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El bully de mi hijo (reversionado) 7.

Hola, en el día de hoy les traigo la continuación de esta historia que estoy creando jeje.
Es algo más fuerte que otras veces y más morboso.
Si veo mucho apoyo, voy a seguir trayendoles la historia. Sino, tendré que cancelarla.

Depende de ustedes!!!
Sin más vamos con el relato.


-Hola amor, me podés hacer un favor? Me llamaron de la escuela de Dani y no logré atender a tiempo, y ahora llamo y nadie responde. Podrías ir hasta el cole un toque?- le pregunto al cornudo por teléfono para sacarlo por un tiempo de casa.

-Si, claro. Ya voy; veo que ya estás mejor de humor conmigo, ya se te pasó todo?- me responde mi esposo.

-Ay, que amor que sos. Si, ya se me pasó todo tontito- le miento para zafar y que no sospeche.

Ni bien termino de mentirle, corto la llamada dejandolo con palabra en la boca nuevamente como la otra vez en la Iglesia.
Mi amo y yo, nos disponemos ir para mi casa para volver a sentir esa pija otra vez dentro mío. En el camino de regreso, el que se ofrece a manejar mi auto es Gabriel, para que yo le pueda chupar la pija mientras volvemos a mi casa.

-Tengo una idea, putita- me comenta Gabriel

-¿Cuál es?- pregunto

-Quiero que me saques toda la leche y te la tragues toda, así para cuando vuelva el cornudo lo esperas en casa y lo besas con aliento a pija y leche mía- dice mi amo

En ese momento, se me mojó toda la concha con esa propuesta que me hizo.
Sin decir palabra, empecé a chupársela con más ganas y al cabo de un rato, Gabriel me llenó de leche toda la boca. Como era demasiada, no pude retenerla toda en la boca, asi que un poco se cayó sobre el tapizado del auto sin importarme nada. Procedo a tragármela toda, no sin antes hacerme unas gargaras para que mi amo sepa lo cerda que soy.

-Pero que puta cerda que sos!!! No me esperaba que hicieras gargaras con mi leche. Eso demuestra que sos tremenda trola y guarra, jaja- me dice Gabriel.

-Si, claro jaja. Tenés toda la razón- respondo

-Ahora falta algo más- dice él

-¿Qué?- le digo

-Metete un saque de merc@ y dale una pitada al porro, así recibís al cornudo con aliento a pija y semen, y drogada- me ordena Gabriel.

Como buena trola y drogadicta, procedo a hacer lo que mi amo ordena y le meto una pitada al porro que él se estaba fumando, armo una línea de merc@ en mi mano y me la aspiro toda de una haciéndome mojar aún más la concha.

-Muy bien trola de mierda, así me gusta- me felicita Gabriel.

Llegamos a casa y trato de meterme lo más rápido posible por si el cornudo volvía y se daba cuenta de mi mentira jaja. Comento que en el auto quedó tremendo olor a porro pero me importa un carajo.

-Vos escondete en mi habitación y esperame ahí- le digo a Gabriel

-Quiero ver si cumplís con mi orden, sino no te cojo una mierda. Me entendiste?- me responde Gabriel con un tono autoritario (lo que en el fondo, me volvía loca).

-Está bien, entonces buscá un lugar para esconderte y que no te vean- digo.

Gabriel procede a esconderse y al rato llega el cornudo.

-Hola Clau, recién vengo de la escuela y me dicen que hicieron ningún llamado, y que tampoco recibieron llamadas tuyas- me dice el cuernos.

-Que raro, entonces debo tener mal agendado el número o algo. Igual, gracias por ir- le digo mintiendole

-Esta bien, no te preocupes. Son cosas que pasan- me responde, notandolo algo mas bueno conmigo.

-Como te hice ir al pedo, quiero compensartelo así- le digo, para después besarlo con aliento a pija y leche, además de drogada.

Debo decir que mientras besaba a mi marido, se me empezó a mojar toda la concha sabiendo que Gabriel estaba en casa y observandome.

-Te sentis bien? Pasaste de no hablarme a besarme apasionadamente, ademas tenes un sabor raro en la boca- me dice el cornudo de mi marido.

