo en algún momento, nada mas para satisfacer la calentura que me daba pensarlo. Objetivamente no me parecía una pendeja super linda, pero bueno la calentura es asi. Tenía un lindo pelo rubio, un buen culito y nada mas. Todavía no le habían crecido casi nada las tetas, era muy flaca y la verdad era medio feucha de cara. Nunca lo intenté por miedo a todo el tema del incesto y tampoco quería que la nena le diga nada a la madre y yo terminar con terrible quilombo, o preso. Pero siendo honestos la verdad es que desde que creció alguna paja que otra yo le dedicaba a la pendeja. Y viéndola ahi en esa situación realmente me calentaba. Si no era yo, por lo menos lo estaba viendo a otro. Y por ahi unos buenos pijazos, si se daba, era lo que Carlita necesitaba para cambiar un poco la forma de ser de mierda que tenía conmigo y con la madre.

Por suerte no me vieron y por suerte se dió. Carla lo dejó de mamar a Marcelo un momento, secándose la baba que tenía en los labios y en el mentón y el le preguntó si ya había cogido. Carla le dijo que todavía no y Marcelo le preguntó si quería. Carla con un poco de timidez le dijo que si, pero que ya estaba por volver yo seguro. Marcelo se rió bajito y le dijo que entonces mejor que se apuren.

La agarró de una mano y la llevó unos pasos adonde Carla tenía su camita. La hizo poner de rodillas en el borde, orientándole el culo para donde estaba el, le levantó la pollera del colegio y le empezó a tocar el culito y la conchita. Carla no se había abierto de piernas, se había quedado ahi con las rodillas juntas y el culito al aire. Hacía años que no le veía la conchita, desde que era muy chica y yo a veces la cambiaba. Era pálida como el resto de su piel, pero ahora estaba un poco rosadita con la excitación que le debe haber dado chupar pija. Estaba toda afeitadita y tenía unos labios finitos y muy lindos.

Marcelo tampoco quería perder tiempo y arriesgarse a ser descubierto por lo que luego de disfrutarle el culito y la conchita a Carla con la mano y chuparse un poco los dedos, le alineó la cabeza de la pija entre los labios y agarrándola un poco del culito le entró y le empezó a dar, bastante rápido. Me llamó la atención que no le costó nada entrarle y la nena no se quejó. Por dentro me reí porque estaba seguro que la pendeja en sus calenturas a escondidas quizás ya se habría colado algo mas largo y grueso que un dedo y se había roto la telita o algo asi. Era eso, o alguien ya se la habría cogido y ella nunca dijo nada, lo que me pareció muy improbable.

Se la empezó a coger bastante rápido y parejo, la tenía bien aferrada y le estaba dando lindo, pero a Carla no la escuchaba protestar nada. De vez en cuando algún gemido o algo, muy por lo bajo junto con los de Marcelo. No la estaba pasando mal la pendeja, pero no hacía mucho ruido. Marcelo lo mismo. Lo que debía estar sintiendo el hijo de puta con esa conchita alrededor de la pija, pensé, y lo envidié. Mi propia pija ya estaba bastante dura dentro del pantalón viendo como el albañil se garchaba a mi hija.

De pronto Marcelo empezó a acelerar porque ya quería acabar. Gemía un poco mas fuerte y Carla, menos seguido que el, también lo estaba disfrutando. Pensé que la iba a sacar y mojarle toda la cola con leche, pero no. Súbitamente la aferró mas fuerte y le entró a dar empellones mas profundos y lentos mientras gemía de placer. Le estaba llenando la conchita de leche... evidentemente al tipo en ese momento le chupaba todo un huevo. Carla gimió varias veces al sentirlo acabar adentro de ella, pero a ella no la vi acabar, por ahi estaría mas nerviosa que otra cosa.

Cuando Marcelo la sacó vi como unos chorritos de la leche del albañil le empezaron a salir y gotear por la conchita a Carla y casi acabo yo sin tocarme. Como Marcelo estaba apurado nada mas se guardó la pija asi como estaba cubierta de leche y la lubricación de la conchita de Carla, abrochándose de nuevo el pantalón. Carla nada mas agarró una toalla que tenía ahi y se limpió entre las piernas. Marcelo le devolvió la bombachita con una sonrisa y ella se la puso. El le preguntó si le gustó y ella dijo que si.

Yo volví mis pasos para atras, me fui hasta la puerta y empecé a hacer ruido de llaves para espantarlos, abrí y cerré la puerta fuerte. Cuando entré adonde Marcelo estaba haciendo el trabajo ya lo vi ahi, se ve que había salido disparado cuando yo estaba haciendo la pantomima. Le di el cepillo, le pregunté si todo bien, me dijo que si y me volví a hacer mis cosas, ni yendo a ver a Carla para nada.

Me quedé pensando en todo lo que había visto y lo decidí. Cuando un par de horas mas tarde Marcelo terminó de trabajar y lo acompañé abajo para abrirle, lo encaré. Le dije directamente que lo había visto cogerse a la nena. Se asustó y se puso muy mal, pensando que lo iba a cagar a trompadas ahi mismo, se puso defensivo, pero lo atajé enseguida y le dije que estaba todo bien. Que se quede tranquilo. Que yo también siempre me la quise coger y que por suerte lo pude ver a el hacerlo. Le dije que entre pervertidos nos entendíamos y que no iba a tener problema conmigo. Ahi se ablandó y empezamos a charlar mas distendidos, entendiéndonos.

