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Después de casi 2 años en el cuerpo de mi madre ahora puedo decir que me he acostumbrado, yo solía ser un chico de 21 años. Por alguna extraña razón mi madre y yo intercambiamos cuerpos, sin embargo a mi madre no le pareció importar haberse convertido en un chico, de cierta forma volvió a ser joven de nuevo pero como el sexo opuesto, para ella era algo nuevo e interesante vivir como un hombre, sin embargo para mi fue algo asqueroso, es decir simplemente yo estaba en el cuerpo de mi madre era algo perturbador pase de ser un joven de 21 a una mujer de 35, me había convertido de hijo a esposa de mi padre y madre de mi propia madre.
Era horrible me había convertido en una mujer , con unas tetas enormes pero muy pesadas, un enorme trasero con caderas anchas, y una cintura delicada siempre que me veía al espejo lo único que veía era a mi madre. Mi madre me obligo a ser ella y me enseño todo lo que ella hacia mientras yo y mi padre estábamos fuera de la casa. lavar, limpiar, incluso cocinar, después de varios meses mi vida se convirtió en rutina.
Para mi desgracia mamá no tenia pantalones a mi padre nunca le gusto la idea de que mi madre los usara, él pensaba que las mujeres debían usar faldas y vestidos, fue así que faldas, vestido y medías era lo que usaba ara vestirme.
Mi vida como la esposa de mi padre era lo más humillante al principio mi padre no tuvo sexo conmigo, siempre llegaba tarde y cansado de su trabajo, y en las que él quería yo me inventaba algún pretexto, sabía que algún día si no volvía a mi antiguo cuerpo tarde o temprano tendría sexo con mi propio padre, pero yo quería alargar eso lo mas posible, sin embargo compartía la misma cama con mi padre, y para colmo mi padre dormía desnudo, yo por otra parte usaba una bata para dormir, pero la cosa no termina ahí siempre que dormíamos, mi padre me abrazaba por detrás, en ocasiones jugaba con mis pechos, y aveces podía sentir su miembro en mis nalgas cuando tocaba mis pechos, no decía nada para evitar una escena
Mi padre era un hombre alto y fuerte y cuando me abrazaba con sus enormes brazos yo me sentía indefenso y humillado. Otra cosa de mi padre es que siempre que llegaba de trabajar, yo le daba la bienvenida pero él siempre me besaba, sentir la lengua de mi padre en mi boca para mi fue lo más asqueroso, en ocasiones después del beso me daba una nalgada y me pregunta qué había para comer.
Siempre que me bañaba y veía el cuerpo de mi madre, sentía algo de asco, cuando limpiaba la vagina de mi madre que ya era mía, no podía dejar de pensar que yo salí de esa vagina. Ser una mujer y tener una vagina era molesto para mi. Mis días de orinar parado se habían ido siempre que tenia ganas debía bajarme la falda o vestido, bajarme el calzón y sentarme a orinar y después secarme con papel higiénico.
Lo mas espeluznante, doloroso y asqueroso para mi, fue cunado experimente la menstruación, las primeras veces manche por completo mi ropa de sangre, sin embargo con el tiempo tuve que acostumbrarme. Mi espalda siempre me dolía por mis enormes pechos, mi madre si que tenia unos enormes pechos usar sostenes era lo más difícil a la hora de vestirme, afortunadamente busque otros métodos más prácticos y fáciles de ponerse un sostén.
Los meses fueron pasando y parecía que volver a mi antiguo cuerpo era ya solo un sueño. Yo ya me había acostumbrado a ser una mujer, o mejor dicho había aprendido a sobrellevar la vida como mujer. Un día cando salí de compras cunando regrese escuche algunos ruidos en mi antigua habitación así que fui a ver y encontré a mi madre en mi cuerpo teniendo sexo con nada mas ni nada menos con la chica que a mi tanto me había gustado su nombre era Natalia y tenía unas enormes tetas, pero obviamente no rivalizaban con las mías. Mis tetas estaban en otro nivel. La chica no era tonta, se dio cuenta que yo los estaba mirando y se sintió tan apenada que salio huyendo de la casa. Yo no podía creer lo que mi madre había hecho, ella logro lo que yo nunca hubiera podido hacer.