-Si te beso porque te beso, si te ignoro porque te ignoro. ¿Quién te entiende? Sabes que? Me voy a mi habitación, dejame sola- le digo, encontrando la excusa perfecta para encerrarme en mi habitacion a cojer con mi amo.

-No te enojes amor, no quise ofenderte. Es que me parece raro, estoy tratando de que me aceptes de nuevo y que no te enojes- dice mi marido con un tono sumiso. Yo en el fondo lo disfrutaba jaja.

-Si, me enojé. Y será mejor que no subas por ningún motivo. Quiero estar sola, me entendes? SOLA- le recrimino.

En eso lo dejo con la palabra en la boca al cornudo y subo lo más rápido que puedo a mi pieza para que mi amo me use como quiera con el cornudo en la casa, a poco metros de mi.

-Muy bien trola de mierda, pude verte como besabas a tu maridito con mi sabor en tu boca. Me gustó como saliste de la situación. Ahora no se como mierda vas a hacer para que no nos descubran, me entendiste? Puta- me dice Gabriel.

Supongo que mi amo había subido mientras yo besaba a mi esposo y estaba distraído.

-Siii, la situación ya me tiene re mojada la concha. Además de no sentirla hace casi dos semanas- le digo.

-Muy bien, ya sabes qué hacer- dice Gabriel, ya con su hermosa pija afuera y sacudiendola.

Mi concha ya parecía una fuente de tan mojada que estaba. Procedo a cerrar la puerta por las dudas, y voy como una perra a cuatro patas a chuparle toda la pija a mi amo.

-Siii, así putita. Metéla toda en la boca- me ordena Gabriel

Como buena trola y esclava que soy, me la trato de meter entera pero no me entra toda en la boca; por lo que Gabriel me empuja la cabeza, haciendomé metermela toda entera en mi boca lo que me provoca arcadas pero que mi amo disfruta de esa escena.
Después de unos segundos en esa posición me la saca de la boca, quedando sin aire y llena de baba.

-Dale, adicta de mierda. Seguí chupandomelá hasta que yo te lo ordene- me dice Gabriel.

Yo, toda obediente hago lo que mi amo ordena y se la sigo chupando hasta el punto de que se me acalambre toda la boca, y alternando entre cojidas de boca que me propina Gabriel. Ya no daba más de tanto que la tuve en la boca, entre las cojidas de boca salvajemente y que peteaba como loca, estaba sin aliento pero eso a él no le importo. Es más, lo disfrutaba y me humillaba cada vez más.

-Toma, trola, esto es para que te recuperes más rápido- me dice Gabriel. Armando unas rayas de merc@ sobre la mesa de luz.

-Son las cuatro para mí?- pregunto.

-Si, no quiero que dejes nada- dice él.

Como una drogadicta ya experta, procedo a aspirarme las cuatro rayas de merc@ que me preparó Gabriel. Nunca me había metido tantas de un saque como esa vez, pero no me importaba. Cuanta más merc@, mejor para mí. Cada día más enganchada me tenía eso.

-Ahora quiero que bajes, y le des charla a tu cornudo esposo a ver si se da cuenta que estás toda dura, y cómo hacés para disimularlo. Seguro que se te moja aún más la concha mientras hacés lo que te ordeno, jaja- ordena mi amo.

-Que prevertido y morboso que sos!!! Ahí voy; me vas a mirar como lo hago?- contesto.

-Obvio que voy a mirar, trola drogradicta de mierda. Será mejor que no me vea el cornudo- contesta Gabriel.

Cada vez, me gustaba más y más la manera en que me trataba Gabriel. De esa manera tan degradante y humillante, él me había logrado corromper hasta ese punto; pero no me importaba porque lo disfrutaba y lo más importante, me excitaba demasiado.
Bajamos juntos, pero él se queda escondido por las escaleras. Una vez abajo, sorprendo al cornudo ya que no se esperaba que bajara tan rápido.

-Amor, que sorpresa, pasa algo?- pregunta el cuerno.

-No, solo quería estar un rato con vos- le miento, tratando de ser amable y que no se note que estaba durísima por la merc@ que me había tomado hace segundos.

-Estás bien? Te noto algo ida, amor- me dice mi marido.

-Si, es que me empezó a doler un poco la cabeza. Además este embarazo me está volviendo loca- le digo, mintiendo nuevamente.