Le dije que por mi se la siga cogiendo pero siempre si ella quería. Y que nada de pegarle, marcarla u obligarla a cosas raras. Seguía siendo mi hija a pesar de todo y tampoco quería que se asuste y le diga algo a la madre. Marcelo me dijo que como la nena ya probó pija seguro que iba a querer mas, lo que era cierto. Me dijo que iba a volver el Miércoles pero ya con Enrique para empezar a trabajar mas pesado, pero que me quede tranquilo porque Enrique era de confianza, también del palo nuestro. Que seguro se la iba a querer coger también, pero que iba a hablar con el para decirle como eran las reglas. La idea de dos tipos garchándose a mi hija me calentaba mucho, pero le repetí que nada bruto y nada de cosas raras. Me dijo que me quede tranquilo, que si se daba era cogerse a la pendeja y nada mas.

Me preguntó si yo quería mirar y me quedé pensando como iba a hacer. Obvio que lo quería ver, pero me arriesgaba mucho si me quedaba y Carla por cualquier cosa se daba cuenta que yo estaba ahi, asi que le dije que lo graben con el celular y después me lo pasaban para que yo lo vea. A Marcelo le gustó la idea y sugirió que de paso me servía para que yo me quede tranquilo que no le hacían nada raro a la nena. Me preguntó si quería que usemos forro y le dije que me chupaba un huevo. Inclusive, mejor si no. Me había gustado mucho verle la conchita llena de leche. Si saltaba algún problema por eso, después lo vería, pero había que satisfacer al morbo. Me preguntó si quería que pruebe de cogérsela por el culo, le dije que nada mas si el quería pruebe y vea, pero si a Carla le dolía o protestaba entonces mejor no para no tener problemas. Se rió y me dijo que el era mas de las conchas, pero Enrique era el mas culero.

El sugirió que yo haga la pantomima de irme a buscar algo de nuevo, pero que me asegure de tardar bastante mas para darles mas tiempo con la nena, ya que iban a ser dos. Le dije que si, que no había problema y algo se me iba a ocurrir. La misma excusa de hoy u otra. Me acordé y le recordé que cuando filmen que se aseguren que no salga la cara de la nena, por las dudas que el video quede colgado en algún lado y la vean. También que trate de que Carla no vea que la estén filmando, por si se ponía nerviosa. O que si los veía filmar, que le digan que era para ellos que no se lo iban a pasar a nadie. Me dijo que si, que no había problema, que el se ocupaba.

Nos dimos la mano entre dos pervertidos y nos fuimos cada uno a nuestras casas, los dos contentos.

Llegó el Miércoles pero lo recibí a Marcelo solo de nuevo. Me dijo que a Enrique se le complicó y no pudo venir, pero que el laburo.. guiño guiño... lo iba a seguir el sólo. Que ya sabía como hacer todo. Asi que de nuevo me puse a laburar yo en mis cosas, Marcelo de nuevo se puso a rasquetear, de nuevo me pidió si tenía algo, de nuevo le dije que no y que me lo iba a ir a buscar. Para estar seguro antes de irme le dije a Carla que por ahi tardaba un poco, que me llame cualquier cosa. Me dijo que me vaya tranquilo en vez de casi ignorarme como solía hacer, lo que me dió la pista que ella también quería quedarse sola de nuevo con el albañil.

Estuve casi una hora afuera, "buscando" algo que ya me había llevado de casa, cuando volví y estaba todo normal. Marcelo trabajando y Carlita en su cuarto. Mucho mas tarde llegó mi mujer y cuando Marcelo se fue, ella fue la que bajó a abrirle por lo que no pude preguntarle nada de que había pasado o cómo había salido todo. Yo estaba bastante nervioso y expectante.

Pero me quedé tranquilo a la noche cuando Marcelo cumplió con su palabra y me mandó los videos por Whatsapp y me contó lo que pudo por chat. Me dijo que ni bien me fui el la fue a buscar de nuevo a la pieza, le preguntó si le gustó cuando se la cogío el otro dia y si lo quería hacer de nuevo. Ella le dijo que si. Se la llevó al living, le dijo que era para escuchar mejor por si volvía yo y se desnudaron. Ella le chupó la pija un rato pero enseguida el se la llevó al piso del living y le entró a dar de atrás como la vez anterior.

Mi hija y los albañiles - Parte 1




Después se la subió al sillón y le llenó la conchita como aquella primera vez. Me dijo que ahi ella había acabado también.

menorcita




El descansó un rato, le preguntó si le gustó y Carlita dijo que si, que mucho. Le dijo si quería de nuevo y ella le dijo que si, asi que como todavía tenía algo de tiempo la puso de nuevo en el piso en cuatro y se la entró a coger otra vez, acabándole de nuevo adentro. Cuando la sacó probó de metérsela un poco en el culo a ver que decía, pero ella protestó y se la sacó enseguida,

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Me dijo que entre el sillón del living y el piso le había dejado dos buenos lechazos en la conchita a la nena y que estaba mas suelta que la primera vez y que ya parecía que le gustaba chupar pija. Estuve un muy buen y largo rato en el baño esa noche pajéandome con esos videos.

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