Después de eso mi madre y yo tuvimos una larga platica sobre nuestro futuro, ella me dijo que volver a nuestros cuerpos parecía algo imposible y lo mejor era que disfrutemos de la vida así como estábamos, ella dijo que estaba disfrutando su vida siendo yo, y me dijo que yo debía hacer lo mismo, yo simplemente le dije que no podía, ella me pregunto si alguna vez me había masturbado en su cuerpo, yo le conteste que no, de solo pensarlo me daba asco utilizar la vagina de mi madre para eso. ella me dijo qué debía aceptar mi nuevo cuerpo y el echo de que la vagina ya no era de ella sino mía y debía hacer uso de ella. Me explico los deberes de una esposa, en pocas palabras ella quería que tuviera sexo, le conteste que sería imposible tener sexo con mi propio padre, a lo que ella me dijo que no tendría sexo con mi padre sino con mi esposo, esas palabras me sacudieron, ella tenia razón él ya no era mi padre era mi esposo.
Pasaron algunos días después y las palabras de mi madre aún retumbaban en mi cabeza, fue así que de poco en poco empecé a masturbarme. Hacerlo se volvió algo rutinario en mi vida todos los días me masturbaba, el placer era de otro nivel mucho más que masturbarse como hombre. Los días fueron pasando y decidí hacerle caso a mi madre y disfrutar de ser una mujer, aunque de cierta forma ya lo había echo, me había convertido completamente en una ama de casa, incluso me había echo amiga de las vecinas, en ocasiones nos reuníamos a platicar cosas de mujeres y eso para mi se volvió algo natural, sin embargo con lo que más me costo trabajo fue acostumbrarme hacer la esposa de mi padre.
Siempre que terminaba de masturbarme sentía que algo me faltaba por alguna razón me sentía vacía por dentro, después de algún tiempo me di cuenta que usar solo mis dedos para hacer que me viniera ya no era suficiente, así que di un gran paso en mi nueva vida como mujer y era tener sexo como una. Mi padre digo mi esposo no ha tenido sexo por un largo tiempo así que decidí sorprenderlo aún estaba nerviosa por eso pero ya estaba completamente decidida a hacerlo sin importar que, me compre la lencería mas sexy que pude encontrar y ya en la noche me puse a esperar a mi hombre.
Mi esposo se sorprendió mucho no esperamos mucho nos empezamos a besar yo rápidamente le fui quitando la ropa, ya no lo veía como mi padre sino como hombre y esposo, y yo simplemente debía complacerlo, disfrute el sexo como mujer y al sentir su enorme polla en mi vagina sentí que había llenado el vació que sentía era tan satisfactorio, sentir como el cuello uterino abrazaba por completo ese enorme verga que me penetraba y el mete y saca. Me volví loca que mía como toda una puta mis tetas saltaban de un lado a otro. Mi hombre me cogió en todas las posiciones, me sentía muy mujer.
los días fueron pasando y cada 2 días tenia sexo como mi esposo. Mi vida había cambiado por completo pero estaba feliz de ser una esposa y madre.
Después de dos meses me di cuenta de que estaba embarazada, pues de mis enormes tetas, aparte de qué habían crecido un poco de ellas salía leche y en un principio me hubiera asustado pero yo me sentí muy feliz, de poder experimentar lo que mi madre sintió cuando estuvo embarazada de mí. Poco a poco me panza fue creciendo, mis ropas ya no me quedaban así que empecé a usar ropa de paternidad. Mis pechos crecieron todavía más, incluso salían leche de ellos.
