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HdD: Lucre, mi prima.

Bueno, los que me siguen ya saben la saga Historias de Divan, son historias vividas por otros, pero contadas en primera persona porque las escribo yo y a mi me gusta escribir así.
Se que les encantan las historias de primos. Generan mucho morbo y cuando me contaron esta no llegué ni a la mitad y ya estaba con la pija parada con ganas de garcharme una prima.

Yo tengo 31 años, hago mucha actividad física, pelo morocho, 1,70m, ojos color marrón clarito.
Lucrecia es mi prima, hija del hermano mayor de mi madre, tiene 30, es unos meses más chica que yo, morocha, 1,60m, un cuerpazo, natural, tallado en el gimnasio.

Los hermanos de Lucre son bastante más grandes, no fue buscada, "simplemente llegó".
De chica vivía a 2 cuadras de casa, mi tío siempre tuvo mucha guita, por ende casa grande, pileta y todos los chiches necesarios para que mi madre me deposite durante las vacaciones en su casa todas las tardes cuando se iba a trabajar. No se si mucha guita realmente, pero sí mucha más que nosotros.
Con Lucre crecimos juntos hasta que tuvimos 15. Unos meses después de su fiesta de 15 se fue a vivir a España por trabajo de mi tío, a los 22 volvió por un par de años y volvió a irse a España, vive en Madrid con una amiga, también argentina, en un departamento bastante amplio.
Siempre fuimos muy confidentes, muy amigos, con el enorme mandato que por ser primos hay un límite que nunca debía cruzarse, que nos impedía confesar la tensión que siempre existió entre nosotros, nunca se había hablando el tema, pero ambos siempre fuimos conscientes de la atracción prohibida que sentíamos ambos.

Para escapar del invierno argentino y conocer algo de España organicé un viaje de un mes que incluía por supuesto la visita a Madrid haciendo base en el departamento de mi prima, cuando le comenté me dijo que ella iba a organizar el viaje para que lo hagamos juntos. Que yo me ocupe de sacar mis pasajes y le diga que cosas quería conocer sí o sí y así terminamos pasando un mes entero viajando por España.
Saqué pasajes para Barcelona y nos encontramos allá, directo en el aeropuerto, la esperé un rato porque su vuelo llegaba más tarde. Todo el viaje en avión fui con la cabeza fantaseando en que podía pasar durante todo un mes entero al lado de esta diosa, pero realmente me empecé a poner nervioso cuando vi por la pantalla que su avión finalmente había tocado tierra. Ella llegó con 2 amigas, íbamos a pasar ese fin de semana los 4 en Ibiza.

Nos saludamos con un fuerte abrazo, me presentó a sus amigas y nos tomamos un bus hasta la Plaza Catalunia, de ahí caminamos por la rambla con nuestro ligero equipaje, con un par de escalas, hasta el puerto y en barco nos fuimos hasta Ibiza, ese fin de semana fue de mucho éxtasis, literal cero descanso. Llegamos a un departamento que habían alquilado, dejamos las cosas, nos fuimos a una playa, nos duchamos, nos fuimos a una fiesta, dormimos un poquito, otra playa, otra fiesta fiesta, dormir otro poco, otra playa, se fueron sus amigas, fiesta en otra playa, nos fuimos a dormir y al despertar nos fuimos a Formentera en otro ferri. En medio de esas fiestas todos nos dimos picos con todos, pero es algo normal para esas situaciones, realmente no me sorprendió darme un poco con mi prima, a ella tampoco, lo mismo con sus amigas. Al otro día no significó nada.
Todo muy frenético. "Muy Ibiza" decía Lucre.

En Formentera el primer día fue 100% de descanso, nos quedamos recorriendo por las cercanías del hotel.
Al otro día desayunamos, recorrimos un poco, almorzamos en un bar y nos fuimos a la playa. Cuando llegamos hice unos giros de cabeza, claramente mirando a mi alrededor la cantidad de minas en topless, desde jóvenes hasta muy entradas en años, todo tipo de cuerpos.

L: Qué pasa primo? Nunca viste un par de tetas?
S: Jajajaja, sí, obvio prima, pero me llama la atención llegar a la playa y que estén todas en tetas?
L: Te molesta?
S: No, si querés quedate en tetas, no me molesta.
L: Las tetas tienen algo extraño, la misma mina puede ser super sexy mostrando lo justo con un escote, puede ser media ordinaria mostrando mucho o vas a ver que en 15 minutos te va a dar completamente lo mismo porque te vas a acostumbrar a estar rodeado de minas en tetas de todos los tamaños, formas y colores. Acá está super naturalizado.