-Ok, amor. Cualquier cosa que necesites que haga, avisame. Yo estoy para vos- responde el cornudo, tratando de ser amable conmigo.

-Como quieras. Te quería pedir perdón por lo de hoy, me siento algo mal por haberte hecho ir a la escuela del pendejo de Daniel- le digo casi sin pensar y sin poder decir cosas coherentes ya que me estaba empezando a hacer efecto la merc@.

-Que dijiste?- pregunta mi marido, sorprendido por como había llamado al pelotudo de nuestro hijo.

-Que te quería perdón por lo de hoy- le digo, tratando de arreglar lo que había dicho.

-Le dijiste pendejo a nuestro hijo? O yo escuche mal?- me dice.

-No, amor. Cómo voy a decir algo así? Habrás escuchado para la mierda jaja- le digo, notándome algo más suelta de lengua (debido a los efectos de la droga en mí), y con un vocabulario poco habitual en mi hacia mi marido.

-Te desconozco Clau, nunca habías hablado así con esas palabras- dice él.

-Está bien, perdón. Dejalo ahí.- le digo
-Me perdonas?- le pregunto

-Si, claro que si. Te amo, mi amor- responde el cornudo

-Gracias, ahora voy a volver arriba a descansar. Sabes? Quizá tome leche dentro de un rato, pero yo te aviso cuando eso pase- digo eso último con doble sentido, haciendomé mojar toda la concha a tal punto que me chorrea toda.

-Esta bien amor, avisame y te la llevo- me dice mi marido, no captando nada de lo que está pasando.

Me vuelvo rápido para las escaleras, riéndome de lo tonto que es mi marido, y las subo lo más rápido que puedo para volver a mi pieza con mi amante.

-Sos una hija de puta, como le vas a hacer eso al cornudo? jaja. Tremenda cerda sos. Me encanta que seas así- me felicita Gabriel.

-Si, tenés razón jaja. Es lo que lograste vos!!!- le digo.

-Ya que me sorprendiste, te voy a premiar con esto- me dice, mostrandomé un porro recién armado y sin prender.

Saco mi encendedor que tenía escondido, y me prendo el porro sin importar que quede toda la habitación llena de olor a flores.
Le doy unas tres o cuatro pitadas y se lo paso a Gabriel, mientras me pongo en cuatro para que meta toda la pija en mi concha toda mojada de tanta excitación.
De repente, siento como me empieza a meter toda la pija hasta el fondo por la concha mientras él se fuma el porro que le pasé. Trato de contener los gemidos, mordiendo la almohada del cornudo mientras mi amo me taladra sin piedad la concha.

-Te gusta que te coja en la habitación donde dormís todas las noches con tu fiel esposo, estando él en casa?- pregunta Gabriel, humillándome.

Solo me sale -mmmm, mmmmm- de mi boca.

-Responde puta- ordena mi amo.

-Si mmmm, me gusta- respondo.

-Qué te gusta? Responde o sino paro de cojerte- dice Gabriel

-Me gusta que me cojas en la habitación donde todas las noches duermo con mi marido, mientras él está en casa- le respondo como puedo entre gemidos.

-Así es mejor- celebra mi amo.
-Y qué diría él si te encuentra así en su habitación y conmigo cojiendote?- me humilla aún más Gabriel.

-Me importa una mierda lo que me diga, seguro me correría con un tremendo orgasmo como una verdadera trola si me ve en esta situación- le digo.

Luego de eso, Gabriel me sigue cojiendo con más fuerza moviendo la cama y chocando sus huevos con mis nalgas generando el sonido típico de aplausos, hasta que...

Toc, toc, toc- sonido de puerta

-Amor, estás ahí? Qué son esos ruidos?- pregunta mi marido.

Menos mal que cerré la puerta con llave, pensaba en mi interior.

-Nada, es la tele. Ahora la bajo- le digo con la voz agitada y entre gemidos.

-¿Estás segura? Se escuchan como si estuvieran aplaudiendo- me dice el cornudo.

-No pasa nada, esta todo bien. Estás escuchando mal últimamente, vas a tener que ir al médico- respondo casi riéndome con la respuesta que le doy, humillándolo.