Que mi madre y yo intercambiáramos cuerpos fue lo mejor que nos pudo haber pasado, nunca me di cuenta pero mis padres se iban a divorciar, Mi relación con mi madre o mejor dicho mi hijo es de maravilla, mi esposo y yo estamos y somos muy felices. Muy pronto daré a luz a mi nuevo bebe, el o ella sera completamente dependiente de mi así que debo ser la mejor madre del mundo
Después de casi 2 años en el cuerpo de mi madre ahora puedo decir que me he acostumbrado, yo solía ser un chico de 21 años. Por alguna extraña razón mi madre y yo intercambiamos cuerpos, sin embargo a mi madre no le pareció importar haberse convertido en un chico, de cierta forma volvió a ser joven de nuevo pero como el sexo opuesto, para ella era algo nuevo e interesante vivir como un hombre, sin embargo para mi fue algo asqueroso, es decir simplemente yo estaba en el cuerpo de mi madre era algo perturbador pase de ser un joven de 21 a una mujer de 35, me había convertido de hijo a esposa de mi padre y madre de mi propia madre.
Era horrible me había convertido en una mujer , con unas tetas enormes pero muy pesadas, un enorme trasero con caderas anchas, y una cintura delicada siempre que me veía al espejo lo único que veía era a mi madre. Mi madre me obligo a ser ella y me enseño todo lo que ella hacia mientras yo y mi padre estábamos fuera de la casa. lavar, limpiar, incluso cocinar, después de varios meses mi vida se convirtió en rutina.
Para mi desgracia mamá no tenia pantalones a mi padre nunca le gusto la idea de que mi madre los usara, él pensaba que las mujeres debían usar faldas y vestidos, fue así que faldas, vestido y medías era lo que usaba ara vestirme.
Mi vida como la esposa de mi padre era lo más humillante al principio mi padre no tuvo sexo conmigo, siempre llegaba tarde y cansado de su trabajo, y en las que él quería yo me inventaba algún pretexto, sabía que algún día si no volvía a mi antiguo cuerpo tarde o temprano tendría sexo con mi propio padre, pero yo quería alargar eso lo mas posible, sin embargo compartía la misma cama con mi padre, y para colmo mi padre dormía desnudo, yo por otra parte usaba una bata para dormir, pero la cosa no termina ahí siempre que dormíamos, mi padre me abrazaba por detrás, en ocasiones jugaba con mis pechos, y aveces podía sentir su miembro en mis nalgas cuando tocaba mis pechos, no decía nada para evitar una escena
Mi padre era un hombre alto y fuerte y cuando me abrazaba con sus enormes brazos yo me sentía indefenso y humillado. Otra cosa de mi padre es que siempre que llegaba de trabajar, yo le daba la bienvenida pero él siempre me besaba, sentir la lengua de mi padre en mi boca para mi fue lo más asqueroso, en ocasiones después del beso me daba una nalgada y me pregunta qué había para comer.
Siempre que me bañaba y veía el cuerpo de mi madre, sentía algo de asco, cuando limpiaba la vagina de mi madre que ya era mía, no podía dejar de pensar que yo salí de esa vagina. Ser una mujer y tener una vagina era molesto para mi. Mis días de orinar parado se habían ido siempre que tenia ganas debía bajarme la falda o vestido, bajarme el calzón y sentarme a orinar y después secarme con papel higiénico.
Lo mas espeluznante, doloroso y asqueroso para mi, fue cunado experimente la menstruación, las primeras veces manche por completo mi ropa de sangre, sin embargo con el tiempo tuve que acostumbrarme. Mi espalda siempre me dolía por mis enormes pechos, mi madre si que tenia unos enormes pechos usar sostenes era lo más difícil a la hora de vestirme, afortunadamente busque otros métodos más prácticos y fáciles de ponerse un sostén.
Los meses fueron pasando y parecía que volver a mi antiguo cuerpo era ya solo un sueño. Yo ya me había acostumbrado a ser una mujer, o mejor dicho había aprendido a sobrellevar la vida como mujer. Un día cando salí de compras cunando regrese escuche algunos ruidos en mi antigua habitación así que fui a ver y encontré a mi madre en mi cuerpo teniendo sexo con nada mas ni nada menos con la chica que a mi tanto me había gustado su nombre era Natalia y tenía unas enormes tetas, pero obviamente no rivalizaban con las mías. Mis tetas estaban en otro nivel. La chica no era tonta, se dio cuenta que yo los estaba mirando y se sintió tan apenada que salio huyendo de la casa. Yo no podía creer lo que mi madre había hecho, ella logro lo que yo nunca hubiera podido hacer.