Terminó de decir eso y mientras yo me sacaba la remera, ella se sacó su remera y además el corpiño y después el short. Evité mirar directo. Me corrijo, intenté evitar mirar directo. Por suerte los lentes oscuros enmascararon lo obvio, evitaba mirar porque si se me llegaba a parar la pija iba a ser evidente.
Tal cual como dijo Lucre, a los 15 minutos me daba exactamente igual si una mina estaba en tetas o no. Era hasta raro no sentirse raro, yo en malla al lado de mi prima que estaba solamente con una tanga de una bikini sentada frente a mi.
Más tarde pasamos por el hotel y fuimos a comer algo a un lugar que le habían recomendado a Lucre, como media hora caminando. Mientras esperábamos la comida volvía reflexionar sobre las tetas, ella no se había puesto corpiño, solamente una remerita blanca sin mangas, se trasparentaba y me permitía ver el aura de sus pezones y ahora me llamaba más la atención que teniéndolas directamente a la vista.

Ni bien empezamos la caminata de regreso se largó a llover, llegamos empapados y con un poco de frío, entramos a la habitación, nos miramos y nos empezamos a reír de la situación, pero mis ojos se desviaban directo a sus pezones duritos que se notaban debajo de la remera empapada y el morbo me terminó de invadir.

S: Voy a llenar la bañadera, venís?
L: Obvio.

La foto del relato está sacada de la página del hotel. Si uno se mete, queda mirando hacia la ventana con una vista espectacular, yo lo pensé todo y me metí así, me saqué la bermuda y me quedé en boxer.
Lucre vino, se sacó el short y la remera, se metió en tanga mirando hacia mi.
Hablamos un par de pavadas, pero la tensión ya estaba.

S: Que linda vista nos tocó, no?
L: A vos, yo tengo una pared enfrente.
S: Vení de este lado prima. Te hago lugar. - Dije abriendo las piernas.

Lucre se paró, giró poniéndome el culo frente a mi cara y se sentó apoyando su cuerpo contra el mío.

L: Ahora sí, mucho mejor. -Dijo mientras apoyaba su espalda en mi pecho.
S: Estoy contento que hagamos el viaje juntos.
L: Yo también, viajo bastante con amigos y amigas, pero siempre viajes cortos.
S: Ibiza fue una locura, no paramos un segundo.
L: Muy Ibiza.
S: Muy tura esa frase.
L: Sí, al menos un par de veces al año hacemos algo así. Ahora más relajados acá, después volvemos al continente a recorrer.
S: Tenía ganas de verte, siempre me acuerdo de cuando éramos chicos.
L: Nos la pasábamos en la pileta de mi viejo en verano.
S: Después no se ni de que, pero hablábamos una hora por teléfono.
L: Eso cuando ya éramos más grandes. Tipo 14, 15 años yo te contaba de los chicos que me gustaban.
S: Cómo me quemaste la cabeza con Martincito... Sabés que es de la vida de tus amores de ese momento?
L: De nadie, al único que vi fue justo a él, a Martín, me lo crucé en Madrid hace unos meses. Con la mujer y 2 pibes insoportables. Está gordo, pelado... Pobrecito, era tan fachero de pibe. Me re calentaba.

Nos quedamos en silencio unos segundos, mis manos tomaron las de ella y las llevó para que la abrace tocándole las tetas.

S: Te quiero primita. -Le di un beso debajo de la oreja.
L: Y yo a vos primito.

Dio vuelta la cara y chapamos.
Fue un chape caliente, fuerte, pasional, de años de contención, pero sin perder la suavidad del romanticismo.
Yo no dejé de abrazarla, ella no dejó de apretar mis manos contra su cuerpo. Le toqué bien tocadas las tetas para sacarme las ganas acumuladas y con una mano bajé a su conchita, directamente hice a un lado la tanga y empecé a jugar con su clítoris, ella misma empujó mi mano para que la penetre primero con un dedo y después con 2 una vez que empezó a gemir más fuerte la levanté, saqué mi pija por la abertura del boxer, ella lo colocó en su conchita, mojada, pero apretadita y bajó para metérsela toda soltando un gemido desde lo más profundo de su ser.
Se quedó quieta unos segundos, ambos quedamos disfrutando de la primera metida mientras observábamos la lluvia caer sobre el mar Mediterráneo y escuchábamos nuestras respiraciones.
Comenzó a moverse despacito, agarrándose de ambos lados, haciendo círculos con su cadera, yo la agarraba de la cintura para acompañar sus movimientos.
Ella estaba como poseída, absolutamente dominante de la situación, pero ajena a a la vez. Yo me sentía que para ella no estaba ahí y de alguna manera esa cosificación me volvió loco. Me dio así hasta que acabó y se recostó sobre mi sin sacarse mi pija de adentro, la dejé descansar un minuto, pero yo necesitaba acabar, salimos de la bañadera, así empapados como estábamos fuimos a la cama, la recosté boca arriba, le arranqué la tanga de un tirón y mi boxer tuvo la misma fortuna.
Le besé la boca, le chupé las tetas y le di una breve, pero hermosa chupada de concha, me monté sobre ella y le metí la pija de una, esta vez el poseído era yo, sus gemidos me calentaban como loco hasta que volvió a acabar y no me pude contener más, saqué la pija y le acabé en el abdomen y me recosté sobre ella para besarla enchastrándome yo también..

Me acosté a su lado y así mojados y enchastrados nos quedamos dormidos.

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