-No sé por que me tratas así, te dejo sola. Solo quería decirte que me voy a buscar a Dani al cole- me dice él.

-Ok, chau- contesto muy seca.

-Ahora que tu maridito se va, te voy a reventar tanto la concha que no vas a poder ni caminar- me dice Gabriel al oído, lo que me excita demasiado y tengo terrible orgasmo de tan caliente que estaba por la situacion anterior con mi esposo.

Efectivamente, Gabriel cumple con su palabra y me empieza a dar como si no hubiera un mañana bien fuerte sobre la cama donde duermo todas las noches con mi esposo. Aprovechando que estamos solos, me armo varias líneas de merc@ y de mientras me fumo el porro que me venía fumando con mi amo.

-Muy bien trola, veo que vas aprendiendo- me dice Gabriel, porque vio que salió de mí armarme esas líneas sin que él me lo pida.

Estaba hecha una loca, como poseída. Pero estaba en el cielo de tanto sexo, drogas y descontrol. Seguramente el bebé que estaba esperando iba a nacer boludo de tanta falopa y porro, pero no pensaba en eso por ahora. Solo quería sentirme libre, y con Gabriel lo conseguía. Luego de aspirarme las tres rayas que me había armado, tengo terrible orgasmo con squirt incluido, mojando todas las sábanas.
Él acelera aún más el ritmo de sus embestidas para acabar lo más rápido posible ya que mi familia podía volver en cualquier momento.
Un momento después, Gabriel sale de mí y con las pocas fuerzas que me quedan me arrodillo ya que él me quería acabar en la cara.
Una gran carga de semen me cae sobre toda la cara, bien espesa como a mi me gusta. No las conté, pero habrán sido seis o siete lecheadas las que me tiró en la cara.

-No te limpies puta de mierda. Quiero que recibas a tu familia así, con la cara llena de semen. A ver como zafas de ésta- dice Gabriel.
-Lástima que no pueda quedarme a verlo. No quiero que nos descubran todavía, yo te voy decir cuando quiera que eso pase- me dice él, algo resignado por no poder ver a su trola en acción engañando a su familia una vez más.

-Está bien, seguramente se me moje toda la concha otra vez por la situación jaja- le digo

Gabriel se va, no sin antes decirme que después que le mienta a mi familia, vaya al baño y me filme tomándome todo la leche que tengo en la cara y se lo mande.

-Hola amor ya llegamos- anuncia el cornudo.

-Hola mami- dice el pelotudo de mi hijo.

-Hola mis amores- les miento a ambos, siguiendo el papel de buena madre y esposa.

-Mami, qué tenés en la cara?- pregunta el boludo de Daniel, haciéndome sentir tremendamente excitada por el morbo de la situación.

-Nada hijo, es solo una crema para la cara a base de leche que debo aplicarla si o si de esta manera y dejarla actuar- respondo ya con toda la concha mojada y super excitada.

-Esta bien ma, no hay problema. Dejatelá entonces- me dice Daniel, sin darse cuenta de nada.

-Estas segura de que es crema? Nunca habia visto algo así- me pregunta el cornudo, empezando a sospechar de que algo pasaba.

-Si, tontito. Lo que pasa es que es 100% natural y es difícil de conseguir. Me la trae alguien muy especial- le digo, haciendomé la misteriosa.

-Ok, me quedo más tranquilo. Ustedes las mujeres y sus cremas raras, jaja- me dice mi esposo, volviendo a no sospechar lo que hacia su amada mujer.

Luego de eso tenía la cajeta toda inundada de tan excitada que estaba y procedo a subir a mi habitación a borrar toda evidencia que pueda llegar a incriminarme o delatarme. Acomodo lo mejor que puedo y echo un poco de desodorante porque había quedado tremendo olor a porro en la pieza.
Al rato voy al baño y pongo a grabar con mi celular como me empiezo a juntar el semen que tenía en la cara para luego tomarmelo como me había ordenado Gabriel. No dejé ni una gota, lo que se me secó en la cara obviamente no me lo pude tomar.
Le mando el video a mi amo, y él me vuelve a felicitar por haber cumplido con su orden. Me responde que ya me da libertad de volver con mi familia y seguir fingiendo el papel de buena esposa y madre.

¿Continuará?

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Hasta la próxima

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