Después de eso mi madre y yo tuvimos una larga platica sobre nuestro futuro, ella me dijo que volver a nuestros cuerpos parecía algo imposible y lo mejor era que disfrutemos de la vida así como estábamos, ella dijo que estaba disfrutando su vida siendo yo, y me dijo que yo debía hacer lo mismo, yo simplemente le dije que no podía, ella me pregunto si alguna vez me había masturbado en su cuerpo, yo le conteste que no, de solo pensarlo me daba asco utilizar la vagina de mi madre para eso. ella me dijo qué debía aceptar mi nuevo cuerpo y el echo de que la vagina ya no era de ella sino mía y debía hacer uso de ella. Me explico los deberes de una esposa, en pocas palabras ella quería que tuviera sexo, le conteste que sería imposible tener sexo con mi propio padre, a lo que ella me dijo que no tendría sexo con mi padre sino con mi esposo, esas palabras me sacudieron, ella tenia razón él ya no era mi padre era mi esposo.
Pasaron algunos días después y las palabras de mi madre aún retumbaban en mi cabeza, fue así que de poco en poco empecé a masturbarme. Hacerlo se volvió algo rutinario en mi vida todos los días me masturbaba, el placer era de otro nivel mucho más que masturbarse como hombre. Los días fueron pasando y decidí hacerle caso a mi madre y disfrutar de ser una mujer, aunque de cierta forma ya lo había echo, me había convertido completamente en una ama de casa, incluso me había echo amiga de las vecinas, en ocasiones nos reuníamos a platicar cosas de mujeres y eso para mi se volvió algo natural, sin embargo con lo que más me costo trabajo fue acostumbrarme hacer la esposa de mi padre.
Siempre que terminaba de masturbarme sentía que algo me faltaba por alguna razón me sentía vacía por dentro, después de algún tiempo me di cuenta que usar solo mis dedos para hacer que me viniera ya no era suficiente, así que di un gran paso en mi nueva vida como mujer y era tener sexo como una. Mi padre digo mi esposo no ha tenido sexo por un largo tiempo así que decidí sorprenderlo aún estaba nerviosa por eso pero ya estaba completamente decidida a hacerlo sin importar que, me compre la lencería mas sexy que pude encontrar y ya en la noche me puse a esperar a mi hombre.
Mi esposo se sorprendió mucho no esperamos mucho nos empezamos a besar yo rápidamente le fui quitando la ropa, ya no lo veía como mi padre sino como hombre y esposo, y yo simplemente debía complacerlo, disfrute el sexo como mujer y al sentir su enorme polla en mi vagina sentí que había llenado el vació que sentía era tan satisfactorio, sentir como el cuello uterino abrazaba por completo ese enorme verga que me penetraba y el mete y saca. Me volví loca que mía como toda una puta mis tetas saltaban de un lado a otro. Mi hombre me cogió en todas las posiciones, me sentía muy mujer.
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Después de dos meses me di cuenta de que estaba embarazada, pues de mis enormes tetas, aparte de qué habían crecido un poco de ellas salía leche y en un principio me hubiera asustado pero yo me sentí muy feliz, de poder experimentar lo que mi madre sintió cuando estuvo embarazada de mí. Poco a poco me panza fue creciendo, mis ropas ya no me quedaban así que empecé a usar ropa de paternidad. Mis pechos crecieron todavía más, incluso salían leche de ellos.
Que mi madre y yo intercambiáramos cuerpos fue lo mejor que nos pudo haber pasado, nunca me di cuenta pero mis padres se iban a divorciar, Mi relación con mi madre o mejor dicho mi hijo es de maravilla, mi esposo y yo estamos y somos muy felices. Muy pronto daré a luz a mi nuevo bebe, el o ella sera completamente dependiente de mi así que debo ser la mejor madre del mundo
1 comentarios - Cambiando de cuerpo con mi madre, tetona y culona🍒🍑